OBRAS COMPLETAS DE JOSE CARLOS MARIATEGUI

HISTORIA DE LA CRISIS MUNDIAL

   

 

OCTAVA CONFERENCIA1

LA ACTUALIDAD POLITICA ALEMANA

Las notas del autor:

LOS grandes grupos políticos alemanes son: pangermanistas, populistas, católicos, demócratas, socialistas, comunistas. Organización Cónsul, Organización Eschrish, fascismo bávaro de Hitler y Ludendorff.

Antecedentes de la situación actual. La caída del gabinete Wirth. La constitución del gabinete Cuno. Retorno al gobierno de los populistas de Hugo Stinnes. Posición de los socialistas frente a este gobierno. Efectos de la ocupación del Ruhr en la política alemana. La crisis alemana actual no es sino la exasperación de la crisis política originada por el fracaso de la colaboración de la social-democracia con la burguesía. La renuncia de Cuno. El gabinete Stressemann. Hilferding, Ministro de Finanzas.

El separatismo renano. Las fracciones separatistas de Smeets y Porten. Su agitación y su próxima fusión. El auspicio francés.

Las consecuencias de la ocupación del Ruhr en la economía alemana. La catástrofe del marco. Imposibilidad de que Alemania, mutilada, fraccionada; se reorganice. Una nación constituye un organismo vivo. No es posible lesionarlo ni herirlo sin trastornar, sin desordenar su  funcionamiento. La ocupación del Ruhr condena a Alemania a la ruina, ala miseria. Pero una Alemania arruinada significa un agravamiento de la crisis económica europea. No pueden coexistir naciones moribundas, naciones hambrientas y naciones vitales, naciones pletóricas. El organismo económico del mundo se ha hecho demasiado solidario para que esto ocurra. Una nación primitiva; insignificante, poco evolucionada económicamente puede caer, en la miseria sin afectar sensiblemente a las demás naciones del continente. Pero una nación de un dinamismo internacional tan complejo y tan vasta no puede ser abatida y destruida sin daño mortal para sus vecinos. Los problemas de la paz han descubierto esta solidaridad de vencedores y vencidos que impide a los primeros aplastar a los segundos.

Las causas verdaderas de la ocupación del Ruhr. Los chauvinistas, los nacionalistas, quieren él aniquilamiento de Alemania. Tienen la pesadilla de la reconstrucción alemana, de la revancha alemana. Los metalúrgicos aspiran a la posesión del carbón alemán. La prensa de los metalúrgicos explota el patriotismo de las clases Pequeño-burguesas. El block nacional, el Block de izquierdas y los comunistas.

El programa de Stinnesi la supresión de la jornada de ocho horas, la reducción del Personal del Estado, la entrega de los ferrocarriles a empresas privadas. En una palabra, la abolición, la derogación de todas las conquistas del programa mínimo socialista. Una coalición burguesa care­ce de fuerza para actuar este plan.

La disensión en la social-democracia. La ten­dencia de derecha y la tendencia de izquierda. El temor a la concurrencia comunista.

La política de los comunistas alemanes Da­cussig, Stöcker. Los consejos de fábrica. El fren­te único proletario. El gobierno obrero. La esta­tización del 51 por ciento de las empresas, bajo el control de los trabajadores. Los social-demo­cráticos y sus aprehensiones y miedos.

El fenómeno nacionalista. El pauperismo de las clases medias y pequeño-burguesas. La miseria de los intelectuales. Radek propone que se com­bata al fascismo no sólo con armas bélicas sino también con armas políticas. La clase media, do­minada por el recuerdo de su pasado bienestar, tiende al restablecimiento del antiguo régimen. Le falta una mentalidad de clase, una concien­cia de clase. Un gobierno de la clase inedia no puede desenvolver sino una política capitalista. La clase media necesita incorporarse en la clase capitalista o en la clase asalariada. No cabe para ella una posición media ni independiente.

¿Cuales son las perspectivas de la hora pre­sente? No es probable una rectificación inmedia­ta de la política francesa. La ocupación del Ruhr seguirá, pues; desorganizando, empobreciendo y arruinando a Alemania. Se habla de la posibili­dad de que los industriales alemanes v los in­dustriales franceses se coordinen y se arreglen. Esta alianza del capitalismo francés con el capi­talismo alemán no se liaría sino a expensas de la clase trabajadora. Ya ha habida preludios de una inteligencia de esta naturaleza: el convenio Lou­cheur Lubersac. Esta inteligencia inquietaría a Inglaterra. La industria alemana y la industria francesa constituirían un formidable block con­tinental. Igualmente se habla de la posibilidad de que Inglaterra proponga la constitución de un conglomerado anglo-franco-alemán. Mussolini fi­nalmente sueña con un block continental: Alema­nia, Francia e Italia, Pero todos estos proyectos tropiezan con la dificultad de los egoísmos nacio­nalistas. Cada potencia suspira por una alianza dentro de la cual le toque la parte del león. La atmósfera dejada por la guerra es una atmósfera emponzoñada y asfixiante. Está envenenada por odios, rencores y pasiones egoístas. El razona­miento de que el sentido común, el interés co­mún, predominara en la mentalidad de los diver­sos grupos capitalistas de Europa, es un razona­miento que desconoce la influencia oscura y mis­teriosa, pero decisiva que tienen en la marcha de la historia los factores psicológicos.

 


NOTA:

1 Pronunciada en la Universidad Popular el viernes 24 de agosto de 1923. Es presumible que estos apuntes del autor —por haber cambiado el tema de su Conferencia, a pedido del auditorio— hallan sido elaborados al concluir la charla, bien sea con el fin de reconstruirla después, en forma orgánica; o, bien, para ponerlos en manos del cronista que hizo la reseña de la actuación. Lo cierto es que, de esta Conferencia, se infieren conclusiones del más positivo interés. Entre ellas, las mayormente significativas son: 1.—La mención del "fascismo bávaro de Hitler", diez años antes de que éste ocupara el poder; y cuando sólo era un figurón desorbitado. A la pupila zalforí de Mariátegui no se le escapaba ningún acontecimiento, aunque, en un momento dado, el hecho político ocupase un tercer o cuarto plano. 2.—El esclarecimiento del fenómeno nacionalista, relacionándolo con el pauperismo de la pequeña burguesía. Su diagnosis —de que los gobiernos pequeño-burgueses sólo pueden desenvolver una política capitalista— la confirmó el nazismo una década después. Como se sabe, Hitler llegó al poder, y se mantuvo en él, gracias al apoya de un hipertrofiado nacionalismo multitudinario y a la ayuda económica de los grandes consorcios capitalistas de Alemania. Asimismo, merecen destacarse otros dos diagnósticos, el primero cumplido totalmente y el segundo sólo en parte. Mariátegui dice: «Los metalúrgicos (se refiere a los consorcios) aspiran a la posesión del carbón alemán». En la enorme cuenca del Rhur, este vaticinio se cumplió debido a la presión de los grandes monopolios germanos, Krupp a la cabeza. Finalmente, el orador se refiere a la posibilidad de una alianza, entre Alemania, Francia e Italia. Y, al margen de Francia, los nazistas alemanes y los fascistas italianos terminaron formando el nefasto "Eje Roma-Berlín", que más tarde se extendió hasta Tokio.