Partido Comunista de Nepal (Maoísta)

 

¡Marchar por el Sendero de la Guerra Popular para Destruir al Estado Reaccionario y Establecer un Estado de Nueva Democracia!

 

 


Emitido: En forma de volante en 13 de febrero de 1996, al iniciarse la lucha armada del Partido Comunista de Nepal (Maoísta).
Publicado: En inglés, en The Worker, órgano del Partido Comunista de Nepal (Maoísta), Junio 1996, con el título de "March Along the Path of People's War to Smash the Reactionary State and Establish a New Democratic State!".
Traducción al Castellano: En la revista Un Mundo Que Ganar, No. 22 (1996) y en internet en Un Mundo Que Ganar
Esta edición: Marxists Internet Archive, noviembre de 2009.


 

A las Masas Populares:

            Hoy, la sociedad nepalesa se encuentra en un estado de grave crisis, desde el punto de vista económico, político y cultural. ¿Adónde ha conducido a Nepal económicamente, el actual Estado que lleva 50 años cacareando del desarrollo y construcción del país? Se ha llevado a Nepal a la posición de segundo país más pobre del mundo, después de Etiopía. Este Estado que no fabrica ni una sola aguja en el nombre de la economía nacional y autosuficiente, ha entregado la economía entera del país a una docena de familias de capitalistas burocráticos y compradores extranjeros. Aunque este puñado de saqueadores se ha vuelto billonarios, los verdaderos dueños de este país y de la propiedad nacional, las masas trabajadoras de Nepal, a fuerzas llevan una vida llena de privaciones y pobreza. Los hijos e hijas de los campesinos y trabajadores bajo un creciente desempleo y pobreza son orillados a una vida de miseria y deshonor en la India y otras partes del mundo para ganarse el sustento diario. Después de acrecentar la gigantesca deuda externa sobre los hombros hasta de las futuras generaciones de nepaleses, los gobernantes feudales y capitalistas burocráticos y compradores, se regocijan con ella. En nombre de las privatizaciones y las políticas neoliberales al mando y para beneficio de los capitalistas extranjeros, el proceso de hipotecar el país entero a los capitalistas compradores y burocráticos, funciona a todo vapor. La carga de esta degradación económica ha sido soportada básicamente por el campesinado que constituye el 90% de la población. Y todo nuevo gobierno formado bajo estas estructuras estatales empujará al país económicamente en un estado más profundo de bancarrota, como demuestra la historia.

Para mantener la hegemonía de una religión (el hinduismo), de un idioma (el nepalés) y de una nacionalidad (el khas), este Estado ha ejercido por siglos la discriminación, la explotación y la opresión contra otras religiones, idiomas y nacionalidades y conspira para fragmentar a las fuerzas de la unidad nacional, vital para el desarrollo y seguridad del país. Por el contrario se postra ante el imperialismo y los expansionistas extranjeros, hipotecándoles el honor nacional y la soberanía de Nepal. El gobierno desvergonzadamente permite que los buitres extranjeros se apropien de nuestras fuentes de agua natural y pisoteen nuestra madre tierra. Si se deja que continúe este proceso por más tiempo no hay duda de que para los nepaleses conscientes y patrióticos que no han perdido su autoestima, el país estará en un grave peligro.

Este gobierno ha declarado la guerra contra el desarrollo de la cultura nacional del pueblo, inundando al país con la distorsionada, corrupta y deformadora cultura imperialista. Las fuerzas feudales e imperialistas han hecho sus mayores esfuerzos por reemplazar los ideales y valores de la cultura democrática por valores nihilistas, anárquicos y freudianos. Esta es la secuela de la conspiración de las clases reaccionarias para corromper al pueblo culturalmente y preservar su reino de saqueo. Toda esta atmósfera de corrupción cultural también es responsable del creciente tráfico de drogas, contrabando, latrocinio, mercado negro, saqueo, asesinatos y violaciones, en la sociedad de hoy.

Dentro de esta moribunda estructura estatal, ha estado gobernando una coalición de Panchas (realistas) y el Congreso de Nepal (una mancha en la historia del país por sus acciones antinacionales y genocidas). Estos gobernantes obligan no sólo a campesinos y trabajadores sino a gente de diversos estratos y profesiones a vivir en constante escasez, injusticia y terror. Aunque el Estado ha venido tratando a la mujer como individuo de segunda clase desde hace mucho, ahora ha intensificado la violación, trata de blancas y mercantilización a través de una sucia campaña publicitaria contra ellas. El sistema educacional se afina para preparar esclavos para el Estado aunque existe una inmensa anarquía en él. Así sean trabajadores, campesinos, mujeres, maestros, estudiantes, pequeños propietarios, funcionarios de bajo nivel, doctores, profesores o gente de otras clases, incluso la burguesía nacional, todos son víctimas de este Estado de feudales y capitalistas compradores y burocráticos. Salvo cambios radicales en todas las esferas de la sociedad, cualquier posibilidad de reforma es, por ahora, mera ilusión.

Las reaccionarias clases gobernantes, democráticas de dientes para fuera, han venido usando, con frecuencia, sus fusiles contra los activistas políticos o las masas populares que sostienen creencias y principios opuestos a los intereses de estos gobernantes. Este Estado que se dice custodio de la "democracia", ha venido sobreviviendo de la sangre de innumerables hijos e hijas de la madre Nepal, de niños hasta gente de edad, cuando el pueblo se ha declarado y manifestado a favor de la democracia, el nacionalismo y la vida plena. A cientos de miles de nepaleses que luchan por la justicia, se les ha sometido a inhumanas torturas físicas, confinamiento en prisiones y tortura psicológica. No sólo durante el período de la panchayat (de la monarquía absoluta, sin partidos), sino también en la presente monarquía parlamentaria, los actos genocidas y represivos fascistas han ido en ascenso. Esta es una verdad de la experiencia del pueblo de Nepal en su vida cotidiana. Y este proceso se ha venido desarrollando a través de una campaña de represión armada contra gente inocente que busca la verdad y la justicia. La reciente operación armada y el terror del Estado que se desataron en el occidente de Nepal y varias partes del país, son prueba sin duda alguna de que las clases dominantes están embarcadas abiertamente en una injusta guerra contra el pueblo. Las nefastas acciones que lleva a cabo el Estado reaccionario al enrolar a los hijos e hijas del campesinado pobre y obreros, como mercenarios en la policía y el ejército, y al forzarlos a usar las armas contra sus propios familiares pisoteados (padres, hermanos y hermanas), están ahora más claras que nunca. Con el paso del tiempo sabrán la verdad estos policías y soldados engañados. No hay otra alternativa que levantar la bandera de la guerra justa contra la guerra injusta.

¿Cómo se ha llegado a esta etapa de condiciones críticas de pérdida de nacionalismo, democracia y vida plena y a esta situación de guerra abierta del Estado contra el pueblo? Lo que sí está claro, sobre la base de un análisis del materialismo histórico y científico, es que las semillas de esta situación se sembraron en Nepal hace ya algún tiempo. Con el advenimiento de la época del imperialismo y de la revolución proletaria, como en casi todas las naciones oprimidas, en Nepal también surgió un régimen socio-económico semi-colonial y semi-feudal basado en la alianza del imperialismo y el feudalismo. Se inició un proceso por el cual el feudalismo se postró ante el imperialismo, mientras que éste saqueaba a las masas populares y protegía el sistema feudal. Este proceso se remonta a los años de 1815-1816 con la firma del tratado Sugauli con la India británica. La consecuencia inevitable fue la obstrucción del desarrollo del capitalismo nacional y en su lugar se desarrolló un capitalismo burocrático que servía a los terratenientes y al imperialismo. Este largo período histórico abarca el nacimiento, ascenso y ocaso del mismo capital burocrático.

En la sociedad nepalesa, el reino de 104 años de la autocracia Rana (de 1846 a 1950) existía bajo una misma conformación y bajo la posterior autocracia de la panchayat sin partidos (de 1960 a 1990); y la actual llamada monarquía pluripartidista (de 1990 a la fecha) continuó y aún continúa bajo el mismo tipo de administración. Y como resultado de la lucha del pueblo nepalés contra esta estructura (socio-económica) principalmente, y debido a los cambios en la situación política internacional, en segundo lugar, los nombres del sistema y del gobierno han ido cambiando, a veces liberal, otras, conservador, para hacer siempre una redistribución del saqueo de poder. Pero la estructura básica permanece invariable. Los sucesos políticos de los años 1951, 1960, 1979 y 1990 sólo pueden entenderse desde este punto de vista. Si vemos la historia de 1951 en adelante, lo evidente es que dentro del surgimiento de pequeñas reformas llevadas a cabo por el Estado reaccionario, siempre han brotado crisis cada vez mayores para el país y para el pueblo.

El pueblo ha luchado constantemente contra esta situación. A través de este proceso de luchas, el pueblo ha sido víctima no sólo de la represión repetida, e intrigas de los reaccionarios, sino también de la traición y engaños de los reformistas. Hoy en día, los más grandes traidores del pueblo son los llamados comunistas (revisionistas) que han ido tras las migajas del poder del Estado reaccionario lamiendo las botas del feudalismo y del imperialismo. El pueblo de Nepal y su historia nunca olvidará a esos traidores que se sientan ante la misma mesa con los reaccionarios, traicionando la fe del pueblo en un cambio radical y en el Partido Comunista, pisando la sangre de miles de mártires. De nuevo si alguien insiste en que se actúe dentro de los estrechos límites de la lucha reformista en un Estado reaccionario, tarde o temprano se caerá en meramente otra traición. Esta verdad la ha demostrado la historia irrefutablemente.

 Otro aspecto que no debe olvidarse aquí, es que la repetida represión e intrigas reaccionarias, junto con la traición y engaño del reformismo, han dado lugar a buenas condiciones para elevar la conciencia política de las masas populares y a que las masas se afierran, para su liberación, a la única ideología verdaderamente revolucionaria que hay en medio de la lucha de clases del pueblo y la larga e intensa lucha ideológica contra el reformismo: el marxismo-leninismo-maoísmo. Hoy en día el partido marxista-leninista-maoísta guiado por esta ideología todopoderosa y revolucionaria se ha desenvuelto como una flor bella y fragante, a través de la prolongada lucha de las masas trabajadoras de Nepal, regada por la sangre de miles de sus mártires. De aquí que todo tipo de reaccionarios y revisionistas, rabiosos, tratan de cortar esta lucha de raíz, por lo que las masas han tomado debidas precauciones para su continuación y desarrollo.

 

A las Masas Populares:

Lo que queda claro de la narración histórica anterior y de la situación actual es que las presentes condiciones de aguda crisis del país las ha producido el desarrollo de las contradicciones entre la opresión y explotación del pueblo por el Estado de las clases capitalistas burocráticas y compradores y de las clases feudales, por una parte, y la implacable lucha del pueblo contra ellas, por la otra. Para defender su reaccionario y moribundo Estado agobiado por crisis, el feudalismo y el imperialismo imponen contra el pueblo una injusta guerra franca. Si el pueblo nepalés no puede levantar la bandera de una guerra popular justa contra esta guerra injusta y llevarla hasta la victoria, el pueblo y la nación de Nepal estarán condenados a una mayor y más prolongada oscuridad.

Conscientes de nuestro deber ante esta necesidad histórica, el Partido Comunista de Nepal (Maoísta), el partido proletario de los hijos e hijas de las masas populares, resolvió iniciar el proceso de destruir con la fuerza este Estado reaccionario y de establecer un Estado de Nueva Democracia. Esta resolución nuestra se basa en el sentimiento de servicio y devoción hacia el pueblo, y en nuestro compromiso de aplicar el todopoderoso marxismo-leninismo-maoísmo para libertar a toda la humanidad para siempre del yugo de la explotación de clase, y a la luz de esta ideología, en el estudio de la historia de la sociedad nepalesa. Estamos plenamente conscientes de que esta guerra para acabar con los grilletes de la esclavitud de hace miles de años, e imponer un Estado de Nueva Democracia será una tarea ardua, de avances y reveses y de naturaleza prolongada. Pero éste es el único camino a la liberación del pueblo y a un grande y brillante futuro. Este camino deberá desplegarse haciendo uso de todas las formas de lucha de acuerdo a la etapa histórica de desarrollo de Nepal, y, principalmente, como lo hemos venido diciendo, de acuerdo a la estrategia de cercar las ciudades desde el campo, llevando a cabo la revolución agraria como eje principal y en medio de y en conjunción con la lucha de clases rural. El proceso de la guerra popular, en el marco de esta correlación de fuerzas, avanzará a través de la guerra de guerrillas del pueblo, en una etapa inicial de defensiva estratégica. Tenemos plena confianza de que las masas de todas las clases y sectores del pueblo desplegarán un apoyo activo y ayuda a este proceso revolucionario hasta la victoria. Además de eso, estamos seguros y conscientes de que esta lucha tendrá también el apoyo y ayuda de todos los revolucionarios comunistas y de las masas en lucha en todo el mundo y de que esta revolución a su vez apoyará a todos esos revolucionarios. Pues, esta lucha nuestra, que forma parte de la revolución proletaria mundial, se desenvolverá para terminar con la explotación y opresión del hombre por el hombre y así acabar para siempre la guerra misma. En esta conexión, quisiéramos hacer una mención especial de la revolución popular en el Perú en marcha, basada en el marxismo-leninismo-maoísmo, y del Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI) y de todos los movimientos revolucionarios por todo el mundo basados en los mismos principios.

Finalmente, exhortamos a los trabajadores, campesinos, mujeres, estudiantes, maestros, intelectuales y a todas las masas populares de todos los sectores y oficios a marchar hombro a hombro en esta guerra popular hasta establecer un Estado de Nueva Democracia del pueblo y darle toda forma de ayuda y apoyo.

¡Se justifica la rebelión!

¡Viva la guerra popular!

¡Abajo el Estado reaccionario!

¡Viva la revolución de nueva democracia!

¡Gloria al marxismo-leninismo-maoísmo!

 

Con saludos revolucionarios,

Comité Central
Partido Comunista de Nepal (Maoísta)