Indice del libro

 

José Díaz Ramos

Tres años de lucha

 


Edición impresa: José Díaz, Tres años de lucha, Editions de la Librairie du Globe, París 1970.
Versión digital: Koba, para http://bolchetvo.blogspot.com.
Transcripción/HTML para el MIA: Juan R. Fajardo, nov. 2009.
Formato alternativo: PDF por cortesía de http://bolchetvo.blogspot.com.


 

 

Nuestro único enemigo son el fascismo y sus aliados

Declaraciones publicadas en “Mundo Obrero” el 4 de enero de 1937

 

Hemos aprovechado la estancia en Madrid del secretario de nuestro partido para obtener de tan querido camarada declaraciones sobre problemas que afectan a la unidad de las fuerzas que luchan para vencer al fascismo.

Está reciente la publicación del llamamiento que, suscrito por el compañero Mariano R. Vázquez, en nombre del Comité Nacional de la Confederación Nacional del Trabajo, y por el camarada José Díaz, en nombre del Comité Central del Partido Comunista, ha sido dirigido a los organismos regionales y locales de las respectivas organizaciones, encaminado a poner fin a cuantas discrepancias o fricciones pudieran existir entre ambas importantes entidades proletarias. Acerca de este llamamiento hemos creído interesante formular algunas preguntas al camarada José Díaz.

La idea del manifiesto

- ¿Cómo nació la idea de publicar este llamamiento? -le hemos preguntado.

- Los compañeros del Comité Nacional de la CNT y nosotros celebramos una reunión cordial para ver de poner término a algunos rozamientos que existían en determinados lugares entre las organizaciones de nuestro partido y las de la CNT. Entonces, yo aproveché la ocasión para proponer la publicación de un manifiesto común que fuera una apelación a la serenidad y a la comprensión y que reflejara la necesidad de que en todo momento exista una gran cordialidad en las relaciones de todas las fuerzas proletarias y antifascistas, porque de nuestra enemistad y de la acritud de nuestras relaciones sólo podía salir beneficiado el enemigo. Los compañeros del Comité Nacional aceptaron esta iniciativa mía, y se llevó a la práctica publicando el llamamiento que ya es conocido.

- ¿Cuál es el objeto del llamamiento?

- Sólo el que en él se indica: procurar que todas las fuerzas que luchan unidas contra el fascismo nacional y extranjero, aun manteniendo puntos de vista distintos, discutan cordialmente sus diferencias en el seno de las organizaciones de frente único, en los Comités de Enlace, etc., sin llegar a utilizar la agresividad, que podría enconar las relaciones fraternales. Y mucho menos que se llegue a casos de violencia, no sólo entre las organizaciones firmantes, sino, en general, entre todas las fuerzas unidas por el fin común de aniquilar al fascismo.

- ¿Será eficaz el llamamiento?

- El documento es de una gran trascendencia. Por primera vez, a través de largos años de lucha, ha sido firmado un manifiesto común en que las dos organizaciones afirman sus deseos de reforzar la unidad y de mantener una estrecha compenetración. Este documento representa no sólo la necesidad impuesta por las circunstancias que vivimos de mantener relaciones de cordialidad, sino la afirmación de que nuestro partido y la CNT pueden y deben marchar unidos, junto a las demás fuerzas que integran el Frente Popular, para ganar la guerra. Y es claro que de su eficacia no se puede dudar.

En nuestro partido no hay discrepancias

- ¿Existirá alguna incomprensión?

- Yo puedo afirmar que en nuestro Partido no la habrá. Es sabido que el Partido Comunista se caracteriza por su disciplina férrea, y repito que desde el primero hasta el último militante comunista todos observarán lo establecido en el documento con absoluta lealtad. Por esto mismo me ha extrañado que después de publicado el documento, cuyo puntos primero, segundo y tercero son bien claros y señalan la conducta que ha de seguirse por todos los organismos de las dos entidades firmantes, se haya escrito lo que yo he podido leer en el día de hoy. Los periódicos “Frente Libertario” y “CNT” publican dos artículos con estos títulos, que ya indican lo defectuosamente que han comprendido el espíritu y la letra del manuscrito: “Un palmetazo formidable. El Comité Central del Partido Comunista desautoriza la campaña hecha acerca del asunto Yagüe”, dice el primero de los dos periódicos citados. Y el segundo dice: “Diferencias de criterio en el Partido Comunista. La actitud adoptada en Madrid se enmienda dignamente en Valencia.” Como todos pueden ver, no es ésta la interpretación más justa del documento que hemos firmado el compañero Vázquez y yo. Y tampoco lo es que se diga “que la campaña de insidias realizada por el Comité Provincial del Partido Comunista ha quedado rotundamente desautorizada por el manifiesto firmado por el Comité Central de ese mismo partido”, ni que “entendemos que han sido desautorizados desde Valencia”. Eso no es justo. Los compañeros que han escrito esto han debido fijarse en que nosotros, al firmar el manifiesto, tuvimos especial cuidado en no aludir concretamente a ningún caso, para poner fin a todo género de incidentes.

- ¿Entonces, es que esos compañeros no han interpretado bien el llamamiento?

- Así es. Por alguna organización no se ha interpretado bien. Lo que te he leído lo evidencia. Y yo, en nombre del Partido Comunista, lamento esta incomprensión, y me atrevo a rogar a estos compañeros que pongan fin a su actitud. Al mismo tiempo, tengo que declarar que no hay desautorización ni refrendo, sino que, de acuerdo con los camaradas del Comité Nacional de la Confederación Nacional del Trabajo, hemos decidido dar por zanjados cuantos incidentes hayan podido surgir. Es bien conocido por todo el mundo que en el seno del Partido Comunista no hay discrepancias. Nuestro partido es un partido monolítico, en el que existe una absoluta compenetración entre todos sus organismos. Y el Comité Provincial de Madrid interpreta acertadamente la línea política general del partido en lo que respecta a las relaciones de cordialidad que deben existir entre todas las fuerzas antifascistas y cumple gustoso y disciplinado todas las instrucciones del Comité Central.

El deber de todos es mantener y reforzar la unidad

- No es ése el camino que conviene seguir -sigue diciéndonos nuestro camarada Díaz, refiriéndose a lo que escribieron los dos periódicos citados-. Sería doloroso y lamentable que cuando lo que hace falta es apagar el fuego de la discordia hubiera quien soplara en las llamas para reavivarlo. Hay que someterse a los acuerdos de los organismos nacionales. Éstos han dicho que debe acabarse con la acritud y la violencia del lenguaje, y todos deben hacerlo así. Tenemos una misión sagrada que cumplir, que es la de ganar la guerra, y es la disciplina que se expresa en el cumplimiento de las órdenes de los organismos superiores la que debe observarse rigurosamente. Es también deber de todos mantenerse dentro de la disciplina que nos impone la guerra y que dicta el Gobierno, en el cual estamos todos representados, así como el obedecerle y reforzar su autoridad y la de todos los organismos que de él dependen. Lo lógico es que las organizaciones provinciales y locales llamen la atención sobre la importancia y el significado del llamamiento para que se puedan poner en práctica todos los puntos del mismo.

Todas nuestras fuerzas para vencer al fascismo

- El Partido Comunista -dice por último el camarada José Díaz- tiene mucho interés en que este llamamiento sea la norma de conducta para todos los militantes del Partido y de la CNT, así como para todos los que luchamos unidos contra el enemigo común. Hay que acentuar en el contacto de cada día, en la discusión cordial en el seno de las organizaciones, la compenetración común a fin de que desaparezca toda disidencia y hacer que se cumplan los acuerdos de los organismos nacionales. Todas nuestras fuerzas tenemos que dedicadas hoy a combatir al fascismo, a vencerle, a ganar la guerra, para que podamos construir en España un régimen que dé el bienestar y la felicidad a los trabajadores y al pueblo. Yo tengo especial interés en hacer comprender a los camaradas de la CNT y a los obreros anarquistas que el Partido Comunista no es su enemigo ni su adversario, que el único enemigo de los comunistas es el fascismo, y que queremos luchar siempre unidos a ellos, luchar todos juntos, vencer juntos al fascismo y obtener juntos los frutos magníficos de la victoria. Ellos y nosotros somos trabajadores, pertenecemos a una misma clase y tenemos una misión idéntica que cumplir. De nuestra compenetración, de la cordialidad de nuestras relaciones y de la de todas las fuerzas antifascistas ha de salir el triunfo espléndido de la causa por la cual luchamos con las armas en la mano en los frentes de batalla.