Leon Trotsky

LA LIQUIDACIÓN DE LA REVUELTA

 


Escrito: 8 de Julio de 1918
Fuente de esta edicion: MIA.org
Traduccion: Matteo David, noviembre 2018.
Html: Marxists Internet Archive.


 

Comunicado oficial

La revuelta insensata de los llamados Eseristas de izquierda se liquido. Una Comisión judicial en los días que vendrán aclararían el panorama preciso de los hechos de esta aventura sin precedentes y establecera el grado de responsabilidad de los participes individuales. Pero el significado político de los acontecimientos de Moscú del 6 y 7 de julio es ya muy claro.

Sujetos a la presión de las clases burguesas de la sociedad, los Eseristas de izquierda pusieron un empeño cada vez más persistente en las últimas semanas, a fin de traer a Rusia a la guerra con Alemania, su coronación, se reveló no por objetar tratado de Brest-Litovsk particularmente gravoso, sino también en la fabricación y difusión de rumores y sospechas monstruosas, esperaba tener un efecto perturbador en la imaginación del pueblo. Los obreros y los campesinos conscientes, por supuesto, estan bastante bien atentos de la gravedad del tratado de Brest-Litovsk, pero con menor claridad atentos de lo que serían las consecuencias si la Rusia, agotada y desangrada, se viese envuelta en la masacre imperialista, aunque la inmensa mayoría de los obreros y campesinos rechazaron conscientemente rompiendo en pedazos el tratado de Brest, que es frenéticamente llamado por los KDT (democratas constitucionalistas), los Eseristas de Derechas y de las Izquierdas, los Mencheviques.

El fracaso de su agitación demagógica en favor de la guerra impulsó a los Eseristas de Izquierda a tomar el camino de la aventura insensata y deshonesta: decidieron envolver a Rusia en la guerra por medio de un acto terrorista, contra la voluntad de los obreros y campesinos. Después que el 5º Congreso de los Soviets de Rusia definiera categóricamente la línea política internacional del Consejo de Comisarios del Pueblo, un cierto Blyumkin, actuando por instrucciones del Comité Central del Partido Eserista de Izquierda, asesino al embajador alemán: el conde Mirbach.

Cumpliendo este acto de provocación los Eserista de izquierda no se confio tanto en su aparato partidario como en la posición oficial que ocupan como partido soviético. Con el respaldo partidario, Blyumkin fue en un miembro del personal de la Comisión Extraordinaria de Lucha contra la Contrarrevolución. Utilizando su condición de funcionario, portando algunos documentos hurtados y otros falsificándolos, lograron entrar, al amparo aunque es su carácter oficial, a la Embajada de Alemania, y cometio el asesinato según las directivas del Comité Central de su partido.

Al mismo tiempo, los SR de izquierda abiertamente continuan con actos de sublevación forzando al poder del Estado a trasladar de las manos del Congreso de los Soviets de Rusia a las manos de un partido que ha hecho notar ser una minoría en el Congreso. Los miembros del CC de los Eseristas de izquierda trataron de desarrollar la sublevación, respaldandose en parte de una unidad de la Comisión de Lucha contra la Contrarrevolución. Esta unidad fue comandada por el Eserista de Izquierda, Popov, este aparato partidario se vio envuelto en la conspiración, reforzada por los elementos desmoralizados por parte del personal de la Flota del Mar Negro que se le unieron, envió patrullas callejeras y centinelas, apreso a los representantes del poder soviético, y desarmaron y abrieron fuego contra ciertos grupos de soldados del Ejército Rojo. Los rebeldes tenían ametralladoras, cañones y carros blindados.

De esta manera se desarrolló el 7 de julio, la sublevación de un partido soviético, que había demostrado estar en la minoría, contra el poder de los soviets.

Si esta sublevación tuvo éxito (suponiendo que tal aventura podría haberse coronado con el éxito) hubiera significado la guerra inmediata con Alemania y la caída del poder soviético, ya que nadie con sentido común podría, por supuesto, suponiendo que los Eseristas de izquierda sería capaces de quedarse con el poder arrancado de las manos de los obreros, los campesinos y los soviets de soldados del Ejército Rojo. Por la naturaleza esencial de toda la situación, los Eseristas de izquierda se sublevaron el 6 y 7 de julio, particularmente como un escuadrón de combate al servicio de la burguesía contrarrevolucionaria, para la cual era despejarle el camino.

En estas circunstancias, sólo había una decisión que el Consejo de Comisarios del Pueblo podría tomar: acabar con la mayor brevedad posible una sublevación en las que la frivolidad, la perfidia y la provocación se combinaron en un todo desagradable.

Una acción vigorosa produjo resultados en pocas horas. Los Eseristas de izquierda abandonaron la oficina de correos y telégrafos, donde habían estado al mando durante dos horas. La desintegración comenzó en la unidad de Popov, después de los primeros disparos que recibieron de las fuerzas soviéticas. Una parte considerable de la unidad reaccionó indignado a la aventura y vino por completo al lado de los delegados del poder soviético a quienes los sublevados habían tomado rehenes, a los Camaradas Dzherzhinsky, Latsis y Smidovich. Fue sólo gracias a esta accion que estos camaradas fueron preservados del peligro de perder la vida.

La liquidación de la sublevación fue totalmente digna de su concepción original y de todo el curso de esta aventura vergonzosa. Una total confusión en el cuartel militar de los sublevados y la desmoralización de la unidad sublevada se desarrollaron junto. Contaban de un objetivo la toma del poder estatal, los dirigentes Eseristas de izquierda, probablemente muchos no tuvieron en cuenta el alcance y la importancia de esta tarea, que era absolutamente superior a sus fuerzas. Después de varios intentos insignificantes de resistir, los sublevados comenzaron a enviar las banderas de tregua en varias direcciones, y luego se retiraron de manera no ordenada.

La persecución de los fugitivos está procediendo con total éxito. El número de detenidos es ya por centenares. Los detalles serán dados por el Gobierno en la próxima sesión del Congreso de los Soviets de Rusia, que dirá bien en alto su última palabra con respecto tanto a la sublevación del 6 y el 7 de julio y la suerte del llamado: Partido Eserista de Izquierda. ●

Izv.V.Ts.I.K., No. 141, el 8 de julio de 1918.


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