Subhas Chandra Bose

 

¡A Delhi! ¡A Delhi!

 

 


Pronunciado: Durante una revista militar al Ejército Nacional Indio, 5 de julio de 1943.
Fuente del Texto: No consta.
Traducción al Castellano: Luis César Bou, para Observatorio de Conflictos.
Versión Dígital: Observatorio de Conflictos.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 9 de julio de 2007.
Derechos: Copyleft (Licencia Creative Commons: Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.5 Argentina) por Observatorio de Conflictos.


 

 

¡Soldados del Ejército de Liberación de la India!

Hoy es el día más magnífico de mi vida. Hoy la Providencia ha querido darme el privilegio y honor sin par de anunciar a todo el mundo que el Ejército de Liberación de la India ha comenzado a existir. Este ejército ha estado en formación militar en el campo de batalla de Singapur, la que antes fue baluarte del Imperio Británico.

Este es no sólo el Ejército que emancipará a la India del yugo británico, también es el Ejército que de allí en más creará el futuro ejército nacional de la India Libre. Cada indio debe sentirse orgulloso de que este Ejército, su propio ejército, haya sigo organizado completamente bajo conducción india y de que cuando llegue el momento histórico, bajo conducción india irá a la batalla.

Hay gente que una vez pensó que el Imperio en el que nunca se ponía el sol era un imperio eterno. Tal pensamiento nunca me preocupó. La historia me ha enseñado que todo imperio tiene su declinación y colapso inevitable. Además he visto con mis propios ojos ciudades y fortalezas que una vez fueron bastiones pero que se convirtieron en los cementerios de imperios pasados. Estando sobre el cementerio del Imperio Británico, incluso un niño se convence de que el todopoderoso Imperio Británico es ahora una cosa del pasado.

Cuando Francia declaró la guerra a Alemania en 1939 y comenzó la campaña, no hubo sino un sólo grito que se alzó de los labios de los soldados alemanes: “¡A París, A París!” Cuando los valientes soldados de Japón iniciaron su marcha en diciembre de 1941 no hubo sino un grito que se alzó de sus labios: “¡A Singapur, A Singapur!” ¡Camaradas! ¡Soldados! Hagan que su grito de combate sea: “¡A Delhi, A Delhi!” No sé cuántos de nosotros sobrevivirá individualmente a esta guerra por la libertad. Pero sé que finalmente ganaremos y que nuestra tarea no finalizará hasta que nuestros héroes supervivientes tengan un desfile victorioso en otro cementerio del Imperio Británico: el Lal Kila o Fortaleza Roja de la antigua Delhi.

A través de mi carrera pública, siempre he sentido que aunque India está madura para la independencia en todos los aspectos, ha carecido de una cosa: de un ejército de liberación. George Washington de América pudo luchar y ganar la libertad, porque tenía su ejército. Garibaldi pudo liberar Italia, porque tenía sus voluntarios armados tras él. Es vuestro privilegio y honor ser los primeros en adelantarse y organizar el ejército nacional de la India. Al hacerlo habéis removido el último obstáculo en nuestro camino hacia la libertad. Estad felices y orgullosos de ser los pioneros, la vanguardia, en tan noble causa.

Déjenme recordarles que tienen dos tareas a ejecutar. Con la fuerza de los brazos y al costo de vuestra sangre ustedes habrán de ganar la libertad. Entonces, cuando India sea libre, tendrán que organizar el ejército permanente de la India Libre, cuya tarea será preservar nuestra libertad para siempre. Debemos construir nuestra defensa nacional sobre una base tan firme que nunca más en nuestra historia perdamos nuestra libertad.

Como soldados, ustedes siempre habrán de preservar y dar vida a los tres ideales de fidelidad, deber y sacrificio. Los soldados que siempre permanecen fieles a su nación, que siempre están preparados para sacrificar sus vidas, son invencibles. Si ustedes, también, quieren ser invencibles, sepulten estos tres ideales en la parte más profunda de sus corazones.

Un verdadero soldado necesita tanto entrenamiento militar como espiritual. Ustedes deben, todos ustedes, entrenarse y entrenar a sus camaradas de manera que cada soldado tenga confianza ilimitada en sí mismo, sea consciente de ser inmensamente superior al enemigo, no tenga miedo a la muerte, y tenga la iniciativa suficiente como para actuar por sí mismo ante cualquier situación crítica que surja. Durante el curso de la presente guerra, ustedes han visto con sus propios ojos qué maravillas puede lograr el entrenamiento científico, unido al coraje, la valentía y el dinamismo. Aprendan todo lo que puedan de este ejemplo, y construyan para la Madre India un ejército moderno absolutamente de primera clase.

A aquellos de ustedes que son oficiales, me gustaría decirles que su responsabilidad es muy dura. Piensen que si la responsabilidad de un oficial en todo ejército en este mundo es de por sí grande, es mucho más grande en el caso de ustedes. Por nuestra esclavización política, no tenemos una tradición como la de Mukden, Port Artur o Sedan que nos inspire. Tenemos que desaprender algunas de las cosas que los británicos nos enseñaron y aprender muchas que ellos no nos enseñaron. Sin embargo, tengo confianza en que ustedes aprovecharán la ocasión y cumplirán la tarea que sus compatriotas han hecho caer sobre sus valientes soldados. Recuerden siempre que los oficiales pueden hacer o deshacer un ejército. Recuerden, también, que los británicos han sufrido derrotas en tantos frentes principalmente a causa de oficiales incompetentes. Y recuerden también que de vuestras filas nacerá el futuro estado mayor del Ejército de la India Libre.

A todos ustedes diré que en el curso de esta guerra tendrán que adquirir la experiencia y lograr el éxito que solamente pueden construir una tradición nacional para nuestro ejército. Un ejército que no tiene tradición de coraje, temeridad e invencibilidad no puede sostenerse en una lucha contra un enemigo poderoso.

¡Camaradas! Ustedes han aceptado voluntariamente una misión que es la más noble que la mente humana puede concebir. Para el cumplimiento de tal misión ningún sacrificio es demasiado grande, ni aún el sacrificio de la propia vida. Ustedes son hoy los custodios del honor nacional de la India y la personificación de las esperanzas y ambiciones de la India. Condúzcanse de manera que sus compatriotas los bendigan y la posteridad esté orgullosa de ustedes.

He dicho que hoy es el día más magnífico de mi vida. Para un pueblo esclavizado, no puede haber mayor orgullo, ni más alto honor, que ser el primer soldado en el ejército de liberación. Pero este honor lleva con él la responsabilidad correspondiente y estoy profundamente consciente de ello. Les aseguro que estaré con ustedes en la oscuridad y a la luz del sol, en la pena y en la alegría, en el sufrimiento y en la victoria. Por el momento, no puedo ofrecerles nada excepto hambre, sed, privación, marchas forzadas y muerte. Pero si me siguen en la vida y en la muerte, como tengo confianza que harán, los conduciré a la victoria y a la libertad. No importa quién de nosotros viva para ver a la India libre. Es suficiente que India sea libre y que demos todo para hacerla libre. ¡Quiera Dios bendecir a nuestro Ejército y concedernos la victoria en la lucha que vendrá!

Inquilab Zindabad ! Azad Hind Zindabad