Leon Trotsky

La Realidad y la habladurías "Críticas"

 


Escrito: 19 de julio de 1919
Fuente digital de esta edicion: en el Mia.org
Traduccion: Matteo David, junio 2019.


 

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En la Izvestiya V.Ts.I.K. del 10 de julio leemos esto en un artículo de Tarasov - Rodionov: "el ataque repentino de Denikin nos enseña que ahora debemos prestar atención principalmente no tanto a la cantidad como a la calidad de nuestras fuerzas". Si estas palabras significan algo, hay que entender que significan que teníamos una gran superioridad en términos de cantidad en el frente sur, mientras que Denikin disfrutaron de una superioridad en términos de calidad. Y así, el perspicaz autor del artículo en Izvestiya quiere explicarnos que necesitamos suplir gran cantidad de buena calidad. ¿De dónde viene esta "lección"? ¿Cuál es la fuente de esta información? Es un brebaje, puro y simple. En realidad, el éxito de Denikin se debio total y completamente a la superioridad de los grandes sobre los peque%ntilde;os. Hoy por hoy no es posible aclarar en la prensa todos los problemas relacionados con esta circunstancia. Pero es necesario poner en perspectiva ciertos hechos y ciertas "críticas", para poner fin de a la polémica que, con la connivencia de algunos consejos de redacción, suscitan personas ociosas como Tarasov-Rodionov en torno a los problemas más agudos que afectan a nuestras fuerzas armadas en los frentes.

Si el "ataque repentino" de Denikin enseña algo a la gente seria es, precisamente, que incluso si uno tiene tropas de la más alta calidad, como la mayoría de los del frente Sur (con la excepción del flanco derecho), uno no puede permitir que la cantidad de estas tropas caiga por debajo de un cierto nivel.

Muchos camaradas, incluso aquellos cuyo enfoque de todos los problemas, incluidos los militares, es incomparablemente más concienzudo que el de Tarasov-Rodionov, se inclinan a olvidar que nuestras fuerzas en el Frente Sur están librando en la misma región, su segunda campaña en el curso de los últimos seis meses. Después aplastar ejército de Krasnov, las fuerzas rojas se encontraron con las fuerzas sustanciales de Denikin. Estas fuerzas habían sido traidas desde Kuban y el el norte del Cáucaso, y, en parte, desde Crimea y Odessa.

El gobierno soviético central era consciente, por supuesto, que detrás de la de Krasnov, a varios cientos de verstas de distancia, estaban presentes las fuerzas de Denikin, y no cerró los ojos ante este peligro. Pero al mismo tiempo sabíamos que había en Kuban y en el norte del Cáucaso, luchando contra Denikin, fuerzas soviéticas ascendían de entre 150.000 y 200.000 soldados. Este ejército, que era tan grande en cantidad, también, en las personas de sus propios Tarasov-Rodionov locales, evaluó su calidad muy altamente, jactándose especialmente de que no fue construido de acuerdo con el sistema "burocrático" generalmente en vigor en la Rusia Soviética, que no quería saber nada sobre regulaciones y estatutos anticuados, o especialistas militares, sino que estaba, al mismo tiempo, al más alto nivel como una fuerza de combate. En el centro, por supuesto, tomamos con una pizca de sal esta autoestima de los guerrilleros que, como de costumbre, no se llamaban guerrilleros, sino que siempre juraron devoción a la idea de un ejército bien organizado. Sin embargo, en el centro nunca esperamos este vergonzoso colapso por parte de los destacamentos indefensos, aficionados con los comandantes ignorantes - un colapso que, de un golpe, liberó a las fuerzas de Denikin y le permitió avanzar a la línea lindante del Don y el Donets del Norte. Además, como es bien sabido los guerrilleros del flanco derecho del frente Sur se desintegraron y se descompusieron por completo.

Los principales trabajadores del frente sur habían advertido con frecuencia al centro de posibles complicaciones. El 21 de abril, El camarada Sokolnikov envió un telegrama a Moscú: "La desaceleración de las operaciones en el frente sur se debe a la desintegración del Ejercito N, que ahora necesita ser necesita ser reconstruido de arriba a abajo, junto con el total incapacidad de combate demostrada por las unidades de Majno. Al enemigo se le ha dado un respiro del cual ha hecho un uso excelente, para transferir lo que, sin duda son fuerzas sustanciales de Kuban y Caucasia. En lugar de la derrota del ejército del Don ahora nos enfrentamos a un nuevo ejército que tiene fuerzas más que las nuestras. Hasta ahora, el enemigo no ha conseguido arrebatarnos la iniciativa, pero está llevando a cabo un reagrupamiento completo de sus unidades, al mismo tiempo que las reorganiza en formaciones de combate más grandes, y podemos considerar que la dirección probable de este golpe será el centro del medio anillo que le envuelve, el sector Lugansk-Kanienskaya. Con este plan, por supuesto, Denikin pretende vincularse con los rebeldes en el medio del Don, dividiéndonos profundamente en dos partes, levantando una vez más la Región del Don contra nosotros. Nuestra posición todavía no puede considerarse inestable, pero en los últimos dos meses la relación de fuerzas ha cambiado a favor del enemigo y sigue cambiando en esa dirección.

Más tarde, el Camarada Sokolnikov se refiere a la revuelta en la retaguardia que a su vez ha desviado fuerzas de un frente que ya estaba debilitado, y llega a esta conclusión: "Nuestra tarea práctica es impedir que un regimiento de las Guardias Blancas regresen al frente Sur como lo haría en el frente oriental, un regreso inminente debido al estado estacionario de nuestras fuerzas mientras el enemigo se fortalece. Las fuerzas deben ser traídas aquí desde los frentes de importancia secundaria... Debemos establecer el principio de que el frente de la cuenca del Donets es el frente más importante en Ucrania... Sin alterar la atención concentrada y la energía que concentran amplios círculos en el frente del Este, necesitamos ahora que se tomen una serie de medidas organizativas para protegernos de las derrotas en el Sur"... Ese fue el telegrama elocuente del camarada Sokolnikov.

Sin embargo, en esa época, el centro, a pesar de reconocer la gravedad de la advertencia, se vio obligado por el momento a sacrificar los intereses del frente Sur en aras del frente oriental. Ucrania, a la que se confió el cuidado de la cuenca del Donets, no estaba en condiciones de suministrar unidades que fueran fiables en absoluto. Como resultado, los ejércitos del frente sur, desgastados por meses de lucha incesante, en los que habían avanzado varios centeneres de verstas a través de la nieve y el barro primaveral, y se debilitaron en número, vacilaron cuando se enfrentaron con las nuevas fuerzas enemigas, espléndidamente armadas y equipadas, que en muchos sectores del frente eran dos o tres veces más numerosos que nuestros soldados.

Gracias al trabajo prolongado, abnegado y persistente de los mejores comunistas y los mejores especialistas militares, el frente sur adquirió durante el otoño y el invierno pasados una organización estable y cuadros firme y confiables, e incluyó en sus filas una serie de regimientos y divisiones heroicas. Si este frente cedió, fue porque no había recibido los refuerzos adecuados, de modo que el gasto en material humano excedió superó la afluencia. La consecuencia inevitable fue que los cuadros se desgastaron. Esta simple causa de nuestras derrotas, incontrovertible porque basada en hechos y cifras, no puede, se podría suponer, proporcionar ningún motivo para hablar de los trabajadores del Departamento Militar a favor de la cantidad a expensas de la calidad. Nuestro Partido, que desde el otoño pasado, ha enviado miles y miles de los mejores comunistas proletarios al frente Sur, no necesita la explicación de Tarasov-Rodionov sobre la importancia militar de la calidad.

Es cierto que se observaron fenómenos de desmoralización y colapso en el frente sur. Pero esto ocurrió casi exclusivamente en el flanco extremo derecho, es decir, donde, en palabras del telegrama del camarada Sokolnikov, todavía era necesario "reconstruir las fuerzas de arriba hacia abajo"' sometiéndolas al régimen generalmente obtenido de las fuerzas soviéticas. En la medida en que se observaron manifestaciones aisladas de colapso también en otras unidades del frente sur, fueron el resultado de los fuertes golpes recibidos, las retiradas impuestas y las pérdidas sufridas, es decir, fueron inevitables como consecuencia psicológica de la superioridad física de las fuerzas de Denikin. Y la única conclusión que se desprende de los hechos es que gracias a la calidad excepcional de los ejércitos del frente sur, no sólo conservaron a sus cuadros bajo los feroces golpes de las fuerzas superiores del enemigo, sino que también demostraron que eran plenamente capaces de absorber grandes refuerzos en poco tiempo, y de dotarlos de la firmeza necesaria. Ahora, cuando toda la tarea de la retaguardia consiste en proporcionar la fuerza humana necesaria para que los cuadros del Ejército del Sur se fortalezcan, los ejercicios críticos de Tarasov-Rodionov sobre el tema de que lo que importa no es la cantidad sino la calidad, recuerdan los deseos expresados por ese sabio que en los funerales solía decir: "¡Tantos cadáveres, nunca los llevarás todos!" y en las bodas: "Vigilia e incienso."

19 de julio de 1919.

Bakhmach

"En el Camino", N º 65 ●