OBRAS COMPLETAS DE JOSE CARLOS MARIATEGUI

FIGURAS Y ASPECTOS DE LA VIDA MUNDIAL III

 

       

LA CRISIS FRANCESA*

LA TENTATIVA DE DALADIER Y LOS SOCIALISTAS

 

El partido socialista francés se ha pronunciado una vez más contra la participación socialista en un ministerio de coalición; pero esta vez la orden del día anti-participacionista ha prevalecido apenas en el consejo nacional del partido: por una mayoría de 1,590 contra 1,451 mandatos. Y, aunque en la extrema izquierda del socialismo francés se agita una fracción que se reclama de la doctrina y la praxis clasistas, la moción victoriosa no es propiamente anti-colaboracionista, puesto que declara al partido pronto para "asumir las responsabilidades directas del poder solo o con el sostén de los grupos de la izquierda, cuya colaboración no rechazaría, pero conservando él la autoridad y la mayoría". Lo que se ha rechazado en el consejo no ha sido, pues, la colaboración ministerial, sino únicamente la colaboración sin la hegemonía. 

Los radicales-socialistas llegan bastante disminuidos a esta etapa de la crisis del parlamento y de los partidos. Al rendirse la política de unión sagrada y aceptar el papel de soportes del poincarismo, liquidando el programa del bloque de izquierda, los radicales-socialistas se descalificaron para ocupar en un futuro próximo, con éxito y prestancia, la dirección y el comando del gobierno. En política, no se abdica impunemente.

Es cierto que a la cabeza del partido radical-socialista no se encuentra ya Herriot sino Daladier, líder nuevo, animoso y beligerante. Pero a Daladier no le ha sido posible persuadir a los socialistas de que sostengan, con todas sus fuerzas, su empresa. No son pocos los socialistas que esperan con un poco de impaciencia la hora de recibir una cartera. El partido socialista francés, hasta por su rol parlamentario, es un partido de gobierno, más que de oposición, Blum piensa, sin duda, que en otras elecciones, su partido pue­de ganar una mayoría como la del Labour Party de Inglaterra o siquiera como la de los social-demócratas en Alemania.

Mas los acontecimientos suelen ir más de pri­sa de lo que suponen en el mundo los horósco­pos del reformismo. Antes de una nueva consul­ta electoral, el poder puede pasar a Tardieu y a la reacción con irreparables consecuencias en la sensibilidad y el mecanismo eleccionarios o los socialistas pueden dividirse para permitir a Boncour, Renaudel y sus amigos la entrada en un ministerio.

En Italia una política hesitante del partido socialista, que después de haber renunciado al camino de la revolución vacilaba para resolverse por el camino de la colaboración, franqueó a Mussolini y a sus "camisas negras" la vía del poder En Francia no existe la inminencia de un golpe de estado fascista de tipo italiano: Ahí, como ya he observado, la reacción prefiere fórmulas legajes y métodos burocráticos. Tardieu es su hombre.

Los grandes intereses plutocráticos manio­bran visiblemente contra un experimento de las izquierdas. Ya en la Bolsa se ha insinuado una depresión al anuncio de un gobierno de estos partidos.

 


NOTA:

 

* Publicado en Mundial, Lima, 1º de Noviembre de 1929, en la sección "Lo que el cable no dice".