| Con una mano largapara tocar las estrellas
 y una presión de dios en la huella,
 pasó por tu cintura,
 por tu revés y derecho
 el curador de hombres estrechos.
 
 Preparando el milagro
 de caminar sobre el agua
 y el resto de los sueños
 de las dolencias del alma,
 vino a rajar la noche
 un emisario del alba.
 
 Y con voz tan perfecta
 que no necesita oído
 hizo un cantar que suena a estampido.
 En todos los idiomas el emisario
 va a verte:
 en todos los idiomas
 hay muerte.
 Aunque lo entierren hondo,
 aunque le cambien la cara,
 aunque hablen de esperanza
 y brille la mascarada,
 llegará su fantasma
 bien retratado en las balas.
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