Grigorii Batkis

 

La revolución sexual en Rusia

 

 


Datos bibliográficos: Escrito en 1925 en idioma ruso, se dio a conocer en el extranjero a raíz de la edición alemana: Die Sexualrevolution in Rußland (Berlin: Syndikalist, 1925); traducción realizada por Stephanie Theilhaber, edición a cargo de Felix A. Theilhaber. El texto nunca se publicó en la URSS durante la vida de su autor.
Traducción al castellano: Camila Pérez, 2019.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 2019


 

 

 

La legislación sexual actual en la República Soviética es el producto de la Revolución de octubre. Este enorme suceso es de primera importancia, no solo desde el punto de vista político, ya que el proletariado obtuvo su dictadura política, sino también porque la revolución tuvo un impacto en todas las esferas de la vida posibles.

Los líderes de la revolución no se embarcaron en el trabajo que emprendieron por la liberación, rompiendo con resolución y corajudamente las cadenas a las que ataban las viejas leyes e instituciones, meramente para proclamar nuevos y ostentosos principios que sustituyeran a los anteriores. Cara a cara con la vida cotidiana, dichas proclamaciones se hubieran desmoronado como una casa de cartas. La primera Revolución Francesa fue, en este sentido, el ejemplo más instructivo, donde una teoría gris y el pensamiento abstracto fueron las mayores formas de inspiración para las leyes e instituciones.

La legislación social de la Revolución Comunista Rusa, por el contrario, no buscó ser la reproducción de la sabiduría académica, sino ser la expresión de la vida en sí misma. Solo después del éxito del derrocamiento del viejo orden – de este triunfo victorioso de la praxis por encima de la teoría – se pudo dar comienzo a una firme y nueva legislación. Y de ese modo, las nuevas normas sobre la vida familiar y las relaciones sexuales se fueron formando acordes a las necesidades y demandas naturales de la sociedad.

Las leyes constaban de una vasta cantidad de volúmenes, cuyos principios básicos databan de un ilimitado despotismo al igual que de una enorme arbitrariedad, violencia y esclavización de las mujeres. Las viejas leyes rusas sobre el matrimonio y la familia estaban formadas por un sistema basado en la opresión política y económica.

Una característica de dicha legislación zarista era la siguiente: la concepción y la percepción de la familia como un asunto puramente privado, en las que el poder y la autoridad ilimitada era de la cabeza de la familia [el hombre] – basada en el modelo romano de las pater familias – legitimado por la moral y ley canónica y acientífica de la religión, que degradaba a las mujeres a ser “vasos del diablo”, ignorando por completo las formas naturales de las relaciones.

“La mujer debe temer a su esposo” – este tipo de “saber” aceptado, inculcado a las mujeres durante las ceremonias matrimoniales por la Iglesia Ortodoxa – era la idea fundacional detrás de tal legislación. La condición bajo la que se hallaban los niños era muy similar a la de las mujeres. Estas leyes yacían bajo un título estrictamente gráfico: “Sobre el poder de los padres”.

Los embarazos “ilegítimos” estaban casi desprotegidos, los abortos estaban penados con trabajo forzado, las mujeres y los niños eran vergonzosamente explotados. La interferencia en los asuntos privados, como la vida sexual, bajo el consentimiento de la moral pública, mientras, en simultaneidad, se estimulaba la propagación de la prostitución, eran las tendencias básicas de dicha legislación.

El clero ignorante y las autoridades administrativas tuvieron una enorme influencia en las masas, especialmente en el campesinado.

La idea del origen satánico de las mujeres – cuyo único derecho a existir derivaba de la satisfacción de las necesidades sexuales de sus maridos – fue enseñada por siglos y nutrida por la creencia en una autoridad divina hacia estas leyes verdaderamente diabólicas.

Existía solamente un camino, una única forma, mediante el cual trabajadores y campesinos podían ejercitar su poder y ser amos siendo legitimados por dios y la ley. Política y económicamente oprimidos, día a día humillados, los trabajadores y los campesinos solo podían ser “amos” en el seno de sus propias familias.

Por mucho tiempo, los trabajadores, campesinos e intelectuales liberales más progresistas, declararon su oposición al viejo orden medieval que reprimía el libre desarrollo social e individual en Rusia, y que estaba en constante oposición con la realidad.

La guerra puso en movimiento a las masas. Cien millones de campesinos confrontaron con nuevas condiciones de vida y comenzaron a tener una nueva percepción de la misma. En las fábricas y en el campo, las mujeres conquistaron su independencia económica durante el primer período de la guerra. Sin embargo, solo la Revolución de octubre pudo romper las cadenas – no solo de una manera formal. La legislación fue revolucionada. Ninguna de las antiguas, despóticas e infinitamente acientíficas leyes se mantuvieron en pie. Todo este proceso fue enteramente distinto al de las reformas burguesas, donde las sutilezas legales son utilizadas para rescatar la noción de propiedad en la esfera sexual, y que, en un análisis final, sirven para atrincherar un doble estándar en la vida sexual. Todas estas leyes fueron escritas con gran desprecio por la ciencia.

La legislación soviética se embarcó en un camino totalmente diferente y nuevo, con el objetivo de satisfacer las necesidades de la revolución socialista. En la historia de la humanidad, esta fue la primera revolución, la primera sociedad, de tomar esta tarea.

Las leyes sexuales soviéticas están basadas en principios que satisfacen las demandas de las mayorías de la población y que se corresponden con los resultados de la ciencia moderna. Esta es una expresión para la vida de hoy pero, al mismo tiempo, tiene la mirada hacia el mañana y en las tendencias básicas del desarrollo futuro. Esta no busca quedar desafectada e inflexible hasta el fin de los tiempos como los diez mandamientos. Como cualquier institución social, la legislación soviética queda subordinada en si misma a las leyes del desarrollo.

Las leyes del desarrollo de las relaciones públicas proclaman resolutivamente que con la abolición de la propiedad privada, la “familia” como una institución económica ha sido sacudida hasta sus cimientos.

Las mujeres, políticamente emancipadas, están incluidas en el proceso de producción; su antiguo status oprimido, por el que quedaban subordinadas al cuidado de los niños, las tareas de la cocina y a la iglesia, ha quedado hecho añicos.

El cuidado de los niños, anteriormente definido como un deber y asunto privado, ahora se ha vuelto de público y está protegido como un interés social e individual.

Sin embargo, las leyes actuales de los Soviets reflejan un período de transición; se está destruyendo lo viejo y preparando lo nuevo, con un futuro que aún lucha por nacer. Pero al mismo tiempo, este aún muestra la presente situación, una sociedad joven que aún no puede regular los procesos de la vida material en su totalidad, a fin de garantizar las provisiones para todos los ciudadanos y el cuidado de todos los niños.

Las condiciones laborales comunes para las mujeres en las fábricas o sus lugares de trabajo no permiten que todas las mujeres trabajen en las fábricas u otras empresas. La unidad familiar aún retiene su gran poder y su importancia práctica y el bajo nivel de avance tecnológico retrae la inmediata colectivización de los modos de vida. La educación pública de los niños solo puede ponerse en práctica de manera lenta y gradual, a causa de la falta de medios materiales. En este período de transición, la legislación soviética toma en consideración cada aspecto de la vida y construye una nueva sociedad basándose en los siguientes principios:

- Ninguna interferencia del Estado o de la sociedad en las relaciones entre los sexos, siempre que no hieran ni violen el interés de ninguno de ellos.

- Total igualdad económica, social y política para ambos sexos,

- El estato y la sociedad son los guardianes legales y protectores de los niños y de las mujeres. Se exige la protección de los niños y de las mujeres en toda esfera.

- Quedan abolidas todas las leyes que estén ligadas a ceremonias religiosas

- La ley será modificada de ser necesario; la aplicación práctica de la ley será el principio general. Esto es lo contrario a la antigua expresión “Fiat justitia pereat mundus” [que se haga justicia, aunque el mundo perezca]

 

 

Extracto de las antiguas leyes zaristas a modo de muestra general para su comparación

 

Artículo 106 del Código: El marido deberá amar a su esposa como a su propio cuerpo y vivir con ella en armonía; él mismo tendrá que honrarla y asistirla en la enfermedad. Está en su deber proveer a su esposa alimento y cuidado de la mejor manera posible

Artículo 107: La mujer deberá obedecer a su esposo como la cabeza de la familia, permanecer con él mediante el amor, el respeto y la obediencia ilimitada, así como brindarle toda forma de satisfacción y afecto como la dueña de la casa

Artículo 164: Derechos de los padres: El poder de los padres rige sobre los niños de ambos sexos y de todas las edades. Esto se encuentra sujeto a las restricciones que han sido definidas previamente

Artículo 165: Los padres tienen el derecho de emplear medidas domésticas para tratar con niños desobedientes. En caso de que estas fracasen, los padres tienen el poder de:

1) Enviar a los niños de de ambos géneros a prisión en caso de desobediencia caprichosa frente al poder de los padres, conductas inmorales y otros tipos de desobediencia, a excepción de quienes son empleados del Estado. La legislación correspondiente está estipulada en el artículo 1592 “Mandato sobre el castigo” (del año 1885)

2) Llevar las quejas acerca de sus niños a instituciones judiciales.

La falta de obediencia frente al poder de los padres, conducta inmoral y falta de comportamiento podrá ser castigada con distintas medidas en caso de que los padres lo requieran. Estas últimas pueden constar desde 2 a 4 meses de encarcelamiento y ser aplicadas por los padres sin necesidad de una investigación específica. Los padres tienen derecho a reducir o levantar el castigo según lo dispongan

Artículo 122: Es tarea de la policía asegurar que los menores respeten a los mayores y a los ancianos, así como que los niños obedezcan a sus padres

Artículo 177: Tareas de los niños: Los niños están obligados a atestiguar su obediencia, devoción y amor incondicional hacia sus padres. Deben servir a sus padres, hablar de los mismos con estima y soportar sus amonestaciones y medidas correctivas de manera paciente y sin objeciones. El respeto de los niños debe continuar más allá de la muerte de sus padres

Artículo 168: No se aceptarán quejas respecto a insultos personales – ya sean de naturaleza penal o civil – solicitadas por los niños hacia sus padres. 

La ley no aplica para los casos en que los padres son culpables de algún tipo de comportamiento criminal hacia sus hijos.

En estos casos, las autoridades locales brindan la protección necesaria investigando el caso y llevando a las personas que se las considera culpables a los tribunales de justicia.

 

 

La nueva legislación

 

La legislación matrimonial en la Rusia Soviética redujo a este a una relación exclusivamente civil. Solo el matrimonio civil está reconocido como tal. Las parejas que celebraron anteriormente sus matrimonios en iglesias son una excepción. La validez y su igualdad legal fueron convalidadas por la nueva ley.

Existen órganos administrativos especiales que se encargan de la tarea de registrar matrimonios en registros especiales.

Los conyugues deben ser completamente conscientes de las consecuencias de sus acciones. Solo las personas sanas y responsables pueden registrarse para el matrimonio.

La falta de madurez, es decir, la minoría de edad, está contemplada como un obstáculo biológico para el acceso al matrimonio. La edad mínima para los conyugues que quieren celebrar el matrimonio legal debe ser de 18 años en el caso de los hombres y de 16 años en el caso de las mujeres. En lugares específicos de nuestro país en donde la pubertad se alcanza más tempranamente, el requisito puede ser una edad menor. Otro obstáculo para el matrimonio es el parentesco directo (madre e hijo/padre e hija, etc.). Los matrimonios que hayan violado estas leyes cuando fueron consumados siguen siendo válidos si ya no las corrompen en el momento de la impugnación (por ejemplo, si la edad mínima requerida ya se ha alcanzado) o si este produjo un embarazo o hijos.

La pareja es libre de elegir tanto el apellido del marido o la mujer, un nombre compuesto o de mantener ambos sus viejos apellidos. Por ejemplo, si el apellido del esposo es Schultz y el de la esposa es Mayer, la pareja puede decidir adoptar el nombre Schultz o Mayer como apellido o adoptar el nombre compuesto Shultz-Mayer. Lo mismo aplica para los apellidos de sus hijos. Los niños pueden tener el apellido de cualquiera de los dos así como uno compuesto – dependiendo del acuerdo de sus padres. Cada ciudadano que haya alcanzado la edad legal para hacerlo tiene el derecho de cambiar su apellido.

Cuando se ha llevado a cabo el matrimonio cada una de las partes mantiene su nacionalidad/ciudadanía si ninguno de los dos opta por cambiar su nacionalidad/ciudadanía a la del otro.

Otra razón para negar el registro matrimonial es si alguna de las dos partes ya se ha registrado en otro matrimonio. No está permitido tener registrados dos matrimonios al mismo tiempo. Las relaciones sexuales por fuera del matrimonio, sin embargo, no son perseguidas en ningún sentido.

A pesar de que la ley soviética provee un sistema de registro civil matrimonial, también está considerado que ambas partes en cualquier relación que sea igual a un matrimonio tengan los mismos derechos y obligaciones que las de un matrimonio registrado legalmente. Si, potencialmente, una de las partes – adicionalmente a la primera relación – está en una relación o registrada en un matrimonio con alguien más, son aplicadas las mismas obligaciones para ambas relaciones y para el matrimonio.

Esta es la diferencia fundamental entre las leyes de los Estados burgueses y el de los trabajadores y campesinos: los últimos conceden los mismos derechos para cualquier relación, incluso aquellas relaciones que no estén registradas de manera formal.

Se está haciendo un intento por establecer algún tipo de orden en aquellas relaciones coexistentes en las cuales esa forma de relación claramente perjudica a alguna de las personas involucradas. Una relación es clasificada como perjudicial si su carácter poliamoroso no se le ha hecho saber a cada una de las partes. Un caso como tal es considerado fraudulento.

Un ejemplo de relaciones perjudiciales puede ser el siguiente: alguien que vive en un matrimonio registrado durante un tiempo y sostiene a su familia. Si este hombre entrase en una segunda relación, le serán demandadas las mismas obligaciones. Como resultado, la segunda familia se verá perjudicada porque sus condiciones materiales se verán reducidas. Si él no hace saber a su primera esposa acerca de su segunda relación sería indudablemente un caso de fraude.

Lo mismo aplica si se guarda en secreto a la primera familia. La práctica de la vida diaria conduce a reconocer el hecho de que no debe penalizarse una relación doble pero sí el fraude y la consiguiente violación de los intereses familiares.

La ley enfatiza que cada relación que tiene carácter matrimonial garantiza los mismos derechos y obligaciones a las partes que los de los matrimonios legalmente registrados.

Si alguna de las partes involucradas vive en una relación paralela, o en un matrimonio registrado, tiene las mismas obligaciones en cada una de esas relaciones. Un nuevo proyecto de ley que será presentado al Comité Ejecutivo Central de los Soviets, próximamente, incluye el siguiente artículo:

“Los individuos que viven en una relación de tipo matrimonial no registrada tienen siempre el derecho de certificar las mismas”

“La demanda de dicha registración no garantiza ningún derecho especial pero sí es, de alguna manera, una admisión a una vida real”

En un memorándum sobre la ley propuesta, el Comisariado de la Justicia escribió:

“Las registraciones son solo requeridas en tanto la ley garantiza algún privilegio para la familia. Una inscripción oportuna hace más fácil al Estado el hecho de saber que la familia existe. A su vez, el antiguo elemento de autoridad que es inherente en estas ceremonias aún juega un rol entre las masas. Se puede sentir una creciente demanda entre las masas por reemplazar el matrimonio formal, religioso, sacramental y místico por un acto secular de registración.”

Las estadísticas demuestran que los matrimonios registrados han actualmente sobrepasado el número de casamientos en iglesias.

En las zonas periféricas de la Unión Soviética, algunos parágrafos fueron agregados a la ley soviética común porque la reliquia de las viejas instituciones nacionales en dichas áreas, por ejemplo en Caucasus, Turkestan y Siberia, aún juegan un rol enorme en las vidas de aquellas personas.

Entre los pueblos nómadas – de Kirgiz, Izbeks y las tribus rusas de las montañas – un sistema de leyes comunes ha sido usado desde los tiempos más primitivos. El matrimonio por rapto, el matrimonio por adquisición, la herencia por viudez como parte de la fortuna total del difunto – todo esto era legítimo a causa del derecho por costumbre. Las mujeres eran tratadas como objetos, como una parte de la fortuna. Ellas no tenían posibilidad de expresar libremente su voluntad de ninguna forma.

En el curso de la lucha contra estas últimas costumbres de los tiempos primitivos los gobiernos locales promulgaron una prohibición estricta del secuestro de novias-niñas, del pago de rescates, la coerción del matrimonio contra la voluntad de las mujeres y demás normas que hasta ahora reprimían la libertad de las mujeres. Todas estas leyes adicionales fueron aprobadas por el Comité Ejecutivo Central Soviético como parte de todo el Código ruso en la última sesión de su congreso.

La última propuesta para las nuevas leyes maritales contiene un importante artículo escrito por Narkomedrav. En acuerdo con este proyecto, los conyugues están obligados a reconocer por escrito que ambos han sido informados acerca del estado de salud del otro, especialmente teniendo en cuenta enfermedades de tipo psicológico y sexual y tuberculosis. Este proyecto probablemente será adoptado por los cuerpos legislativos.

Es preciso resalta que la propuesta de Narkomedrav es de vital importancia para la higiene social. Es seguro que se aprobará por todas las instituciones legales relevantes.

La cuestión de obligar a una inspección médica antes del matrimonio fue pospuesta una buena cantidad de veces pero nunca rechazada. Tanto el bajo nivel de organización médica como el bajo nivel cultural de las masas presentan obstáculos. Además, de todas las otras cuestiones y declaraciones, se da especial atención a la salud de ambos conyugues a fin de evitar que una enfermedad grave y contagiosa pueda arruinar el matrimonio más tarde.

En acuerdo con las leyes soviéticas, el matrimonio se da por finalizada con la muerte de alguna de las partes o en caso de la intención de una o ambas de disolverlo. La legislación soviética no hace ningún intento por forzar a las personas a continuar un matrimonio no deseado. Sin embargo, es tarea del Estado proveer protección a los intereses de la parte más frágil – en la mayoría de los casos a las mujeres y especialmente a los niños – y registrar sus pedidos e imponer los deberes sobre la parte más fortalecida que resulte de la comunión sexual de dos personas. En los casos de decisión unánime de las partes acerca de la disolución del matrimonio es suficiente con presentar una aprobación que incluya las tareas respecto a los niños. Esto debe ser tomado por las autoridades locales. La corte debe establecer las obligaciones mutuas. Por supuesto, el juez que se encuentre con una situación dramática no debe permanecer como un frío observador. Debe siempre intentar reconciliar a los conyugues cuando es posible. En efecto, frecuentemente esto resulta con éxito. Es falso decir que el número de divorcios se incrementó con la posibilidad legal de acceder a este.

El mayor número de divorcios en Rusia fue documentado en Abril de 1918. Era casi proverbialmente el tiempo de degeneración de los matrimonios que habían sido celebrados durante el zarismo. En la mayoría de los casos estaban definidos como matrimonios solo en términos jurídicos. También se observaron divorcios de las parejas que se separaron en los nuevos tiempos, a la luz de la agitación revolucionaria.

El trabajador proletario urbano que se considera a sí mismo como un activista y miembro de la vida pública no quiso quedarse junto a su esposa, quien en la mayor parte de los casos no entendía sus intereses. Él, por lo tanto, decidió separarse de ella y de su familia, buscando liberarse de dicha situación. La mujer quedó por detrás con los niños como una víctima en medio de las difíciles condiciones de esos tiempos.

En las áreas rurales se observó un proceso de características diferentes. El hombre – que había sido soldado en la prolongada guerra, en la mayoría de los casos herido – vuelve a su hogar y encuentra a su esposa con un nuevo hombre y una nueva familia. En tales casos, el hombre es la víctima de tales condiciones.

La legislación soviética estuvo – como mencionamos más arriba – forzada a introducir leyes que defendieran los derechos de la parte más débil.

El número de divorcios subsecuentes comenzaron a disminuir. Incluso es posible detectar una consolidación al interior de los matrimonios hoy en día. La tasa anual de divorcios en Moscú, por ejemplo, ronda los 3.500 mientras que, al mismo tiempo, la tasa de matrimonios es de 20.000. La libertad mutua en la relación entre el hombre y la mujer conlleva a una relación sana y amigable y a la estabilización del matrimonio. Los conyugues son económicamente independientes uno del otro. La fortuna ganada y perteneciente a cada uno de los conyugues con anterioridad al matrimonio continúa siendo su propiedad personal. Cualquier contrato que intente debilitar alguno de los derechos de uno de los conyugues en beneficio del otro es inválido.

Al mismo tiempo, toda la riqueza adquirida durante el matrimonio es propiedad de ambas partes. En caso de divorcio, la misma es dividida.

La estructura familiar en la Rusia soviética aún no ha sobrepasado el estado en que en la mayor parte de los casos el hombre gana los medios e ingresos de la familia afuera, quedándose la mujer en la casa a cargo de los niños.

Es difícil decir quién trabaja más – el hombre que trabaja en la fábrica o la mujer que trabaja en su casa. En la mayoría de los casos la mujer tiene un trabajo más duro para realizar que el hombre. Por lo tanto, se considera que la mujer tiene igual propiedad sobre el ingreso familiar.

Por supuesto, esta legislación también se aplica a los hombres que están imposibilitados de trabajar por razones de salud u otras, mientras que la mujer es económicamente independiente.

Generalmente, la legislación matrimonial y familiar define tareas de ayuda mutua en tiempos de dificultad económica. Solo las relaciones sanguíneas son consideradas como base de una familia. Otros tipos de relación formal no están incluidos. Solo la adopción de niños fue legalizada de recientemente.

El problema de los hijos legítimos e ilegítimos ha dejado de existir en la práctica legal y jurídica. Todos los niños, tanto los legítimos como los ilegítimos, poseen los mismos derechos en relación con sus padres. Los padres tienen las mismas obligaciones hacia sus hijos, independientemente de si nacieron por fuera del matrimonio. La principal idea y objetivo de las leyes familiares está, en cualquier aspecto, en la protección de los intereses de los niños. La familia se ha convertido en una institución para los niños. Su primera obligación es la identificación de los padres. La madre está obligada a indicar el nombre del padre de su hijo cuando completa el registro de nacimiento.

Los conyugues están obligados a confirmar su parentesco mediante sus firmas.

La ley enfatiza y apoya el derecho de la madre de investigar al padre de su hijo. Como en Escandinavia, la madre tiene derecho de indicar el nombre del hombre que presume que es el padre de su hijo tres meses antes del nacimiento del mismo. Si el hombre no hace ningún reclamo en el período de dos semanas, este debería reconocerse como el padre del niño. En caso de reclamar, el caso pasa a la corte. Una negación falsa y deliberada de la paternidad será tratada como un perjuicio y penada como tal (como un crimen).

La ley rusa se ha anticipado a los casos en los que la madre no puede dar un testimonio acerca del padre de su hijo con un grado razonable de certeza por haber mantenido relaciones sexuales con dos o más hombres durante el tiempo de concepción. En tales situaciones – en las que cualquiera de esos hombres puede potencialmente ser el padre – la corte ordena que todos ellos estén obligados a pagar los gastos del niño y de cubrir las necesidades de la madre.

El derecho de la madre de recibir una pensión alimenticia está reglamentado legalmente y se implementará rigurosamente.

La demanda por dicha mantención y su paga no se implementará ya por vía jurídica sino por medio de las autoridades públicas. Esto es un gran alivio para la madre. Rechazar el deber de pagar la cuota alimentaria será penado como un crimen.

La corte decide cuál es el monto de la cuota alimentaria basándose en las necesidades existentes. En caso de cambiar las circunstancias es posible revisarla y modificarla en cualquier momento. También es posible revisar la admisión de paternidad. Esto también en válido en caso de ser solicitado por los hijos.

Los intereses de los padres respecto de sus hijos son reconocidos únicamente si tienen correlato con los intereses de los niños y su bienestar.

En este sentido, la diferencia entre la vieja legislación zarista y la legislación de la nueva Rusia es nuevamente muy clara.

La vieja ley y su institución más importante, el Senado, autorizaba a los padres a despojar a sus hijos de cualquier tipo de ayuda y llevárselos a sus casas en cualquier momento – incluso cuando era obvio que el retorno a sus hogares tendría consecuencias negativas en los niños. La legislación soviética contiene artículos similares que conceden a los padres el derecho de reclamar a sus hijos a otras personas. Pero la aplicación en la práctica de esta ley ha mostrado que – en caso de duda – la corte decide a favor de los intereses de los niños y no permite a los padres reclamar el regreso de los hijos bajo su cuidado.

Tenemos un caso en la gobernación de Premsk del año 1919 que es de particular interés:

Un hijo había nacido del matrimonio Baburin en 1913. El padre del niño era soldado en aquel momento. En su ausencia, la madre – pobre y sin medios de vida – dejó a su hijo en la puerta de un monasterio. El chico fue encontrado y dado en adopción al matrimonio I… que lo crió como si fuera propio. Seis años después el matrimonio B. inició una acción legal por la restitución del niño. El Tribunal Popular se adhirió a la ley e implementó procedimientos a favor de los padres. Sin embargo, en un nivel más alto de jurisdicción, fue anunciado lo siguiente: el artículo que concede la restitución del niño puede ser implementado si y solo si es el deseo del niño. El chico, habiendo vivido en aquella familia por siete años y estando conforme en tal lugar, decidió no volver con sus padres (biológicos). Por lo tanto, se decidió que el niño se quedaría con sus padres adoptivos.

Podrían ser citados muchos otros ejemplos – todos en los que estuvo en primer lugar el deseo de los niños.

La protección de la niñez no podría estar manejada de una manera más racional ni más flexible (también en relación con los padres). El artículo 153 del Código de la Familia es una (maravillosa) expresión de esto.

Los derechos de los padres son siempre tratados subordinadamente en relación a los intereses de los niños.

Todo lo que se sigue de esto, cada paso legal adicional, es la continuación de estas pocas palabras, llenas de un gran contenido.

La educación será organizada colectivamente por los padres y ningún padre puede actuar arbitrariamente sin el consentimiento del otro. En caso de desacuerdo entre los conyugues el tribunal toma la decisión.

El abuso de los derechos paternos lleva a la pérdida de los mismos. En esos casos, los hijos son separados de sus padres. De esta forma, el niño pasa a estar bajo la protección constante de la ley y ninguna acción egoísta (ni siquiera de los padres) puede dañarlo.[1]

La implementación de toda esta legislación soviética no solo libera a la familia de la antigua esclavitud, además la protege de la violencia y la arbitrariedad a la que antiguamente aquella se hallaba sometida.

Además, la legislación soviética aborda la cuestión de los privilegios materiales otorgados y se ocupa de cambiar la ley de herencia en relación con la legislación social general.

En el núcleo de esto está el principio de la igualdad – el nacimiento no debe conducir a la futura desigualdad económica. La familia no es una fuente de acumulación de riqueza y propiedad que pasa de generación en generación. Esta fundamental desigualdad del mundo burgués y del orden capitalista ha sido ahora eliminada. El futuro social de los niños no estará ya determinado por el status de sus padres.

Este es un período transicional, la familia existe como una institución en la que los miembros de esta se ayudan entre sí. Los adultos incapacitados de trabajar, y los niños en particular, pueden pedir los medios necesarios a los otros miembros trabajadores de la familia. El reclamo expira si dicho integrante de la familia tiene acceso a algún subsidio, por ejemplo, si un niño está en una guardería o una persona discapacitada está en una institución correspondiente a sus necesidades. Los niños, sin embargo, no tienen derecho sobre la propiedad de sus padres – así como los padres no tienen derecho sobre la propiedad de los hijos.

El familiar puede retener la propiedad que queda póstumamente bajo una condición: todas las obligaciones que tuvieron los miembros de la familia hacia la persona enferma deben haberse cumplido. Además, dicha propiedad no puede exceder el límite de los 10.000 rublos. En ausencia de un testamento, la suma de 10.000 rublos se distribuye igualitariamente entre todos los miembros de la familia. El resto es propiedad del Estado.[2]

La liberación de las mujeres y la protección de los niños no están limitadas a la esfera familiar y matrimonial. La legislación general de la Rusia soviética ha establecido la total igualdad política y económica para ambos sexos.

La madre se encuentra bajo una protección legal especial. La protección maternal es una característica prominente de la Ley Laboral. Una madre puede hacer uso de su licencia por maternidad por el período de tres meses.

Además, las horas de la jornada laboral pueden reducirse para las mujeres en la mayoría de las fábricas; a su vez, es posible también la licencia para las madres que deben amamantar durante la jornada de trabajo.

Asimismo, hay normas de seguridad, varias medidas gubernamentales con el objetivo de proveer el cuidado de la salud y las necesidades especiales de las madres, así como una serie de medidas que consolidan los derechos de las mismas y los medios materiales que logran que estos derechos puedan ponerse en práctica. Aquí, el derecho de las mujeres hacia la maternidad no es una simple declaración, no es una frase solemne de una constitución burguesa (ver la constitución de la República de Weimar).

El derecho de las mujeres hacia la maternidad es establecido por numerosas instituciones que ayudan y protegen tanto a las madres como a los niños.

Basta con referirse a normas particulares en relación a las madres y a los niños que se son puestas en práctica en forma de seguro social, i. e., medidas que posibilitan a las madres a amamantar a sus hijos. Casi todas las grandes fábricas y compañías con un gran porcentaje de trabajadoras mujeres están obligadas a poner en pie guarderías. Durante el trabajo de temporada, por ejemplo, durante el período de verano en el campo, hay guarderías de verano.

Otra materia de interés y de relevancia es la cuestión del aborto. La legislación soviética no trata el procedimiento del aborto como un hecho irrelevante para la salud de las mujeres y los órganos legislativos no son indiferentes ni testigos neutrales u observadores de las condiciones de vida que fuerzan a miles de mujeres a llevar adelante un aborto. H. Semashko [Nota: miembro del Comisariado del Pueblo de la Salud Pública 1918-1930] escribe en un artículo: ni las mujeres trabajadoras ni las mujeres campesinas abortan porque no quieren tener hijos – es porque no pueden tener más hijos. Muchas de estas mujeres ya tienen niños. Apenas una quinta parte de las mujeres que abortan no tienen hijos. En general, el aborto es practicado luego del cuarto hijo dado a luz.

El bajo nivel cultural a lo ancho de las masas degrada a la mujer a una máquina de dar a luz. Tomando en cuenta que las familias con muchos hijos carecen de los medios para alimentar a los mismos, el aborto aparece como un instrumento natural para proteger a la mujer de la exhaustividad total y a los niños de la miseria y la inanición.

Siempre que el Estado no pueda proveer la seguridad y protección total para cada niño que nazca, no puede existir en absoluto ningún derecho que fuerce a una mujer a tener hijos. Además, la vida en su misma es más fuerte que cualquier legislación y habla por sí sola.

Incluso en la Rusia zarista los abortos eran llevados adelante, así como en otros países en los que las mujeres son amenazadas con la más severa penalidad draconiana.

El número de abortos pasó de cientos a miles. Solo unos pocos cientos de casos fueron a la corte. La mayoría de las madres eran pobres e indigentes. ¿Hay algún tipo de valor educativo en estas terribles normas legales?

La legislación soviética – libre de cualquier hipocresía o falso moralismo – ha declarado, ahora, la total exoneración de la pena por aborto. También habilita a las mujeres se vieron obligadas a llevar adelante un aborto en malas circunstancias a tener una operación lo más segura e higiénica posible. Hacia el final de 1920 fue decidido que la interrupción del embarazo sería llevada adelante por los médicos en hospitales. Más tarde, el Código Penal estipuló que solo sería posible penar la práctica de un aborto solo si iba en dirección contraria a esta ley. En acuerdo con esto, es un acto criminal:

1) Practicar un aborto sin ser médico

2) Practicar un aborto bajo malas condiciones o a título de negocio personal (esto incluye a los médicos)

El último caso tendrá una pena mucho mayor. La mujer, sin embargo, es impune en todos los casos.[3]

Estas leyes están sujetas a la posibilidad de tener efectos negativos, o incluso alguna especie de influencia negativa que propicie practicarse abortos – aun en casos en los que la decisión es tomada sin la cantidad suficiente de razones. Muy frecuentemente la mujer decide tener un aborto por falta de conocimiento acerca de los derechos que puede reclamar como tal o porque está incapacitada de hacer valer su reclamo – y no por estar en una posición difícil.

Particularmente, considerando los tan llamados embarazos ilegítimos, las mujeres se hallan bajo una enorme presión – vergüenza, falta de conocimiento acerca de los derechos maternos respecto del padre de su hijo… todo esto fuerza a las mujeres a practicarse abortos.

En dirección a impulsar un cambio al respecto, se constituyeron comisiones especiales – mayormente constituidas por mujeres, mujeres trabajadoras y campesinas. Las mujeres que intentan interrumpir sus embarazos son recibidas de manera amigable, con camaradería. Juntas, todas las condiciones que llevan a una mujer a querer un aborto serán consideradas. Las medidas y recursos para hacer el aborto evitable serán tomadas. En este contexto, todos los derechos serán explicados a la madre (a la madre “ilegítima” en particular) – ella obtendrá la ayuda para encontrar al padre de su hijo y para hacer cumplir el pago de la cuota alimentaria de su parte. Le será ofrecido un apoyo material con el cual contar, ya que puede encontrar alojamiento en un establecimiento correspondiente durante el embarazo y el período de lactancia. De ser necesario, el niño puede ser criado a expensas del Estado.[4]

En muchos casos – especialmente durante el primer embarazo, donde un aborto es más peligroso – es posible prevenir el aborto prematuro a través de las medidas mencionadas. En casos en los que el alivio es casi imposible, por ejemplo, familias con muchos hijos, el aborto es considerado a pesar de todo.

Y aún, incluso con la más fuerte y determinada voluntad y con las más brillantes ambiciones del gobierno soviético, estas normas ideales no son capaces de sacudirse el yugo de siglos – la vieja opresión y esclavitud de las mujeres. Aunque generalmente el público general de Rusia ha mostrado gran simpatía hacia estas medidas y esfuerzos, se hizo evidente que era imposible eliminar todos los síntomas crueles y espantosos de la opresión hacia la mujer que existieron por siglos.

Ya hemos mencionado que la legislación soviética tuvo que luchar con los resabios de todas las instituciones nacionales de los pueblos nómadas barbáricos del Este.

En esta pelea, y con ella, el pueblo entero está batallando de manera dura y desafiante contra otra reliquia barbárica del antiguo orden: la prostitución.

Durante el período de guerra civil – en el momento de la obligación general de trabajar – parecía que la cuestión de la prostitución dejó de existir. Esto es a causa de las siguientes razones:

1) No había desempleo – en acuerdo con esto, no había razones para las mujeres para prostituirse

2) En vista del bloqueo y de la obligación general de trabajar había una demanda baja de prostitución: todos recibían lo necesario para satisfacer sus necesidades básicas. La clase burguesa había desaparecido por algún tiempo

En ese momento, la legislación soviética trataba a las prostitutas como desertoras del trabajo. Todos los ciudadanos eran igualitariamente provistos con los mismos derechos para satisfacer las necesidades más básicas. El fin de la guerra civil significó el fin de la obligatoriedad general de trabajar, que implicó desempleo – especialmente para las mujeres. Por otro lado, Rusia estaba atravesando el surgimiento de una nueva burguesía. Los tan llamados hombres de la NPE estaban gestando enormes fortunas y crearon una nueva demanda de prostitución.

Estos dos elementos condujeron al retorno de la prostitución.

Las medidas en contra de la prostitución tomaron una nueva forma. La prostitución no fue ya tomada como una deserción del trabajo – el Estado no era capaz de sostener a cada mujer desempleada y proveerla con posibilidades laborales.

Por lo tanto, la lucha contra la prostitución no significa, de ninguna manera, una lucha contra las prostitutas.

Están siendo tomadas medidas para aliviar los efectos del desempleo femenino. Medidas como la organización de una asistencia para las mujeres sin trabajo, la creación de asilos y refugios para mujeres sin hogar y la educación de las masas, que es de particular relevancia.

Toda medida contundente está estrictamente prohibida, i. e. el control o cualquier tipo de secreto de regimentación de prostitutas está estrictamente prohibido.

Los decretos posteriores confirman esta posición – las instituciones administrativas y sociales vuelcan su atención, primariamente, en contra de todos los agentes y cómplices de la prostitución.

El Código Penal contiene severas penas por violación bajo subyugación física o psicológica, así como la coacción de una mujer en estado de desamparo para entablar relaciones sexuales, si la misma depende de su abusador de forma material o por una relación laboral. Además, la infección producto de alguna enfermedad sexual es también penada.

Sin embargo, la legislación no interviene en ningún tipo de relación sexual entre dos adultos que no sea forzada y que esté libre de presiones. Las relaciones sexuales de este tipo son tratadas como un asunto privado de las personas involucradas. La cuestión de la moral pública es irrelevante para la legislación.

Los actos homosexuales, de sodomía o de cualquier otra forma de placer sexual tienen el mismo estatus legal mencionado más arriba. Mientras que la legislación europea define todos estos como una violación de la moral pública, la legislación soviética no hace diferencia entre la homosexualidad y las tan llamadas relaciones sexuales “naturales”. El enjuiciamiento criminal es implementado solo en casos de violencia, abuso o violación de los intereses del otro.

Estas son las intenciones básicas de la revolución den lo que concierne a la sexualidad. Esta legislación revolucionaria refleja la revolución sexual que se está produciendo en la vida real.

Los enemigos de esta nueva sociedad inventan mitos y mentiras acerca del salvaje amor libre, la sociabilización de las mujeres y similares sin sentidos y los esparcen alrededor de todo el mundo. Después de todo lo que se ha expuesto aquí, es obvio cuán estúpidas y burdas han sido estas declaraciones sensacionalistas. La observación de la vida real nos enseña exactamente lo opuesto.

Se ha establecido anteriormente que las relaciones maritales han experimentado una consolidación interna y, por lo tanto, en este punto vale la pena comentar algo acerca de las relaciones de la generación adolescente.

Inmediatamente después de la gran convulsión revolucionaria vivida en la Rusia soviética, fue pensado que la vida sexual de la juventud era de particular interés. Esto trajo recuerdos de la amarga experiencia del total batiburrillo respecto del la autorrealización sexual de la juventud – la tan llamada juventud educada y de la ciudad – del año 1905, en tiempos de restauración y reacción.

La vida de la intelligentsia, y en particular de los jóvenes, durante los años de la reacción fue llenada con literatura pornográfica, como “Shanin” de Arzibashev, círculos sexuales y asociaciones en las que uno podía indudablemente liberar su sexualidad.

¿Cómo fueron las cosas en Rusia en el período de la Revolución de octubre y durante la guerra civil posterior y cómo fueron las cosas entre la juventud rusa en el período de transición a una construcción pacífica [de una nueva sociedad]?

El erotismo y la sexualidad eran aspectos marginales durante la revolución. La juventud vivió y respiró para la gran idea revolucionaria y capturó aquel espíritu revolucionario. Durante los períodos más quietos de la reconstrucción, se temía que la juventud – que ahora estaba más calmada – transitara el sendero del erotismo ilimitado como se había experimentado en 1905.

Este no fue el caso. El trabajo apasionado por la organización de la vida pública y privada fue el “alimento espiritual” de la juventud, especialmente de la juventud femenina.

Basándome en las experiencias de la Rusia soviética, podría argumentar que un proceso de relajamiento está teniendo lugar entre las mujeres. El proceso de experimentar la liberación social y de haber una inclusión en un proceso de transición de ser meramente mujeres a ser realmente seres humanos reemplazó su deseo sexual – aunque sea de forma temporal.

A partir de ahora, nuestra gran tarea será la educación sexual de la juventud. La educación es siempre el primer paso en el proceso de crear nuevas convenciones y una nueva vida.

Los problemas de la pedagogía sexual son parte de la charla actual en la Rusia soviética y pronto serán el tema de una de las discusiones más vívidas en el Congreso Ruso [de los soviets].

Para crear seres humanos saludables, ciudadanos de la sociedad futura cuyos deseos naturales estén totalmente sincronizados con las mayores tareas de la sociedad que posan sobre ellos, esta debería ser la tarea de la pedagogía sexual en Rusia. Las directrices, por lo tanto, deberían ser: todo lo que sea creativo en cuanto a los deseos naturales debe ser fomentado; todo lo que tenga efectos dañinos e hirientes en el desarrollo personal de un miembro de la colectividad debe ser eliminado.

Una sociedad basada en estos principios será una sociedad de amor y armonía con la vida. Hoy, ya hemos visto la liberación del amor de las restricciones políticas y económicas. El amor libre en Rusia no es un tipo de auto realización desenfrenada sino una realización entre dos personas libres e independientes

 

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NOTAS

[1] Para alguna decisión respecto del trabajo del niño es necesario el acuerdo del mismo. Ellos (los niños) tienen total derecho de disponer de la totalidad de su salario. El trabajo rentable no está permitido para adolescentes menores de 16 años; puede permitirse una exención para la edad de 14 años solo en circunstancias excepcionales.

[2] Código en relación a la herencia. La suma de 10.000 rublos representa el valor promedio de la propiedad campesina, es decir, el inventario y la edificación.
La tierra en sí misma no es parte de esta suma porque no es considerada propiedad privada. Sin embargo, es dada al campesino para su uso durante toda su vida. Cada miembro de la familia recibe una proporción de tierra en consideración con su edad.

[3] Capítulo 5 del Código Penal. Parte I, homicidio. Artículo 146. Si el aborto del feto o una interrupción artificial del embarazo es llevado adelante sin el entrenamiento médico necesario o bajo condiciones adversas, la pena será de hasta un año de prisión o trabajo forzado, aún si la madre ha dado su consentimiento.
Si el aborto fue realizado a cambio de dinero o sin el consentimiento de la madre o si ha causado la muerte de la misma, la pena se incrementará hasta 5 años de prisión.

[4] Aborto. El aborto solía ser llevado adelante por curanderos o parteras y guardado en secreto. Estas intervenciones frecuentemente resultaban en serias lesiones y en la muerte de la mujer. Hoy en día son tratadas como una operación médica.
El hecho de que el número de abortos en hospitales se haya incrementado, por lo tanto, no es un argumento en contra de la legislación soviética.
Las estadísticas revelan que hubo un decrecimiento en el número de mujeres que visitan el hospital después de un aborto en condiciones no adecuadas para un tratamiento posterior. Entre 1910 y 1922 este número se ha visto disminuido en un 50 por ciento en uno de los mayores centros de Moscú.
El número de enfermedades médicas en esta área ha disminuido aún más. El crecimiento del número de abortos que son realizados en los hospitales indica que las mujeres son, de alguna manera, dirigidas hacia los hospitales y, por lo tanto, protegidas de los daños que resultan de un procedimiento no profesional.