Volver al Archivo Togliatti



Siete Preguntas al Director de Rinascita

Entrevista a Palmiro Togliatti





Primera Edición: El 27 de junio de 1964, en Rinascita, revista cultural del Partido Comumnista Italiano, que dirigia él mismo.
Traducción y digitalización: Izquierda Unida de Sevilla - España, 2000.
Fuente: La rinascita della sinistra, Roma, 10 de octubre de 1997, p.XIX.
Esta Edición: Marxists Internet Archive, junio de 2000.



¿Porqué se decidió publicar "Rinascita" en junio de 1944, cuando había tantas urgencias concretas, políticas y de organización, y porqué, en 1962, se pasó del mensual al semanario?

Es verdad: en 1944 teníamo por delante muchas tareas urgentes de todo tipo. La lucha armada estaba en su apogeo. Ejercíamos una acción de gobierno. Reorganizábamos el Partido, los sindicatos, todo el movimiento obrero y popular. Si se quería conseguir algo, en todos estos campos, hacía falta que tomásemos conciencia, y que hiciésemos tomar conciencia a todos, de un movimiento unitario fundamental, que subordinase y justificase todos los objetivos parciales. Y este era el momento de la lucha por una democracia progresista, que rescatase a la nación de todas las infamias y las miserias pasadas e hiciese posible, en el terreno democrático, el avance hacia el socialismo. Pero las necesidades y las formas de esta lucha, completamente nueva para nosotros y para todo el movimiento obrero, no las podíamos deducir ni de ejemplos pasados, ni de elaboraciones puras de la doctrina, sino de las mismas condiciones en las que nos movíamos, de los desarrollos de la situación internacional e interna, de las posiciones de las otras fuerzas políticas, etc. De aquí el carácter que ha tenido siempre "Rinascita", de revista que conducía una batalla política y en la batalla misma constituía y perfeccionaba sus armas. En el 62, después, la extensión de nuestro movimiento, sus éxitos, los propios éxitos de nuestra línea política y la complejidad y la multiplicidad, por tanto, de los problemas nuevos que había que afrontar y tratar con prontitud, a través de un debate casi contínuo, requerían pasar a la edición semanal. El éxito obtenido confirma que la decisión fue acertada.


¿Pero porqué en el 44 el nombre de "Rinascita"?

Debo decir que, desde el principio, pensaba en un nombre que indicase la reanudación vigorosa de nuestro movimiento después de la persecución fascista. Recordaba 'Heri dicebamus', título de un famoso titular de Turati después de su liberación de la cárcel. Pero nosotros no íbamos a decir las mismas cosas que ayer, íbamos a decir cosas diferentes y nuevas. Pensaba en una 'resurreción' que era, sin embargo, una tontería, porque nosotros nunca habíamos estado muertos.

"Rinascita" se elije para expresar al mismo tiempo nuestra vuelta, nuestra renovación, y por eso la de toda la vida de la nación, después de la vergüenza y de la catástrofe fascista. Una anécdota curiosa: el nombre, cuando salió el primer número, le gusta especialmente al mariscal Badoglio, que me escribió una carta donde casi me ofrecía su colaboración.


¿Y los objetivos que se proponía la revista en el 44 se alcanzaron, según tú?

En general, creo que sí.


¿Aúnque si, durante casi diez años la revista se haya publicado en el periodo en el que prevalecían en el movimiento las posiciones erradas ligadas al culto a la personalidad de Estalin?

Sí, es precisamente este el discurso que hay que hacer, pero hay que hacerlo con honestidad y sinceridad. Y antes que nada reconocer que la elaboración de nuestra línea política de avanzada hacia el socialismo en la democracia y en la paz, no recibió influencias negativas dignas de mencionar como consecuencia de los errores del periodo estalinista.

Lo que faltó, y nosotros lo hemos reconocido enseguida, fue la justificación teórica plena y profunda de la línea que seguíamos. Pero tampoco hoy hemos llegado al fondo en este campo. Podrán haber habido, también en la práctica, incretidumbres y errores. Es un hecho, sin embargo, que el giro del XX Congreso [del PCUS] no fue para nosotros ni un abrirnos los ojos, ni una sorpresa; sino, sobre todo, la confirmación y un estímulo eficaz para andar hacia delante, para rechazar las dudas y los errores, para perfeccionar nuestras posiciones, coordinarlas mejor con las elaboraciones teóricas y desarrollar éstas consecuentemente.

Por otra parte, fue muy justa nuestra lucha por la paz en el periodo estalinista., a la que "Rinascita" realizó una gran contribución. Donde aparecieron los errores fue en los juicios superficiales, hagiográficos, carentes de elementos de investigación crítica, sobre los éxitos de la construcción económica y política socialista, ya fuese en la Unión Soviética, ya en las democracias populares. A esto se sumó el aceptar la ruptura con los comunistas yugoslavos. Pero también aquí quisiera añadir una observación. Aquél juicio superficial y hagiográfico no fue sólo nuestro, sino de todas las fuerzas democráticas de izquierda. Basta ojear nuestros anuarios para darse cuenta. Aquel juicio expresaba de manera unilateral y equivocada nuestra admiración entusiasta por aquéllo que había conseguido la Unión Soviética en la lucha a muerte contra los monstruos de la barbarie y en la competición con los gigantes del imperialismo. La investigación crítica es hoy indispensable y nosotros nos esforzamos por contribuir. Esto no debe anular, sino sólo precisar lo que he indicado arriba; si no se corre el riesgo de terminar muy mal, en el escepticismo y al remolque de cualquier grupo conservador, como le ocurre a ciertos exponentes de la derecha socialista en nuestro país.


¿Cuál ha sido, por tanto, en su conjunto, el sentido de la actividad realizada por "Rinascita" durante estos veinte años?

Adecuar la conciencia y la acción a la realidad que se desarrolla, y, por tanto, adquirir la capacidad de actuar para transformarla. Tiene razón el camarada Lange: 'hoy la situación internacional plantea problemas nuevos al movimiento obrero de todos los países, a los cuales es necesario encontrar respuestas nuevas.' Pero para encontrar estas respuestas son necesarias la investigación y el debate. Alguno pensará, tal vez, que en nuestras páginas se concede demasiado espacio al debate. Pero ¿Cómo, si no, puede romperse la costra de las opiniones preconstituidas, buscar lo nuevo, poner a prueba nuestras propias posiciones y desarrollarlas, ir hacia adelante, en suma?


¿Esta búsqueda de lo nuevo, característica de "Rinascita", vale también para el movimiento obrero internacional?

Sin duda. Y en este campo quizás más que en otros. Yo me he sorprendido cuando he sabido que algún escrito nuestro que se movía, todavía tímidamente, en esta dirección se ha acogido tan negativamente como para casi ser incluído en el 'índice' ... de los artículos prohibidos. Durante años nos hemos acostumbrado a pensar el mundo del socialismo de acuerdo con una figura tradicional a la que correspondían figuras, también tradicionales, de autoridad y disciplina. Hoy reconocemos con palabras los cambios que han tenido lugar. Pero ¿Y en los hechos? Reconocemos la autonomía de todos los partidos comunistas. Pero la autonomía, si no queremos que se transforme en aislamiento o, peor todavía, en tendecia centrífuga, postula, no sólo la diversidad de posiciones, sino también el conocimiento recíproco profundo, el contraste, la tolerancia y el debate, lo que no quiere decir, a cada momento, la condena o la ruptura. El ejemplo de los errores sobre Yugoslavia es decisivo. ¿Y los camaradas chinos qué han hecho, en suma? Gobiernan un gran país socialista que, sin duda, tiene derecho a se considerado entre las mayores potencias y de actuar a su nivel en el ámbito internacional. Si ellos reclaman esto, no se les puede reprochar nada. Pero ellos, ligados al viejo esquema tradicional, han adoptado una actitud que, en vez de hacer progresar a todo el movimiento, rompe su unidad, sobre la cómoda base de una interpretación dogmática, equivocada, de nuestros principios. Hay que escuchar atentamente lo que dice el adversario. Hoy el adversario interpreta el contraste con los camaradas chinos como la primera gran manifestación de un proceso centrífugo que debe llevar, gradualmente, a la desarticulación total de nuestro movimiento. Reconzcamos que existe este peligro; pero reconozcamos también que éste sólo se combate eficazmente dando a todo el movimiento una articulación profundamente diferente de aquélla tradicional que nos permita llegar mucho más lejos de lo que lo hemos hecho hasta ahora, de penetrar en nuevos continentes, de estimular una marcha hacia adelante que se extiende hoy al mundo entero. Pero éstas son cuestiones nuevas que espero que seamos capaces de afrontar en su momento en nuestras páginas.


Otra pregunta sobre nuestro país: ¿Cuál piensas tú que ha sido la mayor conquista de estos veinte años, a la que ha contribuído decisivamente la actuvidad de "Rinascita"?

Creo que ha sido la conquista, entre las masas trabajadoras, de una conciencia civil democrática sobre la cual se sustenta, además, una conciencia socialista. Éste es un hecho decisivo. Y es ésto lo que nos permite batirnos con éxito, incluso en situaciones difíciles como la actual, por conquistas inmediatas y por avanzar, en la perspectiva de una profunda transformación socialista de toda la sociedad.




Para volver al comienzo apriete aquí.