Acta No 25

REUNIÓN DEL COMITÉ CENTRAL DEL 10 (23) DE OCTUBRE DE 1917

[ El acta de la reunión del 10 (23) de octubre de 1917 del Comité Central (Un Arch. 23) consiste en notas originales tomadas por un secretario, escritas por ambas caras con crayón simple sobre tres hojas arrancadas de un cuaderno de formato grande. El acta comporta una corrección de redacción de mano de I. M. Sverdlov. Un segundo ejemplar del acta se encuentra en el cuaderno de actas del Secretariado del Comité Central del POSDR (b) (un. Arch. 59).

El texto del acto se publica según las notas tomadas a mano, cotejadas con el que se encuentra en el cuaderno del Secretariado del Comité Central.

Al acta se adjuntan los documentos siguientes: 1) Copia mecanografiada de la resolución del Comité Central sobre el levantamiento armado, que lleva el cuño del Comité Central del POSDR (el texto de la resolución original escrita por V. I. Lenin se conserva en el f° 2, óp. 1, un. Arch. 4628). La resolución se reproduce en el texto del acta; 2) La declaración de Zinoviev y Kamenev "A propósito de la situación actual", del 11 de octubre de 1917 (ver anexo). El texto esta mecanografiado, las firmas han sido impuestas a mano.]

Presentes: Lenin, Zinoviev, Kamenev, Trotski, Stalin, Sverdlov, Uritski, Dzerzhinski, Kollontay, Bubnov, Sokolnikov, Lomov (Oppokov).

Presidente: Sverdlov.

Orden del día:

1. El frente rumano.

2. Los lituanos.

3. Minsk y el frente del Norte.

4. La situación actual.

5. Congreso regional.

6. Retirada de las tropas.

1. El frente rumano.

La información la da el camarada Sverdlov. En el frente rumano acaba de tener lugar una conferencia socialdemócrata de todos los matices. Se elabora una lista mixta. Han ido al Comité Central (unificados). Han sido aprobados. Piden saber la opinión de nuestro Comité Central con respecto a este punto: 4 bolcheviques entre 20 candidatos. (La conferencia común de las organizaciones socialdemócratas del frente de Rumania tuvo lugar del 1ro. (14) al 3 (16) de octubre de 1917. Esta presento una lista unitaria de candidatos para la Asamblea Constituyente que comprendía, además de los bolcheviques, a mencheviques defensistas y a mencheviques internacionalistas. El Comité Central de los mencheviques, elegido en el congreso unificado del partido menchevique en agosto de 1917.)

Se decidió: teniendo en cuenta la decisión del Congreso, la constitución de bloques, cualesquiera que estos sean, resulta inadmisible. (Alusión a una decisión del VI Congreso del POSDR (bolchevique). En su resolución sobre "La campaña electoral para la Asamblea Constituyente", el congreso había adoptado la siguiente deliberación a propósito de las coaliciones y de los bloques con los partidos que están en posiciones internacionalistas, no de palabra, sino por haber roto realmente con los defensores.)

2. Los lituanos

Informa: el camarada Sverdlov.

Los lituanos han celebrado una conferencia en Moscú que ha demostrado que, muy a menudo, los "defensistas" hacen declaraciones en que se proclaman del Partido. Para remediar este estado de cosas, se ha decidido elegir un centro provisional que se situara, con toda la Conferencia, bajo el estandarte bolchevique. Hay que reconocer ese centro.

El camarada Lomov (Oppokov). Piensa que hay que reconocerlo. Pero no hay que perder de vista que hay que reconocerlo. Pero no hay que perder de vista que han participado organizaciones defensistas en la conferencia. Se reconoce el buro provisional. (La conferencia de los lituanos en Moscú, llamada "Conferencia de Moscú de las organizaciones y de las células socialdemócratas internacionalistas de Lituania, que actuaban en Rusia", se efectuó del 12 (25) al 14 (27) de agosto de 1917. Fue convocada a espaldas del Comité Central y del Comité de Moscú del POSDR (b). los bolcheviques lituanos participaron en ella al mismo tiempo que los mencheviques defensistas. La finalidad de la conferencia era la creación de una organización unificada de los grupos socialdemócratas lituanos que existían en 1917 en toda una serie de ciudades rusas. La conferencia fue ocasión para una batalla política. Los bolcheviques lituanos de Petrogrado, apoyados por las de las diferentes ciudades [Járkov, Irkutsk, Bogorodsk, etc.] lucharon en las páginas del Tiesa (La verdad), diario bolchevique lituano que se imprimía en la capital, contra las tendencias oportunistas de los organizadores de la Conferencia de Moscú y contra sus tentativas de formar un bloque con los mencheviques. El Buro Provisional - "Buro Central Provisional de las secciones lituanas del POSDR (b)"- fue constituido en Petrogrado bajo la dirección de Michkiavichius Kapsukas. Su formación fue anunciadas por el Tiesa del 14 (27) de octubre de 1917. El Buro Provisional llevo a cabo un importante combate contra los elementos mencheviques, que se hallaban entre los socialdemócratas lituanos y para reunir a los demás en torno al Partido Bolchevique. Del 5 (18) al 8 (21) de enero de 1918, tuvo lugar en Petrogrado la primera conferencia de las sesiones lituanas del POSDR (bolcheviques), donde fue elegido un centro (Buro) permanente, y no ya provisional, de bolcheviques lituanos. )

3. Minsk y el frente del Norte.

Informa Sv (erdlov).

Han venido representantes de ciertos ejércitos del frente Norte y han afirmado que se prepara un asunto turbio en ese frente con la retirada de las tropas hacia el interior.

[Nota: El Gobierno Provisional de Kerenski y altos mandos contrarrevolucionarios, en convivencia con los imperialistas anglo- franceses, se preparaban, a principios de octubre de 1917, a abandonar Petrogrado a los alemanes. Se pensaba prevenir así la insurrección armada de obreros y soldados y sofocar la revolución. En su sesión de 4 (17) de octubre, el Gobierno Provisional había proyectado trasladarse a Moscú. La insurrección de octubre trastorno todos sus planes. ]

Desde Minsk se nos hace saber que se está preparando un nuevo motín korniloviano. Dado el carácter de la guarnición, Minsk se halla rodeado de tropas cosacas. Se están efectuando conversaciones de carácter sospechoso entre los estados mayores y el Cuartel General. Hay agitadores que hacen propaganda contra los bolcheviques entre los osetos [Pueblo de la región del Cáucaso. N del T.] y diferentes cuerpos de tropa. En el frente, empero, el estado de ánimo esta a favor de los bolcheviques: los seguirán contra Kerenski. No se posee ningún documento. Podría obtenérseles a condición de apoderarse del Estado Mayor, lo que resulta, técnicamente, por completo imposible en Minsk; la guarnición local puede al mismo tiempo desarmar a todo el cinturón de tropas. Toda la artillería se halla acorralada en los pantanos de Pinsk. Desde Minsk, pueden enviar un cuerpo de tropa a Petrogrado.

4. Hace uso de la palabra sobre la situación actual el camarada Lenin En el texto original escrito a mano; el nombre de Lenin esta cuidadosamente tachado.

Hace constar que desde comienzos de setiembre se observa una cierta indiferencia hacia el problema de la insurrección. Y esto inadmisible si planteamos seriamente la consigna de todo el poder para los soviets. Por eso, hace ya tiempo que debíamos prestar atención a la parte técnica del problema. Ahora parece que se ha dejado pasar mucho tiempo.

No obstante, el problema es candente y el momento decisivo esta cerca.

La situación internacional es tal que la iniciativa debe ser nuestra.

Lo que se trama con el retroceso del frente hasta Narva y la entrega de Petrogrado, nos obliga aun a tomar medidas decisivas.

La situación política también influye imperativamente en este sentido. Si el 3 y 5 de julio hubiéramos querido realizar actos decisivos, hubiéramos fracasado por no tener mayoría. Desde aquel entonces, hemos venido progresando a pasos agigantados.

El ausentismo y la indiferencia de las masas pueden ser aplicados por el hecho de que las masas se han cansado de las palabras y resoluciones.

La mayoría está ahora con nosotros. Políticamente, la situación es completamente propicia para la toma del poder.

El movimiento agrario también se proyecta en la misma dirección, porque está claro que se necesitarían fuerzas gigantescas para sofocar este movimiento. La consigna de la toma de toda la tierra se ha convertido en consigna general de los campesinos. En consecuencia, la situación política está preparada. Hay que hablar de la parte técnica. Eso es todo. Sin embargo, nosotros, siguiendo a los defensistas, nos inclinamos a considerar la preparación sistemática de la insurrección como una especie de pecado político.

Esperar hasta la Asamblea Constituyente, que evidentemente no estará con nosotros, es absurdo, porque significa complicar nuestro problema.

Hay que aprovechar el congreso regional y la proposición de Minsk para iniciar las acciones decisivas.

El camarada Lomov (Oppokov) hace uso de la palabra para dar a conocer la posición del Buro regional y del Comité de Moscú (La posición de la organización bolchevique de Moscú respecto a la insurrección armada se esbozo claramente poco antes de esta reunión del Comité Central. La discusión se desarrollo en torno a la "Carta al Comité Central, al Comité de Moscú, al Comité de Petrogrado y de Moscú", escrita por Lenin el 1ro. (14) de octubre de 1917. En esta carta, Lenin afirmaba que había sido criminal demorar la insurrección armada: el creía que era posible comenzar la revolución en Moscú "Los bolcheviques", escribía, "no tienen derecho a esperar el Congreso de los Soviets, deben tomar el poder inmediatamente". [V. I. Lenin, ob. Cit. T, XXVI, pág. 138, ed. Cit. (N de la R)]. La carta fue primeramente discutida en una asamblea de militante y dirigentes de la organización moscovita, después por todo el comité del Partido de Moscú. La carta encontró gran eco en la organización moscovita: la asamblea decidió orientar las organizaciones del Partido hacia la insurrección armada. Pero hubo muchas vacilaciones entre los dirigentes moscovitas del Partido. Tanto del ala derecha del comité de Moscú (Rykov) como los "izquierdas" del Buro regional (Bujarin, Sapronov, Osinki)se opusieron a la línea preconizada por Lenin respecto al comienzo eventual de la insurrección en Moscú, que la ciudad no podría asegurar la iniciativa de la insurrección y obtuvieron en torno a este punto el apoyo de la mayoría.) así como la situación general en Moscú.

El camarada Uritski constata que somos débiles, no solo desde el punto de vista técnico, sino también en todos los sectores de nuestra labor. Hemos tomado numerosas decisiva. El Soviet de Petrogrado esta desorganizado, no hay sino muy pocos mítines, etc.

¿En qué fuerzas nos apoyamos?

Los obreros de Petrogrado poseen 40 000 fusiles, pero eso no resuelve la cuestión; es infinitamente poco.

La guarnición, después de las jornadas de julio, no nos deja muchas esperanzas. Sin embargo, en todo caso, si nos orientamos hacia la insurrección, entonces de verdad hay que hacer algo en este sentido. Hay que decidirse a acciones determinadas.

El camarada Sverdlov nos informa de todo lo que él puede saber acerca de la situación en toda Rusia.

Se toma la siguiente decisión:

"El Comité Central reconoce que tanto la situación internacional de la revolución rusa (sublevación de la flota alemana, (La insurrección de la marina de guerra alemana tuvo lugar en setiembre de 1917. Las tripulaciones de los cinco buques más importantes se amotinaron. En el Crucero Westphalen los marinos lanzaron al comandante al mar y descendieron a tierra. En el crucero Nürnberg, tras de haber arrestado a los oficiales, la tripulación intento dirigirse hacia Noruega y no regreso a Alemania sino bajo la amenaza de verse atacada por los submarinos.) manifestación extrema del progreso de la revolución socialista mundial en toda Europa y amenazas de una paz [En el tomo VI de las obras de J. V. Stalin, pág. 315 (Ed. Fundamentos, Buenos Aires, 1956), este ultimo agrego al presente texto la observación siguiente: debería leerse seguramente: "de paz separada". J. St.]) imperialista, con el fin de sofocar la revolución en Rusia), como la situación militar (la indudable decisión de la burguesía rusa y de Kerenski y Cía., de entregar Petrogrado a los alemanes), la conquista de la mayoría en los Soviets por el partido proletario, el levantamiento campesino y el giro de la confianza popular hacia nuestro Partido (las elecciones en Moscú) (Las elecciones para las dumas de distrito tuvieron lugar el 24 de setiembre (7 de octubre) de 1917. Los resultados fueron prueba resonante del aumento de la influencia de los bolcheviques entre las masas. Los candidatos bolcheviques para las 17 dumas de distritos de Moscú obtuvieron en total cerca de 200 000 votos, o sea más del 51% (cinco veces más que en las elecciones del verano de 1917), en tanto que los kadetes no alcanzaron más que el 20%, los SR el 15%, y los bolcheviques alcanzaron 14767 votos de 17 819 votantes. Por consiguiente, obtuvieron la mayoría absoluta en las 11 dumas de distrito de la ciudad.) y, finalmente, la evidente preparación de una nueva aventura de Kornilov (alejamiento de las tropas de Petrogrado, concentración de cosacos cerca de Petrogrado, cerco de Minsk por los cosacos, etc.), coloca a la orden del día la insurrección armada.

El Comité Central hace constar que la insurrección armada es inevitable y propone a todas las organizaciones del Partido guiarse por ello y desde este punto de vista discutir y resolver todos los problemas del orden práctico (el congreso de los Soviets de la región Norte, el alejamiento de las tropas de Petrogrado, las intervenciones de los habitantes de Moscú y de Minsk, etc.).

Diez miembros se pronuncian a favor de la decisión, 2 en contra. (La resolución fue propuesta por Lenin. Zinoviev y Kamenev votaron en contra y siguieron sosteniendo sus posiciones. (ver anexo.))

El camarada Dzershinski propone crear, para garantizar la dirección política en los días venideros, un Buro Político constituido por miembros del Comité Central.

Luego de un intercambio de opiniones, se acepta la proposición. El Buro Político es creado y comprende a 7 camaradas (comité de redacción + dos personas + Bubnov). (En el texto original manuscrito. F. 3. El pasaje: El camarada Dzerzhinski propone… (comité de redacción + dos personas+ Bubnov) esta adscrito al dorso de la hoja y ha sido posteriormente tachado.)

Se plantea después la cuestión de la creación del Buro Político del Comité Central. Se decidió formar el Buro con los 7 camaradas siguientes: Len (in), Zin (oviev), Kam (enev), Tr (ostki), Sta (lin), Sok (olnikov), Bub (nov).

Anexo

DECLARACIÓN DE KAMENEV Y DE ZINOVIEV DEL 11 (24) DE OCTUBRE DE 1917

¡Queridos camaradas!

En la última reunión del Comité Central quedamos en minoría y votamos los dos contra las tesis que se adoptaron. Dada la importancia del problema, hemos estimado necesario exponer separadamente, en un resumen adjunto a la presente declaración, el contenido de nuestras intervenciones en esa reunión y os pedimos que adjuntéis nuestra presente declaración a las actas de la reunión. Estimamos que es nuestro deber informar al Comité de Petrogrado, al Comité de Moscú, al Comité regional de Moscú y al Comité regional finlandés de nuestra presente declaración. La forma que hemos escogido para redactar nuestra declaración os perecerá, evidentemente, clara sin explicación alguna.

G. Zinoviev

Y. Kamenev

A los Comités del POSDR de Petrogrado, de Moscú, de la región de Moscú, de la región finlandesa, a la fracción bolchevique del Comité Ejecutivo Central, al Comité Ejecutivo de Petrogrado de los Soviet de diputados obreros y soldados, a la fracción bolchevique del Congreso de los Soviets de la región del Norte

A propósito de la situación actual.

En relación con la situación política general, la salida de los bolcheviques del pre parlamento plantea a nuestro Partido la siguiente pregunta: ¿Y después?

En los círculos obreros se forma y se amplía una corriente que ve la única solución posible en la proclamación inmediata del levantamiento armado. Concurren hoy de tal modo todas las circunstancias, que si se habla de insurrección armada hay que proclamarla ya directamente para los próximos. En una u otra forma, esta cuestión es ya objeto de discusiones en toda la prensa, en las reuniones obreras, y preocupa a amplios círculos de militantes del Partido. Por nuestra parte, estimamos que es nuestro deber y que nos corresponde declarar nuestra opinión al respecto con total sinceridad.

Estamos íntimamente persuadidos de que proclamar ahora la insurrección armada significaría poner en juego la suerte no solo de nuestro Partido, sino también de la revolución rusa e internacional.

No es posible duda alguna: hay circunstancias históricas en que una clase oprimida debe reconocer que más vale salirse al paso a la derrota que capitular sin lucha. ¿Se encuentra la clase obrera rusa, actualmente, ante semejante situación? ! ¡No, mil veces no!

Gracias al considerable incremento de la influencia de nuestro Partido en las ciudades y sobre todo en el ejército, acaba de crearse hoy una situación tal que el sabotaje de la Asamblea Constituyente se convierte en asunto cada vez más difícil para la burguesía. Con el ejercito, y con los obreros, tenemos en jaque a la burguesía: la burguesía se halla en tal situación que si se le acorriera en estos momentos sabotear la Asamblea Constituyente empujaría de nuevo a las masas pequeñoburguesas hacia nosotros y el disparo se produciría solo.

Son excelentes las posibilidades de nuestro Partido en las elecciones para la Asamblea Constituyente. Estimamos que los rumores difundidos por nuestro adversario político, según las cuales la influencia del bolchevismo empieza a disminuir, etc., están absolutamente desprovistos de fundamento: semejantes afirmaciones no son más que un procedimiento de un juego político calculado de manera que provoque la acción de los bolcheviques en condiciones que resulten favorables para nuestros enemigos. La influencia del bolchevismo crece. Capas enteras de la población trabajadora no hacen sino empezar a seguir al bolchevismo. A condición de emplear una táctica justa, podríamos obtener un tercio de los asientos, o aun mas, en la Asamblea Constituyente no podría ser exactamente lo que actualmente es. Ante todo, su consigna "Por la tierra, por la libertad, espera que la Asamblea Constituyente" se verá superada. Además, el aumento de la miseria y del hambre, el desarrollo del movimiento campesino, los empujaran siempre hacia adelante y los obligaran a buscar la alianza con el partido proletario contra los terratenientes y contra los capitalistas representados por el partido kadete.

La Asamblea Constituyente, en sí misma, evidentemente no podría cambiar la relación real de las fuerzas sociales. Pero pondrá al descubierto esa relación, por el momento camuflado. Los Soviets, que han llegado a formar parte de la vida corriente, no podrían ser aniquilados. Ya en la actualidad, en muchas localidades, los Soviets ejercen prácticamente el poder.

L a Asamblea Constituyente, por su parte, no podría apoyarse en su labor revolucionaria, sino nada más que en los Soviets y solo en ellos. La Asamblea Constituyente, más los Soviets: he ahí el tipo mixto de institución gubernamental hacia el cual nos encaminamos. Sobre semejante base política, nuestro Partido lograra enormes posibilidades para una victoria efectiva.

Nunca hemos dicho que la clase obrera rusa, enteramente sola, por sus propias fuerzas, fuera capaz de hacer culminar victoriosamente la actual revolución. Nunca hemos olvida, y no debemos olvidar aun en este momento, que entre nosotros y la burguesía existe un enorme tercer campo, el de la pequeña burguesía. Ese campo se unió a nosotros en las jornadas de Kornilov y nos garantizo la victoria. Se unirá a nosotros más de una vez todavía. Es inadmisible dejarse hipnotizar por el dado en la actualidad. Sin duda, en el momento actual, ese campo se encuentra mucho más cerca de la burguesía que de nosotros. Mas la actual situación no es eterna ni inmutable. Y bastaría con una imprudencia, con una sección desconsiderada que hubiera depender todo el destino de la revolución de un levantamiento inmediato, para que el partido proletario empujara a la pequeño burguesía en brazos de Miliukov y por mucho tiempo.

Dicen: 1) Tenemos ya con nosotros la mayoría del pueblo de Rusia y 2) tenemos con nosotros a la mayoría del proletariado internacional. ¡Ah! - ni una ni otra de esas afirmaciones es cierta y eso es lo esencial.

En Rusia, tenemos la mayor parte de los obreros y una parte considerable de los soldados. Pero todo el resto es un signo de interrogación. Todo estamos convencidos, por ejemplo, de que si logramos llegar a la Asamblea Constituyente los campesinos, en su mayor parte, votaran a favor de los SR. ¿No es eso mas que una coincidencia? La masa de los soldados nos apoya, de ningún modo por la consigna de la guerra, sino ciertamente por la de la paz. He ahí una circunstancia extremadamente importante, y si no la tuviéramos en cuenta correríamos el riesgo de construir todos nuestros cálculos sobre la arena. Si ahora, habiendo tomado el poder por nuestra entera parte cuenta, nos encontrásemos (debido a la situación mundial general) en la necesidad de llevar a cabo una guerra revolucionaria, la masa de los soldados se alejaría de nosotros. Evidentemente, lo mejor de la juventud, de los soldados, permanecerá junto a nosotros, pero la masa nos abandonara. La actitud criminal del gobierno imperialista reside justamente en el hecho de que, habiendo defendido los intereses de la burguesía rusa y los de la Entente, ha minado radicalmente las fuerzas económicas del país, las ha desorganizado y con ello continua privando cada vez más al pueblo revolucionario de toda posibilidad de defenderse contra los apetitos del imperialismo mundial y de oponerle una guerra revolucionaria. Tras de cuarenta meses de guerra imperialista en un país arruinado por un régimen de merodeadores en medio de un desorden creado por la tiranía y prolongado por el reino de la burguesía, los soldados agotados son cada vez menos capaces de llevar a cabo una guerra revolucionaria victoriosa contra la unión de todo el capitalismo internacional.

Los mismos delegados que vienen del frente, que hacen una propaganda tal contra la guerra, les ruegan justamente a nuestros oradores que no hablen de guerra revolucionaria, puesto que eso aleja de nosotros a los soldados. He ahí un síntoma de suma importancia.

Es evidente que un gobierno proletario tomaría medidas inmediatas para arrojar sobre la burguesía las cargas económicas de la guerra, - no le dejaría más que "migas de pan" a la burguesía las cargas económicas de la guerra - y "le quitara hasta los zapatos". Esto debe incitar el entusiasmo de las masas. Pero esto no garantiza todavía la victoria sobre el imperialismo alemán en una guerra revolucionaria. La Rusia actual, que, a pesar de la clase obrera, se ha dejado extenuar por la guerra imperialista, seguiría no obstante siendo un país relativamente atrasado desde el punto de vista técnico, con un sistema de vías férreas demolido, sin mercancías, sin el equipo técnico militar necesario, etc. Si el partido obrero tomase el poder, resulta evidente que con ello golpearía a Guillermo. A este le seria más difícil guerrear contra una Rusia revolucionaria que, por su parte, propusiera una paz inmediata democrática. Así es. Mas, ¿sería ese golpe lo bastante fuerte en las actuales circunstancias, después de Riga, etc., como para alejar de Rusia las manos del imperialismo alemán? Si se emprenden las conversaciones por separado entre los imperialistas alemanes e ingleses - y eso es casi seguro-. ¿no las prolongarían mas una vez que hayamos obtenido la victoria y no lograría Guillermo llegar hasta Petrogrado? ¿Dónde están, entonces, los datos que podrían convencernos de que el partido proletario por si solo - y contra la resistencia de los demócratas pequeñoburgueses -, deba echarse ahora sobre sus espaldas, y nada más que sobre sus espaldas, la responsabilidad de semejante situación y de sus consecuencias inevitables?

Y aquí llegamos a la segunda afirmación que pretende que la mayoría del proletariado internacional está ya con nosotros. Desgraciadamente, no hay tal cosa. El amotinamiento de la flota alemana tiene una enorme importancia sintomática. Existen en Italia signos precursores de un movimiento serio. Pero de ahí a un apoyo, por poco activo que fuera, a la revolución proletaria rusa, y que consistiría en declararle la guerra al mundo burgués entero, estamos todavía muy lejos. Es sumamente peligroso subestimar las fuerzas en juego. Contamos, sin duda, con grandes posibilidades y se espera mucho de nosotros. Pero si ahora, habiéndolo apostado todo a una carta, hubiéramos de experimentar una derrota, asestaríamos asimismo un cruel golpe a la revolución proletaria internacional que avanza muy lentamente, pero que, aun así, avanza sin duda alguna. Sin embargo solo el despertar de la revolución en Europa podría obligarnos a tomar el poder sin vacilar de ningún tipo. Esa es, además, la única garantía de victoria de la revolución proletaria en Rusia. Eso vendrá, pero todavía no existe.

¿Cuáles son, entonces, nuestras perspectivas para el futuro próximo? Nuestra respuesta es la siguiente.

Resulta evidente que el camino que vamos a emprender no depende de nosotros solos. El adversario puede forzarnos a entablar una lucha decisiva antes de las elecciones para la Asamblea Constituyente. Intentos de nuevo golpe de Estado a lo Kornilov no nos dejaran, evidentemente, otra alternativa. Seremos unánimes, naturalmente, en cuanto a la solución que se impondría entonces: la única posible. Pero en ese caso una parte importante del campo pequeño burgués nos apoyara otra vez, seguramente. La huida del Gobierno a Moscú empujara hacia nosotros a las masas pequeñoburguesas. Entonces habrá las condiciones para nuestra victoria; entonces ya no será nuestra derrota, sino la de nuestros adversarios.

Pero, puesto que se nos ofrece la elección, podemos y debemos contentarnos ahora con una posición de defensa . El Gobierno provisional es a menudo incapaz de realizar sus signios contrarrevolucionario. Esta dislocado. Las fuerzas de los soldados y de los obreros son suficiente para impedir que Kerenski y Cía. Realicen tales actos. El movimiento campesino no acaba sino de comenzar. Dado el estado de ánimo actual del ejército, los kadetes no serán capaces de sofocar todo el movimiento campesino. El Gobierno provisional es demasiado débil para falsificar las elecciones para la Asamblea Constituyente. La simpatía por nuestro Partido va acrecentarse. El bloque kadete - menchevique - SR se dislocara. En la Asamblea Constituyente, seremos tan fuertes como partido de la oposición que, en un régimen de sufragio universal, nuestros adversarios se verán obligados a ayudarnos a cada paso, puesto que, con los SR de izquierda, los campesinos sin partido, etc., constituiremos un bloque dirigente que, en líneas generales, deberá aplicar nuestro programa. Tal es nuestra opinión.

Ante la historia, ante el proletariado internacional, ante la Revolución Rusa y la clase obrera de Rusia, no tenemos derecho a jugarnos ahora todo el porvenir a la carta de la insurrección armada. Seria erróneo pensar que actualmente una acción semejante no conduciría, en caso de una derrota, a consecuencias que podrían estar emparentadas con las de los sucesos de los días 3-5 de julio. Hoy, el riesgo es mayor. Hoy se trata de la lucha final, y una derrota en esta lucha seria la derrota de la revolución.

Tal es la situación general. Pero, así y todo, quienquiera que se proponga hacer algo más que hablar de la insurrección debe así mismo sopesar de manera sensata las posibilidades de éxito que tendría una insurrección armada. Y nuestro deber es decir aquí que momentáneamente, seria más que peligroso subestimar las fuerzas del adversario y subestimar aquellos con que contamos. Las fuerzas del adversario son mayores de lo que parecen. En Petrogrado la que hace inclinarse la balanza y en Petrogrado los enemigos del Partido proletario han acumulado fuerzas importantes; cinco mil junkers magníficamente armados, organizados, que desean batirse (en vista de su extracción social) y que saben hacerlo; además el Estado Mayor, luego las tropas de choque, mas los cosacos, mas una parte importante de la guarnición, mas una artillería muy poderosa emplazada en abanico alrededor de Petrogrado. Después, nuestros adversarios, ayudados por el Comité Ejecutivo Central, probaran casi seguramente a llamar tropas del frente. El Partido proletario, en el momento actual, debería batirse según una relación de fuerzas por completo diferente de la que existía durante las jornadas del putsch de Kornilov. Entonces, luchamos junto a los social revolucionarios, a los mencheviques y, en parte, junto a los partidarios de Kerenski. Hoy, el partido del proletariado habría de luchar contra los Cien Negros, además de los kadetes, de kerenski, y del Gobierno provisional, además del Comité Ejecutivo Central (SR y mencheviques).

Las fuerzas del partido proletario son, sin duda, muy importante, pero la cuestión decisiva es la siguiente; ¿es, realmente, tal el estado de ánimo de los obreros y soldados de la capital como para que no vean su única tabla de salvación sino en combate callejeros, como para que se lancen a las calles? No. Ese estado de ánimo no existe. Los propios partidario de la insurrección declaran que el estado de ánimo de las masas trabajadoras y de las masas de soldados no llega ni con mucho a ser el de antes del 3 de julio. Un estado de ánimo combativo, un deseo impetuoso de salir a la calle, entre las grandes masas pobres de la capital, podría garantizarnos que un movimiento espontaneo por su parte arrastrara consigo a esas grandes organizaciones (sindicatos de los ferroviarios, de correos y telégrafos, etc.) donde es débil nuestra influencia. Pero dado que semejante estado de ánimo no existe, ni siquiera en las fábricas ni en los cuarteles, seria engañarnos a nosotros mismos fundar cualquier género de proyectos sobre esa base.

Dicen: sin embargo, no puede negarse que los ferroviarios y empleados de correos y telégrafos padecen de hambre, que la miseria las asfixias, que están descontentos con el Gobierno provisional. Todo eso es cierto, por supuesto. Pero esto no nos garantiza por eso que ellos apoyen una insurrección contra el Gobierno, en oposición a los SR y a los mencheviques. Los empleados y obreros de los ferrocarriles padecían ya miseria en 1906, la padecen así mismo en Alemania y también en Francia. Y, sin embargo, esto no nos asegura que la insurrección vaya a ser secundada. Si todos los que sufren miseria estuviesen siempre dispuestos a apoyar la sublevación armada de los socialistas, hace mucho tiempo que habríamos instaurado el socialismo.

Esto subraya nuestra tarea urgente. El congreso de los Soviets ha sido convocado para el 20 de octubre. Debe tener lugar pase lo que pase. Debe reforzar, organizándola, la influencia creciente del partido del proletariado. Debe convertirse en el centro del agrupamiento en torno a los Soviets de todas las organizaciones proletarias y semi proletarias, como esos mismos sindicatos de los ferroviarios, de los empleados de correos y de banco, etc. Entre esas organizaciones y los Soviets no se ha establecido aun un vínculo organizativo estable. Y este hecho no se puede juzgar de otro modo sino como síntoma de una debilidad organizativa del partido del proletariado. De todas maneras, tal vinculo es, en todo caso, real en la vida del lema "Todo el poder para los Soviets". En cualquier momento, esta consigna significa, evidentemente, la resistencia más enérgica contra el menor atentado por parte del poder contra los derechos de los Soviets y de las organizaciones creadas por estos.

En esas condiciones, sería una mentira histórica muy grave la de plantear la cuestión de la toma del poder por el partido proletario tal como está planteado: ¡de inmediato o jamás!

¡No! El Partido del proletariado se ampliara, su programa resultara claro para masas cada vez más numerosas. Tendrá la posibilidad en forma aun más extensa, de seguir desenmascarar sin piedad la política de los mencheviques y de los SR, que han bloqueado el camino hacia una conquista efectiva del poder por la mayoría del pueblo. Y sus éxitos no podría interrumpirlos más que de una sola manera: precisamente en caso de que, en las actuales condiciones, tomara la iniciativa de una insurrección y, con ello, expusiera al proletariado a los golpes de toda la contrarrevolución unificada, sostenida por los demócratas pequeños burgueses.

Es para poner en guardia contra esa política desastrosa para lo que elevemos nuestra protesta.

G. Zinoviev

Y. Kamenev

11-10-917.

Archivos IML, f. 17, óp. 1, un. Arch. 33, ff. 15, 23-29.