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Mario Roberto Santucho


Ante las posibilidades democráticas,

¡Forjar y fortalecer la unidad!

 

Informe sobre la situación nacional presentado al
Comité Central del Partido Revolucionario de los Trabajadores




Redactado: 1975.
Publicación primera: PRT, Argentina, julio de 1975.
Digitalización: Diego Burd, 2002.
Esta edición: Marxists Internet Archive, marzo de 2002.





Al analizar bajo la potente luz del marxismo-leninismo las perspectivas de la lucha de clases en nuestro país nuestro Partido señaló la posibilidad de un paso atrás democrático de la burguesía. En octubre de 1974 dijimos: "La camarilla de López Rega trabaja en el intento de aplastar a nuestro pueblo y establecer un régimen fascista. Ese plan fracasará y en lugar de imponer un chaleco de fuerza a las masas como pretenden, sólo lograrán establecer un gobierno policial a la defensiva, lleno de fisuras, impotente para dominar la rebeldía popular..." "Aún más, es probable que la poderosa respuesta de las masas provoque la crisis del gobierno peronista, obligue al enemigo a introducir cambios consistentes en un reforzamiento del aparato represivo con plena participación militar o un momentáneo retroceso táctico basado en ciertas concesiones democráticas.

Porque para hacer frente con la fuerza a la movilización de nuestro pueblo, los capitalistas necesariamente deben basarse en el despliegue de las FF.AA. contrarrevolucionarias.

El fracaso de la cruzada represiva en las próximas semanas y meses colocara entonces, a la burguesía ante dos opciones:

a) Reforzar de inmediato el aparato represivo bajo conducción militar con los cambios políticos que ello implica.

b) Dar un paso atrás cediendo en lo democrático temporalmente para estar en mejores condiciones de pasar en pocos meses a la Dictadura Militar." En noviembre de 1974 reafirmamos: "La fuerza de la lucha de masas -armada y no armada-, la impracticabilidad e ineficacia de la política represiva gubernamental y su deficitaria preparación política y militar para enfrentar al pueblo con planes coherentes, coloca a la burguesía ante una difícil encrucijada. Tal como viene insistiendo nuestro Partido, los explotadores y opresores deben optar por sacar el Ejército a la calle, introducir modificaciones en el gobierno y establecer de inmediato un Estado Policial dirigido por el Partido Militar, o retroceder momentáneamente cediendo en lo democrático para reorganizarse y preparar adecuadamente un nuevo intento contrarrevolucionario, posiblemente de fachada peruanista. Pasar de inmediato al Estado Policial tiene la dificultad para el enemigo de partir de una posición defensiva acentuada. Ceder en lo democrático favorecerá un nuevo impulso de la movilización de amplias masas y el mayor enraizamiento de la guerrilla. Pese a los inconvenientes que saben les acarrearán, los explotadores y opresores se orientan claramente a redoblar la represión, a incorporar al ejército abiertamente a las actividades contrarrevolucionarias. Es el mal menor de la encrucijada en que se encuentran. Pero la intensificación de la lucha popular, la evidencia de que en sus actividades represivas deberán chocar con amplias masas movilizadas, sin estar ellos en condiciones de aplastar militarmente esa movilización, puede obligarlos a inclinarse por ceder, por retroceder momentáneamente.

Es indudable que recuperar terreno en lo democrático es lo más favorable a la clase obrera y el pueblo en la medida en que proporcionará a las fuerzas progresistas y revolucionarias, oxígeno en cantidad para que la simiente revolucionaria crezca y se extienda más rápidamente. Nuevas conquistas democráticas darán un impulso formidable a la movilización reivindicativa y política, abrirán brechas para la propaganda revolucionaria en el propio muro del aparato de control gubernamental, en una palabra, permitirán que rápidamente amplias capas de la clase obrera y el pueblo se sumen al proceso de revolucionarización de nuestro pueblo, al proceso de despertar político e ideológico que los argentinos vivimos intensamente".

En el curso de la agudización de la lucha de clases, debido tanto a la política de despliegue popular como a la debilidad inmediata político-militar del ejército opresor, nuestro Partido pronosticó la posibilidad de un breve periodo democrático previo a la instauración definitiva del régimen dictatorial contrainsurgente que necesariamente establecerán la burguesía y el imperialismo para hacer frente al redoblado oleaje revolucionario y que se derrumbará con la muerte definitiva del nefasto sistema capitalista. Nuestro Partido señalaba esta posibilidad -repetimos- considerando que la gran debilidad del Ejército opresor y el accionar guerrillero lo podría obligar a permitir un breve gobierno relativamente democrático, con el fin de conseguir un respiro para preparar planes contrarrevolucionarios posibles de aplicar.


POSIBILIDADES DEMOCRÁTICAS

Hoy, el desmoronamiento del gobierno peronista, la aguda lucha entre distintas facciones del Partido de gobierno, la carencia de posibilidades de recambio en manos del Partido Militar, frente a la poderosa movilización de masas y al incesante fortalecimiento de las fuerzas revolucionarias, pone a la orden del día la posibilidad de ese "paso atrás democrático", la posibilidad de importantes concesiones en el terreno de las libertades, la posibilidad de que la burguesía liberal y las masas populares se proyecten nuevamente a un primer plano, agitando banderas de pacificación y libertad, y lleguen a concretar importantes conquistas democráticas hondamente sentidas por nuestro pueblo.


LA POSICIÓN LIBERAL BURGUESA Y LA POSICIÓN PROLETARIA

En esta situación de extrema inestabilidad, donde toma cuerpo, como dijimos, la necesidad de la liberalización, del diálogo, de la consulta, de la pacificación, se presentan dos tipos de posiciones democráticas, la solución burguesa y la solución proletaria. La primera, con propuestas que buscan limitar todo lo posible la participación obrera y popular y restringir la deliberación a los sectores "representativos" (Partidos políticos legales, burocracia sindical Partido militar, etc.), remarcando la vigencia de las "instituciones". En este tipo de propuestas se inscriben tus intentos de revitalizacion de la Hora del Pueblo, del Gabinete Cívico-Militar, etc., etc. La propuesta proletaria en cambio, coincidente con la anterior en la mayor parte de los puntos programáticos (libertad de los presos políticos, erradicación del terrorismo de derecha, plena vigencia de las libertades democráticas, etc.) se diferencia por su democratismo consecuente, por llevar su cuestionamiento al propio sistema, por plantear la más amplia participación de todo el pueblo en la búsqueda de una salida a la crisis actual, a través de la inmediata convocatoria a una Asamblea Constituyente, en elecciones enteramente libres, sin proscripciones de ninguna clase.


ASAMBLEA CONSTITUYENTE LIBRE Y SOBERANA

Porque como lo reconoce la opinión pública estamos frente a una crisis que echa sus raíces en las bases mismas del sistema capitalista argentino. Y para enfrentar esta enfermedad es necesario indudablemente revisar las bases jurídicas en que se asienta este injusto sistema retrógrado, es necesario formular con plena participación popular una Constitución Nacional con espíritu de democracia social, es decir, de verdadera democracia, que asegure un real ejercicio de la soberanía por el pueblo, sin injerencias de ninguna clase de "factores de poder", sin injerencia de los monopolios, sin la injerencia de los mandos militares, sin injerencia de camarillas aventureras. Una Asamblea Constituyente absolutamente libre v soberana estará en condiciones de echar sólidas bases para la pacificación y reorganización del país, podrá garantizar el verdadero ejercicio de la voluntad popular, posibilitar que millones de argentinos contribuyan con su opinión al necesario debate sobre el futuro del país, discutan cómo solucionar la crisis, se interesen por profundizar en el análisis de los problemas y estén por lo tanto, en condiciones de luchar conscientemente por las mejores soluciones.

En 1949 el gobierno peronista realizó una Asamblea Constituyente y modificó la Carta Magna; en 1957, después del golpe militar de 1955, se convocó y reunió nuevamente una Asamblea Constituyente para reorganizar el país: recientemente Rocamora anunció el propósito gubernamental de llamar a una Asamblea Constituyente para reformar la Constitución, sin duda como parte de su proyecto fascistoide. Actualmente la Asamblea Constituyente es una necesidad ante la grave situación que requiere la atención de cada uno de los argentinos.

En la medida que una Asamblea Constituyente libre y soberana adopte justas disposiciones de fondo para solucionar la crisis y preservar los intereses de las mayorías laboriosas, sus disposiciones serán defendidas con unas y dientes por las más amplias masas populares.

Tal es la salida proletaria, consecuentemente democrática, a la profunda crisis que vivimos.


REMARCAR LAS COINCIDENCIAS

El triunfo de la movilización popular que selló la suerte de la camarilla de López Rega derribando a su jefe, marcó el fracaso definitivo del intento fascistoide y sorprendió al ejército opresor sin recambio coherente para afrontar la crisis, sin reservas estratégicas para controlar la situación y ante serias dificultades tácticas bajo el acoso creciente de unidades guerrilleras en franco desarrollo.

En tanto, el frente opositor que se venía insinuando contra los aspectos más represivos y antipopulares de la política gubernamental, tiende a coincidir con sectores de la burocracia sindical y del Partido Justicialista en la lucha contra los restos de la camarilla de López Rega y a constituir amplísima base para impulsar un programa de libertades y pacificación que interesa a distintas clases sociales desde el proletariado hasta la burguesía democrática.

Con esta posibilidad en nuestras manos corresponde remarcar las coincidencias y bregar sin sectarismos junto a todos aquellos que defienden:

1. la libertad de todos los presos políticos;

2. la derogación de la legislación represiva;

3. la eliminación del terrorismo de derecha, es decir del terrorismo gubernamental de las Tres A;

4. congelamiento del costo de vida y aumentos dignos de salarios establecidos por convenciones paritarias.

Nuestro Partido, dirección político-militar del ERP -como ya lo manifestara públicamente en octubre de 1974- está dispuesto a contribuir a la pacificación del país, suspendiendo toda clase de operaciones guerrilleras a cambio de la libertad de los presos políticos y la derogación de la legislación represiva.


LA BURGUESÍA EN EL GAN Y AHORA

Aquellas personas que por su formación ideológica burguesa están acostumbradas a pensar de acuerdo a Ia lógica formal, encontrarán contradictorio que frente al gobierno parlamentario de Campora que cedió la libertad de los presos y amplia legalidad, nuestro Partido haya resuelto continuar las operaciones guerrilleras contra el ejército opresor y las empresas imperialistas, y ahora, ante la posibilidad de un gobierno formalmente similar anuncie que suspendería el accionar armado. Es que el contexto de la lucha de clases en que uno y otro se dan los hace diametralmente diferentes. Mientras el gobierno de Campora y Perón encerraba un serio peligro para las fuerzas revolucionarias argentinas, en la medida que contaba con algunas posibilidades de engañar o distraer a sectores de las masas, contener su lucha y engendrar así posibilidades de estabilización capitalista, en la situación actual una apertura democrática constituiría en realidad un alto el fuego entre el pueblo argentino y sus enemigos que no implica riesgos para nuestro pueblo, que no constituye base alguna para la estabilidad capitalista.

De ello se desprende, del significado concreto de una y otra "democratización", que fue enteramente correcto enfrentar el ensayo peronista y cerrarle toda posibilidad de estabilización con la movilización de masas y el accionar guerrillero y que ahora es también enteramente justa la disposición de nuestro Partido a apoyar los esfuerzos de democratización de la burguesía liberal, incluso con la suspensión del accionar guerrillero. Como enseña el marxismo-leninismo, la verdad es siempre concreta.


RECAPITULACIÓN

En síntesis, el espectacular derrumbe del gobierno peronista ha dejado al país a la deriva. El Partido Militar, última reserva del capitalismo, se encuentra incapacitado para intervenir, porque no cuenta con proyectos gubernamentales inmediatos y porque afronta serios inconvenientes frente a la guerrilla. Es así que comienzan a tomar cuerpo posiciones democráticas que responden en mayor o menor medida a profundas aspiraciones del pueblo argentino. Es tarea fundamental del presente fortalecerlas perspectivas de democratización en torno a un programa básico por la libertad de los presos políticos, la derogación de la legislación represiva, la eliminación del terrorismo de las Tres A y salarios dignos para los trabajadores. Tras esos objetivos pueden y deben unirse sectores diversos, desde las fuerzas revolucionarias hasta sectores vacilantes y aun contrarrevolucionarios que se verán obligados a aceptar una posible democratización. Porque como decía nuestro Partido: "La política desesperada del gobierno peronista, rompe la frágil 'unidad nacional' que construyó el Partido Militar mediante el GAN. El paso a la oposición de importantes sectores políticos no proletarios que se está produciendo, en consecuencia, pone a la orden del día la construcción de un amplio Frente Democrático y Patriótico. En ese frente la clase obrera y el pueblo se unirán a sectores vacilantes, guiados por objetivos no revolucionarios, que constantemente presionarán por la conciliación. Es por ello fundamental -para lograr que un frente de esa naturaleza brinde resultados favorables a la revolución nacional y social-contar con un sólido frente obrero y popular que se constituya en núcleo fundamental del Frente Democrático y Patriótico e imponga en su seno las líneas generales de la política revolucionaria".

Pero el proletariado y el pueblo decididamente progresista y antiimperialista no deben atarse las manos por esta necesaria y heterogénea unidad. "El proletariado jamás olvidará que los demócratas burgueses no pueden ser demócratas seguros. El proletariado prestará su apoyo a la democracia burguesa no sobre la base de eventuales pactos, referentes a no provocar terror pánico, ni porque la considera una aliada segura; apoyará a la democracia burguesa mientras esta combata realmente a la autocracia. Este apoyo es necesario en interés de la conquista de los propios objetivos sociales, revolucionarios, del proletariado".

Marchando junto a todos por el programa antedicho, la clase obrera levantará su propuesta consecuentemente democrática de Asamblea Constituyente absolutamente libre y soberana, con la que propugnará la más amplia participación obrera y popular en la deliberación sobre los destinos del país, consciente de que la más amplia y genuina movilización democrática de las masas populares es parte inseparable de la lucha política y armada, de la guerra revolucionaria que nuestro pueblo libra por su liberación nacional y social.


LAS TAREAS DE LOS REVOLUCIONARIOS

En estas circunstancias es tarea primordial de los revolucionarios forjar y fortalecer la unidad, creando un fuerte núcleo frentista proletario y popular integrado por las corrientes consecuentes y buscar a través de él la unidad con los demás sectores democráticos.

Mantener e intensificar la lucha política y armada, hostigando al enemigo para obligarlo a ceder.

Multiplicar la difusión de las ideas revolucionarias del Partido, llevando su línea a las masas en forma intensa y variada. En momentos como el actual, de enorme interés y participación de las masas, el rol de la agitación y la propaganda crece inconmensurablemente.

La situación es de una riqueza extraordinaria. En todo el país gruesos destacamentos de combatientes populares acuden decididos a las primeras líneas de fuego, incorporándose a las organizaciones revolucionarias; miles y decenas de miles de trabajadores salen decididamente a la calle a defender con firmeza su nivel de vida, abriéndose a las ideas revolucionarias, las masas se agitan, entran en ebullición y llenan generosamente de recursos a las fuerzas revolucionarias. El camino hacia la revolución socialista se ensancha e ilumina bajo el impulso de la multitudinaria usina de las masas. Nuestro Partido y nuestro Ejército Guerrillero rebosantes de ardor y combatividad, pondrán todo de sí para canalizar con efectividad el inmenso potencial revolucionario de las masas, pondrán todo de sí por estar a la altura de las circunstancias.