Liu Shaoqi

Para ser un buen comunista

(1939)

 

 

8.

Origen de las diversas ideas erróneas en el partido

 

El Partido comunista representa el lado más luminoso, el más progresista de la sociedad humana de nuestro tiempo; es el medio en el que extiende sus raíces y se desarrolla la ideología más alta de la humanidad: el marxismo-leninismo. Los hombres más conscientes, los más progresistas, los más sanos del mundo, los que poseen en el más alto grado el sentido de la virtud y de la justicia están reunidos en el Partido comunista; ellos llevan a cabo un combate inflexible contra todas las fuerzas tenebrosas, por el porvenir radiante de la sociedad humana y por su emancipación definitiva. El Partido Comunista chino es uno de los mejores partidos comunistas del mundo. Guiados por nuestro jefe, el camarada Mao Tse-tung, nuestro partido está poderosamente armado con la teoría marxista-leninista y, al mismo tiempo, ha heredado hermosas tradiciones de pensadores progresistas y de revolucionarios que ha producido la nación china en las diferentes épocas de su historia. Representa lo que hay de más progresista y de más luminoso en la sociedad china, y agrupa en su organización a los mejores hijos e hijas de la nación china. Está comprometido en una larga lucha contra las fuerzas tenebrosas de la sociedad china, ha sufrido duras pruebas y ha acumulado una rica experiencia de lucha revolucionaria. Nosotros, los comunistas, tenemos derecho a estar orgullosos de todo esto. Tenemos ciertamente fundamento para creer que conseguiremos la victoria final y el éxito definitivo. Sin embargo, nuestra organización no es enteramente perfecta, no está exenta de insuficiencias y de errores. Existen, además, en nuestras filas elementos malsanos e incluso malos elementos capaces de todas las infamias. En otros términos, en nuestro glorioso Partido hay todavía cosas indeseables, sombras en el cuadro; las he enumerado anteriormente. 

Una vez que se ha admitido un yerno desagradable o se ha introducido una nuera muy fea en la familia, no se los puede mantener de todos modos apartados de los invitados. Incluso si quisiéramos ocultar estas cosas indeseables y tomar el partido de lavar nuestra ropa sucia en familia, no lo podríamos hacer. Las grandes masas populares están en contacto constante con nuestro Partido, nuestros simpatizantes quieren venir a visitarnos, la gente que tienen consideración para con nosotros, y entre ellos muchos jóvenes, quieren venir a nosotros para estudiar o para adherirse a nuestro Partido. Al llegar a nosotros, verán las cosas, las “personas de la familia” que son progresistas, hermosas y atrayentes, pero con toda seguridad verán también a nuestro yerno desagradable o a nuestra nuera vulgar, que dirán o harán en público cosas molestas o darán un espectáculo ante los ojos atónitos de nuestros visitantes o de nuestros nuevos adictos. “El Partido Comunista, se preguntarán entonces, ¿no defiende él todo lo que es justo? ¿No son los comunistas los hombres mejores? ¿Por qué existen todavía en el Partido Comunista personas tan miserables y cosas tan feas? ¿No es esto extraño?” Antes de adherirse al Partido, ciertos jóvenes camaradas estaban profundamente descontentos con la sociedad tal como es, veían bien que no encontrarían solución en ninguna parte y que solamente el Partido Comunista les ofrecía una esperanza luminosa. Pensaban que todo iría a su gusto, que todo marcharía según los deseos, desde que se hubieran adherido al Partido. Pero, después de haberlo hecho o de haber llegado a las bases revolucionarias, han constatado que en el Partido también había insuficiencias y errores, y que no todo podía satisfacerles en la vida práctica (pues muchas cosas de las que les hubieran satisfecho no están conformes con el interés del Partido y de la revolución). Así, han encontrado que la realidad no se correspondía exactamente con lo que se habían figurado y algunos de ellos han comenzado a dudar ya extrañarse. Se han preguntado: “¿Por qué ocurren también tales cosas en el Partido Comunista?” Hay personas que, antes de venir a Yenan y entrar en la Escuela militar y política anti-japonesa, pensaban que todo era allí tan perfecto como se lo habían imaginado. Pero, después de su llegada a Yenan y de su entrada en la Escuela, han descubierto que todo no marchaba a su satisfacción. Entonces, se han admirado a su vez: “¿Por qué ocurren cosas decepcionantes en Yenan y en la Escuela?”, y al no encontrar respuesta a su cuestión, algunos incluso se han entregado al pesimismo y a la desesperación.

Estas cuestiones despiertan nuestra vigilancia. Son para los miembros y los cuadros de nuestro Partido una lección que debe comprometerles a presentar una seria atención a la manera de tratar y de guiar a los nuevos partidarios y a todos nuestros simpatizantes y a hacer de manera que no queden influenciados desfavorablemente. Pero, por otra parte, nos obliga a dar una explicación a los camaradas tanto del interior como del exterior del Partido.

¿Por qué existen todavía cosas indeseables en nuestro glorioso Partido? La razón, pienso yo, es muy simple. Nuestro Partido no ha caído del cielo, ha nacido de la sociedad china. En general, los miembros de nuestro Partido son los mejores hijos e hijas de China, la vanguardia del proletariado chino, pero provienen de todas las capas de la antigua sociedad, y en China actualmente existen todavía clases explotadoras y existe su influjo: egoísmo, intrigas, burocracia y otras cosas sórdidas. Muchos de nuestros miembros, los mejores, no están para nada afectados por tales influencias, pero también tenemos adeptos que traen consigo o reflejan en el Partido algunas de las cosas sórdidas de la antigua sociedad; ¿hay de qué extrañarse? Una persona que sale del fango tiene el cuerpo manchado de barro, ¿es eso algo extraño? Ciertamente que no. Es del todo natural. Sería, más bien, sorprendente y extremadamente inconcebible que no hubiera absolutamente cosas sórdidas en las filas del Partido Comunista. Podemos decir que, mientras existan en la sociedad cosas sórdidas, clases, influjo de las clases explotadoras, existirán necesariamente, en una determinada medida, cosas parecidas en el Partido. Precisamente porque hay cosas sórdidas tanto en la sociedad como en el Partido, éste tiene por tarea el transformar la sociedad, y es necesario que sus miembros se transformen, se eduquen y se acostumbren a la lucha. Así, debemos proseguir no sólo la lucha contra todo lo que es tenebroso y retrógrado en la sociedad, sino también debemos proseguir la lucha en el interior del Partido, contra los elementos vacilantes, oscilantes, que reflejan todo eso en el Partido. Esa es la fuente de las contradicciones y de las luchas en el seno del Partido. Debemos, pues, recurrir a las diferentes luchas en el interior y en el exterior del Partido para transformar la sociedad, desembarazarla progresivamente de lo que es tenebroso y retrógrado, y para transformar al mismo tiempo, resolviendo nuestras contradicciones internas, a nuestro Partido y a sus miembros, a fin de que se conviertan en más sanos y más firmes.

Stalin decía:

"…las fuentes de las contradicciones en el interior de los partidos proletarios residen en dos circunstancias. ¿Cuáles son estas circunstancias?

En primer lugar, la presión ejercida por la burguesía y la ideología burguesa en el proletariado y en su partido en el cuadro de la lucha de clases; presión a las que se prestan con bastante frecuencia las capas menos estables del proletariado y, consiguientemente, las capas menos estables del partido proletario. No se puede decir que el proletariado esté completamente aislado de la sociedad, que esté colocado al margen de la sociedad. El proletariado es parte integrante de la sociedad, parte ligada a sus diversas capas por numerosos lazos. Pero el partido es una fracción del proletariado. De ese modo, tampoco él puede estar libre de los lazos y del influjo de las capas diversas de la sociedad burguesa.

La presión ejercida por la burguesía y por su ideología en el proletariado y en su partido se traduce en que las ideas burguesas, las costumbres, los hábitos, el estado de ánimo penetran frecuentemente en el proletariado y en su partido mediante ciertas capas del proletariado ligadas de una manera o de otra a la sociedad burguesa.

En segundo lugar, se debe al carácter dispar de la clase obrera, a la existencia de diversas capas en el interior de la clase obrera.

Se encuentra, ante todo, la masa fundamental del proletariado, su núcleo, su parte permanente, es la masa del proletarios “pura sangre”, que desde hace tiempo rompió con la clase de los capitalistas. Esta categoría del proletariado es el apoyo más seguro del marxismo.

La segunda categoría la componen los que han salido recientemente de las clases no proletarias, del campesinado, de las filas de la pequeña burguesía, de los intelectuales. Provenientes de otras clases, se han integrado recientemente al proletariado, aportando a la clase obrera sus tradiciones, sus costumbres, sus vacilaciones, sus fluctuaciones. Esta categoría ofrece el terreno más propicio a toda clase de agrupaciones anarquistas, semi-anarquistas y “ultraizquierdistas”.

Finalmente, la tercera categoría la compone la aristocracia obrera, la cúspide de la clase obrera, la parte más acomodada del proletariado, con su tendencia al compromiso con respecto a la burguesía, con su estado de ánimo dominante inclinado a adaptarse a los poderosos del mundo, a “ir por su camino”. Esta categoría ofrece el terreno más propicio a los reformistas y oportunistas declarados.”[35]

 

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[35] J. Stalin: “Una vez más apropósito de la desviación socialdemócrata en nuestro Partido.” (Nota del autor.)