LEON TROTSKY

 

LA SITUACIÓN EN CATALUÑA

(Extractos de cartas a Andrés Nin)

    

 

 

 

30 de mayo de 1931

[( ... ) Puede usted observar que al final de mi último trabajo sobre la revolución española[1], he llegado a reunir la cantidad considerable de cartas dirigidas a usted, suprimiendo todo lo que tenía un carácter personal o polémico, incluso amigable. Solamente he conservado las cuestiones principales y políticas.

 

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31 de mayo de 1931

[Desgraciadamente no puedo compartir las observaciones tranquilizantes que usted formula a propósito de la situación en España y sobre todo en Cataluña. Usted piensa que no hay por qué temer acontecimientos prematuros en Cataluña, teniendo en cuenta que los anarcosindicalistas, que son hegemónicos en el movimiento obrero, controlan con todas sus fuerzas a los obreros. Según usted, la Federación Catalana actúa de forma semejante[2] En esta información sobre los anarcosindicalistas, que concuerda con la de la prensa burguesa, no veo nada tranquilizador; por el contrario, para mí es un motivo de inquietud.]

Por lo que veo, los anarcosindicalistas llevan una política conciliadora con respecto al detestable régimen del coronel Maciá[3] el comisario barcelonés de los imperialistas madrileños. Los dirigentes del anarcosindicalismo, se han convertido en empleados subalternos y en verdaderos agentes del nacionalismo catalán de paz social[4]. La Federación Catalana, a mi modo de ver, ha adoptado, una política conciliadora respecto al anarcosindicalismo, lo que significa que la Federación reemplaza la política revolucionaria de frente único por la política, oportunista de defensa y adulación de los anarcosindicalistas, y consiguientemente del régimen de Maciá. Precisamente en este hecho veo yo una de las fuentes de las explosiones que pueden, en determinada fase, adquirir un carácter peligroso. La tarea de los sindicatos no es contener a los obreros, sino todo lo contrario, movilizarlos y organizarlos para la lucha en todos los frentes: los sindicatos tienen la tarea fundamental de sublevar las regiones atrasadas de Cataluña y del resto de España. La labor de la Federación Catalana, no consiste en defender la política de la Confederación anarcosindicalista[5] sino en ejercer una crítica constante, paso a paso, denunciando ante los obreros su bloque tácito con la contrarrevolución pequeñoburguesa de Maciá.

Para que las advertencias contra los actos insensatos y prematuros[6] no se transformen en una práctica menchevique de sofocamiento de la revolución, es necesario tener una línea estratégica clara, es necesario que los obreros avanzados comprendan perfectamente esta línea, a fin de poder explicarla incansablemente a las masas. Evidentemente, la Federación Catalana no tiene ninguna línea estratégica. Sus dirigentes no se atreven a reflexionar sobre los problemas fundamentales de la revolución, de lo contrario no tendrían ese miedo estúpido y pueril al "trotskismo", que expresa tan claramente todo el nivel de su pensamiento político. Solidarizarse con semejantes dirigentes, en lugar de oponerles una política seria y tenaz, incluso en el tono más amigable[7] significa encaminarse hacia trágicos errores. Pero he escrito bastante sobre este asunto, y no volveré sobre ello.]

 

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29 de junio de 1931

[( ... ) Para conquistar el núcleo proletario de la Federación Catalana, es necesario crear un núcleo firme de la oposición de izquierda en Cataluña, [8] así como las publicaciones correspondientes, por lo menos un boletín en catalán.] Hay que someter a Maurin a una crítica despiadada e incesante, que los acontecimientos confirmarán brillantemente[9]. Dentro de poco, Maurin no será más que una figura cómica, con sus reflexiones provincianas, sus consignas rudimentarias y sus doctrinas gastadas. Lo importante es saber lo que va a suceder. La oposición de izquierda no podrá llegar a ser una fuerza dirigente en España sin serlo antes en Cataluña.

La segunda cuestión importante se refiere a los anarcosindicalistas. Es indispensable escribir un folleto contra el anarcosindicalismo y publicarlo no sólo en España sino, también en otros países. ¿Ha leído usted los artículos de Monatte en los que expresa su esperanza de ver a los anarcosindicalistas españoles oponer al estado bolchevique, un estado "verdaderamente anarquista? [10] Toda la suerte del anarquismo mundial, o mejor dicho sus residuos esparcidos por la revolución rusa, está íntimamente unida a la suerte del anarcosindicalismo español. Teniendo en cuenta que el anarcosindicalismo va, en España, hacia la derrota más miserable y ridícula, está fuera de duda que la revolución española será la tumba del anarquismo. Pero hay que procurar por todos los medios que la tumba del anarcosindicalismo no sea también la tumba de la revolución española. Si Maurín es una cobertura temporal de los estalinistas, el anarcosindicalismo lo es para los socialistas y los republicanos, es decir, para la burguesía. De la misma forma que Maurin puede poner en manos de la burocracia centrista a los obreros avanzados catalanes, los anarcosindicalistas pueden poner toda la revolución en manos de la burguesía. La lucha teórica y práctica contra el anarcosindicalismo está a la orden del día. Es evidente que debe ser llevada sobre la base de la política del frente Único de la unidad sindical, etc. Pero hay que desenmascarar a los jefes del anarcosindicalismo y sobre todo poner al desnudo a ese pope laico, Pestaña[11], que va a jugar el papel más miserable y más cobarde en el desarrollo ulterior de la revolución.

Las muestras del discurso de Maurin producen una impresión penosa[12]. Contrariamente a nosotros, él considera, ¡quién lo diría! el plan quinquenal como una adquisición de la revolución. ¿Es posible que no haya leído nada? [13]

A propósito, la agencia Reuter, y con ella otras agencias, difunden falsos telegramas relativos a supuestos artículos e interviús míos sobre el plan quinquenal (fracaso completo, mentira, etc.). Es extremadamente importante desenmascarar y desmentir estas infamias. En este caso la burguesía se sirve contra los estalinistas de sus propias mentiras. y calumnias

El que los estalinistas hayan ganado para sus filas a varias decenas de parados en Barcelona, como cuenta usted[14] es, a mi modo de ver, un síntoma importante que habla en contra de la Federación Catalana. ¿Cómo puede, la organización revolucionaria dirigente, descuidar su influencia entre los parados, que constituyen el ala izquierda del movimiento? Mi opinión es que esto se debe al oportunismo de la Federación, su falta de vigor y de actividad, su "astucia" prematura, es decir, su oportunismo. Durante la revolución los obreros pasan rápidamente de una organización a otra.]

 

 


 

[1] Se trata de los textos publicados bajo el titulo "La revolución española día a día", en La Verité, La lutte de classes y Comunismo.

[2] Nin escribía el 25 de mayo: "Usted expresa su temor relativo a una acción prematura en Cataluña ( ... ). Toda la táctica de los anarcosindicalistas, que poseen la hegemonía del movimiento consiste en contener las acciones del proletariado. En cuanto a los comunistas de la Federación Catalana -la única a tener en cuenta aquí como fuerza comunista- tiene una concepción del movimiento muy acertada, exactamente igual a la nuestra y son decididos adversarios de toda política aventurerista y putchista." Efectivamente por estas fechas la dirección nacional de la C.N.T. estaba dominada por los elementos "revisionistas" o "neorreformistas" que acabarían constituyendo el grupo de los "trentistas", Peiró, Juan López, Ángel Pestaña, y que triunfaban aunque no por mucho tiempo, sobre sus adversarios de la FA.I., en el congreso "del conservatorio" en junio, en Madrid.

[3] El coronel Maciá se había erigido en cabecilla del separatismo catalán durante los años veinte. Proclamado presidente de Cataluña en abril se esforzó en negociar con Madrid un compromiso relativo al Estatuto de Autonomía, en Cataluña.

[4] En agosto de 1931, en el referéndum, la regional de la C.N.T. dejaba votar en masa a sus afiliados y simpatizantes a favor del Estatuto de Autonomía, aprobado finalmente por 595.206 votos contra 3.286.

[5] Nin en una carta a Trotsky del 25 de junio protestaba: La Federación Catalana, cuya política jamás he defendido, no practica una política de conciliación con los anarcosindicalistas". Sin embargo, algunos meses más tarde, el Bloque obrero y campesino tomaba postura a favor de un gobierno Peiró-Pestaña.

[6] De hecho los progresos de la F.A.I., que acababa de salir a la luz pública en el verano de 1931, iba a permitirle convertirse rápidamente en dueña de las organizaciones de la C.N.T., promoviendo, por medio de este intermediario, este tipo de acciones prematuras y putchistas que tanto temía Trotsky de los anarcosindicalistas. La primera acción de importancia sería la insurrección desencadenada el 18 de enero de 1932 en Figols

[7] A lo largo de toda su correspondencia, Nin insistía en la necesidad de emplear un tono "amigable" con la Federación. Su primer artículo contra Maurín finalizaba recordando la existencia entre ellos de una "vieja y sincera amistad" (La.verité, 15 de agosto de 1931).

[8] Nin respondía el 7 de julio: "Hasta ahora no habíamos realizado aquí ningún trabajo sistemático y organizado ( ... ). No se podía actuar de otra forma ( ... ). Durante estos últimos tiempos ha funcionado una célula de la Oposición, sin haber sido creada oficialmente."

[9] Nin escribía a Trotsky el 13 de julio: "He escrito un artículo, contra los errores de Maurín en el número tres de la revista. No se puede guardar silencio sobre este asunto sin poner en peligro al movimiento." De hecho sólo en el nº 4 de Comunismo, del mes de septiembre, aparecerá finalmente un articulo de Nin, fechado el 14 de agosto y titulado: "¿Adónde va el B.O.C. (Bloc obrer i camperol)?". Nin señalaba el hecho de que estaba influenciado por "la pequeña burguesía radical y los anarcosindicalistas" "las fuerzas que ejercen hoy en día una influencia preponderante sobre las masas". Mientras tanto, en La Verité, había aparecido un artículo ligeramente diferente.

[10] Ver principalmente su articulo "El camino de la revolución española está abierto" en La revolution prolétarienne, nº 117, 16 de junio de 1931.

[11] Ángel Pestaña, excluido de la C.N.T. por presión de los "faistas" crearía en 1933 el Partido Sindicalista, llegando a ser, como tal, diputado en el Frente Popular en 1936

[12] El Ateneo de Madrid había cedido la palabra a Maurín el 8 de junio, a Nin el 9 y a Bullejos, secretario del partido oficial, el 10. La ruptura entre Nin y Maurín data desde estas conferencias. Fue Nin, quien en su artículo proporcionó a Trotsky algunas muestras del discurso de Maurín. Éste declaraba que se diferenciaba claramente de los "trotskystas", ya que él era partidario del plan quinquenal.

[13] Nin no se indigna menos que Trotsky. Escribió: "¿El líder del B.O.C. ha olvidado ya la historia de los últimos años? ¿No sabe que fue precisamente la oposición de izquierda la iniciadora de la industrialización del país? ¿Que sostuvo en este sentido una encarnizada batalla contra los actuales dirigentes del partido comunista de la U.R.S.S., los cuales nos acusaban de ser superindustrialistas? Maurín sabe todo esto perfectamente, por lo tanto su intervención sólo puede tener dos sentidos: mentir deliberadamente o conseguir el visto bueno de la Internacional tirando una piedra contra los "trotskistas" En este sentido se pueden consultar las Memorias de Jules Humbert-Droz, representante de la I.C. en España durante esta época, y en cuyo tomo II, De Lenin a Stalin, hace alusión a sus actividades en el mes de junio: "En Barcelona tomé contacto con el partido disidente de Maurin, en el que yo tenía algunos camaradas de confianza, pero mis esfuerzos, apoyados por la delegación, no consiguieron rehacer la unidad" (p. 457).

[14] Humbert-Droz da algunos datos sobre los esfuerzos del partido oficial para organizar a algunos parados (ibidem, pp. 433-434).