V. I. Lenin

N. K. KRÜPSKAIA Y V. I. LENIN A LA MADRE DE LENIN, M. A. ULIÁNOVA

 


Escrito: Escrita el 2 de julio de 1904. Se publica de acuerdo con el manuscrito. Enviada de Lausana a Kíev.
Publicado por primera vez: Publicada por primera vez en 1929 en la revista Proletárskaía Revóliutsia, núm. 11.
Fuente de esta edicion: Editorial Akal, Obras Completas, Tomo 41
Html: Marxists Internet Archive.


 

2/VII.

Querida María Alexándrovna: Anteayer recibimos la carta de Maniasha, y ayer la suya. ¡Qué alegría! Lo que falta ahora es que pongan en libertad en seguida a Ania; los abrazo a todos fuertemente, queridos míos. Lo peor es que ustedes dos no se encuentren bien de salud. Tienen que descansar, y sobre todo, respirar aire puro; al fin y al cabo, Kíev es una ciudad. Pero en el verano no se está bien en el norte; mamá vive cerca de Petersburgo, en la dacha de unos amigos, y se queja del frío y la lluvia. Según parece la dacha de Mark Timoféievich es la que reúne mejores condiciones para el descanso.

También nosotros descansamos ahora. Hemos dejado nuestra casa y, a decir verdad, estoy encantada, porque la limpieza y demás quehaceres domésticos me ocupaban el día entero; y en medio del trajín que tenemos a menudo, la necesidad de pensar continuamente en la casa terminó por fastidiarme. Si salía de paseo, me encontraba luego con que no tenía leche; si me levantaba después de las siete, debía ir a la ciudad para comprar carne, y así sucesivamente. Y además en invierno hace mucho frío. Ahora organizaremos mejor nuestra vida. Por mi parte, para el otoño pienso dedicar todo mi tiempo al trabajo, y estoy pensando ya en tomar todas las medidas para evitar el ajetreo que me cansa tanto. Ahora estamos en Lausana. Salimos de Ginebra hace siete días, y literalmente dedicamos todo el tiempo al descanso. Dejamos el trabajo y las preocupaciones en Ginebra; dormimos diez horas diarias, nos bañamos, paseamos. Volodia echa sólo un vistazo a los periódicos; nos trajimos la menor cantidad posible de libros, y hasta devolveremos mañana a Ginebra los que no hemos leído, porque pensamos levantarnos a las cuatro de la mañana, ponernos la mochila en la espalda e irnos a las montañas por unas dos semanas"[ Acerca de esta excursión N. K. Krúpskaia recordaba: "A fines de junio de 1904 Vladímir Ilich y yo nos pusimos las mochilas en la espalda y nos fuimos a las montañas por un mes, sin rumbo fijo. Estuvimos una semana en Lausana, recuperamos un poco las fuerzas y luego nos dirigimos a un lugar a la altura de Montreux; nos internamos en lugares agrestes e impenetrables, donde había unos leñadores, que nos indicaron cómo salir al camino y dónde pasar la noche. A través de Aigle descendimos al valle del Ródano, pasamos por Bexles-Bains, donde vive mi compañera de escuela y de curso, para vagabundear después largo tiempo a lo largo del Ródano; hicimos unas 70 verstas: fue la etapa más cansadora del viaje. Por fin, descendimos atravesando Gemrnipass a Oberland; estuvimos al pie del Jungfrau, luego, después de cansarnos mucho, nos instalamos cerca del lago Brienzersee en Iseltwald, donde pasamos alrededor de una semana, para seguir después nuevamente por Interlaken y Zimmental hacia atrás, hacia la zona de Ginebra. El invierno de 1903-1904 había sido extremadamente difícil, teníamos los nervios destrozados y deseábamos alejarnos de la gente, olvidar por un tiempo todos los problemas y sobresaltos. Las montañas nos ayudaron. Las nuevas impresiones, el aire de montaña, la soledad, el cansancio sano y el sueño sano ejercieron una influencia verdaderamente saludable sobre Vladímir Ilich. Recuperó las fuerzas y el ánimo, el espíritu alegre. Pasamos agosto en Lac de Bret, donde, junto con Bogdánov Vladímir Ilich esbozó el plan de la lucha posterior contra los mencheviques". 315.]. Iremos a Interlaken y de allí a Lucerna. Leímos la Baedeker y planeamos todos los detalles de nuestro viaje. En esta semana nos hemos "recuperado" bastante e incluso tenemos un aspecto más sano. Fue un invierno difícil, y tenemos los nervios tan destrozados, que descansar no es un pecado, a pesar de lo cual me remuerde la conciencia. Lo malo es que el tiempo no es muy estable que digamos; no llueve, pero está bastante nublado. Nada más puedo contarles por ahora de nuestras vacaciones. Volodia y yo hemos hecho un trato: no hablar de ningún asunto serio; él dice que el trabajo no es como el oso que se puede escapar al bosque; hemos decidido no hablar y en lo posible, ni siquiera pensar.

Seguramente esta noche escribiré a Maniasha, y mientras tanto las abrazo y las beso fuertemente, queridas mías.

Suya, Nadia

Querida mamita: te escribo a toda prisa unas líneas. Muchos saludos de mi parte a Maniasha y felicitaciones por estar en libertad. Es necesario que este verano te tomes un descanso. Por favor, vayan a alguna parte en el campo. Nosotros paseamos y descansamos maravillosamente. Te abrazo fuertemente.

Tuyo, V. Uliánov

 

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