Lin Biao

Discurso en el mitin celebrado en Pekín para recibir a los profesores y estudiantes revolucionarios que vinieron de diversos lugares del país

  

 


Pronunciado: El 31 de agosto de 1966, en un mitin para recibir a delegaciones de profesores y estudiantes arribadas a Pekin de diversas partes de China.
Datos de publicación en castellano: En en libro Importantes Documentos de la Gran Revolución Cultural Proletaria, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín 1970, pp. 263-269.
Fuente del Texto Digital: Gran Marcha Hacia el Comunismo, 6 de ebrero de 2013.
Esta Edición: Marxists Internet Archive, 19 de marzo de 2013.


  

 

 

Camaradas, estudiantes, combatientes guardias rojos:

En nombre de nuestro gran maestro, gran líder, gran mando supremo y gran timonel el Presidente Mao, expreso saludos a los estudiantes que vinieron de diversos lugares del país y a todos ustedes. Y también les saludo en nombre del Comité Central del Partido.

Estudiantes, ustedes han venido a Pekín y han intercambiado experiencias sobre la Gran Revolución Cultural con profesores y estudiantes revolucionarios de esta ciudad. Han recorrido un largo camino y han trabajado arduamente. Estamos convencidos de que después de su regreso, trabajarán aún mejor a la luz de las instrucciones del Presidente Mao y la “Decisión de 16 puntos” del Comité Central del partido, para abrirse camino ante cualquier resistencia, superar toda clase de dificultades y desplegar aún vigorosamente la Gran Revolución Cultural Proletaria.

¡La actual situación dela Gran Revolución Cultural Proletaria es muy buena!

La Guardia Roja y otras organizaciones revolucionarias juveniles se han desarrollado como brotes de bambú primaveral después de la lluvia. Salen a las calles a barrer con las viejas ideas, cultura, hábitos y costumbres. La Gran Revolución Cultural ha tocado ya la política y la economía. La lucha-crítica-transformación en las escuelas, se han extendido a la lucha-crítica-transformación en la sociedad. El torrente revolucionario de masas está limpiando todo el fango y el agua inmunda dejados por la vieja sociedad y cambiando toda la fisonomía de la sociedad de nuestro país.

Jóvenes luchadores revolucionarios, el Presidente Mao y el Comité Central del Partido les elogian calurosamente por su espíritu revolucionario proletario de atreverse a pensar, hablar, actuar, abrirse camino y hacer la revolución. Ustedes han realizado gran cantidad de buenas cosas y han formulado muchas buenas proposiciones. ¡Estamos muy contentos y les apoyamos con entusiasmo! ¡Nos oponemos resueltamente a que se les reprima! ¡Sus acciones revolucionarias son excelentes! ¡Les aclamamos y saludamos a ustedes!

¡Camaradas! ¡Estudiantes!

Nosotros tenemos que atrevernos a luchar y a hacer la revolución, y saber luchar y saber hacer la revolución, actuando según las enseñanzas del Presidente Mao. Debemos tomar el pensamiento Mao Tsetung como guía de la Gran Revolución Cultural Proletaria y aplicar concienzuda, total, cabal y estrictamente la “Decisión de 16 Puntos”.

Debemos distinguir quiénes son nuestros enemigos y quiénes son nuestros amigos, de acuerdo con las enseñanzas del Presidente Mao. Hay que prestar atención a unirse con la gran mayoría, y concentrar todas las fuerzas para golpear al puñado de derechistas burgueses. El blanco principal del ataque son los dirigentes seguidores del camino capitalista infiltrados en el partido. Hay que aferrarse a la dirección principal de esta lucha.

Tenemos que seguir las enseñanzas del Presidente Mao de librar luchas recurriendo al razonamiento y no a la coacción o la fuerza. No se debe golpear a la gente. De este mismo modo luchamos contra aquellos dirigentes seguidores del camino capitalista, y contra los terratenientes, campesinos ricos, contrarrevolucionarios, elementos nocivos y derechistas. Recurriendo a la coacción o a la fuerza sólo se puede tocar a su físico, pero mediante el razonamiento se puede llegar a su misma alma. Sólo con el razonamiento, y mediante el desenmascaramiento total y la crítica y repudio profundos, se puede revelar a fondo su fisonomía contrarrevolucionaria, aislarlos al máximo y desacreditarlos, aplastarlos y derribarlos.

La Guardia Roja y otras organizaciones juveniles revolucionarias de las universidades y escuelas secundarias son fuerzas de choque que luchan en la vanguardia de la Gran Revolución Cultural, y poderosas fuerzas de reserva del Ejército Popular de Liberación.
Estudiantes, combatientes guardias rojos, ustedes deben ser siempre fieles al Partido, al pueblo, al Presidente Mao y al pensamiento Mao Tsetung. Tienen que esforzarse enérgicamente por estudiar y aplicar de manera viva las obras del Presidente Mao y hacer máximos esfuerzos por aplicar lo aprendido, servir de todo corazón al pueblo, vincularse estrechamente con las masas, aplicar en forma ejemplar las medidas políticas del partido, defender los intereses del pueblo y proteger los bienes del Estado, así como observar las Tres Reglas Cardinales de Disciplina y las Ocho Advertencias.[1]

Estudiantes, siempre que leamos concienzudamente las obras del Presidente Mao, sigamos sus enseñanzas y actuemos de acuerdo con sus instrucciones, la Gran Revolución Cultural Proletaria logrará sin duda alguna la gran victoria. ¡Que tiemblen los imperialistas, los revisionistas contemporáneos y todos los reaccionarios ante nuestras victorias!

¡Viva la Gran Revolución Cultural Proletaria!

¡Viva el Partido Comunista de China!

¡Viva el invencible pensamiento Mao Tsetung!

¡Viva el gran líder el Presidente Mao! ¡Que el Presidente Mao tenga una larga, larga vida!

 

 

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[1] Las Tres Reglas Cardinales de Disciplina son: 1) Obedecer las órdenes en todas las acciones; 2) No tomar de las masas ni una sola aguja ni un solo trozo de hilo; 3) Entregar todas las cosas obtenidas como trofeos. Las Ocho Advertencias son: 1) Hablar con cortesía; 2) Pagar con honradez lo que se compre; 3) Devolver toda cosa solicitada en préstamo; 4) Indemnizar por todo objeto dañado; 5) No pegar ni injuriar a la gente; 6) No estropear los sembrados; 7) No tomarse libertades con las mujeres; 8) no maltratar a los prisioneros.