OBRAS COMPLETAS DE JOSE CARLOS MARIATEGUI

TEMAS DE NUESTRA AMERICA

 

EL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO
VENEZOLANO*
 

 

Aunque el cable se resienta respecto de la vida venezolana de una especial sordera,, ninguna duda es ya posible sobre la acentuación de la lucha revolucionaria en Venezuela. La insurrección prende en diversos puntos de Venezuela, con audacia y energía cada vez mayores. La organización militar y policial —obra a la que consagró el cacique de Maracay sus más entrenadas ener­gías— funciona aún en la patria de Bolívar con suficiente precisión para sofocar las tentativas aisladas. Pero extinguida en un punto, la insurrección reaparece, al poco tiempo, en otro, con renovado brío.

Desde hace algún tiempo, la descomposición del régimen de Gómez es evidente. Dentro dé la propia facción gubernamental, se acusaron acres discrepancias entre los que pensaban que no ha­bía nada que cambiar en el sistema de gobierno y entre los que sentían la necesidad de acomodar la política del régimen a una táctica menos quietista y asiática. Después de algunos meses de incertidumbre, se anunció el propósito de Gómez de retirarse de la presidencia. Se sabía desde luego, lo que un voluntario abandono de la presidencia por parte del hombre de Maracay podía significar. Gómez en su castillo, con títulos y funciones de jefe. del ejército, no dejaría de ser nunca el cacique omnipotente de su país.

El título de presidente de la república no agrega nada a su poder efectivo. Cumplido el período presidencial de Gómez, se produjo un cambio en el reparto de los papeles. El "benemérito general" no quiso conservar sino el mando del ejército. Pero, cauto siempre, exigió que se reformara la constitución de suerte que el presidente de la república no estorbase al jefe del ejército, ni aún formalmente.

Mas no es esto lo verdaderamente nuevo ni importante en la situación actual, sino la presencia en la escena del Partido Revolucionario Venezolano. Los exilados del proletariado y de la inteligencia, han creado en el extranjero, a través de un largo proceso de concentración, este organismo de lucha política que dirige y coordina las reivindicaciones de las masas. Contra el régimen de Gómez, no está ya en armas un caudillo de aleatorio éxito, sino un partido, organizado en el extranjero, con buen aprendizaje de los métodos de lucha antifascistas. El Secretario General del Partido Revolucionario, licenciado Gustavo Machado, ha sido uno de los jefes de la expedición que desembarcó en Coro, después de apoderarse atrevidamente de las armas existentes en Curazao. Y bien, Machado tiene una importante foja de servicios como dirigente del movimiento antiimperialista centroamericano y mexicano. Ha representado en México a Sandino, en el período más bizarro y resonante de la empresa del guerrillero nicaragüense.

El golpe de mano de Curazao revela el arrojo de los revolucionarios al mismo tiempo que la cuidadosa preparación de su plan. La principal dificultad para una insurrección de masas en Venezuela es la falta de armas. Los revolucionarios no pueden procurárselas sino asaltando los depósitos de las guarniciones militares. Tienen además que combinar la toma de las armas con la irrupción de los grupos que aguardan desarmados cerca de las fronteras la hora de entrar en combate. El 10 de junio último, el grupo que en Curazao obedecía al General Urbina y al licenciado Machado, aprehendieron a las autoridades de la isla y se adueñaron de las armas guardadas en su fortaleza. En seguida, capturaron el vapor mercante "Maracaibo" de la línea "D. Roja" y en él se trasladaron a la Costa de Coro, con todas las armas y provisiones de que habían podido abastecerse. Desembarcados en Coro, dominaron fácilmente a la guarnición, tomando a su jefe el General Laclé, que fue luego ejecutado.

Cuando se realizó el golpe de Curazao tres levantamientos se habían producido casi simultáneamente en Venezuela: uno en el Centro, encabezado por el General Borges; otro en el Oriente, dirigido por el General Ferrer y por un coronel del ejército de Sandino, Carlos Aponte; y el tercero en Occidente, acaudillado por el General Gabaldón. Únicamente respecto a este último nos han faltado noticias cablegráficas.

La toma de Cumaná, aunque se ha resuelto en un desastre para los revolucionarios, según los telegramas de Caracas publicados el martes por los diarios, es signo de que el movimiento continúa tenaz, empleando la estrategia de presentar combate a las fuerzas de Gómez en distintos frentes.


NOTA:

* Publicado en Mundial: Lima, 30 de Agosto de 1929.