Salvador Allende

Palabras pronunciadas en la inauguración de los cursos auxiliares de párvulos


Pronunciado: El 8 de enero de 1973.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 5 de febrero de 2016.


Muy queridas compañeras:

Estimados compañeros;

Muy queridos futuros ciudadanos, niñitas y niñitos;

Colega, Doctor Ipinza, Director del Servicio de Jardines Infantiles y Guarderías;

Estimado amigo, compañero Enrique Kirberg, Rector de la Universidad Técnica;

Compañeras y compañeros dirigentes de organizaciones y servicios, que participan en el desarrollo de los cursos destinados a preparar los auxiliares del servicio destinado a los jardines y guarderías infantiles:

Compañeras dirigentes de la Secretaria Nacional de la Mujer;

Compañeros jóvenes, dirigentes de la secretaria juvenil;

Amigas y amigos:

Quiero, en primer lugar, agradecer la forma tan cordial y cariñosa con que Uds. me han recibido, sobre todo, lo que significa que niñitas y niños nos hayan entregado ofrendas florales como manifestación de aprecio, que yo sé perfectamente bien no es homenaje a mi persona sino que a la labor en que está empeñado el Gobierno para hacer posible un funcionamiento acelerado de las Guarderías y los Jardines Infantiles.

Algún día ‐y no muy tarde‐ estas niñitas y estos niñitos comprenderán que ellos fueron los primeros beneficiados; y cuando ya puedan entenderlo, serán cientos y miles y miles de niños más, los que tendrán el derecho a asistir a los Jardines Infantiles.

Lamentablemente, por obligaciones de Gobierno he llegado tarde e ignoro lo que hayan planteado los dirigentes y el Director del Servicio. De todas maneras, quiero exponer mis puntos de vista y hacer aquí un pequeño resumen histórico de la lucha por establecer la Ley de los Jardines Infantiles.

Debo señalar, que fueron Parlamentarias, mujeres, en la Cámara de Diputados, las que hace muchos años presentaron diversas iniciativas. No quiero nombrar al azar a algunas de estas compañeras, porque sería injusto no nombrarlas a todas y no tengo la lista aquí.

Pero quiero sí destacar, que hace más de 15 años fueron mujeres Parlamentarias las que propusieron se dictara una Ley que en verdad amparara al niño, desde recién nacido hasta los seis años, en lo que se han llamado las Guarderías o los Jardines Infantiles.

Lamentablemente, ninguna de sus iniciativas prosperó. Se organizó, por ello, un Comité de madres, de mujeres, sin fronteras ideológicas, para trabajar a fin de que se dictara una Ley. Yo concurrí a un acto extraordinario en el Teatro Caupolicán, y allí, siendo Senador y Médico, expuse lo indispensable y urgente que era obtener el despacho de la Ley.

Señalé que como existían diversos proyectos, lo fundamental era que se refundieran en uno y me comprometí a ayudar para ello.

Se hizo un esfuerzo; no se logró en definitiva concretar esto en una iniciativa que interpretara, condensara, sintetizara o ampliara, dándole forma a los distintos proyectos existentes; y en diversas reuniones con este Comité de Madres, fijé prácticamente un plazo para tomar una iniciativa respetando las que ya existían. Pero como pasaran más de ocho meses, conversé con las Senadoras Julieta Campusano y María Elena Carrera y redactamos en conjunto un proyecto, que yo presentara y explicara al Senado. Ese proyecto fue aprobado por la unanimidad del Senado; fue rechazado en la Cámara de Diputados; el Senado insistió por dos tercios. La Cámara no obtuvo dos tercios para rechazarlo y por lo tanto salió despachado en el Congreso.

El Gobierno del Presidente Frei vetó el proyecto despachado por el Congreso, iniciativa de los Senadores Julieta Campuzano, María Elena Carrera y el que habla. Y cosa increíble, se produjo el veto después de haber conversado yo largamente con el Ministro de Educación de esa época. Y cosa más increíbles, un mes después, el Gobierno enviaba un proyecto exacto, igual, artículo por artículo al proyecto vetado.

No he hecho esta narración para discutir la paternidad de la iniciativa, porque me consta y sé -y ustedes también‐ a quien le pertenecen. Pero si quiero señalar, cómo la ofuscación política puede alcanzar a iniciativas tan importantes como esta; lo mismo que ha acontecido, lamentablemente, con el proyecto destinado a crear el Ministerio de la Familia, que lleva más de un año ocho meses en el Congreso y no se despacha. Un proyecto de tanta importancia y trascendencia; en un país donde la familia no tiene la sólida organización; donde el vínculo jurídico no alcanza a cubrir ni siquiera el 70% de las uniones; en un país donde existe la desigualdad de los hijos; en un país donde pesa brutalmente la presencia del hijo que es la manifestación del afecto, del cariño del hombre y la mujer; en un país donde no hay una seria y honesta educación sexual; en un país en que existe una moral distinta para la mujer y para el hombre; en un país donde el niño es una carga muchas veces ‐y doloroso es reconocerlo‐ para los hogares que tienen bajos recursos, es mucho más pesado todavía la anciana o el anciano para muchos hogares; por lo tanto, repito, nada más importante y necesario que haber creado un Ministerio, como fue la iniciativa que patrocinó el Gobierno Popular que presido.

Sin embargo, después de dos años, todavía no se despacha del Congreso Nacional. De igual manera, costó que se despachara la Ley de Jardines Infantiles; sin embargo, hace dos años y meses es una realidad en su funcionamiento. Y hoy asistimos a un hecho trascendente e importante, que es la iniciación de estos cursos para auxiliares voluntarias, para preparar a lo largo del país a 3.500 postulantes en 26 sedes. Y en Santiago, tengo entendido que serán 1.000 las que tendrán la satisfacción, el agrado y la responsabilidad de prepararse en este primer curso, que forma parte ‐por cierto‐ del plan destinado a crear 400 nuevos Jardines Infantiles este año, habilitando 200 y construyendo 200.

Paralelamente a esto, el Servicio tendrá que exigir se cumpla con la Ley. Tengo entendido que es el Artículo 33 el que obliga a las industrias, empresas, servicios fiscales y autónomos, semifiscales, a construir las Salas Cunas en donde trabajen más de 20 mujeres; disposición legal que no se cumple de parte de los organismos estatales y semifiscales, que debían ser los primeros en dar el ejemplo.

De la misma manera que los trabajadores deberían colocar, como obligación primaria, el que existieran Salas‐Cunas; de acuerdo con la Ley en todas las empresas, en todas las industrias, hecho que no ocurre.

Cuando yo pienso cómo lamentablemente, se lucha muchas veces con lo que he llamado ‐para que el pueblo lo entienda‐ “con el tejo pasado”, para obtener remuneraciones que se esfuman, porque frente a una mayor demanda se hace imposible satisfacer la capacidad productiva del país. ¿Qué se obtiene con la lucha por remuneraciones que exceden el alza del costo de la vida, que en algunas oportunidades ha llegado a abusos incalificables?

Cuanto más importante sería que los trabajadores, hombres y mujeres, pusieran un acento de decisión implacable, para obligar el cumplimiento de la Ley y para que no hubiera empresa, entidad, servicio, en que no existiera la Sala‐Cuna, haciendo posible además la creación de los Jardines Infantiles que necesita Chile y que deben atender, más o menos, a un millón 600 mil niños.

Además, y es importante señalarlo, debemos nosotros crear la emoción necesaria, sobre todo en las muchachas jóvenes que muchas veces no trabajan ni estudian, para que puedan incorporarse a lo que primeramente quisimos que fuera ‐y esto es en parte‐ el Servicio Voluntario de la Mujer. Después de una encuesta realizada a lo largo del país, hemos podido ver que existen las condiciones para crear este Servicio Obligatorio de la Mujer, que esencialmente estará destinado a que la mujer preste servicio tres meses en su vida ‐o seis, a lo sumo‐ en organizaciones tan elementalmente humanas y tan socialmente indispensables como los Jardines Infantiles y las Salas‐Cunas.

Si hay un millón 600 mil niños de 0 a 6 años esta protección y pensamos que debe haber una auxiliar por cada 10 niños ‐desde el punto de vista técnico así se aprecia‐, tendríamos que tener un servicio burocrático de 160.000 personas; sería el servicio más numeroso y gran parte del erario fiscal estaría destinado a financiarlo.

Además de existir una auxiliar por cada 10 niños, hay que tomar en cuenta que deben estar las auxiliares parvularias, las parvularias orientadoras, e inclusive los sicólogos y los médicos. Por ello, sería imposible que ahora, o durante muchos años, Chile pudiera hacerse cargo, financiando, pagando con salarios o sueldos a las personas que deben trabajar en estos Jardines y Salas‐Cunas. De allí que presentemos, complementariamente a esta Ley, el proyecto que estamos comentando.

Yo pienso que es muy poco pedirle a la mujer chilena que tres, o seis meses de su vida, ‐si no trabaja o no estudia‐ para que pueda contribuir a amparar y defender lo que más vale, que es el futuro del país, que está en estos niños, en los hijos de ustedes, fundamentalmente en los hijos del pueblo.

Hay que meditar que un Jardín Infantil implica la atención integral del niño, desde el punto de vista de su alimentación, de su educación; desde el punto de vista de su salud, de su desarrollo intelectual. Muchas madres ignoran que la vida de relación del niño comienza apenas nace; hay estímulos que van haciendo que se amplíe más el vínculo que hace que el niño se relacione, con la comunidad a través de otros niños, a través del personal que trabaja en este Servicio.

Es importantísimo que la madre entienda ‐y médicos, psicólogos, orientadoras parvularias, saben perfectamente bien que es así- la importancia que tiene una alimentación que contenga el número necesario de proteínas, sobre todo en los primeros meses de la vida del niño.

Los daños irreparables, que por falta de proteínas, se producen en el desarrollo cerebral, no se recuperan aunque se alcancen posteriormente los niveles necesarios de nutrición. Podrán alcanzarse, con dificultad, la normalización del desarrollo físico, pero no se alcanza por desgracia, a reparar el daño del desarrollo cerebral. De ahí, que haya niños con menor desarrollo, con menor capacidad, con menor memoria; ello está ligado a factores de alimentación, entre otros, ‐sin negar los factores de herencia‐.

Pero para que insistir en esto que ustedes saben es una realidad, que marca sobre todo las injusticias del régimen capitalista. Por eso es que nosotros en el Programa de la Unidad Popular, pusimos acento, calor humano, decisión, voluntad, para hacer que un medio litro de leche llegara a la totalidad de los niños de Chile; esa medida, que tenía un gran contenido técnico, médico y humano, fue motivo del sarcasmo y la ironía de aquellos sectores que pueden comprar y acaparar los litros de leche que quieran; que no entienden, que no se imaginan, que no quieren imaginarse o entender que todavía en Chile hay muchos y muchos hogares ‐algunos porque no trabajan los jefes de ellos, o porque reciben ingresos muy por debajo de las necesidades esenciales del núcleo familiar‐ que no podrían comprar medio litro de leche diario para sus niños.

Sabemos que esta no es la medida definitiva y final; pero sabemos que es, indiscutiblemente un aporte, destinado a impedir el incremento dramático de niños inválidos, y entregar siquiera la posibilidad de un desarrollo normal, para completarlo con medidas de otro orden que ya están en desarrollo y que tendremos que impulsar mucho más, como son la creación de los Jardines Infantiles.

Por eso, nada más importante, nada más trascendente, que el impulso que ustedes, compañeras, que son las beneficiarías de estas iniciativas, deben darle a esta lucha. Ustedes deben poner una actitud revolucionaria y dura, para que no haya lenidad ‐y sé que no la habrá- de parte de los funcionarios encargados de materializar esas iniciativas. Pero hay que luchar a veces, y yo las impulso a que lo hagan, criticando al Gobierno de ustedes y a mi propio Gobierno si no entrega los recursos necesarios, o si acaso, por diferencias burocráticas, por pasiones políticas, pueda entorpecerse una iniciativa que reclaman, con angustia, las madres y los niños chilenos. (Aplausos).

Yo vengo a reclamar a las madres esta colaboración de crítica. Es necesario que un Gobierno reciba la crítica honesta de sus adversarios y también de sus propios partidarios. Que los funcionarios encargados de realizar estas tareas, sepan que además de su propia responsabilidad, está la mirada justa e inquieta de aquellos que van a beneficiarse con las iniciativas que, como esta, son tan indispensables.

Y vuelvo a repetir: no aceptaré jamás que haya rencillas pequeñas de tipo administrativo o burocrático, no toleraré de ninguna manera, que se perjudiquen los niños de Chile, por posiciones de intransigencia, como han apuntado a veces en algunos servicios.

Los revolucionarios deben entender que la revolución no se afianza buscando cargos o puestos para los que tienen determinada ideología política; la revolución y la prestancia de un Gobierno se afianza en lo que realiza, en las obras que concreta; y los partido revolucionarios, deben tener la satisfacción de que ellas se realicen, sea cual sea el jefe de servicio, cualquiera que sea el apellido político que tenga. ¡Basta que trabaje al servicio de Chile! (Aplausos).

¡Qué culpa tienen los niños de la lucha sectaria, dogmática, que muchas veces, irresponsablemente, se precipita en servicios! Algún día, si esto no termina, ellos podrán acusarlos de incapacidad o irresponsabilidad a todos, y entre ellos, a mí también. Y no estoy dispuesto a que esto ocurra. No estoy de prestado en la Presidencia de la República, ni soy Presidente de un partido. ¡Soy Presidente de la Unidad Popular y soy Presidente de Chile!

Y he dicho muy claro, soy Presidente de Chile. Porque inclusive, y es bueno también que lo entendamos, la Administración Pública no puede ser parcela de la Unidad Popular. Y aún por cierto, no es necesario que lo recuerde, cada cual puede tener la idea que quiera, y será respetado si acaso es un funcionario que cumple con sus obligaciones y puede discrepar del Gobierno una vez terminada sus funciones en el terreno que quiera, siempre que sea respetando la Constitución y la Ley.

Otra cosa, son aquellos que en octubre realizaron el paro sedicioso patronal, y he dicho que no habrá represalias pero que tampoco habrá impunidad para los que atentan contra el Gobierno y el Pueblo.

Compañeros, para que insistir en lo que representa para la mujer que trabaja, sobre todo para la madre campesina, obrera, empleada, y aun profesional, pero, por cierto, en mayor porcentaje para la madre obrera, el que haya los Jardines Infantiles y las Salas‐Cunas. Significa tranquilidad, seguridad, el saber que mientras ella está ganándose la vida y contribuyendo con su esfuerzo a la producción nacional, base del desarrollo de un país, sus hijos están en entidades donde hay personal especializado que lo va a cuidar, amparar y proteger.

¿Qué mayor aporte humano, técnico‐científico, que esto? Y por ello yo digo que reclamo la crítica, reclamo el apoyo, reclamo que Uds. madres, exijan que a través del presupuesto se den los medios necesarios; que a veces pueden ser, por un mal criterio del Ejecutivo, o un criterio errado de oposición, que llega hasta el extremo de negar lo vital o esencial para que puedan los servicios cumplir sus labores.

Es duro imaginarse que haya Parlamentarios que estén dispuestos a cercenar partidas del presupuesto, destinadas entre otras cosas, a la atención médica, a la educación o a la posibilidad del desarrollo eficiente de la Ley de Jardines Infantiles.

Por eso, la participación de la comunidad es indispensable. La movilización de la mujer, tras estos objetivos, es indispensable. El beneficio es tan evidente, tan necesario, científicamente tan impostergable y humanamente creo que es innecesario agregar algunas palabras más.

Por eso, al venir esta mañana a este acto, he querido reafirmar con mi presencia la importancia que él tiene: destacar el apoyo irrestricto que personalmente daré a iniciativas como esta. Reconocer a los dirigentes del Servicio y al colega Ipinza, que han hecho bien en plantear aquí el apoyo de la comunidad para una labor tan importante, de tan hondo sentido patriótico y nacional. Decirle al personal de este Servicio, que yo confió que ellos entenderán la gran misión que tienen y la obligación de cumplirla, y manifestarles que en estos momentos difíciles y duros, cuando desde fuera se nos ataca ‐y muchos niegan o no quieren entender que es así-. En este mismo momento, antes de llegar aquí, estaba preocupado de una información.

La Kennecott acaba de embargarnos en el puerto de Hamburgo, tres mil toneladas de cobre.

La cantidad es importante, pero más importante es la repercusión que trae, desde el punto de vista comercial, como tantas veces lo he dicho.

Entre otras cosas, por eso fui a las Naciones Unidas, para usar el foro más importante del mundo y denunciar y acusar, las maniobras tenebrosas que las grandes compañías transnacionales, concretamente la Kennecott y la ITT han realizado ‐y realizan- en contra de Chile.

Tenía la esperanza los que no quieren oírme aquí, cegados por la pasión política opositora, oyeran las palabras patrióticas, llenas de emoción de Chile pronunciara (Aplausos) y que además interpretaban la realidad de muchos países de los distintos continentes, de los países llamados No Alineados. Lamentablemente, hay chilenos a los que ha dolido, inclusive, los representantes de los países, rompiendo con el tradicional protocolo y la medida con que reaccionan frente a los discursos, se hubieran puesto de píe, no para aplaudirme a mí, queridos compañeros, sino para aplaudir la voz de un pueblo digno que reclama ante el mundo su derecho a ser dueño de su propio destino. (Aplausos).

Por eso, cuando arrecia en el campo internacional la agresión contra Chile, que no condenan algunos apóstoles de una arcaica concepción de paz, que son los verdaderos sembradores de odio, que, ignoran, inclusive, la agresión hecha a su Patria, yo levanto mi voz para decir que, fortalecen mis convicciones y las de mi Gobierno, actos como este, en que participa la mujer chilena con decisión de defender sus hijos, el porvenir y una Patria libre y digna para todos los chilenos. (Aplausos).

Queridas compañeras, La compañera Tencha no está aquí, porque sólo llega mañana. Ella se quedó en la Unión Soviética, para someterse a algunos exámenes, porque su salud estaba, resentida. Por suerte se ha recuperado en parte; el tratamiento es largo. No tiene amenaza de su vida, por cierto, pero tendrá que someterse a un régimen de gimnasia, de control y de vida, para impedir que tenga molestias posteriores de una lesión que tiene en la columna.

Ella llega mañana. Por eso no está hoy día con ustedes, pero seguramente yo he interpretado lo que ella piensa frente a la madre y a los Jardines Infantiles. Quería darles esta explicación.