OBRAS COMPLETAS DE JOSE CARLOS MARIATEGUI

SIGNOS Y OBRAS

  

   

LEON BAZALGETTE1

 

Europe consagra uno de sus últimos números a León Bazalgette, muerto hace siete meses. Homenaje justiciero a la memoria de su admirable redactor en jefe y generoso animador. Ya Monde, de cuyo comité director formaba también parte Bazalgette, lo había iniciado en tres números en que despidieron al biógrafo de Henry Thoreau, al traductor de Walt Withman, las voces fraternas de Barbusse, de Jean Richard Bloch, de Jean Guehenno, de René Arcos, de Georges Duhamel, de Franz Masereel, de Miguel de Unamuno. Varios de estos escritores y artistas participan en el homenaje de Europe que preside Romain Ro­lland. En este homenaje están presentes cuatro norteamericanos: Waldo Frank, Maz Eastman, John dos Pasos, Sherwood Anderson. Presencia que no se explica sólo por el carácter internacional de Europe, revista más internacional que europea, como su nombre quiere significarlo. La más pura y moderna literatura norteamericana tiene especiales razones de reconocimiento y de devoción a Bazalgette. Pocos franceses conocían y amaban esa literatura como este magro y fervoroso puritano de París. Bazalgette reveló a Francia a Walt Withman y Henry Thoreau. Como director de la magnífica y selecta colección de prosadores extranjeros de Rieder, contribuyó a la divulgación de algunos de los mejores valores de la literatura yanqui: Sherwood Anderson, Carl Sandburg, Waldo Frank, John dos Pasos. Si Walt Withman, a través de los unanimistas, ha influido en un sector de la poesía francesa, el mérito toca eh parte a Bazalgette que puso su arte escrupuloso y severo de artesano medioeval, y su gusto perfecto de crítico moderno, en el trabajo de verter al francés los versos del gran americano.

Singularmente justas y seguras son estas palabras de Romain Rolland que rinden homenaje a la verdadera Francia tanto como a Bazalgette: «Era uno de los últimos representantes de una gran generación francesa, en quien el desinterés era el pan cotidiano. La especie no ha desaparecido y no desaparecerá jamás aunque la "feria en la plaza" de hoy, en la cual participan los más ilustres de nuestros jóvenes, haga ostentación de apetitos que nos escandalizan menos de lo que nos hacen sonreír. (¡Se contentan con poco!). Bajo la eterna agitación de esta carrera tras la fortuna, la verdadera Francia continúa su labor eterna, silenciosa, pobre, proba, serena. Así fue ayer, así será mañana». Stefan Zweig dice que «el alma misma de Walt Withman ha revivido en Bazalgette». A tal punto juzga maravillosa su obra de traductor. Waldo Frank evoca su admirativa sorpresa al descubrir en Francia un hombre que tan profunda y sagazmente comprendía el espíritu norteamericano. Bazalgette no adquirió este conocimiento de Norteamérica en ninguna aventurera, diplomática y reclamística indagación a lo Paul Morand. «Europe —dice Frank— nos envía analistas, observadores penetrantes; y bien, se les siente siempre huraños al cuadro que trazan de la vida americana. Escriben en hombres de ciencia, en caricaturistas, en críticos o en apologistas; pero siempre de fuera. Sólo este hombre, que no había venido en persona, llevaba en el fondo de sí mismo el soplo, las palpitaciones de una realidad viva». John dos Pasos elogia en Bazalgette el mismo extraordinario don: «Por Withman y Tho­reau, ha conocido —escribe—, una América diversamente vasta y más fundamental que este país de jazz, de rascacielos y de rudos negros tan a la moda en la Francia de nuestros días». Sherwood Anderson lo estima un cosmopolita.

Le debo una eficaz invitación al conocimiento y a la meditación de Henry Thoreau, a quien em­pecé a amar en su libro. Le debo mi primer fuerte contacto con la más acendrada y entrañable Norteamérica. Sin ser francés, en un tiempo en que la orientación de mi cultura dependía en gran parte de mi suerte en la elección de guías, experimenté su sana influencia. Lo seguí en Clarté, en Europe, en Monde. Y, sin haberlo visto nunca, me lo imaginaba tal como lo describen los que tuvieron la fortuna de ser sus familiares; obstinado, generoso, alacre, paciente heredero y continuador de la más noble tradición francesa.


NOTA:

1 Publicado en Mundial: Lima, 9 de Agosto de 1929.