OBRAS COMPLETAS DE JOSE CARLOS MARIATEGUI

CARTAS DE ITALIA

 

 

EL PROGRAMA ELECTORAL DE NITTI1

 

Nitti ha formulado su programa en una car­ta política que ha dirigido a sus electores de la provincia de Basilicata, donde su nombre pre­side la lista de candidatos antiministeriales. Este programa era aguardado con expectación por ser la palabra del líder de la oposición consti­tucional. Que es, al mismo tiempo, el hombre de Estado más moderno, inteligente y sustanti­vo de la burguesía italiana.

En línea general, el programa no tiene el re­lieve impresionante que se deseaba en esa zona política que confina, por un lado, con la izquier­da monárquica y por otro lado con la derecha socialista. Nitti se muestra en su programa menos avanzado, menos radical, menos vecino al sentimiento de las masas de lo que se quiere verlo. Conveniencias tácticas de político que, pa­ra volver al gobierno, necesita no suscitar desconfianzas ni aprensiones en la alta banca y en la gran industria, lo hacen disminuir la tona­lidad reformista y ecléctica de su política so­cial. Lo inducen, por ejemplo, a declarar inopor­tuno el momento para establecer el control obrero en las fábricas. Cierto que este concepto suyo no se basa en una aversión de principio al control obrero sino en la consideración de que no existe por ahora en las maestranzas volun­tad, colaboración indispensable para que el con­trol beneficie la producción y favorezca la indus­tria. Y cierto también que la oposición al con­trol obrero viene, a renglón seguido, atenuada por la adhesión a la participación en las utili­dades. Pero de toda suerte, constituye una concesión a los intereses industriales y bancarios que disgusta a las masas proletarias, las cuales miran, precisamente, en la resistencia al proyec­to del control obrero, una faz de la ofensiva con­servadora contra las conquistas sindicales.

También en política internacional el progra­ma de Nitti parece poco decidido, completo y orgánico. Repite sus conocidas opiniones sobre la necesidad de que Italia haga una política de pacificación y moderación, no solidarizándose con ningún imperialismo. Estima que los daños de la guerra deben ser resarcidos por quien tiene más responsabilidad en ella; pero que es imposible resarcimiento alguno, si los países vencidos no pueden desarrollar su economía en plena independencia y si la demanda por los da­ños supera a su capacidad de producción. Recuerda su tesis de que la sociedad de las na­ciones, por ser un agente ejecutor de la volun­tad de los vencedores, tiene un defecto original e insanable de nulidad.

Pero el programa no pasa de estas críticas a la política de la Entente. No señala a Italia una orientación neta y precisa. No resuelve el pro­blema de si Italia debe o no mantenerse al lado de la Entente como aliada o como simple amiga.

El resto del programa es un documento só­lido, conciso, agudo, que examina integralmen­te la situación económica y política de Italia. No proclama con suficiente resolución el deber del gobierno de reprimir la degeneración del movimiento "fascista". Pero dice a la burguesía que hay que evitar que las masas miren con desconfianza al Estado. Y que todos los sueños de reacción deben caer.

Nitti no considera mejoradas —como la pren­sa ministerial— las condiciones de Italia. Por el contrario, las considera singularmente agra­vadas. La situación política —dice— no es cier­tamente serena y si núcleos de resistencia se han formado, el país amenaza verse en lucha cual no se ha visto nunca. Y la situación económica —continúa— ha empeorado mucho. Las industrias que hace mi año eran todas vitales y afrontaban con energía el período de trans­formación y de crisis, están en gran parte en peligro, sobre todo, a causa de las medidas tri­butarias adoptadas. Algunas de ellas se han de-tenido. Todos los índices económicos señalan un empeoramiento. El curso de los títulos pú­blicos y de las empresas comerciales, el curso de los cambios, el estado de la circulación, el te­naz aumento de los precios, indican una situa­ción que se ha venido agravando mucho más.

Confrontando este estado de cosas con el que dejó su gobierno, Nitti agrega que "si hoy no hay huelgas es porque falta la razón de conten­dor entre obreros y patrones, desde el momen­to en que algunas industrias se han paralizado en su desarrollo, otras han debido establecer turnos de trabajo y otras en fin, se hallan ame­nazadas en su existencia. Los obreros, preocu­pados por la amenaza del licenciamiento, no piensan en la huelga".

Frente a estos problemas, Nitti concreta en una palabra el deber de la nueva legislatura: reconstruir. Y pide, "más que vastos programas de reformas legislativas, que no son posibles o son dañosos, una obra continua y metódica de reconstrucción de la vida nacional. Una política exterior de moderación y de paz; una política interna de orden; una política financiera de re­ducciones y de renuncias; una política social de cooperación. Contra todos los extremismos, con­tra todas las ilusiones, contra todas las violen­cias, los partidos constitucionales deben impo­ner su programa que es todavía el programa de la vida nacional".

Estas declaraciones confirman que entre Gio­litti y Nitti no hay divergencias esenciales de doctrina. Nitti sostiene justamente que a los pro­blemas fundamentales Giolitti ha dado la solu­ción señalada para él. Sus críticas al gobierno de Giolitti son sustancialmente críticas de pro­cedimiento. Programáticamente, ninguna distan­cia apreciable separa a ambos políticos.

La diferencia que hay entre uno y otro resi­de en que Nitti tiene una visión más moder­na de las situaciones y un espíritu más ágil pa­ra adaptarse a ellas.

La plataforma electoral de Nitti no comprende por todo esto, sino dos rectificaciones de la política giolittiana. Nitti ofrece a las clases ca­pitalistas no gravarlas con mayores tributos, no afligirlas con nuevas tasas. Y ofrece a las cla­ses trabajadoras defender sus conquistas políti­cas y sindicales del asalto de las facciones reac­cionarias. De la eficacia de estos dos puntos de su programa, que representan un compromiso con la derecha y otro con la izquierda, depende que Nitti vuelva próximamente, al gobierno.

 


NOTA:

1 Fechado en Roma, abril de 1921; publicado en El Tiempo, Lima, 19 de junio de 1921.