Leon Trotsky

EL ACERO Y EL ORO

SOBRE EL PROBLEMA DE LOS ACTOS DE TRAICIÓN EN EL EJERCITO ROJO

 


Escrito: 17 de junio de 1919
Fuente de esta edicion: MIA.org
Traduccion: Matteo David, marzo 2019.


 

Nuestro torpedero Karl Liebknecht ha tomado un barco a vapor en el Mar Caspian que el General Grishin - Almazov notable asesino Centurianegrista llevaba una carta de Denikin a Kolchak. Grishin - Almazov se disparo. Su barco y su tripulación bajo custodia. Serán publicados en unos cuantos días los documentos secuestrados; entre otras cosas, en su carta a Kolchak Denikin escribe, no existe esperanzas de ayuda de los Aliados en forma de ejércitos, después se no uniran ahora en víspera del "hecho milagroso" que hemos alcanzado; es decir, están llevados al borde de la revolución proletaria. Hasta Denikin llego a comprender y admitir esto. Las burguesías de Francia, Inglaterra, y la italiana ya no tienen fuerza armada. Los ladrones de la Entente hundidos vergonzosamente fuera de Odessa y Sebastopol. Después lanzaron una campaña en contra de Petrogrado, y prometieron en todos sus periódicos y radios que la capital proletaria del norte caería en unos cuantos días; Petrogrado presenta un Frente incomparablemente más sólido hace meses, y las ordas anglo francesas se vieron obligadas a revelar su impotencia militar ante todo el mundo.

Pero esto no significa que los imperialistas van a ceder. ¡No!; estan poniendose a trabajar con todas las riquezas que poseen, para salvarse y aplastarnos. Les entusiasma el apetito imperialista de las burguesías polacas, rumanas, Letonas, estonias, y de la burguesía finlandesa, para constituirlos en una Federación Rusa. Al mismo tiempo no solo ayudan a crear su propio ejército a la burguesía Rusa y a los Kulaks rurales, sino que están intentando con todo lo que pueden introducir corrupción y traición en las filas de los Regimientos soviéticos.

Los imperialistas Anglo Franceses están usando para este fin miembros individuales del personal del mando ruso.

A causa de la revolución dividieron a los oficiales del antiguo ejército Zarista en sus tres faces. Por una parte, bajo la bandera de Kornilov, Kaledin, Krasnov, Denikin y Kolchak, se levantaron en armas abiertamente contra la Rusia obrera y campesina, y venden suscesivamente a Rusia a los alemanes y a los Anglo-franceses. En el polo opuesto a ellos estaba el grupo de oficiales, despertados en los primeros periodos de los eventos revolucionarios, quienes honesta y sinceramente comprendieron la gran verdad del proletariado y siguieron en sus lugares en su ejército. Miles de antiguos oficiales habían dado sus vidas heroicamente, sin nombre ni fama, en las filas junto a los soldados obreros y campesinos. Finalmente, estaba un tercer y vasto grupo en el medio, soldados asustados y angustiados, quienes no se intimidaron intentandose ocultar de los grandes acontecimientos. Cuando triunfan las fuerzas Soviéticas, cuando la flama de la revolución exclama de un país a otro estos grupos de oficiales medios comenzaron a inclinarse al poder soviético, desde los sentimientos o la perspicacia, y se señala en todas direcciones de los que defienden a Denikin y Kolchak. Cuando la ola - de la revolución momentáneamente se calmo, cuando bajo el asalto combino nuestros enemigos, el Ejército Rojo momentáneamente retrocedio, la sección, invertebrada, la idealidad cobarde de los oficiales miraba con temor en la dirección de la cachiporra de Denikin, y produce desde su seno una nueva porción de desertores y traidores.

Hay que añadir al trabajo preliminar el oro de los Anglo-franceses y nipo-americanos.

"Compro todo", afirma el oro: "Tomé todo", afirma el acero. Pero el acero de los Aliados se suspende impotentemente en el aire, por las manos de los trabajadores, se arma con el acero, no permitiría ningún golpe más sea alcanzado a las masas proletarias Rusas. Pero los depredadores Anglo francéses adquirio un lote de oro robado. Ahora están preparando deshacerse de una considerable cantidad de su botín si solamente pueden por eso capturar al Petrogrado que odian, y luego al Moscú, y aplastar a la Rusia obrera y campesina. La burguesía de los países de la entente posee agentes naturales en la figura de las filas de propietarios rusos, antiguos generales y oficiales contrarrevolucionarios. Tienen su propia organización, su propio sistema de comunicación. Bajo los golpes del destino, los elementos contrarrevolucionario en Rusia habian en los años pasados elaborado un progreso considerable en el trabajo clandestino conspirativo. A menudo se infiltran en nuestros regimientos en la apariencia de soldados y llevan la agitación corrompiendo, confiando en los elementos del kulaks.

Pero el esfuerzo principal de los agentes de Kolchak y de Dinikin del imperialismo extranjero están dirigidos a los mandos del Ejército Rojo. Los reveses parciales y efímeros sobre el frente suroeste creó una base favorable para el trabajo de los traidores. Sin perspectiva política, los así llamados oficiales "sin partido", incapaces para mantener su orientación en medio de los grandes acontecimientos, próximamente perderá su sangre fría y, cuando vea que sufrimos derrotas sobre este o cual sector del frente, y oiga de derrotas sobre otros sectores, fácilmente sacara la conclusión de que todo está perdido. O podría ser más correcto decir que esta conclusión le es sugerida por un provocador contratado. Prestan oido al murmullo: "si quieren salvarse, cambien de bando al de Denikin y Kolchak. Hay una gran fuerza allí, con la ayuda de los países de la Entente: Hay comida y oro."

Sobre el frente oeste, donde estaban los imperialistas Anglo franceses están operando más celosamente que en cualquier otra parte más, a través del puerto Báltico, hay pocos casos recientemente de traición por parte de los mando. Los mandos de regimiento o de batallones han entregado sus unidades a sus enemigos, aprovechando de la falta de consciencia o de su situación militar dificultosa de los soldados.

Por otro lado, estos agentes pagos quienes aún quedan entre nuestros explotadores tales casos de traición para inspirar a los soldados del Ejército Rojo con desconfianza y hostilidad hacia todo el aparato de mando. A la derecha anuncian: "los oficiales, pasen al bando de Denikin, Kolchak, Mannerheim y Hailer." A la izquierda les murmuran: "Soldados del Ejército Rojo, ¿vale la pena mientras derraman su sangre cuando están siendo traicionados por sus mandos?" Todos los ejércitos imperialistas están ahora dispersos y descompuestos. A pesar del revés parcial, el Ejército Rojo resiste en soledad unificada y en desarrollo. Vemos esto no solamente desde los ejemplos de Rusia sino también desde la experiencia de Hungría, donde, después de una serie de derrotas, el ejercito proletario echo a tras a sus enemigos y les aprieta aún más. Pero los imperialistas, contrario a rendirse, están luchando con todas sus fuerzas por infectar con el veneno de su putrefacción al joven organismo del Ejército Rojo. ¡Vano esfuerzo!

Por supuesto la traición de los mandos particularmente hace un daño substancial al ejército. Pero estos casos no pueden seriamente sacudir su poder. El aparato militar creado por el proletariado es flexible y bastante dura para cubrir con la última convulsión de la bestia moribunda. Las fuerzas unidas de los soldados, comandantes y comisarios aplastarán a los traidores.

Aquellos quienes están relacionados en esta cuestión son principalmente la mayoría abrumadora de los honorables mandos.

Esta mayoría, quienes ya tienen multiples trabajos a su crédito para el país Soviético, no permitirá manejar al pícaro aislado su astilla venenosa en el cuerpo de nuestro ejército y extienda el pánico sospechoso a todo el aparato de mando. Hombro con hombro con los comisarios, nuestros mandos echaran desde su medio el miserable mercenario y los traidores.

La afluencia extensiva de los comunistas en el ejército inmediatamente necesita levantar el nivel de su consciencia. Y recurrir finalmente a la consciencia de los obreros y campesinos avanzados que todas las intrigas recurrentes de nuestros enemigos hasta ser desechadas.

Los agentes del imperialismo están intentando desintegrar nuestro ejército. ¡"Ejército Rojo acercate a las masas"! sera nuestra respuesta. Deberíamos trasladar, no solamente desde el centro sino también desde los departamentos y administraciones de los frentes, ejército y divisiones, los mejores obreros que tenemos, comunistas proletarios templados, en los estratos más bajos del ejército, los regimientos, batallones y campañas, aquellas células básicas del ejército revolucionario.

¡Presione, profundice y ajuste todos los nervios: ¡a;este es nuestro programa de acción!

Un mando con una actitud enérgica para su trabajo será dedicado al ejercito, y no podrá ser comprado. Un mando indiferente y negligente es tanto un traidor como un candidato para la traición. El debe ser echado a fuera despiadadamente.

El comisario es el líder político e inspira a su regimiento. Los soldados y mandos son su responsabilidad. El vigila los intereses de la revolución de los obreros. Y si un comisario no esta a la altura de las circunstancias, el debe ser al instante removido.

Las células comunistas deben ser verificadas y purgadas recurrentemente a la luz de la experiencia en la lucha.

Este ha sido nuestro camino hasta ahora. Este camino quedara para el futuro. Podremos simplemente redoblar nuestros esfuerzos ahora esa derrota efimera en dos frentes están causados nuevos brotes de traiciones.

Si los bandidos de acero imperialistas no nos han aplastado, ni lo harán los traidores de oro Anglo-franceses. [ La metáfora de Trotsky es tomada del poema de Pushkin: "Todo es mina", dice el oro; "Todo es mina", dice el acero. "compro todo", dice el oro; "Tomo todo", dice el acero.]●

El 17 de junio de 1919. Vorónezh - Kursk. "En el camino", N° 54.