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León Trotsky


Sobre el partido obrero




Escrito: El 7 de agosto de 1940.
Primera Edición: En el número de octubre de 1940 del Fourth International. Luego fur publicado en 1942 por el Socialist Workers Party de los EEUU, en el libro In Defense of Marxism.
Edición Digital: Izquierda Revolucionaria, Sevilla - España.
Fuente: Izquierda Revolucionaria, Sevilla - España.
Esta edición: Marxists Internet Archive, enero de 2001.




PREGUNTA: ¿Había, en su opinión, suficientes diferencias políticas entre la mayoría y la minoría para justificar una escisión?

TROTSKY: Hay que considerar la cuestión dialéctica, no mecánicamente.  ¿Qué significa la terrible palabra "dialéctica"? Significa comprender las cosas a través de su desarrollo, no estáticamente. Si tomamos las diferencias políticas tal como parecen, podríamos decir que no eran suficientes para una escisión, pero al desarrollar una tendencia de huida del proletariado y aproximación a los círculos pequeñoburgueses, las mismas diferencias adquirieron un valor diferente; un peso específico distinto; estaban conectadas con un grupo social diferente. Este es un punto muy importante.

Nos encontramos ante el hecho de que la minoría se escindíó de nosotros, a pesar de todas las medidas que tomó la mayoría para evitar la escisión. Esto significa que su sentimiento social era tal que les impedía seguir junto a nosotros. Es una tendencia pequeñoburguesa, no proletaria. Si quiere otra confirmación, tenemos un excelente ejemplo en el artículo de D. McDonald.

Ante todo, ¿qué es lo que caracteriza a un proletario revolucionario? Nadie está obligado a participar en un partido revolucionario, pero, si lo hace, debe considerar seriamente al partido. ¿Y qué es nuestra teoría, sino nuestro instrumento para la acción? Nuestro instrumento es la teoría marxista, porque hasta el momento no hemos encontrado nada mejor. Un trabajador no fantasea sobre las herramientas; si tiene las mejores que puede conseguir, las cuida; no las abandona, ni pide unas inexistentes.

Burnham es un intelectual snob. Picotea en un partido, lo abandona, prueba otro... Un trabajador no puede hacer eso. Si entra en un partido revolucionario, se dirige a la gente, la llama a la acción, es como un general en guerra; debe saber a dónde la lleva. ¿Qué pensaríais de un general que dice que las armas son malas, y que, por tanto, lo mejor es irse a casa y esperar a ver si las inventan mejores? Ese es el razonamiento de Burnham. Por tanto, abandonó el partido. Pero la lucha continúa. No se puede posponer. Es sólo Burnham el que ha abandonado la acción.

D. McDonald no es un snob, pero sí un poco tonto. Cito: "El intelectual, si quiere servir a la sociedad, no debe decepcionarse ni a sí mismo ni a los otros, no debe dar por bueno lo que sabe que es imperfecto, no debe olvidar lo que ha aprendido a lo largo de años y años." Muy bien. Completamente correcto. Sigo con la cita: "En estos años terribles y borrascosos, sólo si somos capaces de combinar el escepticismo con la devoción -escepticismo ante todas las teorías, gobiernos y sistemas sociales; devoción a la lucha revolucionaria de las masas- podremos justificarnos como intelectuales."

He aquí a uno de los líderes del autodenominado "Partido Obrero", que no se considera un proletario, sino un "intelectual". Habla de escepticismo hacia todas las teorías.

Nos hemos preparado para esta crisis estudiando, construyendo un método científico, y nuestro método es el marxismo. Llega la crisis y el señor McDonald se proclama escéptico ante "todas las teorías", y luego habla de devoción a la revolución, sin proporcionarle ninguna teoría de repuesto. ¿Cómo podemos trabajar sin teoría? ¿Qué es la lucha, las masas, lo revolucionario? Todo el artículo es escandaloso, y un partido que tolera como líder a un hombre como ése no es serio.

Cito de nuevo: "Entonces, ¿cuál es la naturaleza de la bestia (el fascismo)? Trotsky mantiene que se trata nada más que del fenómeno familiar del bonapartismo, en el que una banda se mantiene en el poder enfrentando una clase con otra y dando al poder del estado un carácter temporalmente autónomo. Pero los regímenes totalitarios modernos no son episódicos; han cambiado ya la estructura económica y social ' no sólo manipulando las viejas formas, sino destruyendo su vitalidad interna. Por tanto, ¿es la burocracia nazi una nueva clase dominante y el fascismo una nueva formación social, comparable al capitalismo? Esto tampoco parece ser cierto." 

Crea así una nueva teoría, una nueva definición del fascismo, aunque desea que seamos escépticos ante todas las teorías. ¡Es como si les dijésemos a los trabajadores que deben ser devotos de su trabajo, pero que sus herramientas no tienen ninguna importancia!. Estoy seguro que los trabajadores tendrían un buen apelativo para quien se lo dijera.

Pero es muy característico de un intelectual desorientado. Se enfrenta con la guerra, con la terrible época actual, con pérdidas, con sacrificios, y tiene miedo. Empieza a propagar el escepticismo y todavía cree que es posible unir el escepticismo con la devoción revolucionaria. Sólo podemos desarrollar una devoción revolucionaria si estamos seguros de que es racional y posible, y no podemos estarlo sin una teoría operativo. El que proclama el escepticismo teórico es un traidor.

Analizamos diferentes elementos en el fascismo:

1. El elemento común al fascismo y al viejo bonapartismo es que utilizan la lucha de clases para dar la mayor independencia posible al poder del Estado. Pero siempre hemos subrayado que el viejo bonapartismo se produjo en una sociedad burguesa ascendente, mientras que el fascismo es el poder del Estado de una sociedad burguesa que decae.

2. El fascismo es un intento de la burguesía de superar la contradicción entre la técnica actual y la propiedad privada sin destruir la propiedad privada. La "economía planificada" del fascismo en un intento de salvar la propiedad privada y de mantenerla a raya a la vez.

3. Es un intento de superar la contradicción entre la técnica moderna de las fuerzas productivas y el limitado espacio del Estado nacional. La nueva técnica no puede limitarse dentro de fronteras nacionales, y el fascismo intenta superar esta contradicción. El resultado es la guerra.

Ya hemos analizado en otro lugar estos tres elementos.

D. McDonald abandonará el partido igual que Burnham, pero, como es más perezoso, tardará más.

¿Consideramos a Burnham como "un buen elemento" alguna vez? Sí. En esta época, el partido proletario debe salvarse de todo intelectual que pueda ayudarle. Gasté muchos meses con Diego Rivera, para salvarle para nuestro movimiento, pero no tuve éxito. Pero todas las Internacionales han tenido experiencias de este tipo. La primera, con el poeta Freiligrath, que era muy caprichoso. La segunda y la tercera, con Gorki. La cuarta, con Rivera. Siempre se separaron de nosotros.

Burnham estaba más cercano al movimiento, pero Cannon siempre tuvo sus dudas respecto a él. Sabía escribir, y tenía un cierto estilo de pensamiento, no muy profundo, pero diestro. Podía aceptar una idea, desarrollarla, escribir un buen artículo sobre ella... y olvidarla. El autor puede olvidar, el obrero no. Sin embargo, mientras podamos utilizar esa gente, santo y bueno. ¡También Mussolini fue, en sus tiempos, "un buen elemento"!

Coyoacón, D. F.



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