Leon Trotsky

Orden Por el Presidente del Consejo Militar Revolucionario de la República y del Comisario del Pueblo de Asuntos Militares y Navales a las Fuerzas en el Frente Sur, el 18 de julio de 1919, N º 126, en la estación Smorodino.

 


Escrito: 18 de julio de 1919
Fuente digital de esta edicion: en el Mia.org
Traduccion: Matteo David, junio 2019.


 

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Durante el repliegue, las bandas contrarrevolucionarias de Denikin cometieron crímenes indescriptibles contra los obreros y campesinos de las provincias que habían capturado temporalmente.

El Ejército Rojo, junto con la población trabajadora, está lleno de odio hacia los opresores y matones de las Guardias Blancas.

Ahora, cuando los ejércitos del frente Sur está tomando la ofensiva hay motivos para temer que la justa indignación de los soldados Rojos pueda en algunos casos llevar a la muerte de oficiales de la Guardia Blanca tomados prisioneros.

En vista de esta posibilidad, considero es mi deber dirigir estas palabras de advertencia a todos los combatientes del frente sur: ¡Camaradas del Ejército Rojo, Comandantes, Comisarios! Que tu ira justa sea dirigida sólo contra el enemigo con armas en las manos. Perdona a los prisioneros, incluso a aquellos que son conocidos como sinvergüenzas. Entre los prisioneros y los que se nos acercan se encuentra un número considerable de los que se han unido al ejército de Denikin, ya sea por ignorancia o por coacción. Los generales de Denikin se extendieron entre los soldados y oficiales subalternos a los que han reclutado rumores mentirosos de que las fuerzas rojas matan a sus prisioneros. De esta manera, los Dinikinistas buscan, por un lado, confundir a sus soldados y oficiales, para evitar que se pasen a nuestro lado, y, por otra, amargar a sus hombres y hacerlos participar en los pogromos bestiales contra los obreros y campesinos.

Esto hace que sea aún más importante para nosotros mostrar a los soldados y oficiales de Denikin que solo matamos a los enemigos. Quienquiera que admita su culpa, quienquiera que venga a nuestro lado con una intención honesta, o quienquiera que caiga en nuestras manos como prisionero, será perdonado.

Emito esta orden:

Los presos no deben ser asesinados, sino que deben ser enviados a la retaguardia, bajo las órdenes del comando más cercano. Los comandantes y comisarios deben comprobar de la manera más estricta el cumplimiento de esta orden.

Todos los casos de violación de la misma deben ser denunciados por los cauces adecuados, para que el Tribunal Militar Revolucionario pueda dirigirse inmediatamente al lugar donde se cometió el delito. ●