V. I. Lenin

 

Proyecto de reelaboración del programa

 

 


Redactado: Abril - mayo de 1917.
Transcripción: Proporcionada por Daniel Gaido.
Esta edición: Marxists Internet Archive,  agosto de 2017.



 

El antiguo texto y el nuevo texto del programa

Para facilitar en lo posible al lector el cotejo entre el antiguo y el nuevo texto del programa, insertaremos ambos textos en la siguiente forma:

En tipografía corriente, las partes del programa antiguo que pasan sin modificaciones a la nueva versión.

En bastardilla, las partes del programa antiguo que se eliminan por completo en el nuevo programa.

En negrita, las partes del nuevo programa que no existían en el programa antiguo.

 

 

 

PROGRAMA DEL PARTIDO OBRERO SOCIALDEMÓCRATA DE RUSIA

 

El desarrollo del intercambio ha establecido una relación tan estrecha entre todos los pueblos del mundo civilizado, que el gran movimiento de emancipación del proletariado debía necesariamente convertirse, y hace mucho tiempo que lo es, en un movimiento internacional.

La socialdemocracia rusa, que se considera como un destacamento del ejército del proletariado mundial, lucha por llegar a la misma meta final que los socialdemócratas de todos los demás países. Dicha meta final está determinada por el carácter de la sociedad burguesa contemporánea y por el curso de su desarrollo. La principal característica específica de esta sociedad es la producción mercantil basada en las relaciones capitalistas de producción, según las cuales la parte más importante y considerable de los medios de producción y circulación de mercancías pertenece a una clase numéricamente pequeña, mientras la enorme mayoría de la población, compuesta por proletarios y semiproletarios, está obligada por su situación económica a vender permanente o periódicamente su fuerza de trabajo, es decir, a emplearse como asalariada de los capitalistas y con su trabajo crear la ganancia de las clases más altas de la sociedad.

La zona de dominación de las relaciones capitalistas de producción se ensancha cada vez más a medida que el perfeccionamiento constante de la técnica, que al acrecentar la significación económica de las grandes empresas, provoca el desplazamiento de los pequeños productores independientes, convirtiendo a una parte de ellos en proletarios, reduciendo el papel de los demás en la esfera económico-social y en algunos lugares colocándolos bajo la dependencia más o menos absoluta, más o menos manifiesta, más o menos despótica del capital.

Este progreso técnico permite además a los patronos, emplear en el proceso de producción y circulación de las mercancías, en proporciones cada vez mayores, el trabajo de la mujer y del niño. Y como, por otra parte, ese progreso provoca una disminución relativa de la demanda de fuerza humana de trabajo por los patronos, la demanda del fuerza de trabajo queda necesariamente por debajo da la oferta, con lo cual aumenta la dependencia del trabajador asalariado al capital y la explotación del trabajo alcanza un nivel más alto.

Este estado de cosas en los países burgueses, y el constante crecimiento de la competencia entre ellos en el mercado mundial, hace que cada vez les sea más difícil vender las mercancías, producidas en cantidad cada vez mayor. La superproducción, que se manifiesta en forma más o menos aguda en las crisis industriales, a las que siguen períodos más o menos prolongados de estancamiento industrial, es una consecuencia inevitable del desarrollo de las fuerzas productivas en la sociedad burguesa. Las crisis y los períodos de estancamiento industrial arruinan aún más, a su vez, a los pequeños productores, acrecientan aún más la dependencia del trabajo asalariado al capital y aceleran el empeoramiento relativo, y a veces absoluto, de las condiciones de vida de la clase obrera.

De este modo, el perfeccionamiento de la técnica, que significa aumento de la productividad del trabajo y mayor riqueza social, en la sociedad burguesa se convierte en causa de una mayor desigualdad social, de ahondamiento del abismo entre poseedores y desposeídos, del aumento de la inseguridad de la subsistencia, de la desocupación y de las privaciones de toda índole para las masas trabajadoras cada vez más amplias.

Pero, en la medida en que crecen y se desarrollan todas estas contradicciones, propias de la sociedad burguesa, crece también el descontento de las misas trabajadoras y explotadas ante el sistema imperante; crece el número y la cohesión de los proletarios y se agudizan sus luchas contra sus explotadores. Al mismo tiempo, el perfeccionamiento de la técnica, al concentrar los medios de producción y circulación y socializar el proceso de trabajo en las empresas capitalistas, crea con una rapidez cada vez mayor la posibilidad material de sustituir las relaciones capitalistas de producción por las relaciones socialistas, es decir, la posibilidad de realizar la revolución social, que es la meta final a la que se encaminan todos los esfuerzos de la socialdemocracia internacional, como intérprete consciente del movimiento de clase.

La revolución social del proletariado, al remplazar la propiedad privada por la propiedad social de los medios de producción y la circulación y al establecer la organización planificada del proceso social de Introducción para asegurar el bienestar y el desarrollo multifacético de todos los miembros de la sociedad, suprimirá la división de la sociedad en clases y con ello liberará a toda la humanidad oprimida, al poner fin a todo género de explotación de una parte de la sociedad por otra.

Condición imprescindible de esta revolución social es la dictadura del proletariado, es decir, la conquista por el proletariado de un poder político tal que le permita aplastar toda resistencia por parte de los explotadores. Al proponerse capacitar al proletariado para cumplir su gran misión histórica, la socialdemocracia internacional organiza al proletariado en un partido político independiente opuesto a todos los partidos burgueses, dirige todas las manifestaciones de su lucha de clase, pone en claro ante él el antagonismo irreconciliable entre los intereses de los explotadores y los intereses de los explotados y explica al proletariado el significado histórico de la revolución social que se avecina y las condiciones necesarias para que se produzca. Al mismo tiempo, este partido revela ante el resto de las masas trabajadoras y explotadas su situación desesperada en la sociedad capitalista y la necesidad de una revolución social para liberarse del yugo del capital.

El partido de la clase obrera, la socialdemocracia, llama a incorporarse a sus filas a todos los sectores de la población trabajadora y explotada que adopten el punto de vista del proletariado.

En la época actual, es decir, a comienzos del siglo XX, el capitalismo mundial ha entrado en la etapa imperialista. El imperialismo, o época del capital financiero, es la etapa superior de desarrollo de la economía capitalista, en la cual las asociaciones monopolistas de capitalistas —consorcios, cárteles, trusts— adquieren una importancia decisiva; en la cual el capital bancario, enormemente concentrado, se fusiona con el capital industrial, en la cual la exportación de capital a países extranjeros adquiere grandes proporciones; en la cual el mundo entero es dividido territorialmente entre los países más ricos y comienza el reparto económico del mundo entre los trusts internacionales.

Las guerras imperialistas, es decir, las guerras por el dominio mundial, por mercados para el capital bancario y por el sojuzgamiento de los pueblos pequeños y más débiles, son, en esas condiciones, inevitables. Precisamente, la primera gran guerra imperialista, la guerra de 1914-1917, es una guerra así.

El excepcional grado de desarrollo que el capitalismo mundial ha alcanzado en general; el remplazo de la libre competencia por el capitalismo monopolista y el hecho de que los bancos y consorcios capitalistas han preparado la maquinaria para la regulación social del proceso de producción y distribución de los productos; el crecimiento de los monopolios capitalistas que originan el alza del costo de la vida e incrementan la opresión de la clase obrera por los consorcios; los tremendos obstáculos que se interponen en las luchas económicas y políticas del proletariado; los horrores, la miseria, la ruina y la barbarie provocadas por la guerra imperialista; todos estos factores trasforman la etapa actual del desarrollo capitalista, en la era de la revolución socialista proletaria.

Esta era ha comenzado ya.

Sólo una revolución socialista proletaria puede sacar a la humanidad del atolladero al que ha sido conducida por el imperialismo y las guerras imperialistas. Por grandes que sean las dificultades que encuentre la revolución, cualesquiera sean los posibles fracasos pasajeros o los vaivenes contrarrevolucionarios que tenga que enfrentar, el triunfo definitivo del proletariado es inevitable.

Las condiciones objetivas, plantean como tarea urgente la preparación, en todas las formas, del proletariado para la conquista del poder político a fin de realizar las medidas económicas y políticas que son la esencia de la revolución socialista

 

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El cumplimiento de esta tarea, que exige la más absoluta confianza, la alianza fraternal más estrecha y la unidad directa de las acciones revolucionarias de la clase obrera en todos los países avanzados, es irrealizable sin una ruptura inmediata y radical con la deformación burguesa del socialismo, que ha logrado el dominio en la dirección de la gran mayoría de los partidos socialdemócratas oficiales. Esa deformación es, por una parte, la tendencias del socialchovinismo, socialismo de palabra y chovinismo de hecho —que defiende los intereses rapaces de la “propia” burguesía nacional bajo el disfraz de la “defensa de la patria”— y, por otra parte, la tendencia internacionalmente no menos generalizada del llamado "centro”, que aboga por la unidad con los socialchovinistas y por, la conservación o corrección de la II Internacional en bancarrota, tendencia que fluctúa entre el socialchovinismo y la lucha revolucionaria internacionalista del proletario por la implantación del régimen socialista.

En la senda hacia su meta final común, condicionada por el dominio del modo capitalista de producción en todo el mundo civilizado, los socialdemócratas de los distintos países están obligados a plantearse tareas inmediatas diferentes, puesto que el régimen capitalista no está igualmente desarrollado en todas partes y porque su desarrollo en los distintos países tiene lugar en condiciones sociales y políticas diferentes.

En Rusia, donde el capitalismo se ha convertido ya en el modo dominante de producción, se conservan todavía numerosos vestigios del viejo orden precapitalista, basado en la esclavización de las masas trabajadoras por los terratenientes, por el Estado o por el jefe del Estado.

Estos vestigios, que en alto grado entorpecen el progreso económico, impiden también el desarrollo integral de la lucha de clase del proletariado, contribuyen a la conservación y reforzamiento de las formas más bárbaras de explotación de millones y millones de campesinos por el Estado y las clases pudientes y mantienen en un estado de ignorancia y sometimiento a todo el pueblo.

Lo más importante de todas esas reliquias del pasado, el baluarte más poderoso de toda esa barbarie, es él absolutismo zarista. Por su naturaleza misma es hostil a todo movimiento social y está destinado a ser el enemigo acérrimo de toda aspiración de libertad del proletariado.

Por eso, el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia se propone como objetivo inmediato el derrocamiento del absolutismo zarista y su sustitución por una república democrática, cuya constitución deberá garantizar lo siguiente:

En Rusia, en el momento actual, en que el Gobierno provisional, que pertenece a la clase capitalista y que goza de la confianza —forzosamente inestable— de las amplias masas pequeñoburguesas de la población, se ha comprometido a convocar la Asamblea Constituyente, el deber inmediato del partido del proletariado es luchar por un régimen político que mejor garantice el progreso económico y los derechos del pueblo en general, y, en particular, que posibilite el tránsito menos doloroso posible hacia el socialismo.

El partido del proletariado no puede contentarse con una república democrática parlamentaria burguesa, que en todo el mundo conserva y tiende a perpetuar la policía, el ejército regular y la burocracia privilegiada, es decir, los instrumentos monárquicos de opresión de las masas.

El partido lucha por una república más democrática de obreros y campesinos, en la que se suprimirán la policía y el ejército regular, que serán remplazados por el armamento general del pueblo, la milicia popular, en la que todos los funcionarios no sólo serán elegidos sino que también podrán ser destituidos en cualquier momento por exigencia de la mayoría de los electores; los funcionarios, sin excepción, recibirán un salario que no excederá el salario medio de un obrero calificado; en la que las instituciones representativas parlamentarias serán sustituidas gradualmente por los soviets de representantes del pueblo (de distintas clases y profesiones o de distintas localidades), que desempeñarán funciones legislativas y ejecutivas a la vez.

La Constitución de la república democrática rusa debe garantizar:

1. La soberanía del pueblo todo el poder supremo del Estado deberá estar en manos de los representantes del pueblo que, elegidos por el pueblo podrán ser destituidos en cualquier momento por el pueblo, los cuales formarán una asamblea popular única, una cámara única.

1. La soberanía del pueblo, es decir, la concentración de todo el poder supremo del Estado en manos de una asamblea legislativa, formada por representantes del pueblo y constituida en una cámara única.

2. Sufragio universal, igual y directo, tanto para las elecciones de la asamblea legislativa como para las elecciones de los diversos organismos -de gobierno autónomo local, y para todos los ciudadanos y ciudadanas mayores de veinte años; votación secreta; derecho de todo elector a ser elegido para cualquier organismo representativo; parlamentos bianuales; retribución a los representantes del pueblo; representación proporcional en todas las elecciones; todos los delegados y funcionarios elegidos, sin excepción, en cualquier momento podrán ser destituidos por resolución de la mayoría de sus electores.

3. Amplio gobierno autónomo local; gobierno autónomo regional para aquellos lugares que se distinguen por condiciones peculiares de medio ambiente y composición de la población; remoción de todas las autoridades locales y regionales nombradas por el Estado.

4. Inviolabilidad de la persona y del domicilio.

5. Libertad ilimitada de conciencia, de palabra, de prensa, de reunión, de huelga y de asociación.

6. Libertad de tránsito y de profesión.

7. Abolición de los estamentos e igualdad de derechos para todos los ciudadanos, independientemente de su sexo, religión, raza o nacionalidad.

8. Derecho de la población a recibir instrucción en su lengua nativa, garantizada mediante la creación, a cargo del Estado y de los organismos de gobierno autónomo local, de las escuelas necesarias para ello; derecho de todo ciudadano a utilizar en las reuniones su lengua nativa, introducción de la lengua nativa, equiparada a la lengua oficial, en todas las instituciones locales, públicas y del Estado, abolición de la obligatoriedad de la lengua oficial.

9. Derecho de autodeterminación para todas las naciones miembros del Estado.

9. Derecho de todas las naciones que forman parte del Estado a separarse libremente y formar Estados independientes. La república del pueblo ruso no debe atraer a otros pueblos o nacionalidades por la violencia, sino exclusivamente por acuerdos voluntarios en la cuestión de constituir un Estado común. La unión y la alianza fraternal de los trabajadores de todos los países son incompatibles con la violencia directa o indirecta contra otras nacionalidades.

10. Derecho de toda persona a acusar en la forma corriente ante el tribunal del jurado a cualquier funcionario.

11. Elegibilidad de los jueces por el pueblo.

11. Elegibilidad de los jueces y otros funcionarios, tanto civiles como militares, por el pueblo con el derecho de destituir a cualquiera de ellos en cualquier momento por resolución de la mayoría de sus electores.

12. Sustitución del ejército regular por todo el pueblo en armas.

12. Sustitución de la policía y del ejército regular por todo el pueblo en armas. Los capitalistas abonarán a los obreros y empleados la remuneración que corresponda por el tiempo consagrado a la función pública en la milicia popular.

13. Separación de la iglesia del Estado y de la escuela de la iglesia; total laicidad de la escuela.

14. Enseñanza general y profesional gratuita y obligatoria para todos los niños de ambos sexos hasta los dieciséis años; entrega a los niños pobres de alimento, vestidos y manuales de estudio a cargo del Estado.

14. Instrucción general y politécnica (que familiarice a los estudiantes con los aspectos teóricos y prácticos de las ramas más importantes de la producción) gratuita y obligatoria para todos los niños de ambos sexos hasta los dieciséis años; estrecha relación de la instrucción de los niños con el trabajo productivo social.

15. Entrega a todos los alumnos de alimento y manuales de estudio a cargo del Estado.

16. Administración de la instrucción pública por los organismos de gobierno autónomo local elegidos democráticamente; al gobierno central no se le permitirá intervenir en la redacción de programas escolares y en la selección del personal de enseñanza; elegibilidad de los maestros directamente por la población y derecho de ésta a remover los maestros indeseables.

Como condición fundamental para la democratización de nuestra economía nacional, el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia exige la derogación de todos los impuestos indirectos y el establecimiento de un impuesto progresivo sobre las ganancias y la herencia.

El alto grado de desarrollo alcanzado ya por el capitalismo en el sistema bancario y en las ramas industriales organizadas en trusts, por un lado, y la desorganización económica provocada por la guerra imperialista, por otro, que exigen en todas partes el control público y estatal de la producción y la distribución de todos los productos más importantes, induce al partido a exigir la nacionalización de los bancos, consorcios (trusts), etc.

Para proteger a la clase obrera contra el deterioro físico y moral, así como para capacitarla mejor para la lucha emancipadora, el partido exige:

1. Jornada de trabajo de ocho horas para todos los obreros asalariados.

1. Jornada de trabajo de ocho horas para todos los obreros asalariados, incluyendo en ellas, cuando el trabajo es continuo, no menos de una hora de intervalo para la comida. En las industrias peligrosas o insalubres, la jornada debe ser reducida a 4 ó 6 horas diarias.

2. Establecimiento por ley de un descanso semanal e ininterrumpido, no inferior a cuarenta y dos horas para todos los obre ros asalariados de ambos sexos, en todas las ramas de la economía nacional.

3. Prohibición absoluta de horas suplementarias.

4. Prohibición del trabajo nocturno (desde las nueve de la noche hasta las seis de la mañana) en todas lastramos de la economía nacional, excepto en aquellas en que sea absolutamente indispensable por razones técnicas, previo consentimiento de las organizaciones obreras.

4. Prohibición del trabajo nocturno (desde las ocho de la noche hasta las seis de la mañana) en todas las ramas de la economía nacional, excepto en aquellas en que sea absolutamente indispensable por razones técnicas, previo consentimiento de las organizaciones obreras, siempre a condición de que el trabajo nocturno no exceda las cuatro horas.

5. Prohibición de emplear a niños en edad escolar (menores de dieciséis años) y limitación de la jornada de trabajo de los adolescentes (desde los dieciséis hasta los dieciocho años) a seis horas.

5. Prohibición de emplear a niños en edad escolar (menores de dieciséis años), limitación a cuatro horas de la jornada de trabajo de los adolescentes (desde los dieciséis hasta los veinte años) y prohibición de emplear a adolescentes en trabajos nocturnos, en industrias insalubres y en las minas.

6. Prohibición del trabajo de la mujer en todas las ramas de la producción nocivas para la salud de la mujer relevar del trabajo a las mujeres durante cuatro semanas antes y seis semanas después del parto, sin pérdida del salario.

6. Prohibición del trabajo de la mujer en todas las ramas de la producción nocivas para la salud de la mujer; prohibición del trabajo nocturno; relevar del trabajo a las mujeres durante ocho semanas antes y ocho semanas después del parto, sin pérdida del salario y con asistencia médica y medicinas gratuitas.

7. Instalación de guarderías para niños de pecho y niños de corta edad en todas las fábricas y otras empresas en que trabajen mujeres; las madres durante la lactancia, estarán autorizadas a suspender el trabajo durante media hora, con intervalos no mayores de tres horas.

7. Instalación de guarderías para niños de pecho y niños de corta edad y de salas para la lactancia en todas las fábricas y otras empresas en que trabajen mujeres; las madres, durante la lactancia, estarán autorizadas a suspender el trabajo durante media hora, con intervalos no mayores de tres horas; concesión de subsidio por lactancia a estas madres y reducción de su jornada de trabajo a seis horas.

8. Implantación por el Estado del seguro obrero para la vejez y los inválidos incapacitados, total o parcialmente, para el trabajo, a cuenta de un fondo especial formado mediante un impuesto especial a los capitalistas.

8. Seguro social integral de los obreros:

a) para toda clase de trabajo asalariado;

b) para todas las formas de incapacidad, ya sea enfermedad, accidente, invalidez, vejez, enfermedades profesionales, maternidad, viudez, orfandad y también desocupación, etcétera.

c) administración total por los asegurados de todas las instituciones de seguro;

d) los gastos del seguro por cuenta de los capitalistas;

e) asistencia médica y medicamentos gratuitos bajo el control de sociedades de asistencia médica autónomas, la dirección de estos organismos será elegida por los obreros.

9. Prohibición del pago de salarios en mercancías; establecimiento del pago semanal de los salarios en todos los convenios sin excepción y pago del salario al contado y durante las horas de trabajo.

10. Prohibición para los empresarios de hacer descuentos de salarios, sean cuales fueren el motivo y él fin (multas, mercadería estropeada, etcétera).

11. Nombramiento de inspectores de fábrica en número suficiente en todas las ramas de la economía nacional. Extensión de la inspección de fábricas a todas las empresas que utilicen trabajo asalariado, incluyendo las empresas gubernamentales (el servicio doméstico estará también sujeto a esta inspección) nombramiento de inspectores en las industrias en que se emplee el trabajo femenino; participación de-representantes elegidos por los obreros y pagados por el Estado, en el control del cumplimiento de las leyes de fábrica, de precios, recepción y descarte de materias primas y de los productos elaborados.

9. Establecimiento de una inspección laboral elegida por las organizaciones obreras y extensiva a todas las industrias que utilicen trabajo asalariado sin excluir el servicio doméstico; nombramiento de inspectores en las empresas en que se emplee el trabajo femenino.

12. Organismos de gobierno autónomo local, con la participación de representantes elegidos por los obreros, fiscalizarán el estado sanitario de las viviendas asignadas a los obreros por los patronos, así como el reglamento interno vigente en tales viviendas y las condiciones de locación, a fin de proteger a los obreros asalariados de la intromisión de los patronos en su vida y en su actividad como ciudadanos particulares.

13. Implantación de un control sanitario correctamente organizado en todas las empresas que utilicen trabajo asalariado, absoluta independencia de todo el sistema de asistencia médica y de inspección sanitaria de los patronos; asistencia médica gratuita para los obreros a costa de los empresarios, y conservación del salario íntegro mientras dure la enfermedad.

14. Sanciones penales a los patronos, en caso de violación de las leyes que protegen el trabajo.

10. Promulgación de una legislación sanitaria destinada a mejorar las condiciones higiénicas del trabajo y proteger la vida y la salud de los obreros en todas las empresas en que utilicen trabajo asalariado, control de los problemas de higiene por la inspección sanitaria elegida por las organizaciones obreras.

11. Promulgación de una legislación de la vivienda y creación de una inspección de la vivienda elegida por las organizaciones obreras, para fiscalizar las condiciones sanitarias de las viviendas; empero, el problema de la vivienda sólo se solucionará aboliendo la propiedad privada de la tierra y construyendo viviendas higiénicas y baratas.

12. Creación en todas las ramas de la economía nacional de tribunales del trabajo.

15. Creación en todas las ramas de la economía nacional de tribunales del trabajo con representantes, en igual número, de las organizaciones obreras y patronales.

16. Los órganos de gobierno autónomo local crearán bolsas de trabajo para emplear a los obreros locales y forasteros en todas las industrian; en la administración participarán representantes obreros y patronales.

13. Para organizar convenientemente la búsqueda de trabajo a los desocupados, se crearán bolsas de trabajo. Estas bolsas de trabajo deben ser organizaciones de la clase proletaria (en modo alguno organismos paritarios), y deben estar en estrecho contacto con los sindicatos y demás organizaciones de la clase obrera y financiadas por los organismos de auto-administración comunales.

Para acabar con los restos de servidumbre que oprime duramente a los campesinos y para permitir el libre desarrollo de la lucha de clases en el campo, el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia exige:

1. Abolición de todas las trabas que pesan sobre las personas y bienes de los campesinos, por la existencia del sistema feudal.

2. Abolición de todos los pagos y obligaciones que derivan de los vínculos feudales y anulación de todas las deudas que tienen el carácter de contratos leoninos.

3. Confiscación de las tierras de la Iglesia, de las órdenes monásticas, de la nobleza y de la Corona, y la entrega (al igual que las tierras fiscales) para su control, a los órganos superiores de gobierno autónomo que engloban a los distritos urbanos y rurales; entrega al Estado democrático de las tierras para colonización, así como los bosques y aguas de importancia nacional.

4. Confiscación de las tierras de propiedad privada, con excepción de la pequeña propiedad, y entrega de las mismas al control de los organismos superiores de gobierno autónomo local elegidos sobre bases democráticas. La extensión mínima de las tierras sujetas a confiscación será determinada por los organismos superiores de gobierno autónomo local.

El Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, que apoya la acción revolucionaria del campesinado, incluso la confiscación de las tierras de los terratenientes, se opondrá siempre a todo intento de entorpecer la marcha del desarrollo económico. El Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, a pesar de estar por la entrega, en caso de triunfar la revolución, de las tierras confiscadas a los organismos democráticos de gobierno autónomo local, en caso de no ser propicias las condiciones para esta entrega se pronunciará por el reparto entre los campesinos de aquellas tierras de los terratenientes en las que se desarrolle la agricultura en pequeña escala, o que sean necesarias para completar las tierras de esas parcelas.

1. Lucha con toda su energía por la inmediata y total confiscación de todas las tierras de los terratenientes en Rusia (y también las tierras de la Corona, de la Iglesia, etc., etc.).

2. Se pronuncia por la entrega inmediata de todas las tierras al campesinado, organizado en Soviets de diputados campesinos o en otros organismos de gobierno autónomo local, elegidos sobre bases realmente democráticas y absolutamente independientes de los terratenientes y burócratas.

3. Exige la nacionalización de todas las tierras del país; nacionalización significa la entrega al Estado del derecho de propiedad sobre la tierra, en tanto se entrega el derecho de disponer de la tierra a los organismos democráticos locales.

4. Estimula la iniciativa de aquellos comités campesinos que en una serie de comarcas de Rusia entregan el ganado y los implementos agrícolas de los terratenientes a los campesinos organizados en esos comités, con el propósito de que sean utilizados en forma socialmente regulada en el cultivo de la tierra.

5. Aconseja a los proletarios y semiproletarios del campo luchar por convertir cada propiedad terrateniente en una hacienda modelo suficientemente grande, que será administrada con los fondos sociales por los Soviets de diputados obreros agrícolas, bajo la dirección de agrónomos y con ayuda de los mejores medios técnicos.

Además, el partido, en todos los casos y cualquiera sea el estado de la reforma agraria democrática, trabajará sin desviarse por la organización clasista independiente del proletariado rural, explicándole el antagonismo irreconciliable que existe entre éste y la burguesía campesina, previniéndolo contra la falsa tentación del sistema de las pequeñas haciendas, que jamás, mientras subsista la producción de mercancías, estará en condiciones de terminar con la miseria de las masas y, finalmente, señalándole la necesidad de una completa revolución socialista como único medio de destruir la miseria y la explotación.

El Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, que brega por la consecución de sus objetivos inmediatos, apoya todo movimiento revolucionario y de oposición dirigido contra el orden social y político existente en Rusia, y, al mismo tiempo, repudia resueltamente todos los proyectos reformistas tendientes a ampliar o consolidar la tutela de la policía y la burocracia sobre las clases trabajadoras.

Por su parte, el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia está firmemente convencido de que la realización total, consecuente y sólida de todas estas reformas políticas y sociales, sólo se podrá alcanzar mediante el derrocamiento del absolutismo y la convocatoria de una Asamblea Constituyente libremente elegida por todo el pueblo.