Domingo Santa Cruz

 

 

Antecedentes del movimiento popular de masas y papel del Partido Comunista en las luchas políticas y populares antes y después de 1970

 

 


Fecha:  No lleva fecha, pero por pistas internas no se redacto antes de 1986, y lo mas probable es que fue en los 1990s o 2000s.
Fuente: MarcialTeniaRazon.org, publicado en julio de 2013.
Esta edición: Marxists Internet Archive, octubre de 2013.  


 

 

Lucha Contra la Dictadura de Martínez y su Caída el 9 de mayo de 1944

Antes de 1970 se dieron algunos hechos históricos que nos pueden ayudar a comprender los acontecimientos de esa década y la de los años 80. Nada fue casualidad, espontaneidad, resentimientos políticos o aventurerismo de grupos aislados, como lo han manejado y continúan manejando los políticos de derecha. Razones para luchar siempre hemos tenido y por ello, la lucha del pueblo salvadoreño siempre ha sido justa y rica en participación popular, motivo por el cual es importante conocerla en su integralidad. Trataré de recordar algunos datos que sucedieron antes de los años 70, para desgranar posteriormente los correspondientes a los de la década de la lucha de masas o lucha popular de los años1970 a 1981.

La lucha del pueblo salvadoreño irrumpe con mayor énfasis, en un proceso que vino orientándose contra la dictadura militar iniciada por el General Maximiliano Hernández Martínez, el 2 de diciembre de 1931 y que termina el 9 de Mayo de 1944 con la Huelga General Política de Brazos Caídos, gracias a la amplia participación de los y las ciudadanas del país. Los estudiantes universitarios organizaron el Comité Secreto Estudiantil, que tomó la dirección de las acciones huelguísticas a principios de mayo. A ellos se sumaron los estudiantes de secundaria, profesionales, intelectuales, pequeños y medianos empresarios y trabajadores en general. La gesta heroica del 2 de Abril de 1944 culminó con la renuncia del dictador, el 8 de mayo -aunque él se fuga el 9 de mayo-.

Cuando la conspiración contra Martínez se hizo irreversible, el Comité Central del Partido Comunista Salvadoreño (PCS) decidió, que en el caso de una hipotética victoria de la rebelión militar con participación popular, se crearía un partido de masas, que sería un frente abierto dirigido por el PCS, pero los comunistas conservarían siempre la clandestinidad. En la misma noche del 9 de mayo de 1944, según relatos de Daniel Castaneda -un viejo dirigente comunista- “se celebró una sesión del Comité Central en San Salvador, en la que se eligió la directiva provisional del Partido Unión Nacional de Trabajadores (UNT). De igual manera se procedió en Santa Ana; las personas involucradas en la rebelión del 2 de abril, junto con el pueblo santaneco alborozado, fundaron -la noche del 10 de Mayo- el Partido Demócrata Nacional. El domingo siguiente se celebró una gigantesca manifestación en honor a los estudiantes universitarios, por su valiosa aportación en la lucha por derribar al tirano”. Se inicia así un proceso de transición de mando, de un militar a otro militar, o sea, una continuidad del martinismo sin Martínez. Es decir, Martínez deposita el gobierno en su incondicional Ministro de Guerra Andrés Ignacio Menéndez. Todo el aparato de gobierno quedaba intacto. Osmín Aguirre y Salinas da el contra golpe a Ignacio Menéndez y éste a su vez es derrocado por Castaneda Castro. Luego viene el “Golpe de Estado de los Mayores” que le pone fin a la vieja modalidad de dictadura, para pasar a la fase de la “Nueva Forma”, cuyo inicio se caracteriza por presentarse como la “fórmula de aproximación” con la “reforma democrática”, queriendo con ello, inaugurar un proyecto tipo social demócrata. Sin embargo, como era de esperarse, la oligarquía se encargó de recordarles “sus deberes” a los militares y a obligarles a definirse como un ejército defensor de los intereses oligárquicos.

Con el nuevo régimen, ya en los años 1948-1950, llega una nueva Constitución Política de la República. Se aprueba la Ley de Sindicatos de Trabajadores, limitada a sindicatos de empresa y de gremios. Dicha Ley no permitió la organización de sindicatos de la industria, ni de federaciones y confederaciones obreras. El Concejo Revolucionario de Gobierno (CROS) fue declarado fuera de la ley por el gobierno militar y sus dirigentes fueron perseguidos, algunos detenidos y expulsados del país, y los sindicatos independientes comunistas fueron disueltos.

La Asamblea Legislativa emitió la “Ley de Defensa del Orden Democrático y Constitucional”, que fue conocida como “Ley Anticomunista”. Al amparo de esta nueva ley y alegando un supuesto complot de los comunistas, en marzo de 1952, más de 2000 obreros, estudiantes universitarios y ciudadanos en general, fueron encarcelados, exilados y muchos muertos a base de torturas.

En septiembre de ese mismo año - en el marco de la gran represión- también fueron capturados Salvador Cayetano Carpio, Celestino Castro y una cantidad de intelectuales, profesionales y trabajadores.

Gobierno de José María Lemus y el Papel de los EE.UU. Contra el Sindicalismo

La ORIT fue creada en 1951, financiada y dirigida por el Departamento de Estado de los EE. UU. y la CIA, con el apoyo de elementos corruptos del movimiento sindical, quienes fueron sobornados para intensificar el control de la dirección de algunos sindicatos.

Por esa razón, buena parte de la base sindical, indignada por la traición, decidió abandonar los sindicatos.

Como ya hemos señalado, el CROS había sido puesto fuera de la ley y sus dirigentes y activistas perseguidos por el gobierno de Oscar Osorio.

Cuando Osorio termina su gobierno en 1956, llega el Presidente José María Lemus, quien por razones de conveniencia política, trató de presentar una cara diferente a los regímenes anteriores; porque Lemus conocía muy bien el fracaso de los proyectos reformistas de Osorio, ya que había sido su Ministro de Interior. Incluso Osorio y Lemus fueron responsables -a finales de 1951 y durante 1952- de una brutal represión contra los principales dirigentes del movimiento sindical, capturando, encarcelando y torturando a muchos trabajadores y dirigentes, medida que correspondía a la aplicación, por primera vez, de la Ley de Defensa del Orden Democrático y Constitucional.

Al llegar Lemus a la presidencia del gobierno, deroga la ley anticomunista (Ley de Defensa del Orden Constitucional), por lo que comenzaron a regresar los exiliados políticos de Chile, Argentina y Centroamérica; aunque por otro lado, se agravaron -durante toda esa década- las condiciones sociales y económicas del país, lo que obligó, de nuevo, al pueblo salvadoreño a recurrir a la organización orientada por el Partido Comunista y algunas personas con pensamiento democrático, como por ejemplo el doctor Salvador Ricardo Merlos, el Dr. Rodríguez Ruiz, Raúl Castellanos Figueroa, Fabio Castillo Figueroa y el Dr. José María Méndez, quienes terminaron formando el Partido Radical Democrático (PRD). El PC organizó en 1959, el Partido Revolucionario Abril y Mayo (PRAM).

Como ya he dicho antes, Lemus conocía el pasado de los anteriores gobiernos, y estaba convencido y obstinado de que podía controlar a las masas trabajadoras desde la estructura de su modelo de gobierno; confiaba en los resultados de sus leyes reformistas, a tal grado que en cierta ocasión se dispuso a participar en los actos de inauguración del Congreso Sindical, permitiendo que fueran invitadas todas las organizaciones sindicales.

Sin embargo, el presidente y los dirigentes obreros oportunistas, se llevaron una tremenda sorpresa cuando constataron que no habían preparado bien la farsa para tomar el control del Congreso. No fue difícil para las y los trabajadores llegar a la conclusión de que su asistencia para inaugurar el Congreso era parte de un plan demagógico con miras a presentar una imagen democrática del gobierno militar. La reacción de la mayoría de los trabajadores fue de rechazo, dejando muy mal a los organizadores que se habían vendido al gobierno. Las delegaciones sindicales no sólo repudiaron y denunciaron a los corruptos en dicho evento, sino que los obligaron a abandonar el Congreso.

Así, en esas condiciones de represión gubernamental y ante el boicot a los dirigentes corruptos, surge - en su congreso de constitución los días 24 y 25 de Agosto de 1957- la Confederación General de Trabajadores Salvadoreños (CGTS).

La ORIT (Organización Regional Interamericana de Trabajadores) y la AFL-CIO (Federación Americana del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales) no aceptaron los resultados del Congreso, por lo que activaron sus planes para rechazar la decisión democrática de los delegados y miembros de la CGTS. No tardaron en pasar a las acciones divisionistas para debilitar o liquidar ese esfuerzo sindical; por supuesto, apoyados por cinco pequeños sindicatos de Santa Tecla, de Santa Ana y otros de Sonsonate. Los seudo dirigentes Oritianos (ORIT) procedieron a ejecutar el plan alternativo: amenazar a los dirigentes de los sindicatos menos firmes, al tiempo que les ofrecían sobornos; mientras tanto, el gobierno ejecutaba e intensificaba la línea represiva en contra de los dirigentes y activistas independientes, con el objetivo de debilitar a la oposición sindical. Ya sin mayor oposición, la ORIT pasó abiertamente a formar -en 1958- la Confederación General de Sindicatos (CGS), una organización paralela al sindicalismo consecuente.

Lucha Contra la Penetración Imperialista en el Sindicalismo Revolucionario.

Caída de Lemus

Una de las tareas del Comité de Unidad Sindical Salvadoreño (CUSS), fue la lucha contra la penetración del Instituto Americano para el Desarrollo del Sindicalismo Libre (IADSL) y contra la Organización Regional Interamericana del Trabajo (ORIT), así como el desenmascaramiento de los elementos oportunistas y corruptos en las filas sindicales, quienes aprovechándose de las ventajas y del apoyo gubernamental, conspiraban para llevarse a los sindicatos más importantes de la CGTS y a la Confederación General de Sindicatos (CGS) que había sido creada por ellos en 1958.

Durante los años 1959 y 1960, fue necesario el trabajo del Frente Nacional de Orientación Cívica (FNOC) para derrotar los planes de la dictadura y provocar su caída, acción que se realizó mediante una amplia alianza de fuerzas democráticas y populares, lo cual permitió la instauración de un nuevo régimen democrático. Se realizaron decenas de movilizaciones combativas durante ese año 1959, que llegaron a tener expresiones casi insurreccionales. Las masas populares no le dieron tregua a la dictadura, al grado que el 26 de Octubre de 1960 Lemus fue derrocado, instaurándose una Junta Cívico Militar, integrada por tres militares y tres civiles. El movimiento popular y revolucionario no tuvo -lamentablemente- la fuerza suficiente, ni la experiencia para incidir en el nuevo gobierno, cuyos integrantes, con excepción del Dr. Fabio Castillo Figueroa, eran elementos de transición para la continuidad del sistema militar.

Leyes Demagógicas y Lucha Popular

La experiencia alcanzada en esas luchas derivó en la integración del Frente Nacional de Orientación Cívica (FNOC), el cual se puso en marcha con una importante capacidad de movilización, profundizándose la organización social, popular y política. El FNOC contribuyó en el desarrollo del pensamiento político de las amplias masas y por tanto, en la acumulación de una nueva experiencia. Pero por los resultados obtenidos, quedó en evidencia que los niveles de desarrollo en los diferentes aspectos del movimiento popular y revolucionario, no fueron suficientes para incidir en el cambio de poder político del Estado.

Con el triunfo antiimperialista de la gloriosa revolución popular cubana, se puso muy en alto la efervescencia revolucionaria en nuestro país. El PCS, con el apoyo de los sectores populares, reactivó el Partido Revolucionario Abril y Mayo (PRAM), que por la misma situación del poder dominante no pudo legalizarse.

El 22 de Diciembre de 1960, la Junta dictó algunas leyes: “Ley de creación de los Tribunales de Trabajo”, “Ley Procesal del Trabajo” y “Ley Orgánica del Departamento Nacional del Trabajo”, pero ninguna de ellas tocaba las reformas electorales. Esas leyes provocaron mucho malestar en los grupos del gran capital y en los militares reaccionarios, por lo que el 25 de enero de 1961, los sectores reaccionarios de la cúpula militar, respaldada por el grupo económico dominante, derrocaron al Gobierno de la Junta Cívico Militar, desatando una vez más, la represión contra el movimiento popular y democrático del país.

El Directorio surgido de ese golpe de estado, emitió algunas leyes por las que el movimiento popular venía luchando y presionando desde hacía mucho tiempo, solo que ellos lo hacían de manera demagógica, con el propósito de neutralizar y atraer apoyos. Se trataba de varias leyes: “Ley de Descanso Semanal Remunerado para Trabajadores del Campo” (27-02-1961), “Ley de Protección del Salario” (25-04-1961), “Ley del Estatuto Protector de los Trabajadores del Campo” (26-06.61), “Ley Transitoria de Fijación de Salarios Mínimos para Empleados del Comercio” (1º.-06-612) y “Ley de Aprendizaje” (7-11- 61).

Los finqueros y terratenientes se habían resistido por muchos años a estas leyes, y el Directorio de Gobierno no fue capaz de convencerlos, ni siquiera con esos objetivos demagógicos; por el contrario, la oligarquía reaccionó de manera furibunda, con despidos de trabajadores, asaltos y saqueos a los locales de las organizaciones, los que fueron cerrados inmediatamente.

La Federación Unitaria Sindical Salvadoreña (FUSS) fue creada en Octubre de 1965, y contribuyó fuertemente a la lucha contra la intervención imperialista yanqui en el campo sindical, para lo cual contó con la fuerza de otros sindicatos independientes que fueron surgiendo en ese marco de profundización de la crisis social y económica, y de la aplicación de políticas anti-obreras por parte del gobierno del Partido de Conciliación Nacional (PCN).

Era una época de generación de conciencia social y de lucha, lo que nos llevaba a una cada vez más grande organización de la gente para reivindicar sus derechos como trabajadores, motivación que permitió el aceleramiento de un proceso combativo de paros laborales y huelgas generales, como las que se hicieron en la fábrica de Acero, S.A., Industrias Unidas Sociedad Anónima (IUSA), Tren de Aseo Municipal de San Salvador, Industria del Pan, Cines y Teatros, Textiles, Construcción, etc. La mayoría de esas huelgas y paros tuvieron éxitos importantes al lograr las reivindicaciones laborales.

Las orientaciones para la organización social en esos años, incluían también el trabajo hacia las y los trabajadores del magisterio, ya que sus condiciones laborales y los maltratos no eran diferentes a las de los demás trabajadores en general, razón que llevó a la creación -en Junio de 1965- de la Asociación del Gremio Magisterial, adoptando el nombre de ANDES 21 de Junio. Los maestros comenzaron con fuerza a reivindicar sus derechos laborales ante el Ministerio de Educación, que con su obstinada y prepotente actitud de no querer resolver los problemas magisteriales, les obligó a realizar la primera huelga general, de octubre de 1967 a enero-febrero de 1968. Aunque la huelga no logró los objetivos laborales completos, más de 75.000 mil personas, de diferentes sectores sociales, apoyaron al magisterio nacional.

Los conflictos adquirieron dimensiones políticas, cuando el régimen capturó a centenares de dirigentes y activistas políticos y sindicales, llegando al colmo de asesinar a dirigentes obreros como Saúl Santiago Contreras y a Oscar Gilberto Martínez Carranza, así como al estudiante Balmore Saca y al militante comunista Dr. Alberto Vásquez Cárcamo -en Sonsonate-.

Nuevas Organizaciones

En 1956 ya se había constituido la Federación de Mujeres Salvadoreñas (FMS), que vino a sustituir a La Liga Femenina, surgida en 1948. Posteriormente continuaron naciendo muchas más organizaciones, como las asociaciones juveniles: la Asociación Tazumal, la Asociación 5 de Noviembre -que dieron origen a Vanguardia de la Juventud Salvadoreña (VJS) en octubre de 1960-, y en esos días también se estructuró la Federación de Estudiantes de Educación Media (FEEM). En la Universidad estaba la Asociación General de Estudiantes Universitarios (AGEUS). O sea, que el trabajo de masas había adquirido una importante presencia combativa.

En 1959 se constituyó, con todas estas organizaciones, el Frente Nacional de Orientación Cívica (FNOC), el cual tuvo realmente una aceptación y un tremendo impacto. Yo conservo fotografías de esos centenares de miles que se organizaron y movilizaron en la lucha contra la dictadura militar, llegando a derrocar a la dictadura de Lemus el 26 de octubre de 1960, dando lugar a la Junta Cívico Militar en la que participaron Fabio Castillo Figueroa, aunque aquella solo duró tres meses, ya que el 25 de enero de 1961 el Directorio Militar dio un contragolpe.

Frente Unido de Acción Revolucionaria (FUAR)

La represión contra el movimiento popular, el movimiento social y político, especialmente contra los comunistas y contra los principales activistas del movimiento de masas era persistente; no cesaban la persecución, las capturas, las torturas, los asesinatos y el exilio. La respuesta del Partido Comunista y de las organizaciones de masas fue la creación, en marzo de 1961, del Frente Unido de Acción Revolucionaria (FUAR). Las organizaciones de masas crearon sus columnas: el PRAM creó la columna “9 de Mayo”, AGEUS la Columna Estudiantil universitaria; Vanguardia de la Juventud se convirtió en una columna juvenil, Fraternidad de Mujeres dio la columna Femenina, la Confederación General de Trabajadores Salvadoreños (CGTS) creó la columna obrera y -de manera independiente- el PCS creó el Movimiento Revolucionario “Dos de Abril”, que originó la columna “MR-24”. Se generó, por primera vez en El Salvador, un movimiento de tipo político militar, con la idea y línea de hacer un ejercicio militar. En este tiempo ya había triunfado la revolución cubana, lo que estaba generando un ambiente revolucionario favorable en América Latina, y que desde luego, en El Salvador contagió a los diferentes sectores.

El FUAR inicia sus actividades desarrollando modalidades como la autodefensa pasiva y activa, propaganda armada y agitación con acompañamiento de grupos de autodefensa armada. Este accionar asustó a Cayetano Carpio, quien dijo que esa era una línea equivocada.

Schafik fue designado por el PCS, desde su fundación hasta mediados de 1963, para dirigir el FUAR. Este frente se destacó por su lucha política de confrontación con la dictadura. En la 3ª Plenaria Nacional del 20 de Mayo de 1962, el balance arrojó la cifra de 2180 combatientes organizados en los Grupos de Acción Revolucionaria (GAR).

Cayetano Carpio incidió mucho para que la Comisión Política relevara a Schafik de la dirección del FUAR, y al mismo tiempo, auto proponiéndose para sustituirlo, razón por la cual Carpio pasó a ser el coordinador general. En ese tiempo yo era miembro de la dirección nacional del FUAR, pero no era militante del Partido Comunista; fui uno de los fundadores del Movimiento Revolucionario “2 de Abril”, movimiento con pensamiento revolucionario y línea propia -con influencias de la Revolución Cubana-, que luego se convirtió en una columna del FUAR.

Cayetano Carpio propuso disolver el FUAR y pasar a la construcción de un movimiento sindical de nuevo tipo, con una nueva clase obrera, surgida en el marco del Mercado Común Centroamericano. Eran momentos de una intensa penetración del IADSL.

Nueva Estrategia del PC hacia los Sindicatos

La CGTS pasaba por malos momentos, de manera que el PCS orientó la organización del Comité de Unidad Sindical Salvadoreño (CUSS), al que se le dieron importantes tareas: arrancarle a la CGS la Federación Unitaria Sindical Salvadoreña (FUSS), orientar a la organización de ANDES 21 de Junio y recuperar a otras federaciones como FENASTRAS que había quedado bajo la bandera de la Confederación General de Sindicatos (CGS), que era la representante de la Organización Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT).

A esas alturas, el régimen estaba aprobando una nueva Ley sindical para obligar la disolución de la CGTS, por no contar con el número de federaciones ni los sindicatos necesarios. Por tanto, la CGTS pasó a ser una bandera política de clara oposición a la dictadura y de desenmascaramiento de la penetración imperialista; sin embargo no pudo mantenerse, por lo que el PCS orientó la reelaboración de una nueva estrategia sindical bajo la dirección de Salvador Cayetano Carpio.

La Confederación General de Trabajadores Salvadoreños (CGTS) surgió el 25 o 26 de agosto de 1957, producto de un acuerdo del Primer Congreso Nacional Sindical –en marzo de ese mismo año- y que fue inaugurado por el entonces presidente del país, José María Lemus, orientado por el imperialismo norteamericano a través del IADSL, el cual estaba financiado por el Departamento de Estado y por la CIA. En este campo de confrontación sindical contra la Federación Sindical Mundial, no se desconoce el aporte de las corrientes social demócratas del movimiento europeo de aquellos años, que estaban al lado de la política imperial de los EE UU. Desde el surgimiento del CIOLS en 1949 en Londres, y del surgimiento de la ORIT en México, muchos dirigentes obreros se corrompieron, fueron comprados y sobornados. En esta parte Cayetano Carpio jugó un papel importante, ya que fue el primer cuadro formado en el instituto de Ciencias Sociales de Moscú -del PCUS- y traía toda esa información. Personalmente recibí de Carpio esa formación política.

Muchos sindicatos se recuperaron, otros se desprendieron de la CGS y algunos quedaron como independientes.

La represión contra los sindicatos, líderes, dirigentes y comunistas nunca paró; era un asedio y persecución constante, con asaltos militares a los locales, capturas, etc. En las empresas que surgieron al calor del Mercado Común Centroamericano, los trabajadores tenían mucho miedo a organizarse en los sindicatos; sin embargo, aun con todo y eso, continuaban formándose nuevas organizaciones independientes como los Sindicatos del Seguro Social, el de ANDA (Agua), el de ANTEL (Telecomunicaciones), la CEL (industria eléctrica), el Sindicato del Ministerio de Obras Públicas, el de la Universidad Nacional y hasta la iglesia forma en 1967 la Federación Cristiana de Campesinos Salvadoreños (FECCAS).

El trabajo de organización estaba orientado principalmente por Cayetano Carpio, él fue el profesor que orientó la creación de las escuelas sindicales y dirigió la formación e instrucción de nuevos cuadros, que luego fueron su apoyo para convertirse en el nuevo Secretario General del Partido Comunista, durante el V Congreso de 1964. Sus principales apoyos fueron Carlos Hidalgo, Quijano, Julio Cesar Castro Belloso, Hipólito Calle -Secretario General de la UTS- y otros. Yo no era miembro del Partido Comunista en ese tiempo.

Cayetano Carpio me reclutó después del V congreso, el 15 de mayo de 1964.

El movimiento sindical continuó avanzando, con sindicatos contagiados de ideas de tipo reformista y obreristas, con el planteamiento de que los intelectuales estaban muy apoltronados ideológica y económicamente y de que, por lo tanto, eran susceptibles a orientaciones pequeño burguesas. Ese era el enfoque de Carpio. No era el único que pensaba así, ya que en ese tiempo circulaba una especie de visión obrerista, supuestamente proletaria. Esta fue una de las razones que frenaron el crecimiento y desarrollo del Partido Comunista, especialmente en las filas intelectuales y profesionales. Aun así, el PC creció, pero con una capacidad relativamente débil.

La Primera Huelga de ANDES 21 de Junio

Durante esa década de los años 60, se agudizó la crisis social, misma que desembocó en una racha de conflictos laborales con una serie de problemas como las huelgas de abril de los trabajadores de la fábrica IUSA (Industrias Unidas Sociedad Anónima), la Fábrica de Aceros SA, la huelga del Tren de Aseo y la inconsulta huelga de hambre de Cayetano Carpio.

La primera huelga de los maestros, en el año 1967-68, no logró todos sus objetivos, porque los maestros acababan de desprenderse de la débil y dividida Federación Magisterial; estaban muy golpeados por la crisis y divididos en diferentes grupos. Por ello prendió la idea de aglutinarse en la Asociación ANDES 21 de Junio, en 1965. Era una organización nueva, con muchas divergencias y posiciones políticas, desde progubernamentales y reformistas, hasta las del Partido Comunista.

Los primeros cuadros comunistas en ANDES eran Mario Medrano -que posteriormente pasó a trabajar con las FPL-, Arnoldo Vaquerano -que ya era miembro del PC-, Mario López, simpatizante del PC, Laura Siliézar del PC y Mélida Anaya Montes, que se fue desprendiendo poco del gobierno al no encontrar en él una posición consecuente, razón que la llevó a tomar posiciones revolucionarias, llegando incluso a incorporándose más tarde a las FPL, partido en el que militó hasta su muerte en 1983.

Es importante destacar esta huelga magisterial, por varias razones: por la cantidad de maestros que se involucró, por haber iniciado un proceso de desarrollo de la conciencia política en el magisterio, y por la participación de más de 75.000 personas, entre organizados y simpatizantes. La huelga tuvo una gran importancia política, porque el impacto de su resonancia, atrajo al pueblo salvadoreño a una lucha popular más abierta y dinámica. Claro, la respuesta del gobierno y los militares fue la represión y el asesinato de varios cuadros políticos entre los que estaban Oscar Gilberto Martínez, Jaime Hernández de San Miguel y, entre otros más, Saúl Santiago Contreras, cuyo delito fue haber impulsado actos de solidaridad a favor de los maestros, movilizando a los trabajadores de la FUSS y de otros sindicatos.

Se levantó un oleaje de huelgas que terminaron obligando a negociar a Fidel Sánchez Hernández, Presidente de la República en ese tiempo. Eran momentos de auge del movimiento huelguístico, lo cual era importante además, porque rompía con el ambiente reformista de algunos dirigentes sindicales, quienes en su mayoría eran miembros del Partido Comunista. Con Cayetano Carpio coincidíamos plenamente en la necesidad de declararles la guerra ideológica a todos ellos.

En ese tiempo estábamos en plenos preparativos para la segunda jornada electoral, la cual que se estaba desarrollando en medio de una tremenda crisis social, económica y política, que luego se agravó con la guerra contra Honduras.

El Papel de la Iglesia y el Surgimiento de Jóvenes Vanguardia

En 1962 es inaugurado el Concilio Vaticano II por Juan XXIII, y por fin aparecen condiciones para que en la iglesia -no solamente católica- surgiera un amplio movimiento social cristiano. Sobre la base de esta nueva Doctrina Social de la Iglesia nacen algunos partidos, sobre la base del esfuerzo de algunas personas con pensamiento democrático, entre los que se destacan Guillermo Manuel Ungo, Abrahán Rodríguez, Rodrigo Velásquez Gamero y José Napoleón Duarte, quienes forman el Partido Demócrata Cristiano (PDC), con el planteamiento y bandera política de ser la “Revolución de los Pobres” y una “Revolución sin Sangre”. Posteriormente, Guillermo Ungo y el Gordo Gamero, se separan del PDC para fundar el Movimiento Nacional Revolucionario (MNR).

La Doctrina Social de la Iglesia contribuyó a que muchos sectores que no estaban todavía con una opción revolucionaria, desde la teoría de la revolución marxista, llegaran por la vía de la Teología de la Liberación, que aún no estaba definida, pero que predicaba la “Opción Preferencial por los Pobres”. Fue importante la cantidad de jóvenes que surgieron alrededor de esa doctrina. Pero ¿a dónde se iban a asociar?… pues al Partido Demócrata Cristiano, porque era el partido que predicaba la revolución de los pobres, la revolución sin sangre, la revolución verde. Había tanto entusiasmo que incluso, en esas primeras elecciones, mucha gente de izquierda votó por el Partido Demócrata Cristiano porque no había otra opción. La Democracia Cristiana obtuvo más de 20 diputados, pero rápidamente fueron sacando las uñas, ya que inmediatamente se pusieron al servicio de la derecha y a la defensa del sistema; nada de revolución y cambios estructurales como habían prometido.

Ante el cambio de intereses del PDC, hubo mucho descontento y desilusión, al grado de que una buena parte de su juventud, que ya estaba radicalizada, se les fue, como es el caso de Edgar Alejandro Rivas Mira, Fernando Alfonso Rivas Mira, Lil Milagro Ramírez Hueso, Jorge Cáceres Prendes, Carlos Menjívar, Guillermo Antonio Aldana, Ricardo Sol Arriaza, María Linares Olivo de Menjívar, Mario Vladimir Rogel, y una cantidad de personas que terminaron formando -a finales del año 1966- la organización Acción Revolucionaria Salvadoreña (ARS), y después formaron “El Grupo”, que fue autor del secuestro y ajusticiamiento del industrial Ernesto Regalado Dueñas a principios de 1971.

De la organización juvenil Vanguardia de la Juventud Salvadoreña surge, por orientación del Partido Comunista, la Unión de Jóvenes Patriotas (UJP), un movimiento político mucho más amplio, que tenía el objetivo de atraer a otros sectores de pensamiento democrático. Fue de esa creación como llegaron el costarricense Eduardo Sancho (“Fermán Cienfuegos”), Francisco Jovel y un par de compañeras que luego serían miembros del ERP como Mariana y una de las hermanas Letona.

El Partido Comunista no tenía en esos momentos, de manera clara, el viraje hacia la lucha armada. Ya que en 1961, Salvador Cayetano Carpio se enfrentó a Raúl Castellanos, porque Raúl había propuesto la creación de las FUAR con una visión político-militar.

Cayetano Carpio acababa de regresar de la Unión Soviética, y venia con la idea de la coexistencia pacifica.

En ese debate Schafik adoptó su posición a favor de Raúl Castellanos, quien a partir de ese momento estuvo en plena confrontación con Carpio.

Mercado Común Centroamericano y Guerra Contra Honduras

A finales de los años 60 la situación económica y social del país se agravó, y el Mercado Común Centroamericano (MCCA) entró en crisis. La primera expresión de esa crisis fue la guerra con Honduras en 1969, cuya consecuencia para El Salvador fue el regreso de más de 200.000 salvadoreños, lo que vino a agudizar mucho más la crisis social, especialmente por el problema del desempleo, ya que el Mercado Común no tenía capacidad de dar una respuesta positiva a la masa obrera y trabajadora. A esa situación debemos agregarle que con la crisis del Mercado Común Centroamericano y por supuesto la guerra, se incrementaron las presiones para impulsar las reformas estructurales en El Salvador, particularmente la reforma agraria.

En 1967, el sacerdote Inocencio Alas (Chencho) y su hermano Higinio Alas tuvieron problemas, precisamente por presionar para que se impulsara la reforma agraria. En 1970, Chencho Alas fue secuestrado, torturado y dado por desaparecido. La Guardia Nacional quiso asesinarlo y al darlo por muerto, lo dejaron tirado en un basurero.

Durante esa época, también el Partido Acción Renovadora (PAR) desarrolló, a nivel nacional, una campaña de presión para que el Gobierno aplicara la reforma agraria. Se organizaron muchos pequeños agrupamientos de campesinos sin una estructura específica; eran comisiones rurales y departamentales.

Cuando se dio la Guerra con Honduras yo estaba estudiando en la URSS, pero sí tuve acceso a documentación parcial sobre la posición del PC, y cuando regresé a El Salvador recopilé más información y me pregunté:

¿Qué fue lo que realmente pasó?

No hubo una posición oficial del Partido Comunista para brindarle apoyo al Gobierno en esa guerra, pero sí mucho cuestionamiento por ese supuesto apoyo. Lo que realmente pasó es que un compañero de la dirección del Partido, que después se apartó de la dirección, elaboró un pronunciamiento en nombre de la dirección del Partido en el que se apoyaba la guerra. El documento fue llevado a la Universidad Nacional en donde él trabajaba.

De inmediato, Schafik y Raúl Castellanos se fueron a la plaza pública a desmentir y denunciar el falso pronunciamiento pero ya era tarde, porque el documento había circulado y una parte importante de la base del Partido había empezado a apoyar esa posición.

Schafik y Raúl informaron a la base del Partido que ese comunicado había sido un bandazo. Tuvimos que pagar una factura por un error que no debió haberse cometido.

Luchas Reivindicativas Campesinas

Para organizar a los trabajadores del campo, se dieron orientaciones precisas de trabajar con las asociaciones comunales rurales, cooperativas de producción agropecuaria, sindicatos de los beneficios de café, ingenios azucareros, empresas agroindustriales (pescado, granjas avícolas, henequén, algodón), etc.

Producto de este esfuerzo fue la creación de la Federación Sindical de Trabajadores de la Industria del Alimento, Vestido, Textil, Similares y Conexos (FESTIAVTSCES), organización que elaboró su proyecto y plan reivindicativo en torno a sus demandas laborales como por ejemplo que el salario se subieran a 2.25 colones con comida, o a 3.00 colones sin comida. Sin embargo el PCS orientó para que los trabajadores exigieran 5.00 colones de salario con comida y buen trato y que, además, las mujeres debían ganar lo mismo y recibir las mismas prestaciones que tenían los hombres, incluyendo un trato justo en los estados de embarazo y parto.

La consigna para esas luchas reivindicativas era: “¡Alto al mal trato de las mujeres trabajadoras del campo!”.
La lista de demandas eran: “los niños trabajadores del campo y de la ciudad deben ser protegidos por la ley, que tienen el mismo derecho a ser apuntados para el trabajo, que se les dé trabajos menos pesados, que se les pague y se les dé su ración de comida; deben recibir por lo menos un vaso de leche. Las y los trabajadores agrícolas deben contar con viviendas donde descansar y dormir, deben ser protegidos e impedir que duerman bajo los árboles, ramadas, en barracas o en las orillas de los caminos; las y los trabajadores de las haciendas y fincas de café, algodón u otras ramas de la producción, deben tener derecho a crear sus sindicatos y derecho a paros y a huelgas laborales. Los patrones deben pagar el séptimo día”.

La lista de demandas incluía también a los colonos, pequeños arrendatarios y pequeños propietarios, a quienes se les exigía que pusieran fin a los desalojos y que aumentaran los terrajes. Se les pedía que las tierras que no se cultivaban en las haciendas debieran ser entregadas a los campesinos para que sembraran sus productos alimenticios, o en todo caso, obtenerlas en arrendamiento barato. Las consignas eran: “Por una reforma agraria verdadera”, “Dar la tierra a quien la trabaja”.
Porque claro, el campesino sin tierra es como un pez sin agua. La lucha era, sobre todo contra los acaparadores latifundistas.

Quisiera transcribir un breve testimonio del veterano dirigente comunista Raúl Vargas:

“En 1963 fui incorporado a la Comisión Rural del Partido, que contaba entre sus miembros -además de Miguel Mármol y Daniel Castaneda-, a los camaradas Modesto Ramírez, originario del cantón El Limón, jurisdicción de Soyapango y Segundo Ramírez -venido de Sonsonate-, ambos sobrevivientes de la insurrección campesina de 1932. También estaban Fidel -un hijo político de Segundo- y un compañero sastre llamado Alfonso Martínez. Este fue el núcleo organizativo campesino del Partido, cuya gran responsabilidad fue la de incorporar a su seno a elementos provenientes del campesinado y en general de los trabajadores agrícolas, siendo ésta una de las tareas más determinantes de su estrategia por alcanzar la toma del poder en nuestro país. La organización campesina del Partido, existente en aquel entonces, constaba de pequeños grupos y algunas células partidarias -remanentes de la insurrección de 1932, en los departamentos de Sonsonate, San Salvador, La Paz y La Libertad-, a las que los camaradas Modesto y Segundo venían dándoles atención. En este trabajo también participaba otro compañero campesino, quien residía en un cantón jurisdicción del municipio de Sonsonate y que era miembro del Comité Central del Partido, cuyo nombre no recuerdo. También existían grupos de reciente formación en el departamento de Santa Ana y en cantones del municipio de Santiago Nonualco.

En sus reuniones semanales la Comisión distribuía entre sus miembros la atención política a la organización existente en los lugares mencionados. Particularmente me correspondió visitar el municipio de Santiago Nonualco, actividad que realizaba los fines de semana, y para la cual me auxiliaba de una pequeña memoria, cuidadosamente elaborada a máquina por Miguel Mármol, y que contenía los asuntos a tratar en cada reunión. Realizaba reuniones con los miembros de un grupo de simpatizantes del Partido, que funcionaba en la ciudad de Santiago y después partía para alguno de los cantones de ese municipio, en los que había cierto grado de organización.

Uno de los lugares que más se destacaba por la cantidad de personas deseosas de incorporarse a la organización era el Cantón Las Ánimas. Las reuniones casi siempre las llevábamos a cabo en los lugares muy apartados, en zonas boscosas y nunca en las casas de los compañeros, para evadir la acción de los informadores que en todas partes tenía el gobierno, por medio de su organización ORDEN. Nos reuníamos en aquellos sitios en que los compañeros afirmaban eran los lugares en donde permanecía el indio Anastasio Aquino durante la guerra que libró contra el gobierno salvadoreño, pocos años después de proclamarse la independencia de España. Eran asambleas muy numerosas de campesinos jóvenes y adultos, deseosos de conocer la realidad del país y con grandes deseos de participar en la lucha por conquistar un régimen que les garantizara un nivel de vida que superara la pobreza en que vivían.

El cantón Las Ánimas se convirtió para la Comisión Rural, en el punto de referencia para el desarrollo del trabajo en la zona, pues desde ahí, conducidos por los Crespín, salíamos hacia otros lugares para extender la organización, llegando incluso hasta los caseríos de la costa, como San Marcelino, Los Blancos, Hojas de Sal y otros en los que me movilicé, llevando la propaganda y la orientación en las numerosas asambleas que se efectuaron en aquella época.

Ese año 1963, para darle cohesión a la labor organizativa en los lugares mencionados y contar con dirigentes campesinos locales, se abrió en Soyapango la Escuelita Rural o Escuelita Campesina, en donde se impartió conocimientos sobre organización: derechos laborales de los trabajadores del campo, sobre el nivel de vida de los trabajadores campesinos en Cuba y temas sobre la política nacional. Los instructores eran los compañeros Daniel Castaneda -entonces Secretario General del PCS-, Miguel Mármol, miembro del CC y mi persona, que a esas alturas era un miembro más del PCS, recién incorporado a la Comisión Rural. Durante una semana permanecían los compañeros alumnos venidos de las diferentes bases campesinas”.

Maniobras del Gobierno Para Detener el Avance del Movimiento Popular

Raúl Vargas detalla algunos momentos del trabajo del PCS en el campo, sin embargo, hay que reconocer que la entidad que más avanzó en ese esfuerzo organizativo en los años 70 fue FECCAS, por la cobertura política que tuvo de la iglesia católica. Los esfuerzos que realizaba el Partido Comunista, con los antecedentes de 1932, fueron más difíciles. Pero de todas maneras, el trabajo avanzó, y el esfuerzo del trabajo con el PAR que penetró en muchos lugares, en los se formaron pequeñas asociaciones de fincas y municipios, sirvió posteriormente para la creación de ATACES (Asociación de Trabajadores del Campo de El Salvador). En cambio, la derecha a través del Partido de Conciliación Nacional (PCN), crea en 1961-62, la Unión Campesina Salvadoreña (UCS) y una organización paramilitar llamada ORDEN (Organización Democrática Nacionalista), que acompañados de la estructura militar, con sus comandancias cantonales y comisionados, tenían como objetivo controlar a la población del campo. Por supuesto, esto nos llevó a un encarnizado enfrentamiento con esa política de terror.

El proyecto de parar el proceso de organización popular tenía, como elemento estratégico, el apoyo del Instituto Americano para el Desarrollo (AID), organismo del Departamento de Estado del Gobierno de los Estados Unidos, creado en 1962, y cuyo coordinador para el Sindicalismo Libre de América Latina era Serafino Rumaldi, quien estuvo en El Salvador trabajando para dividir a los sindicatos, comprando y sobornando a dirigentes sindicales, con lo que favorecía a la CGS, a FESINSCONTRANS y a la UCS.

Eran años difíciles de represión y persecución policial, lo que impedía desarrollar el trabajo organizativo. El Partido no estaba preparado para tal situación, no contaba con lineamientos claros ni con cuadros fogueados ideológica y políticamente; no existía una estrategia organizativa y de movilización, ni recursos materiales para ese tipo de jugadas tácticas. Cayetano Carpio y otros cuadros ayudaron en algo, pero no fue suficiente, por lo que fue necesario que algunos cuadros fueran a realizar estudios al exterior, particularmente a la Unión Soviética, y aun así, no se daba abasto para contrarrestar la avalancha imperialista anti sindical.

Salida de Salvador Cayetano Carpio del Partido Comunista

En el marco de la crisis y su profundización por la guerra con Honduras, surge al interior de la Comisión Política del Partido Comunista, una situación muy aguda que termina con la separación de Cayetano Carpio, quien ya tenía por lo menos dos años, un trabajo paralelo al interior del Partido, logrando formar tres agrupamientos: el grupo los Nonualcos, el Anastasio Aquino y las Fuerzas Armadas Revolucionarias Salvadoreñas (FARS); pero al no lograr que el Partido y sus diferentes estructuras departamentales y celulares lo acompañaran en ese esfuerzo, decidió, el 30 de marzo de 1970, renunciar a su militancia y a los cargos del Partido Comunista.

El problema estalló después de los actos de celebración del centenario del nacimiento de Lenin, donde Cayetano Carpio pasó a denunciar públicamente a la dirección del PC, por lo que algunos de nosotros exigimos que se le aplicaran los estatutos, ya que de acuerdo a estos no se podían denunciar problemas internos de manera pública, especialmente de un partido clandestino que no tenia posibilidad de defenderse, y porque además, esos problemas debían ventilarse en las instancias del Partido.

Sin embargo, con todo y eso, Carpio gozaba de bastante prestigio y simpatía al interior de las bases del Partido.

A esas alturas, mientras Carpio había pasado a ser cuestionado por buena parte de la militancia del PC, la dirigencia de la Revolución Cubana denunciaba públicamente la posición de algunos Partidos Comunistas de América Latina.

Schafik y varios miembros del PCS, entre los cuales recuerdo a Renán Rodas Lazo, Domingo Mira, Salvador Menéndez Linares, Federico Baires, Américo Mauro Araujo, Américo Durán, Roque Dalton y mi persona, integrábamos la delegación que tomamos parte en la Conferencia Continental Latinoamericana y del Caribe, para la creación de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS).

En ese evento se debatieron las diferentes concepciones sobre la estrategia y tácticas revolucionarias, para combatir al imperialismo norteamericano.

Por ese tiempo –julio-agosto de 1967-, Cayetano Carpio mantenía su oposición a las organizaciones guerrilleras; era bastante sumiso a las orientaciones emanadas del Movimiento Comunista Internacional liderado por el PCUS. Carpio Criticaba las posiciones aventureras de Roque Dalton, delegado del Partido en la Revista Internacional, hasta julio de ese año. Hay que tener en cuenta que Roque y Domingo Mira se apartaron de la delegación del PCS, durante el evento de OLAS. Ambos se retiraron del evento sin discutir y sin cuestionar; sobre todo Roque, que simplemente se apartó porque no compartía la posición del PC. Su amistad con algunos delegados del PC incidió mucho para tomar la decisión. Desde entonces defendió la idea de que la lucha armada era correcta.

Carpio no compartía la idea de violentar procesos con focos guerrilleros, porque eso, ni teórica ni prácticamente era posible, ya que podríamos exponer recursos revolucionarios valiosos que podían ser destruidos por el enemigo.

A esas alturas el Che Guevara ya había decidido marcharse a Bolivia.

Nuestra delegación en OLAS cerró filas a favor de debatir internamente sin sacar acusaciones públicas. No estábamos cuestionando al Che ni mucho menos, porque el Che era un representante de una posición honesta y honrada, tal como lo demostró con su coherencia y consecuencia hasta el final, con la entrega de su vida, lo que le convierte en un símbolo de la revolución latinoamericana y mundial. Nuestra posición como PCS, expresada y defendida especialmente por Schafik, consistía en sostener como inevitable la lucha armada; por lo tanto, era correcta la posición critica contra algunos Partidos Comunistas que no se abrían a dar los virajes necesarios, al menos para combinar la lucha política de masas y cualquier otra forma de lucha con la lucha armada, pero no compartíamos el método deatacarles y menos públicamente.

Participación del Partido Comunista en las Elecciones Y Pactos con los Partidos Democráticos

Por el año 1972, el Partido propuso una alianza con los partidos Movimiento Nacional Revolucionario (MNR) y el Partido Demócrata Cristiano (PDC), con el objetivo de crear un pacto político electoral. A esas alturas habíamos perdido al Partido Acción Renovadora (PAR), ilegalizado por el gobierno del PCN después de haber obtenido importantes resultados en las primeras elecciones del 66-67, con nuestra fórmula electoral compuesta por los doctores Fabio Castillo Figueroa y Ángel Góchez Castro. Entonces, el Partido Comunista tomó la decisión de formar un nuevo partido que se llamó Partido Revolucionario “9 de Mayo” (PR), del cual Schafik Handal fue su Secretario General. Con este nuevo instrumento, propusimos el pacto a la dirigencia del PDC -encabezada por José Napoleón Duarte y Abraham Rodríguez-, y a la dirigencia del Movimiento Nacional Revolucionario (MNR), encabezada por el Dr. Guillermo Manuel Ungo, Rodrigo Velásquez Gamero y otros. La respuesta del PDC fue que no podían pactar con un partido ilegal. Con el MNR no hubo ningún problema.

Como la negociación con el PDC no fue posible, nos fuimos a hablar con Chico Lima, Álvaro Magaña y Mario Rodríguez Inclán, fundadores del Partido Unión Democrática Nacionalista (UDN). Chico Lima había sido Vicepresidente del gobierno del Coronel Julio Adalberto Rivera en 1962-67, cargo que había aceptado porque le prometieron realizar cambios sociales importantes, y que al final no se cumplieron, razón por la cual se apartó descontento con el gobierno y se fue a formar un partido con perspectivas democráticas.

Luego de haber convenido el acuerdo de participar con el partido UDN, nos pusimos de acuerdo en convocar una Convención Nacional para ponernos a tono con los Estatutos. Desde entonces, los miembros del PC quedamos organizados en el UDN compartiendo con los nuevos amigos. No hubo manera de evitar quedar en mayoría. Pasamos a controlar al UDN y, ya con ello y junto al MNR, fuimos a negociar con Napoleón Duarte y su gente del PDC, para proponerle el pacto de la Unión Nacional Opositora (UNO), que finalmente fue firmado más o menos en agosto de 1971, al filo de la campaña electoral.

En las primeras conversaciones con el PAR en 1966, el mismo Cayetano Carpio tomó parte, pero guardando cierta distancia con la idea de participar en la lucha electoral.

En varias reuniones antes de marcharse del PC, Carpio manifestó estar en contra de la lucha electoral. Por la experiencia de ese proceso, las bases de la Democracia Cristiana –de alguna manera radicalizada-, se vincularon a ese esfuerzo electoral, sumándose a la gran cantidad de gente que se movilizó a nivel nacional, en concentraciones de más de 100.000 personas. Ante este auge popular, el Gobierno decide impulsar una campaña para impedir que la UNO ganara las elecciones.

Yo había salido a una gira por Europa en ese tiempo; fui a un congreso a Varsovia, Polonia, a finales de noviembre de 1971. Al regresar, el 30 de enero de 1972, fui capturado por la INTERPOL en el aeropuerto Internacional Benito Juárez de México; me introdujeron en un avión y me trajeron secuestrado a El Salvador. Desde esa fecha hasta finales de Abril de ese año, fui objeto de interrogatorios y torturas salvajes. Los interrogadores estaban muy interesados en comprometerme, ya que creían que mi viaje a Europa había sido para buscar y traer financiamiento para la UNO, la cual ya había demostrado tener el triunfo seguro.

La alianza expresada en el pacto electoral era temporal y según el PDC finalizaría hasta que pasaran las elecciones. Las primeras conversaciones en 1969 fueron fuertemente criticadas por Cayetano Carpio y algunos de los compañeros que se fueron y otros que no se fueron con él, porque no estaban de acuerdo con ese esfuerzo. Nosotros, en todas las valoraciones que hicimos, creíamos que era absolutamente necesario dar un paso en ese terreno que prácticamente no habíamos pisado bien. Era necesario hacerlo, porque buena parte de la organización sindical, además de reformista era débil; el porcentaje de sindicatos controlados por la izquierda era muy poco, en relación a la cantidad de sindicatos que había registrados en el Ministerio de Trabajo. El porcentaje de la clase obrera organizada no pasaba del 9% a nivel nacional, y el movimiento estudiantil aún era pequeño. Entonces, la campaña electoral significaba la oportunidad de incorporar a miles y miles de estudiantes de secundaria, universitarios, a trabajadores de la ciudad y del campo, a la juventud en general y a la intelectualidad progresista.

La campaña electoral tuvo tremendo impacto político en los amplios sectores del pueblo, logrando objetivos políticos como el de contribuir al desarrollo de la conciencia política, elevar la radicalización del pensamiento de las masas y llevar este planteamiento de cambio a todos los municipios del país. No era posible hacer todo ese trabajo solo como Partido Comunista ni como sindicatos, ni como AGEUS; de manera que teníamos que aprovechar esa campaña electoral para iniciar los contactos y hacer las relaciones que nos permitieran organizar al pueblo. Las relaciones con la iglesia católica fueron excelentes; yo tenía asambleas hasta con 60 sacerdotes. También nos reuníamos con profesionales, lo que permitió la incorporación de diferentes colegios de profesionales que vieron una oportunidad muy útil para derrotar a la derecha.

La UNO ganó las elecciones ese año de 1972. Todo el mundo quedó claro de los resultados del escrutinio final, pero ese esfuerzo se frustró por el descarado fraude electoral del Gobierno del PCN. Hubo un intento de golpe de estado por parte de algunos militares honestos como Mincho Mejía, Pedro Guardado y el Ingeniero Manuel Reyes, pero no prosperó; fue un movimiento de militares jóvenes que tampoco tuvieron el valor de lanzarse e ir más lejos. Las elecciones fueron una frustración muy grande para el pueblo, y mucha gente llegó a pensar que la dictadura militar había cerrado el camino democrático. Tuvimos muchas discusiones para valorar la experiencia, pero al final se llegó a la conclusión de que si esa mala experiencia había lesionado la vía electoral como acceso al poder, las perspectivas no estaban totalmente agotadas, por lo que debía dársele otra oportunidad. No compartimos la posición de Marcial ni de las organizaciones que sacaron la conclusión apresurada de que las elecciones de 1972 habían agotado la vía electoral.

Nosotros continuamos participando en las elecciones, no siempre con candidaturas, sino saboteándolas, denunciando las maniobras y fraudes electorales, llamando a la gente a abstenerse, a no votar y a realizar movilizaciones con reparto de propaganda y a programar y hacer acciones de visita de casa por casa, mítines relámpago en los cantones, en los caseríos, en los barrios, en las colonias, tomas de fábrica, etc. Eran formas diferentes de participar en la lucha electoral.

El Partido Comunista seguía siendo un partido estructuralmente pequeño, un partido de cuadros, de militantes. Teníamos la tesis de que la fuerza de un partido está más en las ideas, en su estructura ideológica, en su convicción de lo que quiere y para dónde quiere marchar y no tanto en afiliar y afiliar; pensábamos que esa tarea era para un partido como el PAR y la UDN o para un movimiento político de masas, pero no para un partido como el comunista, que seguía siendo clandestino, perseguido y objeto de planes de penetración por parte del enemigo, razón por la que no debía exponer a la gente.

La represión después de las elecciones de 1972 fue brutal, tanto en la ciudad como en el campo. La iglesia católica y la evangélica fueron perseguidas y muchos cristianos fueron reprimidos, desaparecidos y torturados, como es el caso del sacerdote Chencho Alas. Hubo cerca de 600 presos, muchos de los cuales eran dirigentes sindicales que apoyaron masivamente la lucha electoral.

La respuesta popular se profundizó con más organización. Pero ¿cómo entender esta nueva situación, sin haber pasado por la experiencia de la participación en las elecciones? Sin esa experiencia era imposible llegar a la conclusión de que la lucha electoral no era suficiente. Poco a poco fue calando en el PC la necesidad de dar el viraje a la lucha armada. Se necesitaba una respuesta política más allá de la lucha política electoral. Carpio y otros compañeros social cristianos ya se habían retirado y logrado organizar los nuevos instrumentos políticos de izquierda.

El Partido Comunista convocó al pleno del Comité Central en abril de 1972, en donde se propuso dar el viraje hacia la lucha armada; pero la idea no prosperó, porque internamente no estaban dadas las condiciones para ese paso. En 1973 hubo otra reafirmación del Comité Central, pero tampoco prosperó.

La crisis política y social continuó profundizándose, y la respuesta del régimen fue la escalada fascista. Ya no era solamente persecuciones, capturas ni torturas individuales y selectivas, sino un accionar masivo con niveles brutales y salvajes de represión, lo que llevó a que se generalizaran y extendieran las manifestaciones que al mismo tiempo eran masacradas. Fue un período muy doloroso y difícil de soportar; pero las organizaciones continuaban surgiendo como respuesta. “A más represión más organización”, era una de las consignas que a la vez motivaba a una mayor actividad popular, y a la creación y fortalecimiento de las organizaciones estudiantiles, campesinas, obreras y, por tanto, mayor incorporación del pueblo a la lucha.

En el marco de ese fragor popular, nace en 1974 el Frente de Acción Popular Unificado (FAPU), como un frente político único de masas y expresión democrática de los diferentes sectores ahí representados: Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) -que aún no se había dividido-, el Partido Comunista, las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), los maestros y otros sectores. Los cuadros del PC al frente de ese esfuerzo no le dieron mucha importancia al FAPU, por lo que al final terminó predominando la línea del ERP; pero con su ruptura del 10 de mayo de 1975 a causa del asesinato del poeta Roque Dalton, Armando Arteaga, “Pancho” y de otros compañeros, también el FAPU terminó rompiéndose, naciendo de esa crisis la Resistencia Nacional (RN) con la tendencia encabezada por Neto Jovel. El ERP se replegó y fue la RN la que finalmente se quedó con el FAPU.

La represión se incrementaba cada día con expresiones criminales como la represión a los estudiantes en Santa Ana el 25 de junio de 1975; aunque la del 30 de julio de ese mismo año fue la más grave, dado que ello fue la más clara demostración de la decisión del régimen de profundizar la línea represiva contra el pueblo salvadoreño. La respuesta popular fue el incremento de la lucha, creando y potenciando la formación de otras organizaciones. El Partido Comunista, aun cuando tenía masas, no tuvo la capacidad para aprovechar ese aguacero, pero poco a poco y con la experiencia de las elecciones de 1972, fuimos madurando teóricamente las condiciones para la posibilidad de la insurrección armada popular, aunque no de la lucha guerrillera.

La escalada fascista del gobierno terminó convirtiendo al ejercito salvadoreño en un instrumento para la represión contra el pueblo, todo eso acompañado de organizaciones paramilitares entre las que se encontraban la Organización Democrática Nacionalista (ORDEN), la Patrullas Cantonales, Pirámide, la Mano Blanca, la Unión Guerrera Blanca (UGB) y por último los Escuadrones de la Muerte “Maximiliano H. Martínez”. Es importante aclarar que ORDEN se apoyaba estratégicamente en las Patrullas Cantonales, que estaban en más de dos mil caseríos y cantones, y cada una se componía de hasta 22 miembros; o sea que estamos hablando de más de 120 mil efectivos organizados para controlar a la población rural.

Las FPL hicieron un trabajo importante con los sacerdotes y comunidades de base de la iglesia católica y sus diferentes estructuras, lo que les sirvió de cobertura para la creación de organizaciones como Universitarios Revolucionarios (UR-19), Fuerzas Universitarias 30 de Julio (FUR 30), Unión de Pobladores de los Tugurios (UPT), Movimiento Estudiantil Revolucionario Salvadoreño (MERS) y Comité Coordinador de Sindicatos “José Guillermo Rivas”. Ese esfuerzo organizativo tuvo como fruto la unión de todos ellos en el Bloque Popular Revolucionario (BPR). La formación del BPR vino a sumarse a un movimiento popular que adquirió el carácter de un ejército político de masas, capaz de cumplir cualquier tarea que le fuera encomendada. Fue una respuesta popular que aceleró el desarrollo de la conciencia política revolucionaria y permitió el acercamiento a las posibilidades de la lucha armada. De ahí es de donde posteriormente surge el Ejército Revolucionario, como una respuesta popular que se había demorado un poco por la falta de confianza entre las mismas organizaciones de masas, dadas las divergencias ideológicas que existían.

Los principales dirigentes del ERP despreciaban en ese tiempo el papel determinante del enfoque político; no consideraban que lo político era lo predominante y que lo militar debía subordinarse a lo político. No estaban de acuerdo con las tesis de Clausewits acerca de que la lucha militar era la continuidad de la lucha política y, si teóricamente lo sabían, en la práctica las decisiones eran verticales desde su estructura militar. Jorge Arce Zablah concibió el partido político en el año 1975 antes de morir, pero su concreción quedó relegada hasta años después, cuando al fin, por presiones de sus bases o por necesidad, terminaron aceptando de palabra la idea del partido para impulsar, de alguna manera, la democratización y la toma de decisiones políticas. Pero, realmente llegaron hasta el final con la concepción militar y militarista, en la que predominaron las tesis de Alejandro Rivas Mira, de Joaquín Villalobos, Vladimir Rogel, Jonás y otros.

El asesinato de Roque Dalton se debió precisamente a esas mismas concepciones militaristas, porque vieron en Roque Dalton una gran amenaza, un gran peligro de que se impusiera en el ERP la concepción política, y que las decisiones se tomaran políticamente y no desde la visión militar.

Por esas contradicciones internas, el ERP tuvo otra escisión el 26 de enero de 1976, con el desprendimiento de otro grupo importante de compañeros, el que después de llamarse (ORT) y Ligas para la Liberación, terminó convirtiéndose en el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC), cuyo primer responsable fue Fabio Castillo Figueroa, que posteriormente fue sustituido por Francisco Jovel (Comandante Roca).

A finales de 1976, por las valoraciones que habíamos hecho sobre la crisis social, económica y política, y por las informaciones que teníamos acerca de las contradicciones internas de los grupos de poder oligárquicos, además de las muchas propuestas y sugerencias de diferentes agrupamientos de profesionales, intelectuales, militares y algunos empresarios, llegamos a la conclusión de que era necesario hacer una nueva experiencia electoral con la Unión Nacional Opositora (UNO), pero con un candidato militar que permitiera crear a su alrededor un movimiento de militares progresistas. Pusimos en marcha el proyecto, sin perder de vista la experiencia de 1972, incluso previendo una posible ofensiva represiva contra la dirección de la UNO. Nos reunimos con el Movimiento de Unidad Nacional (MUN), que estaba guiado por los Coroneles Mariano Castro Morán, Marianito Munguía Payés -papá del actual Coronel Munguía Payés- y Ernesto Claramount -hijo del viejo Ernesto Claramount Lucero-. Hablamos también con las Ligas para la Liberación, concretamente con Manuel Castillo, con Mario López y con amigos del FAPU.

Todos ellos estuvieron de acuerdo con la propuesta, pero en cambio el ERP y las FPL la rechazaron completamente.

Creíamos que era necesario realizar otra experiencia electoral para el año 1977, porque además, si no lo hacíamos nosotros, surgirían otros grupos que lo harían, y era preferible hacerlo nosotros con el resto de hermanos y aliados para llegar hasta donde pudiéramos.

Elaboramos una nueva propuesta de plataforma programática, que fue la que nos llevó a una victoria electoral contundente, completamente probada y demostrada por las mismas personas que estuvieron en las juntas receptoras de votos. Sin embargo, el Gobierno y la derecha decidieron arrebatarnos el triunfo una vez más.

Nosotros, para protestar y denunciar el boicot a este nuevo triunfo electoral, orientamos a la gente a tomarnos la Plaza Libertad durante una semana. La tomamos y la Plaza se convirtió en una tribuna abierta de denuncia, en donde todo el mundo tuvo la oportunidad de participar, mientras de vez en cuando lo trasmitíamos por radio. Llegaron los sindicatos, las organizaciones estudiantiles universitarias y de secundaria, profesionales, campesinos y trabajadores de los distintos sectores. Los medios de prensa internacionales cubrieron esas actividades de denuncia, por lo que la situación se le llegó a complicar al Gobierno, que tomó de inmediato la medida de asaltar militarmente la Plaza el 28 de febrero de 1977. Los resultados y consecuencias fueron una terrible masacre; en ella murieron muchos compañeros y hubo decenas de capturados, desaparecidos y exiliados que se fueron a Nicaragua, Honduras, Costa Rica, Guatemala y a diferentes países.

Las elecciones de 1972 no agotaron esa vía, pero sí las del 77. Seguir hablando de la alternativa electoral habría sido una estupidez de nuestra parte, de tal manera que inmediatamente se convocó al Comité Central, en abril de ese año, tiempo en el que yo continuaba secuestrado por los cuerpos represivos de la dictadura militar.

En marzo de 1979 convocamos al VII Congreso, en el que por unanimidad se ratificó la lucha armada como vía hacia el poder. Empezamos a estructurar las primeras unidades militares. Al principio tuvimos dificultades para la obtención de los medios y para el entrenamiento, pero durante todo ese año logramos hacerlo.

La UNO, el Foro Popular y el Golpe de Estado de 1979

El régimen pasaba por una crisis política muy aguda, y la escalada represiva se había elevado tremendamente; sin embargo, la revolución contó en esos momentos, con el estímulo del triunfo de la Revolución Popular Sandinista en Nicaragua, el 19 de Julio, y se percibían movimientos golpistas en el seno del ejército salvadoreño.

En agosto de ese año 1979, vino un proceso de alianzas que permitió la construcción del Foro Popular, con la participación de los tres partidos de la UNO, varios sindicatos independientes y algunas federaciones sindicales, incluyendo a FENASTRAS, que estaba con el FAPU. También participaron las federaciones de la Micro y Pequeña empresa, la Universidad Nacional y la Universidad Centroamericana (UCA). A este esfuerzo se sumó un considerable número de fuerzas, con miras a la búsqueda de soluciones a los problemas del país y también preocupadas por la formulación de una plataforma de Unidad Nacional de la derecha.

La formación del Foro Popular era un último intento para impedir que se llegara a consecuencias puramente armadas, porque la situación empeoraba cada día con represiones al Bloque Popular Revolucionario y al FAPU, organizaciones que ya en ese tiempo estaban calentando la situación con tomas de fincas, fabricas, tomas de carreteras, etc. O sea que ellos iban a otro ritmo, con un kilometraje mucho más adelantado, y a un paso con el que no podíamos marchar el resto de fuerzas. Pero por otro lado, no había por parte de las FPL ni del ERP, una posición favorable para construir una alianza con los sectores democráticos; por el contrario, más bien había de parte de Marcial (Cayetano Carpio) y Mélida Anaya Montes, la idea de que las fuerzas democráticas debían aceptar incondicionalmente la ideología marxista leninista -la ideología revolucionaria-, si querían ser parte de una alianza histórica para lograr un gobierno democrático revolucionario.

El Foro Popular se organizó a finales de Agosto. En ese tiempo todo indicaba que vendría una crisis al interior de la Fuerza Armada, porque las contradicciones entre los cuerpos de seguridad y el ejército así lo indicaban; de manera que el 15 de octubre llega el golpe de estado de la Juventud Militar, organizada en el COPREFA. Nuestra sorpresa fue el llamamiento que los militares golpistas le hacen al Foro Popular y a la izquierda en general, para que se integraran al Gobierno de la Junta Revolucionaria. Dentro del PC había algunos compañeros que estaban un poco encariñados con la idea de poder evitar la línea militar, por lo que hicieron la propuesta de apoyar a la Junta.

Shafik no se encontraba en el país en ese momento, porque estaba curándose en la URSS; tampoco en esos días estaba Marcial, quien también andaba curándose.

Sin embargo, hablamos con los militares y encontramos en ellos la garantía de que efectivamente había un nuevo movimiento militar con clara expresión de un descontento al interior de los militares; lo cual animaba y sugería no descartar salir a su encuentro, y considerar sacarle algún provecho político.

De la posibilidad de participar no nos quedaba ninguna duda; la cuestión era cómo hacerlo y, al mismo tiempo, no afectar los incipientes acercamientos con las FPL, con la cual ya habíamos tenido un primer encuentro el 6 de agosto de ese año 1979, precisamente el día del cumpleaños de Marcial.

El problema era que las FPL iban a aparecer en octubre con otro proyecto, lo que podía haber afectado la nueva situación. Pero de todas maneras, valoramos y lo discutimos con las fuerzas democráticas, llegando a la conclusión de que era bueno participar en el nuevo panorama político.

Nosotros como PC, decidimos acompañar ese nuevo proceso, conscientes de que eso podíampasarnos una factura política. Con nuestras valoraciones por la información que recibíamos, por la calidad de la gente que buscamos para integrar el Gabinete de Gobierno, y por las pláticas que tuvimos con Enrique Álvarez Córdoba, decidimos hacer una propuesta radical, relativa a la reforma agraria, a la reforma del sistema financiero y a la nacionalización del comercio exterior. Estábamos claros de que la derecha y la oligarquía no iban a tolerar esos planteamientos. Schafik, quien estaba fuera del país, mandaba a preguntar que “qué diablos estaba pasando”.

Al interior de las otras organizaciones se estaba valorando la revisión de las relaciones con el PC, o sea que el tema era de connotación política. Estábamos jugando un alfil adelantado, con la esperanza de que los objetivos que nos proponíamos contribuirían a profundizar la descomposición de los grupos de poder y, de esa manera, profundizar la crisis al interior del Gobierno.

Coordinadora Político Militar y Coordinadora Revolucionaria de Masas

Con la creación de la Coordinadora Político Militar en diciembre, Schafik se vio obligado a firmar unas condiciones escritas por el propio Marcial, que decían algo así como: “Habrá unidad si salen del Gobierno”. El 19 de diciembre, ignorando las condiciones escritas por Carpio -el 17 de Diciembre-, la Comisión Política del PC tomó el acuerdo de salir del Gabinete de Gobierno. Nos salimos acompañados del MNR y de los profesionales; también nos reunimos con los 21 miembros del Gabinete, y la verdad es que todo el mundo estaba de acuerdo en la necesidad de salirse. Guillermo Ungo, Rubén y Mario Zamora pidieron que les diéramos unos días más, porque creían que aún era posible trabajar y crear una correlación de fuerzas favorable. Les dimos ese espacio, pero cuando Schafik regresó del exterior y después de informarse y ponerse al día de la situación, comenzó a presionar para obligar a nuestra gente a que saliera del Gobierno. El 26 de diciembre fue el día tope para salirnos y respetamos a los amigos que no quisieron hacerlo. Los social cristianos se quedaron, pero poco a poco se fueron retirando.

Nuestro pueblo salvadoreño con sus organizaciones políticas de masas, continuó configurando su planteamiento político militar, alrededor de las banderas del Bloque Popular Revolucionario (BPR), del Frente de Acción Popular Unificado (FAPU), de la Unión Democrática Nacionalista (UDN), del Movimiento de Liberación Popular (MLP) y de las Ligas Populares 28 de febrero (LP-28). Teníamos aproximadamente unas 118 organizaciones. Con esta suma de fuerzas surgió, el 11 de enero de 1980, la Coordinadora Revolucionaria de Masas (CRM), con la representación de las cinco grandes organizaciones político militares: Fuerzas Populares de Liberación (FPL), Partido Comunista de El Salvador (PCS), la Resistencia Nacional (RN), el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC), que se hizo representar por su organización MLP, dado su carácter centroamericano. Todo ese esfuerzo popular se debía a un acuerdo de la Coordinadora Político Militar, hecho que fue recibido con gran entusiasmo, ya que era un paso estratégico e histórico en el proceso de unidad de la izquierda político militar.

Una clara expresión de fuerza de la CRM, orientada por la Coordinadora Político Militar, fue la movilización del 22 de enero de 1980, la cual tenía dos propósitos: conmemorar la insurrección popular campesina de 1932, y la otra, saludar el proceso de unidad de la izquierda revolucionaria.

En esa manifestación participaron entre 300.000 y 350.000 personas. Fue la movilización de masas más grande de toda la historia de la lucha política en El Salvador.

Por supuesto, fue reprimida militarmente, incluso con avionetas regando veneno. Hubo muchos muertos y capturados, pero con ello quedó clara la maduración de una situación revolucionaria y las condiciones objetivas, para un triunfo revolucionario.

Principales Organizaciones Patronales Creadas por los Estados Unidos

1.- Unión Comunal Salvadoreña (UCS)

La UCS nace en 1962 con el apoyo del IADSL, que era la contrapartida de la AFL-CIO (sindicatos norteamericanos) en el país, y fue creada con claros objetivos de apoyar las orientaciones políticas de los EE UU. La fuerza principal de la UCS estaba afincada en los campesinos sin tierra, ganados a base de engaño, regalándoles cualquier cosa. Con la Reforma agraria de 1980, la UCS se convierte en una organización con cerca de 100.000 afiliados -otros le adjudicaban 75.000-. Esta organización no pudo fortalecerse con la reforma agraria como esperaban, a pesar de que supuestamente contaba con el apoyo gringo. La verdad es, que hablando con algunos de sus dirigentes, nunca lograron agrupar a más de 40 cooperativas del Instituto Salvadoreño de Transformación Agraria (ISTA). En una conversación sostenida con uno de los dirigentes a finales de 1985 -en los días del terremoto del 20 de Noviembre-, manifestó que la UCS tenía su caudal en los campesinos sin tierra, y en los campesinos favorecidos de la Tercera Fase de la Reforma agraria.

2.- Federación Salvadoreña de Cooperativas de la Reforma Agraria (FESACORA)

La FESACORA estaba apoyada por el IADSL y fue la organización que mayor provecho sacó de la Reforma Agraria por decisión de los gringos. En ella quedaron afiliadas las principales fincas cafetaleras, algodoneras, cañeras y ganaderas reformadas. Precisamente por ello, FESACORA, más que una asociación de carácter reivindicativa, se convirtió en un instrumento empresarial. Los amigos que teníamos al interior de esa federación, nos informaron que a esas alturas del informe, FESACORA contaba con más de 200 cooperativas de la Fase I y por tanto era la más grande en materia de recursos económicos. Un poco más tarde tuvimos otros informes y efectivamente nos confirmaron que esta federación ya contaba con 250 cooperativas y una población afiliada de aproximadamente 25.000 campesinos. Por supuesto, el IADSL y USAID le estaban pagando el favor al PDC por haber aceptado la alianza con la Fuerza Armada (FAES), y servir de instrumento político para la estrategia de contrainsurgencia de la administración norteamericana.

3.- Asociación de Cooperativas de Producción Agropecuaria Integradas (ACOPAI)

ACOPAI surge de las divergencias al interior de UCS, cuando varios dirigentes campesinos y su principal dirigente Jorge Ruiz Camacho, entraron en confrontaciones fuertes en 1978 con Samuel Maldonado y otros dirigentes de la organización matriz. Según los informes que recibimos de algunos de sus dirigentes, una de las causas de las disputas internas, tenían a la base el reparto de las propiedades que debían distribuirse entre las organizaciones. Claro, los principales dirigentes tenían asegurados los cargos principales en la dirección del Banco de Fomento Agropecuario (BFA), el ISTA y FINATA. Estas disputas se trasladaron al interior de ACOPAI, cuando Ruiz Camacho, habiendo aceptado el Vice ministerio de Agricultura, no hizo lo convenido para garantizar los intereses de sus asociados. Por tanto, Ruiz Camacho fue separado de la Dirección de ACOPAI en 1985.

ACOPAI inicia su organización, afiliando casi exclusivamente a campesinos sin tierras. Con la Reforma Agraria se dedicaron a organizar a los campesinos beneficiarios del Decreto 207. Uno de los dirigentes principales, Orlando Arévalo, por órdenes del IADSL, debía afiliarse en el Partido Demócrata Cristiano, ya que los gringos necesitaban controlar a ese partido, para lo que tenían que introducir en su interior a elementos incondicionales. Como parte de los arreglos, le tenían reservado a Arévalo el puesto de Presidente de FINATA. A pesar de que ese individuo se vestía con camiseta verde y discurso de pescado (democristiano), en el fondo seguía siendo un elemento comprado por el IADSL. Al hablar con él y otros de su nivel, preferían identificarse con una ideología de izquierda socialdemócrata. Esa Asociación de Cooperativas decía poseer una afiliación aproximada de 75.000 campesinos; pero de acuerdo a informes posteriores, solo manejan de 20.000 a 25.000 miembros, provenientes principalmente de grupos solidarios o pre-cooperativos de la Tercera Fase de la Reforma Agraria.

4.- Asociación Nacional Indígena Salvadoreña (ANIS)

A lo largo de los años 70 y 80, los indígenas se fueron organizando en varias asociaciones; la principal de ellas fue la Asociación Nacional Indígena Salvadoreña, liderada por el cacique Esquino Lisco. Según cálculos de personas amigas pertenecientes a dicha organización, los elementos asociados llegaban a 2.000, aunque Esquino se jactaba de manejar a más de 4.000.

5.- Unión Popular Democrática (UPD)

La UPD también fue creada por el IADSL, como parte de su estrategia de disputa de las masas asalariadas de la ciudad y del campo, proyecto presentado como una especie de central integradora de todas las organizaciones gremiales, sindicales, campesinas e indígenas. Además -y ese era el principal propósito del IADSL-, necesitaba esa fuerza para fortalecer la influencia y el carácter popular de su estrategia de guerra de contrainsurgencia. Según algunos dirigentes informantes que teníamos en esa organización, el gobierno de los EE UU no le tenía suficiente confianza al PDC, incluso al propio José Napoleón Duarte, por lo que los gringos necesitaban colocar a su gente de UPD, como aliados del PDC para el futuro gobierno de la Democracia Cristiana. Así se explica el pacto social suscrito entre el PDC y UPD antes de las elecciones de 1984 -por si ganaban el gobierno-, basado en 19 puntos: profundizar la Reforma Agraria ejecutando la Segunda Fase, darles cargos de responsabilidad en varias áreas del sector agropecuario a FINATA, ISTA, BFA, IRA, MAG. etc.

Varios de los cargos sí fueron entregados pero no todos, porque tampoco se ejecutaría la Segunda Fase de la Reforma Agraria. La oligarquía negoció con la administración norteamericana, poniéndole la condición de no tocar las propiedades cafetaleras, que precisamente estaban contempladas en la Segunda Fase de la Reforma Agraria. Los gringos cedieron y Duarte y su partido no querían enfrentarse a los oligarcas, porque además de no estar en condiciones de convencerlos, eran unos aliados que no respondían a sus orientaciones. Después de las elecciones presidenciales de 1984, habiendo ganado el PDC, dos de las organizaciones de la UPD -ACOPAI y ANIS-, mostraron su desacuerdo por la falta de cumplimiento de los puntos pactados entre el Instituto Americano y el PDC; protestaron y amenazaron con denunciar la supuesta traición.

En respuesta, la USAID y el IADSL les cortaron el financiamiento de su presupuesto mensual, de manera que ya ahogados por falta de recursos, Orlando Arévalo y el ex-Viceministro de agricultura Simón Parada, decidieron buscar al FMLN, porque sabían que al interior de su organización había ojos y oídos de la guerrilla. Propusieron un encuentro en México para evitar riesgos a su seguridad personal. Los dirigentes cañeros recibieron de nuestra parte -en un posterior encuentro- la cantidad de cuatro mil dólares.

6.- El IADSL apoyó el surgimiento del sector reformado y a las federaciones FECORASAL, FECORACEN, FECORAPCEN y FECORAO.

7.- La UNOC agrupó a las organizaciones

FESACORA, UCS, ACOPAI, SUTC, CIPES, CGT, CTS y surgió como respuesta a lo que los gringos consideraban como una política de penetración de la “ultra izquierda”. Realmente era un agrupamiento de las principales fuerzas organizadas por el IADSL-ORIT y AFL-CIO, que supuestamente estarían respaldadas por el nuevo poder surgido de la Reforma Agraria. Tenían un gran poder y poseían 340.000 hectáreas -de acuerdo al Decreto 207-, cuyo valor se aproximaba a los 2,000.000.000 de colones, sin incluir las instalaciones de infraestructura de los beneficios, ingenios, plantas agroindustriales, etc.

Los principales dirigentes progubernamentales y pro-imperialistas fueron: Rodolfo Viera, Samuel Maldonado, Jorge Ruiz Camacho, Carlos Ramírez, Simón Parada, Orlando Arévalo, Adrián Esquino Lisco, José Luís Grande Preza, Miguel Vásquez (“EL Mico”), El “Cuche” Zaldívar, etc. Controlaban a más de 322 cooperativas grandes.

Respuesta Democrática Ante la Envestida Imperialista Con sus Proyectos Antipopulares

Las fuerzas independientes, democráticas y revolucionarias decidieron responder a la contrapartida antiimperialista, creando -en 1985- a organizaciones como la UNTS, la cual agrupó a COACES, FEDECOPADES, FUNPROCOOP, ACOPAI, ANIS, ANC, FUSS, FESTIAVTSCES, FEASIES, ANDES 21 DE JUNIO, FRS, IUSA, STISSS, ATACES, FENACOA y ANTA.