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Leon Trotsky

En defensa del marxismo

 

 

Tres cartas a Farrell Dobbs

 

 

4 de marzo de 1940

Querido camarada Dobbs:

Claro que me resulta difícil seguir desde aquí la febril evolución política de la oposición. Pero dan cada vez más la impresión de que quieren quemar los puentes tras ellos. No me ha sorprendido el artículo de Burnham "Ciencia y estilo". Pero la calma con que lo han aceptado Schatman y Abern es un síntoma decepcionante, no sólo desde el punto de vista teórico y político, sino desde el de sus verdaderas ideas sobre la unidad del partido.

Tal y como veo las cosas desde aquí, creo que quieren una escisión en nombre de la unidad. Schatman busca o, mejor dicho, inventa precedentes históricos. La oposición tenía, en el partido bolchevique, sus propios periódicos, etc. Sólo olvida que el partido, en aquel momento, tenían cientos de miles de militantes, que la discusión debía llegar a todos ellos y convencerlos. En esas condiciones, no era posible confinar la discusión a círculos internos Por otro lado, los peligros derivados de la coexistencia de periódicos del partido y la oposición se conjuraba porque la decisión dependía de cientos de miles de trabajadores, y no de dos pequeños grupos. El partido americano tiene un número comparativo de miembros muy pequeño, y la discusión ha sido siempre, y sigue siendo, superabundante. Las líneas de demarcación parecen bastante firmes, por lo menos para el próximo futuro. En estas circunstancias, un periódico o revista de la oposición no sería un medio para convencer al partido, sino para desacreditarlo en el mundo exterior.

La homogeneidad y la cohesión de una organización revolucionaria propagandística, como el SWP, deben ser mucho mayores que las de un partido de masas Estoy de acuerdo en que, en estas condiciones, la IV Internacional no debe de servir de cobertura a una unidad ficticia, desde la que dos organizaciones diferentes se dirijan al exterior con teorías programas, "slogans" y principios organizativos diferentes. En estas condiciones, una escisión abierta sería mil veces mejor que una unidad ficticia.

La oposición se refiere también al hecho de que, en cierto momento, tuvimos dos organizaciones paralelas en el mismo país. Pero podemos admitir semejante situación sólo en dos casos: cuando la fisonomía política de uno de los grupos no está clara y la IV Internacional necesita tiempo para examinarlo: o en caso de que exista un desacuerdo muy agudo sobre una cuestión muy concreta [como en el caso de la entrada en PSOP[1], etc.]. La situación en EE.UU. es completamente diferente. Tenemos un partido unido con una tradición importante, y dos organizaciones, una de las cuales, por su composición social y presiones externas, plantea, durante un par de meses, un conflicto irreconciliable con nuestra teoría, nuestro programa, nuestra política y nuestros métodos organizativos.

Si están de acuerdo en trabajar con nosotros sobre la base del centralismo democrático, podemos esperar convencer y ganarnos a los mejores de ellos en la práctica común (y ellos pueden esperar lo mismo). Pero una organización independiente, con sus propias publicaciones, sólo puede desarrollarse en la dirección que marca Burnham. En ese caso, a la IV Internacional no le interesa lo más mínimo, en mi opinión, garantizarles una cobertura, es decir, camuflar entre los trabajadores su inevitable degeneración. Por el contrario, a la IV Internacional le interesaría forzar a la oposición a tener una experiencia totalmente independiente, sin la protección de nuestra bandera, y habiendo prevenido seriamente a las masas contra ellos.

Por lo tanto, el congreso debe formular una alternativa clara y concisa: o la unidad auténtica sobre el principio del centralismo democrático (con garantías amplias y serias para la minoría del partido) o una ruptura abierta y declarada a los ojos de la clase trabajadora[2].

Con mis mejores deseos,

W. Rork (Leon Trotsky)

 

P. S.-Acabo de recibir la resolución de Cleveland sobre la unidad del partido. Mi impresión es que la mayor parte de la oposición no desea la escisión. Los líderes están interesados en actividades puramente periodísticas, no en política. Presentaron una resolución sobre la ruptura con el nombre de "resolución sobre la unidad del partido" para enredar a sus seguidores. La resolución dice que "las minorías del partido bolchevique antes y durante la primera guerra mundial" tenían sus propios periódicos públicos. ¿Qué minorías? ¿Cuándo? ¿Qué periódicos? Los líderes llevan al error a sus seguidores para camuflar sus propósitos de escisión.

Todas las esperanzas de los líderes de la oposición se basan en su capacidad literaria. Se aseguran unos a otros que su periódico seria mejor que el de la mayoría. Esta misma era la esperanza de los mencheviques rusos que, como fracción pequeñoburguesa, tenían más intelectuales y periodistas. Pero esperaron en vano. Una buena pluma no es suficiente para crear un partido revolucionario; hace falta una base teórica de granito, un programa científico, un pensamiento político consistente y firmes principios organizativos. La oposición, como tal oposición, no tiene nada de esto; es "lo opuesto" a todo ello Por lo tanto, estoy completamente de acuerdo en que si quieren presentar las teorías de Burnham, la política de Schatman y los métodos organizativos de Abern a la opinión pública, lo hagan en su propio nombre, sin mezclar al partido ni a la IV Internacional.

W. R.

 

 

4 de abril de 1940

Querido camarada Dobbs:

Cuando reciba esta carta, ya estará avanzado el Congreso, y ya se habrá hecho una idea de si la escisión es inevitable. Si es así, la cuestión Abern habrá perdido su interés. Pero en el caso de que la minoría inicie una retirada, repito mis propuestas anteriores. Es muy importante preservar el secreto de las discusiones y decisiones del Comité Nacional, pero en este momento no es de interés primordial. Alrededor del 40 por 100 de los miembros del partido creen que Abern es el mejor organizador que tenemos. Si se quedan en el partido, no se puede hacer nada, más que dar a Abern la oportunidad de demostrar sus habilidades organizativas o comprometerle. En la primera sesión del nuevo Comité Nacional debe decidirse que nadie tiene derecho a divulgar los asuntos internos del Comité Nacional, más que éste en conjunto o sus órganos oficiales (el Comité Político o el Secretariado). A su vez, el Secretariado concretará las normas del secreto, Si a pesar de todo se comete una falta, debe abrirse una investigación oficial, y si Abern es culpable, debe advertírsele públicamente; si reincide, se le debe eliminar del Secretariado. Este procedimiento, aunque de momento sea poco ventajoso, es mejor que dejar al organizador de Nueva York fuera del Secretariado, es decir, fuera del control real del Secretariado.

Comprendo que esté satisfecho del Secretariado actual. En caso de escisión, sería el mejor que podríamos tener. Pero si se mantiene la unidad, no se puede tener un Secretariado compuesto sólo por representantes de la mayoría. Probablemente podremos tener un Secretariado de cinco miembros, tres de la mayoría y dos de la minoría.

Si la oposición vacila, lo mejor es decírselo informalmente; estamos dispuestos a que Schatman siga siendo miembro del Comité político y de nuestro equipo editorial; estamos dispuestos, incluso, a incluir a Abern en el Secretariado; podemos tener en cuenta otras combinaciones posibles; lo único que no podemos aceptar es que la minoría se transforme en un factor político independiente.

He recibido carta de Lebrun, del CEI. ¡Qué gente más particular! Creen que ahora, en la agonía del capitalismo, en situación de guerra e ilegalidad, debe abandonarse el centralismo bolchevique en favor de la democracia ilimitada. ¡Todo está patas arriba! Pero su democracia tiene un significado puramente individualista: dejadme hacer lo que me dé la gana. Lebrun y Johnson fueron elegidos para el CEI en base a unos principios, como representantes de unas organizaciones. Los dos han abandonado los principios e ignoran por completo a sus organizaciones. Estos "demócratas" actúan como lanceros bohemios. Si pudiéramos convocar un congreso internacional, se les expulsaría con toda la razón y ellos lo saben. Pero al mismo tiempo, se consideran senadores irrevocables... ¡en nombre de la democracia!

Como dicen los franceses, en tiempos de guerra hay que tomar medidas de guerra. Esto significa que debemos adaptar el cuerpo directivo de la IV Internacional a la correlación de fuerzas real dentro de nuestras secciones. Hay mucha más democracia en esto que en las pretensiones de senadores irrevocables.

Si se discute este asunto, puede citar estas líneas como mi respuesta al documento de Lebrun.

W. Rork (Leon Trotsky)

Coyoacan, D. F.

 

 

16 de abril de 1940

Querido camarada Dobbs:

 Hemos recibido también los comunicados de usted y Joe sobre el congreso. Tal y como se ven las cosas desde aquí, hicisteis todo lo posible por mantener la unidad del partido. Sin embargo, si a pesar de todo la minoría se separa, sólo nos queda mostrar a cada trabajador lo lejos que están de los principios de bolchevismo y lo hostiles que son a la mayoría proletaria del partido. Podré juzgar mejor los detalles de los acuerdos cuando tenga más información.

 Me permito llamar su atención sobre otro artículo, el de Gerland contra Burnham sobre la lógica simbólica, la de Bertrand Russell y otros. El artículo es muy incisivo y, en caso de que la oposición permanezca en el partido y Schatman en el equipo editorial, debería ser reescrito para "amabilizar" algunas expresiones. Pero la presentación de la lógica simbólica es muy buena y muy seria y me parece muy útil, especialmente para los lectores americanos.

El camarada Weber dedica también una parte importante de su último artículo al mismo tema. Creo que esta parte se podría elaborar, como un artículo independiente para el New International. Tenemos que articular seria y sistemáticamente la campaña en favor del materialismo dialéctico.

 El panfleto de Jim[3] es excelente. Es el escrito de un auténtico líder obrero. La discusión estaría justificada, aunque no hubiera producido más que este documento.

 

 

________________________

[1] Partido Socialista Francés de Obreros y Campesinos.

[2] Hace mucho que el Comité Ejecutivo Internacional debería haber presentado esta alternativa, pero, desgraciadamente, el CEI no existe.

[3] Se refiere a En lucha por un partido proletario [The Struggle for a Proletarian Party], de J. P. Cannon.

 

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