Moses Kotane

 

Por la africanización del Partido Comunista

Carta de Moses M. Kotane, en Cradock, al Comité Distrital del Partido en Johannesburgo, 23 de febrero de 1934.

 


Redactado: En inglés en Cradock, Sudáfrica, el 23 de febrero de 1934.
Traducción al castellano: Juan Fajardo, abril de 2019; la traducción de realizó desde la versión digital de la transcripción de la carta alojada en South African History Online.
Esta edición: Marxists Internet Archive, abril 2019. 


 

 

Queridos camaradas,

En mi último informe les prometí las conclusiones a las que llegué a raíz de mis recientes observaciones. Lo que he aprendido por mi reciente estudio ha fortalecido aun más mis viejas conclusiones (conocidas por solo unos elementos dirigentes en nuestro Partido) que nuestro Partido ha sufrido y está sufriendo por ser demasiado europeizado. Que el Partido está fuera del ámbito de la realidad; somos meramente teóricos y nuestra teoría está poco conectada a la práctica. Si uno investiga la ideología general de los miembros de nuestro Partido (especialmente de los blancos), con sinceridad, no podrá sino notar que subordinan a Sudáfrica a favor de Europa; de hecho, ideológicamente no son sudafricanos, son extranjeros que desconocen y no se interesan en absoluto en el país en el que habitan en la actualidad, más bien son valientes “sirvientes’ de Europa. Son “revolucionarios” y “bolcheviques”, sus aficiones son “la situación alemana y la Comintern”, Stalin y Trotsky, y los “errores de los diversos partidos comunistas”.

Tales concepciones son precisamente lo opuesto al bolchevismo. Pero estamos viviendo en un África culturalmente atrasada. África es culturalmente y económicamente atrasada. El pueblo oprimido y explotado de África carece de los 150 años de tradición organizativa poseída por la clase obrera europea. El lenguaje europeo (la palabra ‘europeo’ usada en sentido correcto, no por decir ‘blanco’) no es, por ende, ciegamente aplicable a Sudáfrica. En Europa la auto-consciencia (de clase) se ha desarrollado inmensamente mientras que aquí la opresión, discriminación y explotación nacionales confunden la guerra de clases y la mayoría del pueblo trabajador sudafricano tiene consciencia nacional más que consciencia de clase.

Para nuestra población rural (la mayoría), el socialismo, la revolución proletaria, es tan solo una expresión que suena más a sueño que a realidad. A ellos les suena como la “tierra de Canaan” que puede ser “alcanzada sólo después de la muerte”.

La República Nativa Independiente, que en esencia significa una república burguesa pero que en Sudáfrica (debido a las condiciones objetivas)  necesariamente significa una república de obreros y campesinos, tiene una premisa, un lenguaje y una actitud diferentes a aquellas de la dictadura del proletariado y la revolución socialista, y es precisamenete en torno a eso que gira nuestro argumento. Es sobre esa premisa que el autor basa sus argumentos, que la propaganda general por una república democrática de obreros y campesinos no puede ser idéntica a aquella por una dictadura del proletariado. La identidad o la identificación de las dos etapas históricas diferentes no es más que oportunismo, una minimización de nuestra tarea actual. A veces hemos creado burocracia imaginaria allí donde no existía, pero simplemente porque nuestros camaradas europeos están enfrentando una burocracia real. A veces hemos seguido en este país las frases y terminología de International Press Correspondence. Debemos aprender de nuestros hermanos europeos pero no debemos perder de vista el hecho de que Europa difiere históricamente, políticamente y económicamente de Sudáfrica.

Comencé mis observaciones en Queenstown entre los intelectuales africanos, elementos hostiles al comunismo. Pero su hostilidad se debe a la ignorancia. Entre ellos encontré algunos nacionalistas empedernidos quienes no tienen tiempo para gente blanca salvo por su posición económica dependiente. Desde entonces estoy trabajando entre el sector no-intelectual del pueblo Nativo. Son los más interesantes de todos. Son revolucionarios pero aun no han aprendido el arma de la organización y algunos son engañados por pastores; son religiosos, creen en la existencia de Dios y en la biblia, pero desaprueban de la venalidad de los jefes de las iglesias. Hallan prueba de todo lo que dicen en la biblia. En lo personal, son bastante nacionalistas pero hasta ahora siempre he logrado atraerlos a mi punto de vista, por ejemplo, sobre la cuestión de los blancos pobres.

El Congreso Nacional Africano independiente ha echado raíces profundas en estos distritos -Cradock, Tarkastad- y sus líderes son extremadamente populares. En la actualidad sería simplemente desatinado denunciar a Tonjeni. Él se ha ganado la confianza de sus seguidores y muchos lo admiran. Hasta ahora me he encontrado con dos grupos de sus seguidores. Primero, el miércoles 14 del presente y el jueves 22 del presente, encontrándome nuevamente con otros la noche del lunes (el 26). Estoy muy satisfecho con ambos grupos hasta ahora y me placería ver gente tan seria entre nuestros llamados miembros del Partido.

Creo, es hora de que ponga fin a mis argumentos “sofisticados” y dé algunas sugerencias. Mi primera sugerencia es que el Partido devenga más africanizado o afrikanizado, que el PCSA debe prestar especial atención a Sudáfrica, estudiar las condiciones en este país y concretizar las demandas de las masas trabajadoras partiendo de información de primera mano, que debemos hablar el lenguaje de las masas Nativas y conocer sus demandas. Que, aunque no debe perder su afiliación internacional, el Partido debe bolchevizarse, hacerse sudafricano no solo teóricamente sino en la realidad; debe ser un Partido que trabaja a favor de y para las masas trabajadoras en Sudáfrica y no ser un partido de un grupo de europeos interesados apenas en asuntos europeos.

Con saludos revolucionarios,

Fraternamente suyo,

MOSES M. KOTANE