Leon Trotsky

LA DESERCIÓN Y LOS TRIBUNALES

 

¡Ay de los desertores!

 


Escrito: 3 de mayo de 1919
Fuente de esta edicion: MIA.org
Traduccion: Matteo David, abril 2019


 

Un desertor es un hombre que busca, sobre todo, salvar su propio pellejo, en un momento de dificultad, abandona a sus compañeros. Un desertor es un miembro inútil de la familia laboriosa:

Los obreros y campesinos están librando en todos los frentes la última y dura batalla contra sus enemigos jurados. Del resultado de esa batalla depende la cuestión de si la clase obrera y campesinado van vivir o morir. Ya que, si gana Kolchak, la esencia de la clase obrera se ahogara en sangre.

Mientras que los honorables hijos de los trabajadores se esfuerzan en la lucha, los egoístas intentan escapar de las filas del ejército y esconderse en aldeas. En varias partes del territorio soviético muchos agentes de Kolchak están activos, tratan de incitar a los soldados ignorantes o corruptos a desertar. "Que luchen sin mí, y cuando ganen, volveré a una situación ya hecha" razona el egoísta.

El cobarde huye, y el valiente tiene que derramar su sangre por dos. Y eso no es todo: el cobarde y egoísta que huye del cuartel o y de la ruta de la marcha llevando consigo su equipo, y a menudo también su rifle. El honorable soldado a veces tiene que luchar en el frente sin ningún tipo de botas en los pies, ya que el desertor se ha llevado las suyas.

El ejército en el campo está lleno de ira contra estos despreciables fugitivos. Los guerreros rojos llevan tiempo exigiendo que el poder soviético haga una gran escoba de alambre de púas, y con ella saque a los desertores de todos los rincones y hendiduras del país.

¡Y ya es hora de que llegue el momento! No podemos tolerar durante una hora más una situación en la que traidores, traidores, parásitos de la comunidad se extienden sobre la estufa mientras los honorables y abnegados combatientes derran su sangre por la causa del pueblo trabajador.

¡Ay de los desertores! A partir de ahora serán perseguidos sin descanso, de un extremo a otro del territorio soviética. Todas las autoridades soviéticas, los sindicatos y las organizaciones del Partido están obligadas a participar con más vigor en la lucha contra la deserción. El presidente de los comités locales y de la aldea y los soviets del volost a partir de ahora tendrán que rendir cuentas en lo sucesivo cuenta por haber conspirado ante la presencia de desertores, ya sea directa o indirectamente. Los que albergan desertores serán castigados de la misma manera que los participes en actos de traición.

¡Un fin a nuestro padecimiento! ¡La última hora ha sonado! Los desertores no encontraran refugio ni escondite en ningún lugar. El poder obrero y campesino los derribará con la mano dura del castigo revolucionario.

¡Ay de los desertores!

¡Ay de los que traicionan a los trabajadores!

El 3 de mayo de 1919

Simbirsk

'En Ruta', No. 40 ●