Discurso por el 1 de Mayo, 2005

Schafik Jorge Handal

 


Pronunciado: El 1 de mayo de 2005, en la Celebración del Primero de Mayo 2005 en la Plaza de la Revolución, La Habana - Cuba.
Fuente de la Versión digital: "Palabras de Schafik Handal, líder histórico del Frente "Farabundo Martí" para la Liberación Nacional, de El Salvador", en version digital de Cuba Socialista, revista teórica y política del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
Transcripción/HTML para el MIA:
Juan R. Fajardo, julio de 2006.


 

 

Palabras de Schafik Handal, líder histórico del Frente "Farabundo Martí" para la Liberación Nacional, de El Salvador, en la Celebración del Primero de Mayo 2005 en la Plaza de la Revolución, La Habana - Cuba

 

 

Compañero Fidel Castro, entrañable amigo y hermano de los revolucionarios salvadoreños;

Pueblo revolucionario y heroico de Cuba (Aplausos);

Hermanos latinoamericanos, caribeños y del mundo, aquí presentes:

Mi especial saludo para mis jóvenes compatriotas salvadoreños y salvadoreñas que estudian medicina en Cuba o laboran en sus hospitales para concluir sus especialidades.

Traigo para todas y todos el saludo del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional de El Salvador, de cada uno de sus militantes y de cada uno de sus dirigentes.

Nuestra guerra popular revolucionaria de 12 años fue una gran sublevación contra el terrorismo de Estado, preparado y entrenado por el imperialismo yanki. Allí en Estados Unidos formaron los batallones asesinos, en primer lugar el batallón Atlacatl, masacrador del Mozote, donde murieron cerca de 2 000 niños, mujeres y ancianos indefensos; allí prepararon y asesoraron con sus oficiales en El Salvador a los escuadrones de la muerte, que asesinaron a miles de hombres y mujeres patriotas —solo por mencionar algo.

A finales de 1979, en víspera del despliegue de la guerra revolucionaria, había en las calles de San Salvador un promedio de 29 cadáveres de asesinados por los escuadrones de la muerte cada día. A los revolucionarios nos perseguían como animales para darnos caza; solo teníamos dos opciones: o escapar hacia el extranjero o levantarnos en armas para combatir el terrorismo de Estado, preparado, financiando e impulsado por el imperialismo yanki. Y nos pusimos en armas.

El terrorismo de Estado en El Salvador, que yo le llamaría también terrorismo de imperio —para mencionar algunos casos—, violó y asesinó a las monjas Marignol, cuando acababan de llegar al país; los sicarios del imperio —me niego a llamarles salvadoreños— las capturaron al llegar al aeropuerto desde el exterior, las violaron y las asesinaron.

Los terroristas del imperio asesinaron a monseñor Oscar Arnulfo Romero, que levantaba su voz contra esa injusticia y ordenó parar la represión en su última homilía.

Ellos asesinaron a los sacerdotes jesuitas y a cerca de 80 sacerdotes más, a lo largo de la guerra; a más de 250 maestros de escuelas, algunos de ellos asesinados mientras impartían clases a los niños; ellos hicieron explotar la casa frágil en el centro de San Salvador, que servía de local para la Federación de Sindicatos, y asesinaron allí prácticamente a toda su dirigencia.

Mencionemos algo más:

Durante la ofensiva revolucionaria de noviembre de 1989 bombardearon con aviones los barrios populares de San Salvador, y allí en el aeropuerto militar, en la base militar estaba, colaborando con los sicarios del imperio, con los entrenadores del imperio, Luis Posada Carriles, y estaba allí Otto Reich, que hace poco volvió a abrir la boca para vomitar veneno. Esa es la verdad.

Por eso nosotros consideramos que la llamada guerra preventiva de Bush es terrorismo. Empobrecer y desemplear a pueblos enteros es neoliberalismo, y el neoliberalismo, por eso, es terrorismo.

El desempleo y la pobreza lanzan a la emigración en El Salvador a más de 400 personas cada día, que salen indocumentados a correr el riesgo de llegar a la frontera sur de Estados Unidos y traspasarla. ¡Cuántos mueren en ese camino! ¡Cuántos son capturados traidoramente por la policía mexicana y asesinados a veces en territorio mexicano!

México, que es el principal suministrador de emigrantes hacia Estados Unidos, su gobierno se encarga de perseguir a los centroamericanos que atraviesan su territorio, de capturarlos, de asesinarlos, en algunos caso. Eso es terrorismo por cuenta del imperio, así se llama.

Más de dos millones y medio de salvadoreños, un tercio de la población de nuestro país, está allá en Estados Unidos, se van rompiendo las familias, destrozando la paternidad o la maternidad de los hijos, muchos de los cuales después toman los caminos de las pandillas, así llamadas, maras. Ellos engendraron las maras. Eso es terrorismo contra los pueblos.

Posada Carriles estuvo refugiado allá en El Salvador, mejor dicho, no refugiado, basificado en El Salvador, allí construyó una red terrorista para enviar a Cuba. Cruz León, que está preso en las cárceles cubanas; René Rodríguez, que también está preso en las cárceles cubanas, fueron enviados a La Habana a poner bombas en los hoteles. Un turista italiano perdió la vida en esos atentados. Los envió Posada Carriles, amparado por dirigentes del partido de derecha que gobierna en El Salvador y por funcionarios del gobierno salvadoreño de aquel tiempo. Por eso míster Bush no halla qué hacer con esa "papa caliente" que le ha caído entre las manos, que se llama Luis Posada Carriles.

Le dieron fraudulentamente la libertad en Panamá; una presidenta que estaba abandonando el gobierno y que no tuvo valor de hacerlo con suficiente anticipación, lo hizo en el último momento para que ya nada pudiera hacerse.

Anduvo errante por Centroamérica, hay indicios de que volvió a entrar a El Salvador, porque allí tiene organización, y, finalmente, apareció en Miami, demandando su derecho, dice, su derecho de haber trabajado durante muchos años bajo las órdenes de la CIA, y él —hay que reconocerlo— con toda razón se siente en el derecho de reclamarle a ese gobierno que le dé asilo.

Ahora es, desde luego, el peor momento para pedirle eso al gobierno de Estados Unidos. Cuando Bush está proclamando su sagrada y santa guerra contra el terrorismo, su guerra preventiva, se le aparece uno de sus bichos; a "ese santo" del antiterrorismo se le aparece uno de los bichos, de los hijos más asesinos, más curtidos, el cual ya, probadamente, dejó un reguero de víctimas, como en la voladura del avión en Barbados, y el hombre llega pidiendo al amo que lo deje estar ahí.

No halla qué hacer; W. no halla qué hacer, y se les ha ocurrido, parece que lo han discutido, enviarlo de nuevo a El Salvador. Por supuesto que en el gobierno salvadoreño y en la dirección del partido ARENA hay quienes, incluso, lo recibirían con regocijo; pero el pueblo salvadoreño y el FMLN no lo queremos allí, estamos demandando al gobierno que no le permita volver a poner el pie en el territorio salvadoreño.

Se puede preguntar, ¿y este pobre hombre qué va a hacer hoy, adónde va a ir? Sí, tiene un destino donde ir, ese destino se llama las cárceles de Venezuela, de donde se escapó después del crimen de Barbados y donde lo está reclamando la justicia.

Ahí tiene esa papa o esa brasa caliente W. Bush, y todos estamos mirando hacia dónde la va a tirar; mientras tanto, las complicaciones para el imperio se están multiplicando.

No es solo que no pudo imponer a Francisco Flores como secretario de la OEA, a este genuflexo y servil, con el que esperaba tener allí una máscara que "legitimara" cualquier tipo de agresiones de las que está hablando hace rato contra Venezuela, contra Cuba, no le salió. El FMLN dio la voz de alarma a toda América Latina, pusimos al descubierto su corrupción con documentos originales, hicimos un dossier —como le llaman— y lo llevamos a los gobiernos de América Latina, lo presentamos primero en la plaza pública en San Salvador; entonces resultaba embarazoso para muchos gobiernos que después de que renunciara el expresidente Rodríguez, de Costa Rica, acusado de corrupción, eligieran a otro corrupto, y el imperio no pudo implantar en la OEA a ese títere. Pero, además de eso, está sufriendo otros reveses, porque hay un proceso, se está levantando un verdadero tsunami de pueblos. La ola de pueblos está creciendo y esto solo comienza.

Si el siglo XX en América Latina se puede caracterizar —por supuesto, a excepción de Cuba, a excepción de la Revolución Sandinista— como el siglo de los cuartelazos, ahora podríamos decir que se ha iniciado el siglo de los "manifestacionazos". Los pueblos están asumiendo de verdad lo que durante mucho tiempo fue retórica, están asumiendo el principio fundamental en que teóricamente se asienta la república, a diferencia de la monarquía, el principio fundamental de que la soberanía reside en el pueblo, que es el pueblo el que da mandato al elegir gobernantes; pero es el pueblo también el que puede suspender ese mandato.

La Constitución Bolivariana de Venezuela instaló las normas, el derecho de revocatoria, y ya se puso en práctica y el pueblo venezolano ratificó arrasadoramente a Hugo Chávez Frías, el pueblo sabe lo que hace; pero como los pueblos saben lo que hacen, en ninguna otra parte lo quieren permitir. En la América Latina dependiente no quieren permitir que se revoque; pero los pueblos aprenden, y entonces hoy salen a la calle a revocar a los que no cumplen. Ya perdí la cuenta de cuántos presidentes han salido huyendo por la puerta de la cocina de las casas presidenciales. Y ahí en Nicaragua el Presidente está en alas de cucaracha, por eso están muy preocupados los presidentes, y vuelven su cara hacia el imperio pidiendo protección.

Elías Antonio Saca, presidente de El Salvador, hizo una declaración, hace pocos días, interesante, frente a los acontecimientos en Nicaragua; dijo: "En realidad, todos los presidentes aquí en Centroamérica estamos corriendo ese riesgo de que nos boten, tenemos que hacer algo", y ha invitado a los demás presidentes para reunirse y ver cómo se salvan del tsunami. Esta es la nueva historia.

Aquel viejo principio, aquella vieja sabiduría de que la historia la hacen los pueblos, ante nuestros ojos está teniendo una realidad incontrastable, y hoy lo podemos ver también en televisión, eso es lo que está ocurriendo y eso apenas comienza.

Los pueblos tienen derecho a liberarse del neoliberalismo, del capitalismo, que son terrorismos, y saben los pueblos que el socialismo es humanismo.

Quiero agradecer el honor que se me ha conferido de dirigir las palabras de un revolucionario salvadoreño, a nombre de mis compañeros y compañeras, al pueblo ejemplar de Cuba, reunido hoy Primero de Mayo.

¡Vivan los trabajadores!

¡Viva el Primero de Mayo!

¡Hasta la victoria siempre!