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Hua Guofeng

 

Continuar hasta el fin la revolución bajo la dictadura del proletariado

— contribución para el estudio del quinto tomo de Obras Escogidas de Mao Tsetung

 

 


Publicado: El 30 de abril de 1977.
Fuente del texto: Boletín Informativo, Agencia de Noticias Sinjua (Lima, Perú), 30 de abril de 1977; páginas 4-21.
Esta edición: marxists.org, enero 2024.


 

 

El gran líder y maestro el Presidente Mao Tsetung es el fundador de nuestro Partido, nuestro ejército y nuestra República Popular, y es asimismo el más grande marxista-leninista de nuestra época. El presidente Mao dirigió personalmente la revolución china durante un largo período, de más de medio siglo. Integrando la verdad universal del Marxismo-Leninismo con la práctica concreta de la revolución, formuló para nuestro Partido la única línea, orientación y política correctas en cada una de las diversas etapas de la revolución china, heredó, defendió y desarrolló el Marxismo-Leninismo en el curso de la lucha contra el oportunismo de derecha y de “izquierda” de todo cariz. Habiendo sintetizado las experiencias del movimiento revolucionario de china y del movimiento revolucionario mundial de nuestros tiempos, el Presidente Mao hizo relevantes contribuciones al Marxismo-Leninismo en los dominios de la filosofía, la economía política y el socialismo científico y así enriqueció enormemente el tesoro teórico del Marxismo-Leninismo.

El camino de la revolución china no ha sido un camino llano, en el curso de su avance ha tenido que vencer a muchos enemigos de dentro y de fuera del país y del Partido, superar toda clase de tendencias erróneas surgidas en nuestras propias filas y resolver muchos nuevos problemas desconocidos para nuestros predecesores. Todas las victorias logradas una tras otra por nuestro Partido en la revolución democrática y la revolución socialista se deben a la dirección del Presidente Mao. La historia demuestra que la bandera del Presidente Mao es la gran bandera bajo la cual el proletariado dirige a las amplias masas populares en el combate unido para la conquista de la victoria.

Con el Presidente Mao en vida, fue bajo su bandera cómo nos unimos y libramos luchas triunfales, después de su deceso, la lealtad a su bandera constituye la garantía para la victoria de nuestra causa revolucionaria. De esto deben tener clara conciencia todos nuestros Camaradas. Debemos enarbolar siempre y defender resueltamente la bandera del Presidente Mao, para que nuestra causa revolucionaria continue avanzando victoriosamente bajo la guía del Pensamiento Mao Tsetung y a lo largo de la línea revolucionaria del Presidente Mao.

El quinto tomo de Obras Escogidas de Mao Tsetung es un registro de victorias y un balance científico de las grandes luchas libradas en todos los terrenos por nuestro Partido bajo la dirección del Presidente Mao en los primeros ocho años después de la fundación de la república popular china. El Presidente Mao siempre abrigaba una actitud sumamente seria y prudente respecto a los problemas ideológicos y teóricos y dejaba que sus obras fueran sometidas a la prueba de la práctica durante algún tiempo antes de recopilarlas en colecciones. En 1969, el Presidente Mao encargó a los camaradas Chou En-lai y Kang Sheng que dirigieran el trabajo de la recopilación del quinto tomo de sus Obras Escogidas. Pero, a consecuencia de las interferencias y sabotajes por parte de la línea revisionista, este tomo permaneció largo tiempo sin poder ver la luz. Estas interferencias y torpedeos fueron obra, primero, de Lin Piao y Chen Po-Ta y, en los últimos años, de la camarilla antipartido de la “banda de los cuatro”: Wang Jung-Wen, Chang Chun-Chiao, Chiang Ching y Yao Wen-Yuan. En particular, momentos antes y después del fallecimiento del Presidente Mao, la “banda de los cuatro” procuró por todos los medios usurpar la dirección del trabajo de recopilación y publicación de las obras del Presidente Mao con miras a obstaculizar y torpedear la publicación del quinto tomo y de los tomos posteriores. Esto formaba parte del conjunto de su complot encaminado a echar abajo la gran bandera del Presidente Mao y alcanzar su criminal objetivo de usurpar la dirección del Partido y el poder del estado y restaurar el capitalismo. La publicación del quinto tomo de Obras Escogidas de Mao Tsetung es un fruto victorioso que ha logrado nuestro Partido con el aplastamiento de la camarilla antipartido de la “banda de los cuatro”.

La concepción fundamental que preside el quinto tomo de Obras Escogidas de Mao Tsetung consiste en que es preciso, persistiendo y desarrollando la teoría marxista de la revolución contínua, pasar inmediatamente de la revolución democrática a la revolución socialista en el momento de la toma del poder por el proletariado y continuar la revolución socialista bajo la dictadura del proletariado.

Cuando triunfó la revolución democrática, China era extremadamente pobre y atrasada en lo económico, con un proletariado que no constituía más que una pequeñísima parte de su población total, y un campesinado que representaba más del 80 por ciento. ¿Se podría transformar de inmediato la ya victoriosa revolución democrática, en revolución socialista en un país tan inmenso como China? Mucha gente de dentro y de fuera del país y del Partido abrigaba dudas al respecto o incluso lisa y llanamente lo consideraba imposible.

El Marxismo-Leninismo sostiene que con la consumación de la revolución democrática se abre la puerta a la revolución socialista. El Presidente Mao, aplicando esta tesis a las condiciones concretas de china, condujo a nuestro Partido a lograr el éxito en la materialización de este cambio revolucionario.

En vísperas del triunfo a escala nacional, el Presidente Mao ya señaló en su informe ante la segunda sesión plenaria del séptimo comité central del Partido que, después de conquistada la victoria en todo el país, la contradicción principal en el país seria la “contradicción entre la clase obrera y la burguesía”. Esto quiere decir que la revolución se convertiría, sin interrupción, en revolución socialista. Conforme al pensamiento del Presidente Mao, desde el mismo día en que triunfa la revolución democrática es preciso no vacilar en convertir la hegemonía del proletariado en dicha revolución en un poder estatal dirigido por este mismo. En efecto, así procedimos. La dictadura democrática popular establecida de esta manera y dirigida por el proletariado es, en esencia, la dictadura del proletariado. Con la confiscación del capital burocrático en el curso de la revolución democrática, la dictadura democrática popular dirigida por el proletariado dispuso desde el mismo principio de una economía estatal, dueña de las palancas de la economía nacional, se trataba de una economía de carácter socialista.

Después de conquistada la victoria a escala nacional, bajo la dirección del Presidente Mao, nuestro Partido dedicó tres años a la restauración de la economía nacional, y movilizó en el mismo período a las amplias masas a realizar los tres grandes movimientos: la reforma agraria, la represión a os contrarrevolucionarios y la resistencia a la agresión norteamericana y ayuda a Corea. En las zonas donde se había cumplido la reforma agraria, procedió de inmediato a organizar la ayuda mutua en el trabajo y la cooperativización en la producción en diversas formas. Respecto a la industria y el comercio capitalistas, de propiedad privada, comenzó a tomar medidas de capitalismo de estado. En 1952, el Presidente Mao dirigió personalmente la lucha contra los “tres males” y los “cinco males”, la cual, apoyada en la fuerza de las masas, asestó golpes demoledores a las actividades ilícitas de los burgueses que resistían a la dirección de la economía socialista y la saboteaban frenéticamente. La victoria de esta lucha dio un grandísimo impulso a la obra de transformar la industria y el comercio capitalistas de propiedad privada encauzándolos en la órbita del capitalismo de estado.

Dadas la existencia del poder estatal de la dictadura del proletariado, y la posición dirigente que ocupaba la economía socialista estatal en toda la economía nacional, nuestro Partido emprendió a escala nacional la transformación socialista de la propiedad de los medios de producción después del cumplimiento de la reforma agraria. Se trataba, precisamente como lo dijo el Presidente Mao, de “eliminar la propiedad capitalista convirtiéndola en propiedad socialista de todo el pueblo y eliminar la propiedad individual convirtiéndola en propiedad colectiva socialista”. La transformación de la propiedad era, en aquel entonces, el problema central para resolver la contra dicción entre la clase obrera y la burguesía y la contradicción entre el camino socialista y el capitalista. El Presidente Mao formuló oportunamente para nuestro Partido la línea general en el período de transición, línea que consistía en realizar simultáneamente la industrialización del país y las transformaciones socialistas de la agricultura y la artesanía y de la industria y comercio capitalistas.

A fin de llevar a efecto esta línea general, el Presidente Mao condujo a todo el Partido a desplegar una lucha compleja contra la burguesía tanto en el frente económico como en los frentes politice e ideológico. La crítica al idealismo fue un importante aspecto de la lucha contra la burguesía. El Presidente Mao dirigió a todo el Partido en las constantes luchas contra las ideas burguesas que habían penetrado en el seno del Partido y en la superación del oportunismo de derecha representado por Liu Shao-chi y que se apartaba de la línea general. La manifestación principal de este tipo de oportunismo consistía en pronunciarse por “establecer firmemente el orden social de nueva democracia”, no realizar la transformación socialista de la industria y el comercio capitalistas, abandonar voluntariamente la posición dirigente de la economía estatal, negar la necesidad y la posibilidad de desplegar, inmediatamente después de la reforma agraria, el movimiento de ayuda mutua y cooperativización, y dar rienda suelta a la polarización en el campo. Su esencia residía precisamente en detener la revolución y hacer que china emprendiera el camino capitalista.

El Presidente Mao invirtió enormes energías en la dirección de la transformación socialista de la agricultura y guió a los 500 millones de campesinos a tomar rápidamente el camino socialista, lo que constituyó un acontecimiento de trascendental significación mundial. La realización de la transformación socialista de la agricultura hizo que la alianza obrero-campesina basada en la reforma agraria se convirtiera en otra basada en el socialismo, proporcionando a la dictadura del proletariado una base sumamente solida. La transformación de la industria y el comercio capitalistas en economía estatal socialista se hizo realidad a través de múltiples formas de transición capitalistas de estado. El Presidente Mao expuso en forma penetrante la relación de interconexión e impulso mutuo entre la transformación socialista de la agricultura y la de la industria y el comercio capitalistas y combinó con destreza ambas transformaciones en la práctica. Como el socialismo ocupó las posiciones en el campo, el estado logró controlar las materias primas y mercados que necesitaban los capitalistas y aislar a la burguesía en lo político, forzándolos así a someterse a la transformación socialista.

La transformación socialista de la propiedad de los medios de producción fue un profundísimo cambio que se operó a través de enconadas luchas de clases. La acertada dirección del Presidente Mao no solo permitió que este cambio se llevara a cabo con celeridad, sino también que, en el curso de la transformación, en lugar de un menoscabo de las fuerzas productivas, se registrara un aumento de la producción agrícola de año en año, un desarrollo. creciente de la industria y el comercio y un robustocimiento cada vez mayor de la economía estatal socialista. Por lo tanto, al mismo tiempo que se realizó, en lo fundamental la transformación de la propiedad de los medios de producción, se lograron grandes victorias también en el desarrollo de la economía nacional durante el primer plan quinquenal, iniciado en 1953.

A la cabeza de nuestro Partido, el Presidente Mao fundó, en un país agrícola económicamente atrasado, la experiencia de implantar la dictadura del proletariado y pasar a la revolución socialista en el momento del triunfo de la revolución democrática, y creó la experiencia de emprender simultáneamente la transformación y la construcción socialistas. Igualmente creó muchas nuevas experiencias en la transformación socialista de la agricultura y la artesanía y la transformación socialista de la industria y el comercio capitalistas. La sinterización y generalización que de estas experiencias hizo el Presidente Mao revisten un enorme significado teórico en la historia del desarrollo del marxismo.

En 1956, culminó en lo fundamental la transformación socialista de la propiedad de los medios de producción de nuestro país. Saber si después de eso aun existen o no las contradicciones, las clases y la lucha de clases en la sociedad socialista, si es necesario o no continuar la revolución socialista y como llevarla adelante, constituía un nuevo problema para la revolución china. Se trataba, asimismo, de un problema que por largo tiempo no había podido tener respuesta acertada en el Movimiento Comunista Internacional.

En la literatura clásica del Marxismo-Leninismo era imposible encontrarle una respuesta ya hecha a este problema. Marx y Engels fundaron la doctrina del socialismo científico y la tesis de la dictadura del proletariado, pero no tuvieron ocasión de vivir la experiencia de la victoria de una revolución proletaria, de modo que semejante problema no se les planteó en forma concreta. Lenin desarrolló, tanto en lo teórico como en la práctica, la tesis marxista sobre la dictadura del proletariado y señaló que, después de la toma del poder por el proletariado, subsiste aún una aguda y complicada lucha de clases, existe todavía el peligro de restauración del capitalismo y es por tanto indispensable fortalecer la dictadura del proletariado. Pero Lenin falleció demasiado temprano para presenciar con sus propios ojos la culminación de la transformación socialista de la propiedad de los medios de producción, circunstancia que le hizo imposible resolver este problema de manera explícita y concreta. Stalin, que fue un gran marxista-leninista, heredo la causa de Lenin y condujo al pueblo soviético a llevar a cabo la industrialización socialista y la colectivización agrícola y a conquistar el triunfo de la guerra antifascista. Sostuvo, en la práctica, luchas resueltas contra diversos representantes burgueses contrarrevolucionarios infiltrados en el Partido. pero, En lo teórico, no reconocía que, después de cumplida la colectivización agrícola, seguía existiendo en la unión soviética la contradicción entre el proletariado y la burguesía, entre el camino socialista y el capitalista. Durante largo tiempo observó la sociedad socialista no como una unidad de contrarios, según el criterio de la dialéctica materialista, sino como un todo único en que solo hay unidad y no contradicciones. Al influjo de esta concepción, en el Movimiento Comunista Internacional estuvo durante largo tiempo muy generalizado un punto de vista que no reconocía que, después de culminada la transformación socialista de la propiedad de los medios de producción, aun existe la lucha de clases entre el proletariado y la burguesía, que esta lucha de clases puede encontrar su reflejo en el seno del Partido en forma de lucha entre las dos líneas y que subsiste el peligro de restauración del capitalismo. La dolorosa lección que significa la usurpación de la dirección del Partido Comunista de la Unión Soviética y del estado soviético por la camarilla de renegados jruschovistas y la restauración del capitalismo en ese país, plantea ante los marxista-leninistas la seria tarea de resumir de manera concienzuda la experiencia histórica de la dictadura del proletariado y examinar de nuevo los problemas a este respecto.

Aprovechando la oportunidad de la culminación en lo fundamental de la transformación socialista de la propiedad, Liu Shao-chi y Chen Po-Ta, agentes de la burguesía en nuestro Partido, intentaron una vez más detener la revolución. Sostenían que la burguesía había sido aniquilada y que había sido resuelto el problema de quien vencerá, el socialismo o el capitalismo. Al pregonar la teoría de la extinción de la lucha de clases, perseguían en realidad liquidar la revolución socialista, si el proletariado y su Partido hubieran aceptado tal punto de vista, esto habría conducido inevitablemente a la pérdida de los frutos de la revolución ya conseguidos y China habría retrocedido al camino capitalista.

En vista de las ideas erróneas en el ámbito internacional y nacional, el Presidente Mao, con un intrépido espíritu materialista consecuente y valiéndose de la dialéctica marxista, sintetizó las experiencias tanto positivas como negativas de dentro y de fuera del país, respondió científicamente, por primera vez en la historia del Movimiento Comunista Internacional, a esta importante cuestión concerniente al destino histórico de la dictadura del proletariado y formuló la gran teoría de la continuación de la revolución bajo dicha dictadura. Basándose en esta teoría, el Presidente Mao estableció en 1962 la línea fundamental del Partido para toda la etapa histórica del socialismo. A través de la práctica de la Gran Revolución Cultural Proletaria iniciada en 1966, esta teoría ha alcanzado una mayor perfección y se ha enriquecido aún más. En el quinto tomo de Obras Escogidas de Mao Tsetung, principalmente en sus importantes obras de 1956-1957, ya fue formulada esta teoría.

A comienzos de 1957, el Presidente Mao señaló explícitamente que no porque la transformación de la propiedad hubiera culminado en lo fundamental había dejado de existir la lucha de clases y que subsisten los remanentes de la clase terrateniente y la burguesía compradora, subsiste la burguesía, y la transformación de la pequeña burguesía acaba de empezar. “La Lucha de clases entre el proletariado y la burguesía, entre las diferentes fuerzas políticas y entre el proletariado y La burguesía en el terreno ideológico, será aún larga, tortuosa y a veces incluso muy enconada.” Indicó además: “en nuestro país se ha establecido en lo fundamental el sistema socialista. hemos obtenido la victoria básica en la transformación de la propiedad de los medios de producción, pero todavía no hemos logrado la victoria completa en los frentes político e ideológico.” En la primavera de 1957, aprovechándose de la oportunidad de la rectificación del estilo de trabajo realizada por nuestro Partido, los derechistas burgueses lanzaron un frenético ataque contra el socialismo, con la esperanza de vencer al proletariado en lo político e ideológico. El Presidente Mao condujo a todo el Partido y todo el pueblo a rechazar él ataque de los derechistas burgueses y a conquistar una gran victoria de la revolución socialista en los frentes político e ideológico. Esta lucha dió un pleno testimonio de la justeza de la tesis del Presidente Mao.

El Presidente Mao persistió en emplear el concepto de la dialéctica materialista — la unidad de los contrarios — para investigar y analizar la sociedad socialista. Señaló: “algunos dicen que en La sociedad socialista se puede 'hallar' contradicciones, esta manera de hablar me parece incorrecta, de lo que se trata no es de si se puede o no hallar contradicciones, sino de que esta sociedad está llena de contradicciones.” La contradicción entre el proletariado y la burguesía y la contradicción entre el camino socialista y el capitalista constituyen la contradicción principal en la sociedad socialista. Siendo esta contradicción principal, el Presidente Mao elucidó las leyes del desarrollo de la sociedad socialista y asentó una sólida base para la teoría de la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado.

El Presidente Mao aplicó a la sociedad socialista la tesis marxista sobre las contradicciones entre las relaciones de producción y las fuerzas productivas y entre la superestructura y la base económica, negando así radicalmente el concepto metafísico de que no hay contradicciones en la sociedad socialista y que esta deja de necesitar la revolución. En La sociedad socialista, ocurren frecuentemente casos en que es necesario reformar algunos eslabones de las relaciones de producción cuando no pueden adaptarse al desarrollo de las fuerzas productivas, y ocurren también con frecuencia casos en que es preciso reformar algunos eslabones de la superestructura cuando no pueden proteger, o incluso minan, la base económica socialista. Al aseverar que el sistema socialista tiene superioridad, no queremos decir que dichas contradicciones fundamentales, universalmente existentes en la sociedad humana, hayan desaparecido, sino que el propio sistema socialista puede solucionarlas constante y activamente y por su propia iniciativa.

Estas contradicciones fundamentales en la sociedad socialista todavía tienen el carácter de lucha de clases. Tanto en las relaciones de producción como en la superestructura existe la lucha entre las dos clases — el proletariado y la burguesía —, existe la lucha entre el camino socialista y el capitalista y, por lo tanto, existe el peligro de restauración capitalista. El Presidente Mao dijo: “en China, la lucha para afianzar el sistema socialista, la lucha para decidir si vencerá el socialismo o el capitalismo, durará todavía por un período histórico muy largo.” Para lograr que el sistema socialista se perfeccione y marche hacia adelante de manera continua y para prevenir la restauración del capitalismo, “no solo es necesario realizar la industrialización socialista del país y perseverar en la revolución socialista en el frente económico, sino también llevar adelante, en forma constante y con duros esfuerzos, la lucha revolucionaria socialista y la educación socialista en los frentes político e ideológico, además, se requiere el concurso de varios factores internactonales.”

El Presidente Mao dijo: “en la sociedad, toda cosa constituye una unidad de contrarios. La sociedad socialista es también una unidad de contrarios, y en ella hay unidad de contrarios en el seno del pueblo y la hay entre nosotros y el enemigo.” El Presidente Mao dividió las contradicciones de la sociedad socialista en dos tipos de contradicciones de distinta naturaleza: las existentes entre nosotros y el enemigo y las existentes en el seno del pueblo, y señaó la necesidad de adoptar métodos diferentes para tratar y resolver estos dos tipos de contradicciones. Este es un nuevo resumen teórico marxista-leninista hecho sobre la base de la práctica revolucionaria nacional e internacional.

Tanto Marx como Lenin apuntaron que es indispensable la dictadura revolucionaria del proletariado durante todo el período de transición del capitalismo al comunismo, conforme a este principio, el presidente Mao subrayó reiteradamente que, en la etapa del socialismo, son imprescindibles la dictadura del proletariado y su continuo fortalecimiento. Esto se explica porque todavía existen en el país contradicciones entre nosotros y el enemigo además de la necesidad de preservar el país de la subversión y la posible agresión de parte de los enemigos externos. El Presidente Mao dijo: “en una época en que subsisten las clases y la lucha de clases tanto en el plano nacional como en el internacional, la clase obrera y las masas populares que han conquistado el poder estatal tienen que aplastar la resistencia que oponen a la revolución todas las clases, grupos e individuos contrarrevolucionarios, poner coto a sus actividades restauracionistas e impedir a los contrarrevolucionarios que hagan uso de la libertad de palabra para sus propósitos contrarrevolucionarios.”

La dictadura del proletariado es la dictadura sobre el exiguo número de enemigos ejercida por las más amplias masas populares bajo la dirección del proletariado, pero no debemos creer por eso que en el seno del pueblo solo haya unanimidad y no exista contradicción, alguna. El Presidente Mao señaló con exhaustiva argumentación que en el interior del pueblo existen muchas contradicciones. Las contradicciones entre el camino socialista y el capitalista se manifiestan como contradicciones entre nosotros y el enemigo y también, en numerosos casos, como contradicciones en el seno del pueblo. Solucionamos las contradicciones entre nosotros y el enemigo por medio de la dictadura y, en lo tocante a las contradicciones en el seno del pueblo, no podemos solucionarlas sino por métodos democráticos, o sea, por métodos de persuasión, educación, critica y autocrítica. Con la finalidad de asegurar una creciente consolidación de la unidad y cohesión en el interior del pueblo, es necesario tratar las contradicciones en su seno por métodos correctos.

Los análisis científicos hechos por el presidente Mao acerca de las diversas clases de la sociedad china después de cumplida en lo fundamental la transformación de la propiedad constituyen la base para distinguir y tratar correctamente las contradicciones en el seno del pueblo y las existentes entre nosotros y el enemigo, y también la base para formular la estrategia y las tácticas destinadas a continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado. El Presidente Mao dijo: la revolución socialista “es una lucha entre el proletariado y los trabajadores por el dirigidos, de un lado, y la burguesía, del otro”. Basándose en la experiencia de la lucha contra los derechistas en 1957, el Presidente Mao puntualizó que, entre la población de todo el país, los que aprueban el socialismo representan un 90 por ciento mientras los que lo desaprueban o se le oponen constituyen un 10 por ciento, y que mediante nuestro trabajo podemos ganarnos un 8 por ciento más, de modo que los partidarios asciendan al 98 por ciento reduciendo solo a un 2 por ciento a los recalcitrantes, que se oponen obstinadamente al socialismo. La clase obrera es la clase dirigente, el Presidente Mao indicó: “el proletariado chino es numéricamente pequeño, pues solo lo integran algo más de diez millones de personas, no podrá ejercer la dictadura sino apoyándose en los cientos de millones de campesinos pobres, campesinos medios interiores, pobres de la ciudad, artesanos necesitados e intelectuales revólucionarios, de otro modo, le será imposible hacerlo.” Además de unirse con estos seguros aliados, la clase obrera debe ganar y unirse con la mayoría de la capa superior de la pequeña burguesía, con la mayoría de la intelectualidad burguesa y con aquellos integrantes de la burguesía nacional que están dispuestos a aceptar la transformación socialista, a fin de aislar y golpear al minúsculo número de recalcitrantes, obstinados en su oposición al socialismo. El Presidente Mao dijo: “con todo y ser poco numerosa, la clase obrera es la única que tiene porvenir, en tanto que todas las demás son clases transitorias, que tendrán que ir pasándose a la clase obrera.” La clase obrera debe remodelar a su imagen al campesinado y a la pequeña burguesía urbana, debe liquidar a la burguesía y remodelar a los elementos e intelectuales burgueses. a la vez que transforma el mundo objetivo, debe transformar incesantemente su propio mundo subjetivo. estas son importantes tareas de largo plazo para la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado.

La “banda de los cuatro” negaba totalmente el análisis científico que hizo el Presidente Mao de las diversas clases de la sociedad china, negaba por completo la línea clasista para continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado y confundía los dos tipos de contradicciones de diferente naturaleza: las contradicciones en el seno del pueblo y las existentes entre nosotros y el enemigo. Se oponía a que nuestro Partido “se fundamente do todo corazón en la clase obrera”, que se fundamente en los campesinos pobres y campesinos medios inferiores, que se una con los intelectuales revolucionarios y que se una con las más amplias masas populares. Los supuestos “elementos de vanguardia” en que esa banda se fundamentaba son nada más que terratenientes, campesinos ricos, contrarrevolucionarios y elementos nocivos así como nuevos y viejos elementos burgueses. Incitaba al fraccionalismo burgués, creaba escisiones y provocaba una “guerra civil general” en las filas de la clase obrera y de las masas populares, a fin de alcanzar su criminal objetivo de sabotear la Gran Revolución Cultural Proletaria y destruir la dictadura del proletariado. La “banda dé los cuatro” es enemigo de las grandes masas populares. La victoria de la lucha por aplastarla testimonia una vez más la verdad expuesta por el Presidente Mao en sentido de que debemos “confiar firmemente en la gran mayoría de las masas”.

El Presidente Mao aplicó la dialéctica a un nuevo terreno, el de la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado y, partiendo del principio de que solo se puede resolver las contradicciones poniéndolas al descubierto, expuso como se debe tratar y solucionar las distintas contradicciones existentes en la sociedad socialista, en la revolución y la construcción socialistas. El presidente Mao, al igual que Marx, Engels y Lenin, fue un gran maestro en aplicar la dialéctica a la práctica revolucionaria del proletariado.

Puesto que en la sociedad socialista todavía existen clases, contradicciones de clase y lucha de clases y es preciso aún perseverar en la dictadura del proletariado, se hace indispensable el partido proletario. El reflejo en el Partido Comunista de la lucha de clases en la sociedad es una cuestión existente desde la aparición de aquel, cuestión que adquiere una particular gravedad después que el Partido Comunista toma el poder estatal. Cómo tratar las contradicciones y las luchas de dentro del Partido constituye, por lo tanto, un problema de gran importancia para la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado.

En el período socialista, los enemigos de la revolución proletaria se encuentran no solo fuera sino también dentro del Partido. Bajo la dirección del Presidente Mao, nuestro Partido aplastó en 1954 a la alianza antipartido de Kao Kang y Yao Shu-shi, que fue un cuartel general burgués escondido en el seno del Partido. Al sintetizar esta lucha en aquel entonces, el Presidente Mao dijo: “el surgimiento de la alianza antipartido de Kao Kang y Yao Shu-shi no es algo fortuito, sino una aguda expresión de la encarnizada lucha de clases que se desarrolla actúalmente en nuestro país. El objetivo criminal de esta alianza antipartido consiste en escindir a nuestro Partido y usurpar, recurriendo a la conspiración, la dirección suprema del Partido y del estado para abrir el camino a la restauración, contrarrevolucionaria.” En 1957, hubo también en el Partido algunas personas, cuya fisonomía política era totalmente igual a la de los derechistas de fuera del Partido y que lanzaron ataques contra el Partido en coordinación con ellos. Por eso, el Presidente Mao dijo que en esta gran lucha contra los derechistas “el campo de batalla se halla tanto dentro como fuera del Partido”. A partir de entonces, como la burguesía encontraba cada vez más difícil subvertir la dictadura del proletariado desde afuera, venía depositando su esperanza de restauración en sus agentes infiltrados en el seno del Partido Comunista. Desde luego, la lucha de clases en la sociedad continúa cada día y cada instante y la lucha entre las dos líneas en el seno del Partido sigue siendo un reflejo de la lucha de clases de la sociedad, y un reflejo concentrado. El Presidente Mao formuló en 1965 el concepto científico de dirigentes seguidores del camino capitalista dentro del Partido y señaló que de estos proviene principalmente el peligro de restauración capitalista. La Gran Revolución Cultural Proletaria es, en resumidas cuentas, una lucha sostenida por el proletariado y las amplias masas revolucionarias contra los seguidores del camino capitalista de dentro del Partido representados por Liu Shao-chi, Lin Piao y la “banda de los cuatro” Wang-Chang-Chiang-Yao. La "banda de los cuatro” es típico representante de la burguesía anticomunista y antisocialista en nuestro Partido y estaba vinculada de mil maneras con el Kuomintang chiangkaishekista. Al igual que en los casos de Liu Shao-chi y Lin Piao, las contradicciones, entre nuestro Partido y la banda son contradicciones entre nosotros y el enemigo.

El Presidente Mao nos enseñó la necesidad de juzgar a un partido proletario desde el punto de vista dialéctico. El Partido Comunista de China es un partido grande, glorioso y correcto: esto debe ser afirmado. No obstante, algunos contrarrevolucionarios disfrazados se han infiltrado en nuestro Partido y algunos elementos poco firmes en el seno del Partido han sido acertados por los proyectiles almibarados materiales y espirituales de la burguesía y han degenerado en agentes de la misma, lo que refleja lo prolongada, tortuosa y complicada que es la lucha de clases. El Presidente Mao dijo: “tales casos son más que naturales, y se presentaran siempre.” Los enemigos de dentro de la fortaleza son los más peligrosos de todos. La historia corrobora que nuestro Partido siempre ha sido capaz de movilizar a las masas para ponerlos completamente al descubierto y depurar el Partido de ellos.

El Presidente Mao nos enseñó, además, que tampoco es punto de vista dialéctico, sino metafísico, considerar que todo comunista es infaliblemente un marxista ciento por ciento y jamás incurre en ningún error y que si lo comete hay que “derribarlo de un bastonazo”. Debemos, en conformidad con la enseñanza del Presidente Mao, distinguir seriamente entre los revolucionarios que han cometido errores y los elementos contrarrevolucionarios, esto es, distinguir las contradicciones en el seno del pueblo de las existentes entre nosotros y el enemigo. Al tratar los defectos y errores de nuestros camaradas, es imperativo emplear métodos diferentes de los que se usan para tratar las contradicciones entre nosotros y el enemigo. ¿Qué actitud debe adoptarse para con los camaradas que han cometido errores? A este respecto, el punto de partida del Presidente Mao es el siguiente: “para hacer la revolución, mientras más gente, mejor. De aquellos que se han equivocado, excepto una exigua minoría que insiste en sus errores pese a reiteradas advertencias, la mayoría puede corregirse.” El principio de sacar lecciones de los errores pasados para evitarlos en el futuro y tratar la enfermedad para salvar al paciente fue formulado por el Presidente Mao durante la Campaña de Rectificación del Estilo de Trabajo en Yenán y desde entonces ha surtido buenos efectos en la práctica. En sus obras recopiladas en el quinto tomo, el presidente Mao dilucidó en mayor grado este principio señalando que al tratar a los camaradas que se han equivocado no solo es preciso observar, observar si se corrigen, sino también ayudar, ayudarles a corregirse. El Presidente Mao dijo: “limitarse a observar es una actitud pasiva, hay que crear todo tipo de condiciones para ayudarles a corregirse, debemos distinguir claramente lo correcto de lo erróneo, pues las controversias de principio dentro del Partido son un reflejo en su seno de la lucha de clases en la sociedad, y no admiten ninguna ambigüedad. Es normal que, respecto a los camaradas que han cometido errores, se hagan críticas adecuadas y bien fundamentadas o incluso se desplieguen luchas en la medida de lo necesario, según el caso de que se trate, esto se hace con el fin de ayudarles a enmendarse, negarse a ayudar a los camaradas que han caído en falta y hasta alegrarse de sus males es una actitud sectaria.

El Presidente Mao reafirmó que la mayoría de los cuadros de nuestro Partido son buenos e indispensables para el pueblo, dijo: “nuestro Partido cuenta con millones de cuadros experimentados. La gran mayoría de ellos son buenos, se formaron enraizados en esta tierra, mantienen estrechos vínculos con las masas y han sido probados en una lucha prolongada. Tenemos todo un contingente de cuadros: los del período de la creación del Partido, los del período de la Expedición al Norte, los del período de la Guerra Revolucionaria Agraria, los del período de la Guerra de Resistencia contra el Japón, los del período de la Guerra de Liberación y los del período posterior a la liberación a escala nacional. Todos ellos constituyen un tesoro de nuestra nación.” Blandiendo el garrote de “combate al empirismo”, la “banda de los cuatro” trataba de derribar a todos los cuadros experimentados en las prolongadas luchas revolucionarias y, endilgando sambenitos como el de “demócratas” y el de “seguidores del camino capitalista”, intentaba hundir a todos los cuadros que habían pasado la prueba de la revolución de nueva democracia y la revolución socialista. Tenía clara conciencia de que, antes de lograr la destrucción de la causa revolucionaria del pueblo chino y la ruina de nuestro Partido, era preciso hundir a este contingente de cuadros de nuestro Partido, incluidos los nuevos cuadros que habían surgido en la Gran Revolución Cultural Proletaria y que estaban en contra de esa “banda”. Los hechos han demostrado que este contingente de cuadros de nuestro Partido es imposible de hundir, ellos constituían precisamente un obstáculo infranqueable para la “banda de los cuatro” en su conspiración destinada a usurpar la dirección del Partido y el poder del estado y restaurar el capitalismo. El Presidente Mao dijo: “nosotros, contando con esta multitud de cuadros probados en los distintos períodos revolucionarios, podemos permanecer serenos en la barca de pesca frente al remolino desatado por el vendaval.

Prácticando el revisionismo, trabajando por la escisión y urdiendo intrigas y maquinaciones, la “banda de los cuatro” ejerció una tremenda acción perturbadora y saboteadora en lo ideológico, en lo organizativo y en lo tocante al estilo de trabajo de nuestro Partido. Pero hay que notar que nuestro Partido posee bellas tradiciones revolucionarias. Estas tradiciones se forjaron, bajo la dirección del Presidente Mao y al calor del Pensamiento Mao Tsetung, en la prolongada lucha revolucionaria y en la lucha contra toda clase de tendencias erróneas, están arraigadas entre la gran masa de militantes del Partido y de cuadros y son resistentes ante las impetuosas tempestades. La acción perturbadora y saboteadora de la “banda de los cuatro” constituyó otra gran tempestad para templar a nuestro Partido. Una cosa mala puede convertirse en una cosa buena. Esta es una verdad dialéctica que el Presidente Mao expuso en varias ocasiones. A través de la denuncia y la crítica a la “banda de los cuatro” y mediante la consolidación del Partido y la rectificación del estilo de trabajo, nuestro Partido desarrollará su tradición de combinar la teoría con la práctica, forjar estrechos vínculos con las masas populares y prácticar la crítica y autocrítica. Su tradición de centralismo democrático y su tradición de lucha ardua, aumentará aún más su capacidad de combate y jugará aún mejor su papel dirigente en la revolución y construcción socialistas.

Guiando la construcción socialista de nuestro país con la teoría sobre la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado, el Presidente Mao elaboró, en 1958, la línea general de poner en tensión todas las fuerzas y pugnar por marchar siempre adelante para construir el socialismo según la norma de cantidad, rapidez, calidad y economía. En muchos trabajos recogidos en el quinto tomo de sus Obras Escogidas había planteado las ideas básicas de esta línea general, ideas que consisten en tratar de manera correcta, en la continuación de la revolución socialista, las distintas contradicciones y relaciones y movilizar a plenitud todas las fuerzas positivas para promover el desarrollo de la construcción socialista según la norma de cantidad, rapidez, calidad y economía. El Presidente Mao dijo: “debemos esforzarnos por movilizar todos los factores positivos, directos e indirectos, de dentro y de fuera del Partido y del país, para hacer de China un poderoso país socialista.

La revolución tanto en la superestuctura como en las relaciones de producción está llamada a liberar las fuerzas productivas y hacer posible un rápido desarrollo de la producción. Debemos, marchando por el rumbo socialista y comunista, convertir a un país económica y culturalmente atrasado como es el nuestro en un poderoso país dotado de una agricultura moderna, una industria moderna, una defensa nacional moderna y una ciencia y tecnología moderna. En su tiempo, el sistema capitalista posibilitó la industrialización de numerosos países, sin embargo, como señala el Presidente Mao al referirse al camino que ha de seguir la agricultura: “siguiendo el camino capitalista también se podría aumentar la producción, pero el tiempo seria largo, y el camino doloroso.” El sistema socialista es muy superior al capitalista, nos permitirá sobrepasar el capitalismo en lo referente al ritmo del incremento de la producción, hacer realidad la industrialización del país en un lapso de tiempo relativamente breve y, además, lograr gradualmente una productividad del trabajo más elevada que bajo el capitalismo. Es preciso que desarrollemos lo más rápidamente posible la producción bajo el sistema socialista, ya que solo de este modo será posible satisfacer paulatinamente las crecientes necesidades del pueblo y brindar al sistema socialista una base material cada vez más sólida. La consolidación del sistema socialista requiere, entre otras condiciones, una potente base material. La defensa del sistema socialista requiere un gran poderío defensivo, lo que presupone a su vez la presencia de un gran poderío económico. Sin una avanzada industrialización del país, será imposible la victoria definitiva del socialismo sobre el capitalismo. El Presidente Mao señala, además: “las fuerzas productivas constituyen el factor más revolucionario, su desarrollo conduce necesariamente a la revolucion.” Este es un axioma marxista aplicable a cualquier sociedad. En la sociedad socialista, el desarrollo de las fuerzas productivas pone forzosamente al descubierto las de las comunas en particular y del país en general, así como de constante elevación del grado de esta mecanización e industrialización. Aparentando entusiasmo por el sistema socialista, la “banda de los cuatro” brindaba en realidad apoyo a las fuerzas restauracionistas capitalistas de la ciudad y del campo y socavaba a diario la base material del sistema socialista, oponiéndose a las Cuatro Modernizaciones. Son unos estafadores políticos que, hostiles a la revolución socialista, se dedicaban a subvertir deliberadamente el sistema socialista.

El Presidente Mao exige a los cuadros de distintas profesiones y oficios “esforzarse por dominar la técnica y los conocimientos profesionales para convertirse en expertos... ser rojos y a la vez calificados”. El Presidente Mao señala: “la política y la actividad profesional conforman una unidad de contrarios. La política es lo principal, ocupa el primer lugar. Debemos luchar contra la tendencia al apoliticismo, sin embargo, tampoco está bien dedicarse exclusivamente a la política y no preocuparse por adquirir conocimientos técnicos y profesionales. Todos nuestros camaradas, sea que se ocupen de la industria, la agricultura, el comercio o el trabajo cultural y educacional, deben adquirir algunos conocimientos técnicos y profesionales.” El Presidente Mao exige a los camaradas responsables de los organismos locales a todos los niveles y de los diversos departamentos centrales “hacer tesoneros esfuerzos por convertirse, tomando como base la elevación de su nivel marxista-leninista, en expertos que dominen el trabajo político y el económico”. “Debemos realizar bien tanto el trabajo político e ideológico como la construcción económica, la construcción económica debemos llegar a dominarla realmente.” La “banda de los cuatro” se opuso a nuestros esfuerzos por adquirir conocimientos profesionales en bien del socialismo. La causa de su oposición a la adquisición de conocimientos técnicos y profesionales es que está en contra del socialismo. El Presidente Mao dijo: “hay quienes se distinguen por el color blanco, como es el caso de los derechistas de dentro del Partido, ellos son blancos en lo político y, además, no calificados en lo técnico.” La “banda de los cuatro” son ultraderechistas que se encuentran aún más a la derecha que esos derechistas.

Es imposible construir el socialismo y consolidar la dictadura del proletariado sin un enorme contingente de cuadros técnicos y un enorme contingente de intelectuales, contingentes ambos de la clase obrera. El Presidente Mao planteó a los militantes del Partido Comunista, a los miembros de la Liga de la Juventud y al pueblo en general la siguiente exigencia: todo el mundo debe “estudiar con ahínco. Quienes estén en condiciones de hacerlo, deben empeñarse en adquirir conocimientos técnicos y profesionales y en estudiar la teoría marxista, de esta manera se formará un nuevo ejército de intelectuales de la clase obrera (este ejército incluirá a todos aquellos intelectuales procedentes de la vieja sociedad que, habiéndose reeducado realmente, se mantengan firmes en la posición de la clase obrera).” Y agregó: “esta es una gran tarea que nos asigna la historia. Antes de que se haya creado este enorme y nuevo ejército de intelectuales de la clase obrera, no podrá consolidarse plenamente la causa revolucionaria de la clase obrera.” Debemos, conforme a las enseñanzas del Presidente Mao y partiendo de las necesidades de la revolución, adquirir plena conciencia de la gran importancia de esta tarea y esforzarnos por cumplirla.

Al leer el quinto tomo de las Obras Escogidas se puede notar que siempre fue objeto de detenidas reflexiones del Presidente Mao el problema de cómo hacer valer plenamente la superioridad del sistema socialista para realizar más rápidamente y mejor la construcción de nuestro país. Ya en 1954 el Presidente Mao puntualizó que, para realizar la industrialización socialista y la mecanización agrícola y construir un gran país socialista, bastaría con aproximadamente 50 años, o sea, el período de más o menos diez planes quinquenales. En 1956, el Presidente Mao volvió a referirse a esto, planteando sobrepasar en lo económico a los EE.UU. en el lapso de 50 o 60 años, señaló: “este es un deber, ustedes, son tanta gente, su tierra es tan inmensa y tan ricos sus recursos naturales y, ademas, se oye decir que ustedes están prácticando el socialismo, que es calificado de superior, así pues, ¡qué desastroso sería si al cabo de 50 o 60 años no hubieran podido sobrepasar a los Estados Unidos! ¡Entonces habría que despojarlos de su condición de terrícolas! Por consiguiente, no solo podemos, sino que con toda razón necesitamos y debemos sobrepasar a los Estados Unidos. De no ser así, la nación china quedaría en deuda con las demás naciones del mundo y se reduciría a poca cosa nuestra contribución a la humanidad.” ¿Al leer estas palabras del Presidente Mao, puede haber chino alguno que muestre apatía y no arda de dinamismo, a no ser que se trate de la “banda de los cuatro” y el puñado que representa, esto es, la clase terrateniente y la burguesía, tercamente opuestas al socialismo?

Por instrucción del Presidente Mao, el camarada Chou En-Lai formuló en 1964 y 1975 ante la Asamblea Popular Nacional un grandioso plan que consiste en hacer de China, en el término del presente siglo, un poderoso país socialista realizando integralmente la modernización de la agricultura, la industria, la defensa nacional y la ciencia y tecnología, de modo que nuestra economía nacional se coloque en las primeras filas del mundo. Dirigidos por el Presidente Mao, nuestro Partido y nuestro pueblo, desarrollando el espíritu de independencia y autosostenimiento y luchando dura y tenazmente, han logrado en veintitantos años convertir a China en un país socialista que se encuentra en los albores de la prosperidad. Hemos de luchar con redoblados esfuerzos por hacer realidad este grandioso plan, en los veintitantos años venideros.

La teoría del Presidente Mao sobre la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado es una poderosa arma para luchar contra el revisionismo antimarxista en el plano internacional y nacional.

Una de las grandes hazañas del Presidente Mao reside en que mantuvo en alto la bandera del Marxismo-Leninismo, combatió el revisionismo contemporáneo cuyo centro es la camarilla de renegados revisionistas soviéticos y le asestó un golpe demoledor en lo teórico. El período transcurrido desde aquellos años en que se escribieron los trabajos que figuran en el quinto tomo de Obras Escogidas de Mao Tsetung ha sido testigo de un importante cambio en el Movimiento Comunista Internacional, y es que ha dejado de existir el campo socialista a consecuencia de la traición de la camarilla de Jruschov y Brezhnev y de la degeneración de la Unión Soviética en país socialimperialista. En 1956, el Presidente Mao señaló, sin paliativos, que Jruschov y sus congéneres habían abandonado una “espada", que es Stalin, y que en lo fundamental lo habían hecho también con la otra “espada”, que es Lenin, arrojando así prácticamente por la borda el Leninismo. Frente a los frenéticos ataques de los revisionistas contemporáneos, el Presidente Mao defendió resueltamente a Stalin y salvaguardo con firmeza el Marxismo-Leninismo. Debemos ser firmes en el cumplimiento del legado del Presidente Mao y llevar hasta el fin la lucha contra el socialimperialismo soviético.

La “banda de los cuatro”, camarilla antipartido de Wang-Chang-Chiang-Yao, es feroz enemiga de la gran teoría del Presidente Mao sobre la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado. Adulterando la línea fundamental del Partido, ellos tuvieron la desfachatez de calificar de “revolución” el desenfrenado sabotaje de la superestructura y las relaciones de producción socialistas y de la construcción económica socialista. Juntando una cuadrilla de agentes secretos del enemigo, traidores, elementos contrarrevolucionarios, canallas y todo tipo de elementos autores de graves trastornos del orden público, se calificaban a sí mismos de “izquierdistas” y “revolucionarios” y dirigían su punta de lanza contra los cuadros dirigentes a diversos niveles empeñados en el camino socialista y contra las masas revolucionarias. Trastrocando a los enemigos con los nuestros e invirtiendo lo correcto y lo erróneo, creaban confusiones con el fin de usurpar la dirección suprema del Partido y del estado y reemplazar la dictadura del proletariado por una dictadura fascista de la burguesía. En la lucha por denunciar y criticar a fondo a la “banda de los cuatro”, debemos guiarnos por el Pensamiento Mao Tsetung para arrancarles completamente su ropaje de “izquierdistas” y poner a la vista su verdadera catadura de ultraderechistas.

La práctica revolucionaria de estos veintitantos años, particularmente la Gran Revolución Cultural Proletaria, ha pertrechado a nuestro Partido y a las grandes masas con la teoría del Presidente Mao sobre la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado. Fue esta poderosa arma ideológica la que hizo posible que nuestro Partido, contando con el activo apoyo de las grandes masas, hiciera abortar a tiempo el complot de la “banda de los cuatro” destinado a usurpar la dirección suprema del Partido y del estado. No se repitió en nuestro país la tragedia de la restauración capitalista que después del fallecimiento de Stalin tuvo lugar en la Unión Soviética. El que nuestro Partido haya liquidado a la “banda de los cuatro” constituye una gran práctica de la teoría del Presidente Mao sobre la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado y otra magna victoria de la Gran Revolución Cultural Proletaria.

El Presidente Mao definió para nuestro Partido una línea marxista-leninista clara, explícita y correcta, que consiste en continuar hasta el fin la revoloción socialista bajo la dictadura del proletariado. Nos exhortó a no olvidar en ningún momento la lucha de clases, a asir como clave la lucha de clases, a llevar paso a paso a feliz término la revolución y la construcción socialistas y a hacer del nuestro un gran país socialista hasta consumar la transición de la sociedad socialista a la comunista. Es a esto a lo que nos exhortó el Presidente Mao, y es esto lo que debemos hacer con firmeza.

En la actualidad, todo el Partido, el ejército y el pueblo de las diversas nacionalidades del país deben continuar profundizando la gran revolución política de denuncia y critica a la “banda de los cuatro”, consolidar aún más la dictadura del proletariado y llevar a la práctica la línea revolucionaria del Presidente Mao de manera completa y correcta en los terrenos político, económico y cultural, con miras a lograr un gran orden bajo el cielo de China. Debemos acelerar la revolucionarización y la modernización del Ejército Popular de Liberación, reforzar los preparativos para enfrentar la guerra, mantenernos vigilantes y estar listos en todo momento para aniquilar a cualquier enemigo que ose agredirnos. Debemos, junto con nuestros compatriotas de Taiwán, esforzarnos por cumplir la sagrada causa de la liberación de Taiwán y la reunificación de la patria. Debemos desarrollar en mayor medida el frente único revolucionario dirigido por la clase obrera y basado en la alianza obrero-campesina y que incluye a los partidos democráticos patrióticos y las personalidades patriotas y movilizar todos los factores positivos para ponerlos al servicio de la causa del socialismo. Debemos adherirnos firmemente al internacionalismo proletario y, conforme al análisis científico del Presidente Mao sobre la clasificación de los tres mundos, conducir como es debido nuestro trabajo para con el extranjero y unirnos con todas las fuerzas susceptibles de ser unidas en el plano internacional para luchar contra el hegemonismo de las dos superpotencias, la Unión Soviética y los Estados Unidos. En nuestra lucha y nuestro trabajo, debemos estudiar a conciencia el quinto tomo de Obras Escogidas de Mao Tsetung y levantar un nuevo auge en el estudio del Marxismo-Leninismo-Pensamiento Mao Tsetung para armarnos aún mejor en lo ideológico.

¡Mantengamos en alto la gran bandera del Presidente Mao, reforcemos aún más la gran unidad de todo el Partido, el ejército y el pueblo de las diversas nacionalidades del país y, bajo la dirección del Comité Central del Partido, hagamos enérgicos esfuerzos para superar todas las dificultades y obstáculos en el camino de nuestro avance y conquistar nuevas y nuevas victorias en la revolución y construcción socialistas!