XX. - EL PRONUNCIAMIENTO DE MIAJA-CASADO[1]

El poder refleja las relaciones de fuerza entre las diferentes clases de la sociedad y entre las organizaciones políticas que expresan los intereses de las distintas capas sociales. Cuando el equilibrio se rompe, cuando la relación de fuerzas cambia, el poder pasa de manos de una fracción a manos de la otra.
Aquí es necesaria una puntualización.

Después de julio había dos poderes: el poder estatal burgués, formal e impotente, y el poder de los comités obreros. Este segundo poder predominaba claramente durante el primer trimestre, hasta la formación de los gobiernos de coalición, el de Largo Caballero y el de Tarradellas en Cataluña. El gobierno de Largo Caballero se apoyó en todas las organizaciones obreras, entre otras la CNT. El poder efectivo de este gobierno era limitado. Los elementos del segundo poder obrero subsistieron, sobre todo en Cataluña, hasta mayo. Su debilitamiento progresivo incitó sin embargo al ala derecha del Frente Popular a liquidarlos completamente. Ese fue el sentido del golpe de fuerza stalinista y de los acontecimientos de mayo en Barcelona. Los ministros anarquistas invitaron a los obreros a que abandonaran las barricadas. Pero el aplastamiento la base cenetista no solamente tuvo como resultado el desarme del proletariado catalán, sino que también hizo inútil la permanencia de los ministros anarquistas en el gobierno. La nueva relación de fuerzas se hallaba en la base de la formación del nuevo gobierno de Negrin a fines de mayo de 1937. Sin las jornadas de mayo, no hubiéramos tenido "Gobierno de la Victoria". Desde mayo, la CNT fue apartada definitivamente del gobierno. El hecho de que se le ofreciera un cargo "decorativo" en el segundo ministerio de Negrín no cambia en nada la cosa. El ministro anarquista de Instrucción Pública sólo era un mueble en el consejo de ministros. Desde mayo, el poder estaba repartido entre dos fracciones: los stalinistas y los burgueses republicanos y socialistas. Estas dos fracciones hacían bloque contra el proletariado, contra la CNT, la FAI, el POUM, contra los comités, se prestaban servicio mutuamente. Los burgueses republicanos dejaban a los stalinistas las manos libres contra el "trotskismo" Decían a la GPU:
"Podéis arreglar vuestras cuentas con vuestros enemigos, los poumistas. Eso no nos concierne. Pero, a cambio, apoyaréis en España nuestro programa de regresión social, de liquidación de las colectivizaciones, eso de las colectivizaciones ya sabéis que no es serio. ¿Que pensarán el Quai d'Orsay y el Foreing Office?. Y enviadnos armas"
"Por supuesto, respondía la GPU, estamos de acuerdo. ¿Socializaciones y comités? Sólo los agentes de la Gestapo pueden ser partidarios de esas cosas. Nuestra guerra es una guerra nacional. Nuestra revolución es burguesa y luchamos por una república democrática parlamentaria. Os vendemos armas, pero dejadnos exterminar a los trotskistas."
He aquí el acuerdo que sirvió de base a la constitución del "gobierno de la Victoria". Sólo al quedar aplastado el proletariado revolucionario comenzaron a aparecer y a profundizarse las contradicciones entre los asociados. Desembocaron en un violento choque en marzo de 1939: el pronunciamiento de Miaja-Casado. Los acontecimientos poseen una lógica interna, y los crímenes se pagan. La lógica del Frente Popular se vuelve contra los stalinistas, sus artífices. El arma forjada por ellos los golpea a su vez.
Los republicanos utilizaron a los stalinistas contra el proletariado, pero, aquí también, una vez que el negro ha hecho su trabajo, puede irse. Por lo demás, el negro molestaba a los republicanos, pues deseaba conservar la administración, el ejército en sus manos. Aunque los stalinistas se declaren cien veces al día reformistas, demócratas, patriotas y chovinistas, la burguesía, incluso la republicana, les concede sólo una confianza muy limitada: Los stalinistas decían que las medidas revolucionarias impedían la ayuda de las democracias. Esta concepción se hallaba en la base de toda su política contra el ala izquierda del Frente Popular, la CNT y el POUM. ésta se volvió en su contra. Desde hacía más de un año, los republicanos decían que la presencia de los comunistas en el gobierno era mal vista por Chamberlain y Daladier. Los republicanos tenían razón. Sólo olvidaban decir que el mejor visto por la City y por el Comité des Forges era Franco, y no ellos mismos.

La caída de Cataluña ha entregado a Franco el bastión más fuerte de la resistencia antifascista. Con el reconocimiento de Burgos por Francia e Inglaterra, toda la perspectiva del Frente Popular se ha derrumbado. Los dirigentes del Frente Popular decían que Francia no permitiría que Franco se instalase en la frontera pirenaica. Confiaban en el interés imperialista anti-aleman y anti-italiano de Francia. Era una falsa esperanza. Así lo hemos explicado repetidas veces. En todo caso, después del reconocimiento de Burgos por Francia e Inglaterra, esta perspectiva se ha derrumbado, incluso a los ojos de los avestruces del Frente Popular. ¿Qué posibilidades de resistencia contra Franco quedaban después de la caída de Cataluña? Aunque sin incluir regiones tan industriales como Cataluña, la España central contiene sin embargo importantes riquezas. Se instalaron allí industrias de guerra en previsión de la caída de Cataluña. Madrid, bien fortificado, ha resistido numerosos asaltos. Todo el centro se halla rodeado de fortificaciones que serían, en caso de resistencia seria, un hueso duro para Franco. Además, Franco no esta seguro de su retaguardia; Cataluña puede reservarle desagradables sorpresas. Si el proletariado de Madrid y de España central se despertara, si abandonara todas las falsas esperanzas, si, en definitiva, saltara por encima de la política podrida del Frente Popular y avanzara por el camino revolucionario de la reconstitución de los comités y limpiara la retaguardia de todos los fascistas, apenas disfrazados, de todos los agentes del enemigo, entonces la resistencia, que podría transformarse en contraataque, sería posible. Sé que este camino está cerrado para los republicanos. Estaba cerrado para Besteiro, Miaja, Casado, pero también para Negrín, que en el exterior se defiende de haber tenido idea de resistir a cualquier precio; se halla cerrado, por último, también para los comunistas. Una vez descartada la vía revolucionaria, sólo queda el camino de la capitulación. Por este camino han ido Besteiro-Miaja-Casado. Este trío ha repetido contra los comunistas la operación de aquel otro trío, Comorera-Aguadé-Rodriguez Salas, durante las jornadas de mayo de Barcelona, contra los anarquistas y el POUM.
El significado objetivo del pronunciamiento es pro-franquista y capitulador. No se trata de una lucha de la UGT, los caballeristas o los republicanos contra los comunistas. Estamos ante un complot cuyo objetivo es abrir las puertas a Franco aplastando a la base revolucionaria del Partido Comunista.
Nosotros, los bolcheviques-leninistas, somos adversarios del stalinismo. Odiamos al stalinismo porque comprendemos las consecuencias criminales de su política estranguladora del proletariado. Pero únicamente los que no nos conocen y no ven mas allá de sus narices pueden imaginarse que nuestras posiciones políticas y nuestras apreciaciones puedan estar determinadas por el odio a los stalinistas que han asesinado a tantos de los nuestros o por la sed de venganza.
No somos pequeñoburgueses excitados, sino revolucionarios proletarios. La IV Internacional puede declarar, al igual que la Liga de los Comunistas, que no tiene "intereses separados de los de todo el proletariado".
Aunque hagamos a los dirigentes comunistas responsables del pronunciamiento, declaramos que el deber de todos los obreros honestos (y los bolcheviques-leninistas tienen la pretensión de ser la vanguardia de estos) era luchar con las armas en la mano al lado de los obreros y militantes comunistas, cobardemente abandonados por la dirección stalinista contra la Junta de Defensa de Miaja-Casado.
En nuestras concepciones políticas y en nuestra actitud existe una lógica interna. Los militantes de la IV Internacional estaban durante las jornadas de mayo en Barcelona con los obreros anarquistas en las barricadas, y ello a pesar de que nuestras concepciones no tengan nada que ver con las de Bakunin y Kropotkin. Cid, miembro de la sección española de la IV Internacional, dio su sangre en las Ramblas luchando con el conjunto de los obreros, anarquistas en mayoría aplastante. ¿Por que? ¿Por el placer de luchar en cada ocasión? ¡No, señores del "Libertaire", anarquistas defensores de la Junta de Miaja! Cid y otros han luchado en las barricadas de Barcelona al lado de la CNT porque trataba de defender lo que quedaba de los organismos del segundo poder obrero: comites de defensa, patrullas de control, etc. Hoy, en Madrid, se trata de un golpe por la espalda de los generales traidores, que quieren, a través de la destrucción de los comunistas, preparar el terreno a la capitulación ante Franco. Los bolcheviques-leninistas no son literatos que se conforman con condenar a todo el mundo y contemplarse el ombligo como hacen ciertos grupúsculos de extrema izquierda, como los bordiguistas[2]. No podemos permanecer neutros en el conflicto que en estos momentos llena de sangre Madrid. Tomamos partido. Estamos al lado de los combatientes comunistas contra los traidores de la Junta de Defensa.
¿Quienes son los traidores? Besteiro, partidario del compromiso desde el comienzo de la guerra civil. Casado, protegido por Negrín. Pero también tenemos a Carrillo[3], perteneciente a la fracción caballerista[4] del partido socialista. Los stalinistas utilizan este hecho para declarar (ver "Pravda") que "los generales trotskistas se han rebelado contra el gobierno de Negrín". Si los trotskistas no existieran, Stalin se vería obligado a inventárselos. Para él, se trata de justificar los resultados catastróficos de su política, de cargar al chivo expiatorio con todos los males de la tierra. El gobierno zarista organizaba los pogroms y hacia responsables a los judíos de la miseria del pueblo. Actualmente, Hitler le imita. Stalin, aunque represente a otras capas sociales, no a los terratenientes ni a los burgueses, sino a la burocracia soviética, debe tener también alguien sobre quien hacer recaer todos sus fallos y todos los fracasos de su propia política. La fracción caballerista tiene tanta relación con los trotskistas auténticos, es decir, con la IV Internacional, como esta ultima con Lucifer en persona.
Si es cierto que la fracción caballerista fue excomulgada por los stalinistas porque no estaba dispuesta a ejecutar todas las ordenes de la GPU, si es cierto que varios representantes del Buró de Londres venidos a España intentaron acercarse al dignatario en desgracia y consideraban la tendencia caballerista progresiva, es necesario recordar que los bolcheviques-leninistas denunciaron siempre a esta fracción de impotentes que durante los últimos dieciocho meses sólo han sabido proferir gemidos.
Por lo demás, ¿existía esta fracción caballerista? Queremos decir, ¿existía una tendencia capaz de oponer a las concepciones stalinistas y negrinistas otras concepciones, otra política? Largo Caballero consideraba que los stalinistas y los negrinistas lo habían maltratado, que era víctima de sus sucias maniobras. Fue en efecto una de las víctimas, pero no de las más dignas de compasión. Su política conservadora en los tiempos en que era presidente del consejo preparó el camino a Negrin. El dignatario en desgracia, cuyas capacidades de hombre de Estado fueron desestimadas, estaba muy enfadado. Ultrajado, se abstenía de hablar en publico bajo el pretexto de que la guerra civil impone el silencio. Las circunstancias eran demasiado graves, según él, para denunciar con decisión las traiciones stalinistas. Largo Caballero no ha denunciado jamás, en todo caso, la política criminal del Frente Popular. Nada de extraño: él la practicaba en el gobierno. No sabemos si aprueba la entrada de uno de sus partidarios en la Junta de Casado.
En cuanto a la actitud de algunos representantes de la CNT, y también de Mera[5], solo puede sorprender a quienes ignoran la naturaleza profundamente reformista de la dirección de la CNT. ¿Acaso los García Oliver y Federica Montseny no entregaron al proletariado de Barcelona, y sobre todo la base de su propia organización, a la represión stalinista? Vall y Mera continúan por esta vía criminal: entregan en este momento al proletariado de Madrid a la pandilla de capituladores e, indirectamente, a Franco.
Mera es, por otra parte, representante del ala de extrema derecha de la CNT: combatió al ala izquierda, los "Amigos de Durruti", y era alabado por los stalinistas.
Pero la gran lección de los acontecimientos de Madrid es una nueva bancarrota de todas las concepciones de la política del Frente Popular.
¡Miraos al espejo, criminales! ¿Para qué sirve el ejército republicano de cuya dirección habéis expulsado a todos los revolucionarios? ¿Cuál es su fidelidad al régimen republicano? Como en los viejos tiempos de la monarquía, hace "pronunciamientos".
¿De qué sirve el aparato estatal republicano democrático? Sigue al "pronunciamiento". Que los políticos recuerden el destino de los organismos auténticamente proletarios como las patrullas de control. Son los stalinistas los que han forjado el arma que ahora se vuelve contra ellos, pero desgraciadamente también contra el proletariado.
El pronunciamiento de Miaja-Casado ha determinado el fin del gobierno Negrin. Hay que señalar también la cobardía de la dirección del Partido Comunista, que ha abandonado a sus militantes y huido al extranjero.
Los anarquistas franceses (ver "Libertaire") apoyan a la Junta Miaja-Casado porque ven en ella un intento de detener la inútil matanza de obreros españoles. ¿No está perdida la situación? Lo esencial es salvar la vida de los militantes en peligro, permitirles salir al extranjero, ya que la revolución española se hará con hombres vivos y no con muertos. He aquí las ideas que pueden recogerse en "Le Libertaire" y "Juin 36".
Sin embargo, los que quieren detener la "inútil matanza" desconocen la naturaleza del fascismo. Esperan la clemencia de Franco. Pero el rasgo fundamental del fascismo es precisamente que no tolera ninguna organización independiente del proletariado y que suprime incluso todas las organizaciones burguesas independientes. Es imposible un armisticio con Franco que permita salvaguardar algo para el proletariado.
García Oliver no ha sido recompensado por su traición de mayo; Comorera y Negrin tampoco. La suerte de Miaja-Casado y de sus asociados no será mejor[6].
En cuanto al proletariado, no tiene opción. Incluso en caso de derrota total, es en la medida en que resista y haga pagar caro al fascismo sus avances como podrá reagrupar sus fuerzas y preparar su desquite.


[1] El General Miaja y el dirigente socialista Julián Besteiro protagonizaron un levantamiento contra el Gobierno Negrín en 1939. Su objetivo era llegar a un acuerdo de paz con Franco. Franco se negó a negociar y exigió la rendición incondicional, que finalmente aceptaron, con promesas de respeto a los combatientes que Franco no cumplió.
[2] Seguidores de Amadeo Bordiga, antiguo dirigente del ala izquierda del PC italiano, que rompió con la Internacional Comunista. Tendía a adoptar posiciones ultraizquierdistas y sectarias (N. de E.)
[3] Wenceslao Carrillo, dirigente del PSOE y padre de Santiago Carrillo. éste le dirigió una carta pública de contenido insultante con motivo de su apoyo a la Junta de Miaja y Casado (N. de E.)
[4] Partidarios de Largo caballero, dirigente del PSOE y la UGT que encabezó los primeros gobiernos del Frente Popular después de Julio de 1936. Fue sustituido por Negrín (N. de E.)
[5] Cipriano Mera, dirigente de la CNT de Madrid y que estaba al mando de un cuerpo de ejército en el momento del golpe de Casado
[6] Efectivamente, aquellos que no huyeron fueron hechos prisioneros por Franco. Besteiro murió en prisión.

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