OBRAS COMPLETAS DE JOSE CARLOS MARIATEGUI

POEMAS A MARIATEGUI

 

Esta es una antología incompleta. So­bre Mariátegui seguirá cantando el mar. Lo echarán de menos nuestras praderas; nuestras desoladas planicies. El viento en las alturas superiores lo recuerda. Nues­tro pequeño hombre oscuro que crece a tumbos lo necesita porque él nos ayudó a darle nacimiento. El comenzó por darnos luz y conciencia.

Los poetas seguirán cantando su parti­da, sus obras, su cristalina contribución. Aquí sólo hay algunas hoces que levan­tan cantando el cereal que nos legara. Aquí silo hay algunas notas de quena, de lira, de guitarra, que lo llaman aún. El desde su ausencia acude, acude siempre. Porque está vivo. Resplandece detrás de las antiguas piedras peruanas, camina por vías y carreteras, sube por los andamios, continúa su pensamiento. En el juego de la vida y la muerte Mariátegui sacó —no por azar— la cara o la cruz de la vida. Otros, vociferantes, inauditos, son vivi­dores pero no vivientes. El, de sus propias, dolorosas células construyó tanto que lo que hacemos y haremos tiene en él sus cimientos. Fue un examinador que ense­ñaba, fue un maestro que metió las ma­nos en la tarea y en el hombre para amal­gamarlos y encaminarlos en la Historia. Por eso los poetas elevaron el, canto hasta su altura. Hasta su silenciosa pre­sencia, hasta su prestigiosa ausencia, has­ta su dimensión creciente.

Yo digo: maestro, hermano, te seguire­mos cantando, seguiremos llamándote. Así no estarán solos nuestros pueblos en su dura ascensión a la libertad y a la dig­nidad.

PABLO NERUDA.