LEON TROTSKY

 

LA IMPORTANCIA DE LAS CONSIGNAS DEMOCRÁTICAS[1]

(Prefacio, 9 de junio de 1931)

 

 

 

 

No puedo más que saludar calurosamente la idea de la "nueva oposición italiana"[2] de editar el presente trabajo en su idioma. En mi correspondencia con los camaradas de la nueva oposición senté el año pasado la hipótesis de que durante el periodo de liquidación del régimen fascista, las consignas democráticas revestirían una cierta importancia? [3] Hoy en día, a. la luz de los acontecimientos españoles, me atrevería a formular esta idea de forma mucho más categórica; la experiencia española no deja lugar a dudas: la revolución italiana tendrá un "prefacio" democrático más o menos largo antes de entrar en la fase decisiva de los combates inmediatos del proletariado por el poder. Durante este periodo preliminar., la vanguardia proletaria no deberá, de ningún modo, dar la espalda a los problemas democráticos. Las posiciones del grupo Prometeo, que niega las consignas democráticas por principio se revelan teóricamente inconsistentes y políticamente funestas a la luz de los acontecimientos españoles. ¡Peor para ellos, si no saben sacar enseñanzas de los grandes acontecimientos históricos!

El tema central de este trabajo está dedicado al mismo tiempo a una tentativa por establecer la posición marxista sobre las consignas democráticas en base a la reciente experiencia y a la crítica del mito de la revolución " popular", neutra, por, encima de las clases, asexuada.

La dirección de la Internacional Comunista' intenta' actualmente en España erigir un templo a este ídolo, al que ha sacrificado multitud de víctimas proletarias en China. Necesitamos estar bien armados para afrontar esta tentativa de la burocracia centrista. En este problema es donde se resume la suerte de la revolución española. Insisto una vez más, creo que los camaradas italianos deberían seguir con más atención que nadie los grandes acontecimientos de la Península Ibérica. Al proletariado italiano, antes o después, esperemos que pronto, se le colocarán sobre el tapete los mismos problemas,, aunque bajo otro aspecto y bajo otra correlación de fuerzas.

 

L. TROTSKY

Kadikoy, el 9 de junio de 1931

 

 

 


[1] T. 3387. Prefacio redactado especialmente para la edición italiana de "La revolución española y los peligros que la amenazan" Boletín interno de la oposición comunista de izquierda, nº 8, junio de 1931, pp. 8-10. No hemos podido encontrar ningún ejemplar de este folleto en italiano

[2] La "nueva oposición italiana" nació de la oposición al "viraje" ultraizquierdista, por parte. de los tres dirigentes del partido clandestino, Alfonso Leonetti (Feroci, Suzo, Guido, Saracena, después Martin), Paolo Rivazzoli (Lino, Santini), antiguos miembros del buró político, y Pietro Tresso (Blasco) del comité central, excluidos del P.C.I. en Junio de 1930. Esta oposición estaba considerada como "nueva", en relación a la antigua, inspirada por Amadeo Bordiga, cuyos desacuerdos se remontan al III Congreso y la política de frente único. En esta época la "fracción de izquierda" de los bordiguistas, dirigida por Otorino Perrone (Vercesi), estaba adherida a, la oposición de izquierda internacional y editaba en Bruselas la revista Prometeo. Acusaba a los "tres" de "ordinovistas" y de "antiguos centristas", como fieles a Ordine Nuovo, pero Trotsky apoyó a los "tres", lo que condujo a la ruptura con los bordiguistas

[3] La "izquierda" bordiguista, afirmaba, desde su aparición, que las consignas democráticas estaban superadas y que al fascismo sólo se le podía oponer la dictadura del proletariado. Durante el "tercer período" bajo el impulso de la Internacional comunista estalinizada, el P.C.I. mantuvo una posición semejante, caracterizando la postura de Trotsky como la prueba de su "oportunismo" y de su paso a las filas de los "social-fascistas". Se sabe que el apego de Gramsci a las consignas democráticas durante este periodo, debió hacerle sospechoso a los ojos de los dueños del aparato.