OBRAS COMPLETAS DE JOSE CARLOS MARIATEGUI

IDEOLOGÍA Y POLITICA

 

LA FEDERACIÓN AMERICANA DEL
TRABAJO Y LA AMÉRICA LATINA
[1]

 

Cuando los sindicatos de espíritu y tradición clasista de Europa o de la América Latina cali­fican a la Federación Americana del Trabajo co­mo el más obediente instrumento del capitalis­mo norteamericano, no faltan quienes temen que se exagere. Los poderosos medios de propagan­da de que dispone la Federación Pan-Americana del Trabajo le consienten, si no conquistar, neu­tralizar al menos algunos sectores de la opinión popular.

Pero la propia Federación Americana del Tra­bajo se encarga con sus actos de destruir toda duda acerca de su rol. Últimamente el cable, ha registrado rápidamente la noticia de que la cen­tral de los sindicatos reformistas de USA ha tomado netamente posición contra la inmigra­ción latinoamericana a su país. El panamericanismo de los obreros de la Federación no se di­ferencia mínimamente del de los banqueros de Wall Street. La solidaridad de clase es algo que, pese a la retórica de la Confederación Pan-Americana del Trabajo, ignora radicalmente su polí­tica. Los sucesores de Gompers no tienen incon­veniente en estrechar periódicamente las manos rudas y oscuras de los delegados de los obre­ros del Sur en una cita panamericana; Pero rehúsan absolutamente admitir su competencia en sus propios mercados de trabajo. Los tratan, en esto, como a los demás inmigrantes. No quieren obreros latinoamericanos en su país. Les basta con convocarlos en Washington o La Habana, para afirmar su hegemonía sobre ellos. Las conferencias panamericanas del trabajo no son sino un aspecto de la diplomacia imperialista.

Eso lo saben, en la América Latina, todos los sindicatos obreros dignos de este nombre. Y lo prueba el hecho de que para las paradas de la Confederación Pan-Americana del Trabajo, los líderes del reformismo yanqui no cuenten sino con amorfos o ficticios agregados fácilmente manejables. La única central importante de la Amé- rica Latina que participaba en las conferencias panamericanas del trabajo era la C.R.O.M. Y la C.A.O.M. obedecía en esto a razones de estrategia nacional que Luis Araquistain ha enfocado nítidamente. La C.R.O.M. creía ganar, por este medio, el apoyo de la Federación Americana del Trabajo en la política yanqui para la Revolución Mexicana Hoy no sólo los factores de la política mexicana han cambiado: la C.R.O.M., que alcanzara con el gobierno de Calles su más alto grado de apogeo, está casi deshecha. Primero, la ofensiva de las fuerzas que enarbolaron, muerto Obregón, la bandera del obregonismo; enseguida, la agrupación de las masas obreras y campesinas en una nueva central, la que representó al proletariado mexicano en el congreso sindical de Montevideo-, han anulado el antiguo valor de la C.R.O.M. Morones viaja por Europa, en momentos en que se discute y vota en el parlamento del país el Código del Trabajo del Licenciado Portes Gil. La C.R.O.M. asistirá a la próxima conferencia panamericana del trabajo, con sus efectivos enormemente reducidos, con su autoridad completamente disminuida.

Y habrá que averiguarlo que piensan Tos obreros de. México del panamericanismo que actúan las uniones amarillas de U.S.A., al votar por el cierre de las fronteras yanquis a las inmigraciones del sur.


NOTA:

1 Publicado en "Mundial", en Lima. En la sección “Lo que el cable no dice”.  Lima, 25 de octubre de 1929.