Nadezhda Krupskaya

A LA MADRE DE LENIN, M. A. ULIÁNOVA

 


Escrito: Enviada desde Ufa. Se publica de acuerdo con el manuscrito.
Publicado por primera vez: Publicada por primera vez en 1931 en la recopilación: V. I. Lenin, Cartas a los familiares.
Fuente de esta edicion: Editorial Akal, Obras Completas, Tomo 41
Html: Marxists Internet Archive.


 

A Su Excelencia María Alexándrovna Uliánova. Moscú. Calle. Bajmétievskaia, casa de Sharónov.

1/X. 1900.

Querida María Alexándrovna: Hace tiempo que recibí la carta de Mama, pero, como de costumbre, demoré en contestarla. Pienso que ustedes ya se habrán trasladado a Moscú. ¿Cómo se encuentran? ¿Están bien de salud? ¿Partió D. I. para lúriev? ¿Terminará pronto el asunto de Maniasha? [1] Recibí carta de Aniuta hace algunos días y la contesté en seguida, pero mis cartas no siempre llegan pronto y muchas veces también las de Volodia llegan mucho después de ser despachadas. Aunque Volodia me escribe ahora con bastante frecuencia, de todos modos es muy poco lo que me dice sobre sí mismo y sobre la forma en que vive; sé que empezó a estudiar inglés y que le resulta difícil habituarse. . . Zina y el esposo no hacen más que regañarme porque les escribo poco sobre Volodia, ¿pero qué puedo escribirles yo si Volodia mismo no sabe escribir sobre su vida cotidiana? Que les escriba él mismo. Ellos no piensan siquiera en trasladarse a Rusia todavía, ni tampoco hacen gestiones en ese sentido, lo que es una lástima. Pronto será el 11 de marzo y hasta Zina será dueña de sí misma. Faltan cinco meses y 11 días, y ya no sé si es mucho tiempo o poco tiempo. Ignoro si nos será posible partir de Ufa el 11, con el tren de la mañana, como lo he planeado desde hace tanto tiempo. Por otra paite, la propia Ufa, excepto el barro, no tiene nada de malo; hace mucho que me convertí en una patriota de Ufa.

Ya nos instalamos definitivamente y a la manera provinciana; la casa es buena, tenemos excelente comida, etc.; en una palabra, nos liemos adaptado un poco a la vida provinciana. El tiempo pasa como una máquina a la que se le ha dado cuerda; doy lecciones a unos muchachitos muy simpáticos. En general, me gusta mucho enseñar a los niños, y éstos son particularmente agradables, sobre todo una niña pequeña. Doy lecciones en casa de un comerciante millonario que tiene una descendencia numerosa (cinco niños). Las costumbres del hogar son muy severas, al estilo de las de los comerciantes, y me gusta ver cómo tratan a los chicos. Los visten con sencillez, casi no tienen juguetes, no hay niñera, gozan de gran libertad, los pequeños se pasan el día en la calle, limpian ellos mismos sus botas y acomodan sus habitaciones (incluso se lavan su ropa); no hay nada de aristocrático ni los miman en absoluto. Estudian con muy buena voluntad, tanto los mayores como los pequeños. La más chiquita (siete años) es una delicia; tiene un carácter excelente, es inteligente, bonita, aplicada y atenta. Todos los días tiene "unas ganas terribles" de leer, escribir y contar, y en cuanto algo le interesa, comienzan a brillarle los ojitos. Me espera todos los días en la escalera para contarme los acontecimientos de su vida infantil. En una palabra, esa pequeñita me tiene completamente subyugada. [Hay niños tan encantadores! Esta es muy alegre, ríe siempre a carcajadas y no es nada afectada (hasta se limpia la nariz con la falda). El chico también es muy simpático pero es diferente. En verdad, me gusta enormemente enseñar a mis alumnos, y siempre lamento que las horas de clase pasen demasiado rápidamente y estén mal distribuidas. Ingresé en unos cursos de francés (pronto empezarán también los de alemán) de tres horas por semana-seis rublos mensuales-; las clases son de conversación, y por ahora estoy muy contenta. Estoy en el grupo de los alumnos más avanzados (somos cuatro en total);>el profesor de francés es muy hábil y da clases muy ágiles; pero los alumnos son poco aplicados. Es lamentable que yo no tenga libros de francés, porque el profesor nos hace leer periódicos del mes de junio o revistas que no tienen principio ni fin. ¿No tendrá Maniasha (probablemente tiene) literatura o cualquier tipo de libros en francés?; aquí la gente no se dedica a otros idiomas, por lo que, a pesar de mis limitados conocimientos, parezco una verdadera políglota, y es difícil conseguir libros extranjeros. También sigo estudiando alemán, para lo cual hago trabajos de redacción de diez páginas, pero sólo tomo una lección por semana, y eso es muy poco para practicar el idioma. Leo literatura en alemán, pero por ahora me resulta más difícil hablar en alemán que en francés. Así paso el día hasta las ocho de la noche y por la noche es difícil hacer algo, pues es muy rara la noche que no tengamos alguna visita. Así tiene usted una descripción detallada de cómo paso el tiempo. Mamita les manda muchos saludos y yo la beso fuertemente. A Maniasha no le escribo por separado, porque tendría que repetir lo que le digo a usted. Simplemente la abrazo. Esto es todo. Hasta pronto. ●

Suya, Nadia.

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[1] M. I. Uliánova fue arrestada el 30 de setiembre de 1899 y deportada a Nizhni-Nóvgorod hasta la terminación del proceso. A fines de diciembre de ese año regresó a Moscú. (Ed.)