OBRAS COMPLETAS DE JOSE CARLOS MARIATEGUI

FIGURAS Y ASPECTOS DE LA VIDA MUNDIAL III

 

       

LA CONSTITUCION DE PRIMO DE RIVERA

 

Desde su súbita elevación al poder, algo asom­brado probablemente de su propia réussite, Pri­mo de Rivera no ha insistido en nada tanto co­mo en las seguridades de su provisoriedad. Al revés del duce fascista, que no fija plazos a su régimen, porque le atribuye la misión de construir una nueva "grandeza romana", Primo de Rivera, en el gobierno, ha tenido siempre el aire de un hombre que pide excusas por su presencia en ese puesto y que no se siente estable en él sino a condición de que sus compatriotas no duden de su interinidad.

La convocatoria a la asamblea nacional, el debate sobre la nueva constitución, la preparación de las elecciones que restablecerán la legalidad en España, etc., todos los tópicos del monólogo gubernamental no han tenido otro sentido político que una renovada garantía de la función transitoria de la dictadura.

Después de haber tronado desgarbadamente contra los políticos del "viejo régimen", Primo de Rivera no aspira hoy a mejor éxito que a la participación en su asamblea nacional del mayor número de ex-ministros. La Unión General dé Trabajadores no obstante su reformismo oportunista, ha respondido a su invitación con un no rotundo. Y si abundan los Romanones que se presten a la colaboración, tanto mejor para la liquidación de pseudo-liberalismo español.